sábado, 26 de julio de 2014

Soy una Señora...de la Limpieza.


Ayer reflexionaba sobre lo poco que nuestra sociedad valora el trabajo de limpieza. No solemos valorar a los basureros, barrenderos, etc, hasta que hacen huelga y descubrimos lo que vale limpiar "cada día". Tampoco en el sector de hostelería se valora debidamente a los limpiadores. Sin ellos, sencillamente no podrían ni abrir. Sin embargo, son los peores pagados.

Recordaba unas reflexiones que ya me hice hace años, observando el trabajo de las raíces de los árboles y la relación de nuestra sociedad con los desperdicios y la basura. Nuestro mundo está enfermo y muere a causa de su rechazo a ver y manejar adecuadamente la basura y su obsesión por la pureza. Este miedo a lo corrompido, sucio, muerto y deteriorado, hace que no se lo quiera ver, y que al mismo tiempo se relegue la tarea (inevitable, a fin de cuentas) a personas poco reconocidas, y con las que es mejor (socialmente) tener el menor trato posible, no sea que se nos pegue algo de la basura a su través. No da relumbre decir que uno es amigo de un basurero, de un chatarrero, o de una señora de la limpieza.

Ahora mismo, yo soy una Señora con mayúsculas de la Limpieza (también con mayúsculas) Es un trabajo con el que no me siento internamente mal (aunque a días me agote y me dé asco limpiar según qué, pero eso es más por las malas condiciones del trabajo, prisas, escaso sueldo, etc, que por el trabajo en si) porque tengo una comprensión muy profunda del sentido de lo que hago, y esto resuena con mi vocación "anubísica". Los que tenemos a figuras como Anubis como fuente de inspiración somos todos un poco basureros, un poco cloaqueros, un poco de los submundos. De mirar bajo la alfombra, detrás de los armarios, descubrir podredumbres y esas cosas.


Me acuerdo mucho de Fray Martín de Porres, alias "Fray Escoba", y su eterna "manía" de barrer. El decía que barría algo más que polvo y basuritas. Que barría enfermedad, malestares... Era un limpiador nato, y tal vez por eso hacía milagros, porque hay que ver el cambio que puede producirse cuando, sencillamente, limpias algo: una habitación, una persona, unas relaciones o un ambiente. 

Muchos milagros no son otra cosa más que el resultado de una limpieza, un "antes y un después" que permiten que la salud regrese, sencillamente porque se ha retirado la mierda, lo deteriorado, o lo que entorpecía la armonía del cuerpo. Pero ya ves, relegaban a Martín lo de barrer y limpiar y hacer lo más asqueroso porque era mulato y en Lima (Perú) en esa época, eso era de lo peor valorado. La gente con prestigio no podía manejar basuras, y viceversa: las basuras se dejaban para los más desprestigiados. 

Y hoy, aunque han pasado siglos, seguimos más o menos igual. De ahí que en nuestra sociedad, el trabajo de limpieza se relegue sobretodo a mujeres, emigrantes o gente procedente de colectivos con dificultad para la reinserción debido a su estigma social (ex presos, ex prostitutas, etc) parece que no importa mucho contratar a un ex preso o a una ex prostituta envejecida y cansada para limpiar... Pero hacerlo para ocupar un cargo de cara al público, formarle para que ocupara lugares de más prestigio, ya es harina de otro costal. 

El problema que tengo, pues, no es que limpie y trabaje eventualmente de ello. Tampoco soy pobre porque no trabaje. De hecho, trabajo y mucho. El problema es que mi sociedad no reconoce adecuadamente mi trabajo, como tampoco reconoce el de ser madre/cuidadora del hogar (otro gran tema, hoy no entraré en él) Y por lo tanto, de las veces que he trabajado limpiando, muchas ni siquiera he sido contratada. Otras no me han pagado nada fijo, y otras, en las que sí he tenido contrato y sí me han pagado algo regular, era el salario mínimo de entre los mínimos. Nada que me permitiera pasar de la supervivencia, y ahorrar un poquitín para invertir en otros proyectos.

Y sin embargo, ya lo he dicho: sin mi trabajo, los lugares para los que trabajé, no habrían podido continuar funcionando un solo día, sin arriesgarse a epidemias, infecciones, o enfermedad de sus otros trabajadores, así como de sus usuarios.

En cierto modo, a los limpiadores NOS DEBEN LA VIDA, o al menos la buena SALUD, el resto de personas. Así que, pienso yo, se nos debería pagar por ello siquiera un poco más. Pero una sociedad que padece fobia obsesiva a ver la mierda que genera, valora infinitamente más, por lógica, a los que DISTRAEN o generan un estado lúdico y amortiguador de la realidad. Como los jugadores de fútbol, los cantantes, etc. Que no digo que no deban ser pagados por su trabajo (pues también es necesario) pero vamos. Podemos vivir sin escuchar canciones un día, aunque estemos algo más mustios (podemos cantar nosotros, oye) Pero no podemos vivir sin que alguien haya limpiado la basura o la porquería que, entre todos, generamos en una sociedad tan sofisticada, amontonada e hiperpoblada como la nuestra.

De los limpiadores, hasta las familias se avergüenzan. Si limpiar fuera reconocido y diera dinero, sería distinto. Pero no puede dar dinero si no hay valoración del trabajo, ya que, en nuestra sociedad, el dinero, y los sueldos que se pagan, reflejan el VALOR que damos a los actos del otro. Y por lo visto, vivimos en la ilusión o espejismo de que sin limpiadores se puede vivir.

El tema de las madres que trabajan en casa (cuidando menores o familiares, limpiando, organizando, etc) lo tocaré sólo por encima porque es demasiado y me desviaría del hilo de hoy. Pero está relacionado, pues, en parte porque hacer de mamá es también limpiar mucho, está desprestigiado. Vivimos en la fantasía de que sin cuidados maternales esta sociedad tiene algún futuro y se sostiene. La nula ayuda económica que reciben las madres y el nulo reconocimiento de su trabajo las condena a depender de otros, o a agarrarse a un mercado laboral despiadado que no permite bajas maternales suficientemente largas, y que obliga a, graciosa y paradójicxamente, PAGAR a otras personas para que hagan de madres de esos hijos que nadie parece querer, ni necesitar. Porque total, ¿quién les mandó a las mujeres que tuvieran hijos? 

Y por supuesto, las personas pagadas para que imiten a mamá con esos bebés, son también de las peor pagadas (muchas veces, ni siquiera son contratadas) de nuestra sociedad. Como corresponde a las tareas invisibles asociadas con limpiar cacas y pises, fregar suelos y lavar ropas. Se paga mucho más a los cuidadores o ya "educadores" de niños más mayores, porque claro, "ya no hay que limpiar" y entretener, jugar y enseñar letras sí tiene prestigio. Ya es más, oiga, "intelectual". Eso sí hay que pagarlo un poco mejor. Nos interesa que los niños aprendan, pero parece que interesa más eso que estén sanos, limpios, suficientemente amados, abrazados y bien atendidos cuando son bebés.

Son las 11´30, y acabo de limpiar medio albergue. Mañana, más. Pero ya veis si el rato de fregar, barrer y tirar bolsas de basura da de sí. Iba a decir que inspira a cualquiera, pero no: diré más bien que inspira a gente rara como yo :-P


2 comentarios:

  1. Pues entonces sigue igual de "rara", je... porque tus entradas son muy interesantes ;o)

    Saludos y enhorabuena por el blog.

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  2. Lo terroso, lo cimientoso, lo femenino, lo que limpia, lo moreno, lo receptivo, lo pobre desde hace tanto tiempo está negado... pero ahora empieza a emerger, para sanar. Nada puede sanar sin emerger, y nada puede permanecer apretado sin emerger. Gracias por estar y por tus labores, las de limpieza, intelectual, emocional, cuidadora de pequeños, motivadora, regaladora de alegría y magia. Un besote y sea honrada, seguro que eso es lo que la natura hace contigo, cuando te habla

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