martes, 16 de agosto de 2016

Rafael y el matrimonio sagrado.

              

(Escrito en otoño 2014)

El ángel Rafael aparece en la Biblia en una historia fascinante. Los ángeles me hablan de la Biblia en ocasiones, cuando alguna de sus historias les resulta útil como mito o símbolo para explicarme algo, y mira por dónde, dicen que en la historia de Rafael (hay que buscarla en el Antiguo Testamento, en el libro de Tobías) hay mucha "verdad".

Tanto es así, que para explicarme lo que es la energía de Rafael, han aludido siempre a esa historia, y me han hecho verla desde diferentes puntos de vista, extrayendo de ella diferentes significados. A mí la historia en sí me ha producido, además, una especie de nostalgia profunda y extraña, porque narra un encuentro con un ángel "con cuerpo", es decir, un encuentro con una persona en la vida real que sólo después descubres que no es persona en absoluto, y que desaparece sin más una vez finalizada su "misión". 

En alguna parte de mi ser existe la memoria de un tiempo en el que estas vivencias eran habituales, o más posibles que ahora: el encuentro no sólo espiritual, sino también material con los ángeles y otros seres, conciencias o entidades que hoy tenemos siempre por "intangibles". Y echo de menos ese tiempo pasado, sí. Para qué negarlo.

Pero al margen de este pequeño "detalle" de la historia, vengo a compartir la última explicación que me han dado sobre la energía de Rafael, o de la parte del Cuerpo Angélico que actúa y es "al modo medicinal" que llamamos Rafael. Siempre me dijeron: Rafael es "relación". La Medicina auténtica se basa fundamentalmente en relacionar correctamente diferentes elementos, personas o situaciones entre sí, y la virtud de Rafael es, básicamente, relacionar adecuadamente a las personas, eventos, elementos y seres que, si se encuentran, van a dar lugar a sanación, resolución, esplendor, plenitud...

La Historia de Tobías lo muestra perfectamente, porque Rafael aparece como un coagulador y catalizador de historias y realidades muy diferentes, uniendo familias y aprovechando el encuentro para realizar 3 resoluciones de problemas de una tacada: un padre ciego, una mujer endemoniada, y un hombre sumergido en el dilema de "Me toca buscar una esposa y no tengo ni idea de cómo hacerlo", además de resolver la pobreza económica de una familia. O sea que, en realidad, se resolvieron 4 problemas, que no es poco. Los diplomáticos y los mediadores de conflictos, no sólo los médicos, debieran tomar ejemplo de Rafael.

Pues bien, esta vez los ángeles me han hablado de las relaciones de pareja y del matrimonio. Recurriendo de nuevo a la historia bíblica, me la han señalado como ejemplo de cuán distintas pueden ser las historias desde la perspectiva de...digamos, "Dios", si la comparamos con nuestro modo de ver las cosas. 

Tenemos la idea de que sólo es válido un matrimonio tras el enamoramiento típico, con una persona que sea "ideal" o que cumpla una serie de parámetros que dependen de nuestro gusto del momento. Sin embargo, la historia de Tobías dinamita todos los tópicos. Porque se realiza una unión entre dos personas que, hasta el momento, no solo eran desconocidas, sino que además no tenían los mejores "números" para triunfar en el amor, ni siquiera para gustarse o encajar. Aparentemente, al menos.

Es casi la única historia mítica que conozco, por otra parte, en la que un hombre no persigue el amor de una mujer "por" deseo sexual, ni de otro tipo, sino que es tan receptivo a la perspectiva del Espíritu que se entrega a la Visión Sagrada para que sea "lo que Dios quiera". Así, acepta realizar un matrimonio con una mujer aparentemente funesta y maldita. Pero Tobías, que ya había visto la sabiduría de Rafael, su acompañante (aún no sabe que es un ángel disfrazado de humano, pero ya tiene muestras de su conocimiento) sigue su consejo, y acepta casarse con la mujer señalada. 


Rafael le explica que existe un único modo o camino para que el matrimonio salga bien. Y es que por lo visto existía un demonio celoso que rodeaba a la mujer y que mataba por la noche a todos y cada uno de los que pretendían acostarse con ella (Ya habían muerto siete hombres), pero según Rafael, existía un modo de evitar esto y era pasar la noche de bodas juntos, pero... en oración, elevándose al sagrado poder de lo Más Alto. Si, en lugar de eso, entraba el deseo sexual en escena y le daban a él las riendas o la prioridad... se acabó. Porque eso detonaría la furia del demonio celoso, y no habría modo de lidiar con él.

Cuál debía ser la situación de Sara, esa mujer, que había rezado a Dios pidiéndole la muerte, por lo desesperada que se sentía. El suicidio lo había descartado para no aumentar el dolor familiar, así que sólo le quedaba rezar pidiendo la muerte a Dios, y eso hacía. Y es que además del sufrimiento que le causaba la presencia demoníaca, en su sociedad una mujer "debía" casarse, o de otro modo se consideraba que su vida se desperdiciaba y no lograba una realización. Pero ¿qué otro hombre hubiera apostado por ella? Los que lo intentaron al principio, murieron, y al final las personas huían de ella, por estar tan deprimida y ser considerada tan "negativa", tan infestada de "energía mala". Pero justo por eso esta historia es tan extrema y al mismo tiempo excepcional.

Sara vio su vida sanada y cambiada porque también confió en el consejo de Rafael, y aceptó la "elección a dedo" de su futuro esposo (al que no conocía previamente) y la condición de pasar la primera noche rezando (claro que esto seguramente le parecería lógico y muy buena idea, teniendo en cuenta lo horribles que debieron ser sus otras noches de bodas)

Pues bien, los novios siguieron el consejo y se pasaron la noche juntos, pero rezando y luego durmiendo, sin hacer nada más. Mientras tanto, Rafael, ahora ya en su forma de "energía", acechó al demonio, que estaba a su vez acechando a la pareja en la nocturnidad (esperando, seguramente, el momento de que surgiera el deseo sexual masculino para matar al hombre) Rafael "ató y encadenó" al demonio y se lo llevó lejos, dicen que a un desierto muy lejano (una manera de decir que lo sacó del mundo de la pareja y que desde allí, ya nunca más pudo volver) Ahí sale a relucir la faceta "fuerte" y contundente de Rafael, que de blando no tiene nada. Atar y encadenar a una entidad asesina de hombres no se hace así como así. A veces para ser médico hace falta ser, también, guerrero.

Al día siguiente, la familia había cavado ya la fosa para enterrar al novio, porque siempre se habían muerto todos los que se habían casado con Sara y no esperaban que hubiera un cambio. Así que se quedaron pasmados al verlos a los dos vivos. 

Me emociona pensar en este momento, en esta escena. Soy una romántica de Dios y una "antigua", no lo puedo evitar... Para la mujer, aquello debió de ser como un  renacimiento. No sólo se había librado de un demonio acosador, sino que, de paso, había encontrado un hombre dispuesto a amarla, pero no solo "desde el deseo" masculino típico, sino también desde la perspectiva de "Dios" o del Espíritu. Un hombre capaz de saber esperar, de saber escuchar para ver qué era lo mejor para su mujer y para ambos. 

Realmente el significado asociado a este "saber esperar" o saber "contenerse" por una noche es muy profundo, y va más allá de lo evidente. Se acababa de producir un matrimonio sagrado entre dos personas de carne y hueso.

Desde aquel momento, la mujer quedó libre de toda angustia y del mal pasado, y el matrimonio resultó ser un éxito. Se conocieron y se encontraron afines y agradables. Pudieron llevar una vida "normal", ya con todos los ingredientes, sexo placentero inclusive, tuvieron hijos, envejecieron juntos... Vivieron lo mejor que podían vivir del acompañarse mutuamente y de por vida, en su contexto, con las limitaciones de aquella sociedad y aquellos tiempos.  


Un matrimonio de este tipo es raro, en cuanto a poco común, al menos hoy en día. Pero parece que en aquellos tiempos también. Muchos matrimonios eran pactados solo en base a acuerdos económicos o intereses políticos entre clanes, solo algunos pocos eran matrimonios por amor "humano" (enamoramiento desde el "yo")  Pero ¿matrimonios realizados desde la entrega a "lo que Dios quiera", y mediados por un ángel? Hummm... déjame que busque... eso es, definitivamente, una rareza. 

Y sin embargo, según me dicen los ángeles, éste es el modelo de matrimonio perfecto. Porque en él no es el "yo pequeño" el que intenta crear un vínculo fuerte y que "dure", sino que el "yo" acepta entrar en la realidad espiritual, en la energía que no solemos ver, para reconocer un vínculo sagrado que ya existe entre dos personas, aunque hasta el momento no se hayan conocido, y acepta amoldarse a esa realidad, al margen de lo que aparenten ser las cosas.

Según los ángeles, solo los matrimonios o uniones que se realizan según la perspectiva de "Lo Más Alto" (entendido como la perspectiva más grande y profunda) tienen posibilidades reales de triunfar en el sentido que ellos le dan al término. 

Para los ángeles, una "unión" con éxito significa una unión total en dos seres humanos, no sólo física sino también de todas sus capas y niveles de energía. La mayor parte de personas, sin embargo, se unen a otras teniendo en cuenta sólo la parte de más abajo, o fragmentos pequeños de su ser. A veces intentan que Lo Alto se doble hacia lo Bajo (y con "Bajo" me refiero al pequeño yo que conocemos, y sus gustos y apetencias del momento) pero teniendo en cuenta que la visión del "yo" siempre es corta de miras, y encima cambiante (porque el "yo" sufre caprichos, cambios, transformaciones, y en una etapa quiere una cosa, y en otra etapa desea otra), esos matrimonios están condenados a una pronta crisis o ruptura, porque la estructura que crearon es como un castillo de arena en la playa, que se deshace con el paso del tiempo. Muy bonita al principio, eso sí, pero demasiado fugaz para que se pueda proyectar en el tiempo y pueda sostener proyectos de mayor envergadura que sólo con continuidad temporal se pueden realizar.

Por más que pretendamos lo contrario, el "yo" no permanece. Por fijo que sea, la vida nos lleva por diferentes etapas y hay alteraciones en el yo, porque las hay hasta en las circunstancias... No se sostiene lo que se afianzó basándose en la expectativa de que las circunstancias permanecieran estables, iguales, o incluso mejoraran. Ni lo que se hizo esperando que ese "yo" que nos enamoró (o que se enamoró de otro) iba a ser estable, o confiable.

La pregunta que debiéramos hacernos, según los ángeles, es tan tremenda como lo son ellos (los ángeles que yo "oigo" no son del tipo rosita-lalalá) : "¿Al lado de qué persona estoy dispuesto/a a morir en mi noche de bodas, o en cualquier otra noche? ¿Me veo transitando-muriendo en brazos de esa persona?" 


Es decir, para sopesar si es buena idea unirse a alguien o no, la receta es: en lugar de proyectar un matrimonio desde el lado del pensamiento"positivo", pensando en que sucederá lo mejor, e imaginando que todo será, por fuerza, un proceso ascendente de felicidades y facilidades y éxitos, los ángeles nos invitan a preguntarnos: "¿Puedo imaginarme viviendo el hambre, la guerra, el exilio o la enfermedad terminal junto a esta persona? ¿Qué pasaría si perdiéramos en un día todo cuanto tenemos? ¿Seguiría estando con él, o con ella? ¿Estaría él o ella conmigo?"

Pero, por encima de todo, nos invitan a abrirnos a la Visión de Lo Más Alto, a la visión del Sagrado Espíritu, como la del Águila que surca los cielos y ve, desde allá arriba, muchas cosas que nosotros no vemos, tanto del presente, como de lo que está detrás de nuestros pasos (pasado) y lo que se encuentra por delante, en el porvenir. Para el Águila, el mundo es un mapa donde todo ya está escrito y trazado. Ella ve los caminos, las encrucijadas con las que vamos a encontrarnos unos km más adelante. Ella sabe. El Espíritu sabe.

Esto no sinifica desdeñar a la parte animal más baja de nuestro ser. La Serpiente es un símbolo de la energía vital, inclusive en su faceta sexual, y está en nosotros y ha de ser plenamente experimentada, integrada. Pero el Águila puede más que la Serpiente y ve mucho más que Ella, porque puede elevarse hasta ver a la Tierra entera en perspectiva, y la Serpiente no. 

La Serpiente y el Águila deben unirse. Según los ángeles, la plenitud humana viene al convertirnos en algo parecido a serpientes aladas, pero existe un orden correcto para esto, y es que sea el Águila quien señale el camino, y la Serpiente quien vaya por él. No a la inversa. No le dejes la Guía total de tu vida a la Serpiente, porque no ve mucho más allá de sus narices. Está demasiado metida en la Tierra como para ver "el mapa global" de lo que acontece, ni mucho menos para pre-ver lo que se está acercando dos valles más allá de donde vives. 

La Serpiente es una maestra para lo cotidiano, para enfocar con lupa lo que nos traemos entre manos, olerlo, manejarlo, desmenuzarlo, y desplazarnos por el interior de la densidad. Pero no esperes de Ella que vuele y atine con lo que está por venir, ni dejes exclusivamente en sus manos la decisión en una encrucijada en la que se dirime gran parte de tu destino (y un matrimonio lo es) Para esa encrucijada, el Águila es imprescindible y ha de estar ahí. Junto a la Serpiente.

La Serpiente no debería tener miedo de no ver satisfechas sus necesidades por el hecho de hacerse a un lado permitir hablar al Águila, porque el Águila sabe perfectamente lo que la Serpiente necesita. No se trata de realizar una unión entre "animales" esclava ni servil, sino de una simbiosis beneficiosa (convertirse en una especie de serpiente alada) Pero la visión a seguir para lograr esto es y ha de ser del Águila. Cuando se invierte este orden y se le da todo el poder a la Serpiente (que muchas veces es casi ciega por su naturaleza subterránea) nos provocarnos un gran sufrimiento a corto o largo plazo. Devolvámosle los ojos, la visión, la guía al Águila...y la capacidad de reptar y moverse por el interior de la Tierra dejémosla para la Serpiente.

"Matrimonios hechos por Lo Alto - dicen los ángeles- ¡Eso son cosas a celebrar verdaderamente! ¡Eso es una fiesta verdadera! ¡Que surjan más, para que se despliegue la plenitud en la Tierra! Porque sólo de la unión total de la energía de dos seres humanos surgen algunos frutos espirituales y materiales, imposibles de ver en la Tierra sin esta condición de totalidad, de sacralidad, de fusión espiritual y material absoluta".

Os dejo con una pintura de Rafael. Las personitas de abajo son el matrimonio de la historia bíblica: Tobías y Sara, la pareja unida por Lo Alto. La cuerdita que los une representa, según me dicen, el vínculo sagrado pre-existente entre ambos, que Rafael, en medio, ayuda a desbrozar y sanar, para que puedan reunirse y "casarse" de verdad, al modo "total", al modo "de Dios". 


Hay que decir que Tobías y Sara vivían muy lejos el uno del otro y se conocieron sólo después de que Tobías realizara un largo viaje a pie para buscar esposa en aquel clan tribal. Los ángees me dicen que el camino o viaje realizado a pie por Tobías simboliza también "andar por el vínculo" que le unía con Sara, sin él saberlo, como si se hubiera desplazado por la Tierra unido a esa cuerda invisible. Rafael acompañó a Tobías durante todo el camino, por eso también su energía se asocia a los peregrinajes, viajes sanadores y de búsqueda sagrada.

La serpiente bajo el pie de Rafael simboliza todo lo dicho anteriormente. No es que se considere mala a la Serpiente, sino que el Águila ha de estar encima, y si la Serpiente, por alguna razón, se vuelve retorcida y agrede a la Vida (como en esta historia se aprecia, pues el demonio celoso que no permitía que la mujer se uniera a ningún hombre se asocia a energías serpentinas enfermas y desubicadas), entonces el Águila (simbolizada aquí por el ángel) la coloca en su lugar. 

Pero incluso cuando la Serpiente está sana y la tenemos bien integrada, su lugar está dentro de la Tierra, acompañándonos siempre bajo nuestros pies, y ascendiendo por nuestro cuerpo desde nuestras raíces más profundas...




lunes, 15 de agosto de 2016

La "oración" genuina de cada niño o niña.



Recuerdos que vuelven a mí.
Cuando era niña, era creyente, pero a mi manera. Y no me gustaban nada las oraciones que me enseñaban, que me generaban una especie de "pesadez" interna, a veces miedo, y a veces agobio.

Mi momento era la noche. Cuando mi hermanas dormían, bajaba de mi cama al suelo sin hacer ruido y me ponía a rezar a "mi" manera. Empezaba a decir aquello de "Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el Cielo y la Tierra de su gloria, Hossanah en el Cielo...."

Y me quedaba ahí, fascinada, repitiéndolo una y otra vez...despacio...y otra vez... Aquel "Santo, Santo, Santo", y las palabras "Universo...Cielo...Tierra. Gloria..." me resonaban muy profundamente, como si supiera por dentro lo que significaban. Sentía de veras que yo "sabía" a qué o Quién llamaba "Santo", sabía a qué me refería con esa Gloria, pues me resultaba conocida, familiar, con una sensación de conocimiento profundo e íntimo y al mismo tiempo secreto, pues también sentía que en mi familia yo era la única que vibraba con ese "Santo, Santo, Santo" y con esa "Gloria" y con ese conocimiento del "Universo". 


En fin, sentía algo muy especial por dentro con todo eso, aunque no sabía expresarlo de otra manera salvo repitiendo aquella exclamación de asombro y alabanza. Y hoy comprendo que ésa era mi oración verdadera. Nadie me la enseñó, ninguna persona me dijo "Tienes que rezar esto". En el catolicismo eso ni siquiera se considera una oración, sólo es un salmo de la Biblia. Existe ese concepto de que rezar es "pedir" y claro, si sólo hablas de la sacralidad de algo y no estás pidiendo nada, no parece que lo que dices sea una oración. El caso es que yo simplemente lo oí un día, y me gustó tanto que memoricé aquello y me lo "quedé" para mi uso particular. 

Muchísimos años después, ya en mi época de agnóstica y casi atea (ni rezaba, ni "creía", ni me interesaba ese tema) un día realicé un ejercicio de relajación profunda, y me llevé una sorpresa monumental porque al alcanzar la profundidad del silencio y la quietud, de repente "algo" (que no reconocí casi ni como propio, de entrada) se puso a exclamar dentro de mi: "Santo, Santo, Santo..." etcétera. Y todo el recuerdo de aquel "secreto" de mi infancia regresó a mí...

Recordar todo esto hace que reconecte con una parte de mí muy pequeñita y al mismo tiempo muy esencial. Es la parte más potente de mi ser, como un átomo de fuego alrededor del cual se construyó luego todo el cuerpo, y toda la personalidad, con sus historias, sus análisis, sus estructuras, y su inevitable blablablá mental. Pero hoy pienso que detrás de mi blablablá, incluso detrás de tantos libros y cosas como he escrito, tal vez sólo esté ese "Santo, Santo, Santo...Universo...Cielo...Tierra...Gloria...". Sigo queriendo decir lo mismo, no puedo dejar de decirlo, y busco maneras distintas de repetirlo, de ampliarlo, de dar vueltas a lo mismo...a la sacralidad de lo existente, a la Presencia de Algo que nos trasciende...

Escribo esta entrada en memoria de esa niña que bajaba de la cama a escondidas para quedarse medio en trance repitiendo "Santo, Santo, Santo"... pero también en honor de la parte esencial de todos los niños que hoy crecen, y cuyo núcleo o esencia sagrada realmente no conocemos. ¿Qué oración, entendida como "expresión espiritual genuina" surgirá del interior cada nuevo niño o niña? 


¿Y cuál es la oración "verdadera" de tantos niños que viven aún escondidos en el cuerpo de los adultos...? ¿Qué susurros ardientes surgen de nuestro interior, independientemente de lo que nos inculcaron? Es importante conocer nuestra "expresión espiritual verdadera" u "oración genuina", porque es la que nos hace arder el corazón, y todo el ser. Es la "oración" que nuestro cuerpo y nuestra esencia profunda repite día y noche, aunque el resto de nuestro ser (especialmente nuestro pequeño "yo" no se dé cuenta de eso y viva en una ilusión distinta. 


Y, como dirían los ángeles, "Arder es servir"... Si ardes, estás vivo de veras. Si ardes, la Vida es aún posible. ¿Conoces lo que te hace arder? La niña o el niño que fuiste seguro que sí...

(Rescatado del muro de facebook. 2 de diciembre 2014)

La búsqueda (religiosa cristiana) de La Madre

(Arriba, imagen de la "Virgen Blanca", en la catedral de León)

La búsqueda de LA Madre en mi interior me viene desde niña, aunque yo entonces no sabía identificar mi pasión por las imágenes de María con esa búsqueda o impulso de encontrarme con LA Madre, conectar con Ella, entender algo...recibir ese amor incondicional pero también unirme a su corriente de amparo y cariño hacia la vida y hacia el mundo.

Rebuscando entre las cajas de mis viejas pertenencias que se guardan en el pueblo de mi madre, encuentro mi viejo álbum donde guardaba la colección de imágenes de María...O sea, en mi comprensión de hoy: imágenes de LA Madre. Me produce ternura y me conmueve encontrarme con esta colección de fotos, postales, estampas...Algunas con valor artístico, otras casi feas o directamente ñoñas y horteras, pero todas ellas expresando diversos aspectos de la maternidad, amparo, cuidado, cariño...
                                                       
¿Cómo podría burlarme hoy, desde mi ser adulto, de las imágenes de María que guardé, si fueron lo más maravilloso para la niña que fui­, su salvación frente a pesadillas y terrores nocturnos, la certeza de que existía algo mayor que nuestras pequeñas y asfixiantes vidas, y un gran amor maternal en alguna parte, esperando ser encontrado y aceptado...?

Nunca podré unirme a las corrientes que se burlan de María, o de sus imágenes, o que desprecian y atacan las creencias de otros en Ella. Entiendo las mofas, y la ira: son la expresión de la rabia rebelde de personas que han sufrido a causa de la religión y necesitan sacar eso afuera y además quieren reivindicar otra cosa. Pero cada uno ha de ser fiel a su verdad íntima y yo soy fiel a mi niña interior y su verdad. Y veo a las niñas que, estos días, van a las procesiones o salen de misa y, aunque detesto la estructura de poder eclesial y ya no soy católica, ni de misas, ni de "curas" (y tengo también mi rabia y mi ira hacia la iglesia), me conmuevo con esas niñas, porque me veo a mí­.

Y no puedo, ni quiero odiarme en retrospectiva por ser "esa clase de niña" que llevaba orgullosa un lazo en el pelo, un vestido de volantes, y rezaba con fé total a un trozo de piedra con rostro de bondad. Ya he tenido bastante odio en la vida. Y sufrimiento. Por ser así, o por ser asá. 


He estado, de hecho, en los 2 extremos (credulidad infantil total, y cinismo escéptico casi ateo) antes de ser lo que soy ahora. Así que ya sé lo que es recibir burlas y desprecio por parte de ambos lados. Por creer, o por no creer. Por ser "beata" (insulto a las creyentes) o por ser "puta" (insulto a las progres-liberales promiscuas). Y qué más dá, al final todo es odio. Y tan inútil.

Mi niña y sus postales de Marí­a... Mi niña como el pequeño niño androide protagonista de "Inteligencia Artificial", (peliculón, 100% recomendado) rezándole a una imagen de aspecto femenino y bondadoso, creyendo en su poder aunque sea sólo un trozo de escayola coloreada en modo kitsch. Porque yo estaba convencida de que un dí­a me encontrarí­a con La Madre, que me acogería bajo su manto, pegadita a su cuerpo, y luego me unirí­a a Ella y ya está. Eso sería la felicidad, no habría más problemas, ni angustias...

¿No es eso, al final, lo que han deseado millones de creyentes en la larga historia del cristianismo europeo? ¿Acaso no están todos los pueblos y ciudades poblados de iglesas y ermitas con su correspondiente imagen de María debido al insaciable e infinito deseo de MADRE? 

Hubo un tiempo en que yo detestaba todo lo religioso. Hoy no me molesta vivir en un territorio sembrado de imágenes que me recuerdan que, el gran anhelo secreto de mi amada tierra Europea, en su aspecto más antiguo, genuino y salvaje, la gran vocación sin realizar o culminar todavía, es regresar a LA Madre. Volver a las cuevas sagradas donde la "Señora" se aparece y bendice vidas y vientres, a las fuentes y los árboles sagrados donde Ella pone su pie, a las montañas donde Ella vive... Europa desea ser "La Tierra de La Madre" otra vez.

Delante de nuestras narices, miles de imágenes muestran que no hay deseo mayor en esta tierra y sus gentes, que volver a LA Madre. Desean devolverle a ELLA su lugar, su trono, su espacio. Reconvertir esta tierra en sagrada otra vez (como realmente lo es), sin "necesitar" psicológicamente que una religión estructurada de origen foráneo e imperial le dé a la gente el "permiso" para sentir o decir que ELLA sigue estando aquí. Que la tierra continental de Europa sigue siendo SU tierra. Que las cuevas, los manantiales, los bosques, la vida, es SU vida, su rastro, su presencia.

Las religiones estructuradas pasarán. La estructura católica pasará. Pero LA Madre no. Ella seguirá aquí, independientemente de cómo la pinten, la vistan o la vean. Cualquier religión extranjera, sea antigua o de nuevo cuño, que se desee "imponer" o extender por Europa, será infiltrada desde dentro por LA Madre, tal como una vivienda construída sobre un manantial, acaba viendo aflorar el agua por sus paredes. 

Porque esta tierra lo lleva en sus venas. La Tierra continental Europea es parte de su jardín, y ES su cuerpo. Por eso se aparece aquí y allá, independientemente de las creencias que tenga la gente. La Madre ya estaba en Europa antes de que aparecieran por aquí los cristianos, ha seguido estando después de la implantación de su religión, y seguirá estando cuando todo cambie y tal vez otras creencias dominen el escenario. 







lunes, 8 de agosto de 2016

Depredación y simbiosis


Un debate polarizado y dualizado es: ¿Cuál es la naturaleza de la naturaleza, valga la redundancia? ¿Se basa la naturaleza en la competencia por los recursos o en la colaboración y cooperatividad?

Llevo años a vueltas con el tema. He pasado de un lado a otro varias veces y al final mis observaciones me van conduciendo a esto: ni una cosa, ni la otra. La naturaleza son las dos. Existe la depredación, existe el parasitismo,. Y existe la cooperación y la simbiosis.

La vida se desarrolla entre las tensiones por ver "quién puede más" y las tensiones del deseo de fusión y colaboración amorosa. Y lo curioso es que al final me parece que, en la naturaleza, ambas cosas no son excluyentes. Sólo en nuestra mente necesitamos dualizar y seccionar la mitad de los comportamientos biológicos para decir: "No, la verdadera naturaleza es colaborativa y amorosa" o para decir: "No, en ella todo es competir por recursos". Es que resulta que cooperar es un modo de acceder mejor a los recursos. Y competir es un modo de entrenarse para fortalecer ciertas características que son útiles a la vida (como cuando los cachorros de león "compiten" en peleas)


La Naturaleza es las dos cosas. Cómo las viva el ser humano es otra cuestión sobre la que no voy a teorizar ahora. Pero de lo otro cada vez tengo menos dudas. Estoy releyendo "Planeta simbiótico" de Lynn Margulis, y al mismo tiempo contrasto con "Contra Natura" del biólogo Arcadi Navarro, y se me están esclareciendo los esquemas de manera total.

También digo: jo, qué nostalgia de cuando empecé la carrera de biología. Si llego a vieja, a lo mejor vuelvo a estudiar y biología estará entre mis favoritas. Sigo emocionándome con la célula y la microbiología. Se me sigue encendiendo el entusiasmo ante las explicaciones de esos micromundos. Recuerdo mi pasión con el microscopio en el instintuto. Esa es una parte de mí que nunca desarrollé, pero que siempre ha quedado ahí, alimentando mi curiosidad por cómo funciona la vida. 
                                  
Y extrapolando la cosa al ámbito de energía psíquica, resumo: me parece que la clave está en distinguir entre lo que nos parasita y lo que, en cambio, puede ser una simbiosis. Fusionarse, juntarse, emparejarse, agregarse...conviene discernir y ver si el resultado es parasitante (del otro u otro, o nuestro, o mutuamente, incluso) o por el contrario se trata de una verdadera cooperación mutua (simbiosis)

                                  

Recuerdo un antiguo amigo medio chamán, que siempre tenía miedo cuando le relataba mis vivencias con la energía espiritual. Le parecía que los "ángeles" eran parásitos mentales que se acercaban a mí o a la humanidad para vivir a nuestra costa. Debatimos mucho sobre eso y al final mi conclusión era: si hay amor y crecimiento por mi parte, no me pueden estar parasitando. Estoy siendo, más bien, alimentada o ayudada. Pero sí podría tratarse de una simbiosis de beneficio mutuo, quién sabe. Y eso es algo sobre lo que meditar.

No hay vuelta atrás en la simbiosis, porque nunca más vuelves a ser el mismo tras una fusión simbiótica. Al mismo tiempo, ese cambio no es limitante ni perjudicial, porque gracias a la simbiosis estás mejor "adaptado" al entorno y te vuelves más "capaz".

"Yo" como escritora, por ejemplo, soy el producto de una simbiosis, porque antes de unir mi ser a otras energías, era incapaz de escribir tanto, ni libros con contenido ordenado (Hay una larga historia ahí, ja ja) La cuestión es que simbioticé por amor, y eso me parece que es lo que nos hace más capaces, más "competentes". También nos permite la experiencia de vivir albergando vida amorosa...o siendo "albergados" por vida amorosa más grande que nosotros. Como la bacteria en las tripas de una vaca, ja ja.

Qué poco romántico ¿eh? Pues así es mi perspectiva. ¡Viva la microbiología!

(La pintura de abajo es de Alex Grey y es un  homenaje a Lynn Margulis y su teoría simbiótica)







viernes, 5 de agosto de 2016

La Madre y La Anti-Madre (Fuerza sagrada y contra-fuerza)



(Mayo 2015)

Si toda fuerza en el universo tiene alguna contra fuerza, es normal que a la energía/conciencia de La Madre se oponga la de la Anti_Madre. Solo que no me había detenido nunca a sentirlo ni observarlo. No lo había "visto" hasta ayer, que fue curiosamente el día de La Madre. Por lo visto mi cuerpo decidió por su cuenta "hacer limpieza" o sacar basura, y empecé a sentirme mal. Purga de energía. Cuando fui a enfocar el dolor de espalda y el ardor de estómago que tenía, me salió del cuerpo este tema: La Madre...y la Anti Madre. (Hoy ya me encuentro bien)

Escuchar a mi cuerpo me confrontó de manera directa con la energía de "aquello que atentaba contra mi maternidad o intentaba dificultarla". Y cual no sería mi sorpresa al descubrir rostros de mujer en ello. Sombras de mujeres, o sombras "llevadas" y "alimentadas" por mujeres, yendo en contra de la maternidad (en este caso, la mía, pero comprendí que esa fuerza Anti-Madre dañaba a muchas mujeres en el mundo) Generaban bloqueos de energía, discordia, conflictos, obstáculos.

Hay tal vez un preconcepto injusto, un prejuicio muy grande que nos hace pensar, a algunas mujeres, que si existe algo "anti madre" ha de ser de origen masculino. Y mira, no digo que no haya hombres canalizando o alimentando sombras anti maternales procedentes de una energía que a su vez es Anti-Padre, pero ayer mi cuerpo no señaló a ni un solo hombre de los que he conocido como "Anti Madre". La energía ESPECÍFICA Anti-Madre venía a ser como una imagen antagonista de La Madre, y por lo tanto era movida, llevada, vivida o representada por mujeres que experimentaban, inconscientemente o no, un conflicto fuerte con la maternidad o con alguno de sus aspectos.

Estaba asombrada, así que fui observando y escuchando lo que mi cuerpo me mostraba. Me dolían en ese momento hasta los ovarios, mi cuerpo me hablaba de "luchas femeninas por el espacio o territorio", y me mostraba cómo para ser madre es imprescindible crear y cuidar (mantener) un nido en condiciones, y por eso una de las maneras en que se manifiesta la Anti Madre es generando conflicto con el espacio-nido, con ideas, sensaciones y creencias variadas, por ejemplo: "Este lugar es mi territorio, no tienes cabida en él", "No me cuidaste cuando era niña, no me dejaste tener mi espacio, ahora te haré sentir lo que es no tener lugar en el mundo, para que aprendas", "No podemos compartir nido, porque el espacio solo puede ser de una mujer, o tú o yo"... También se daban bloqueos y dificultades en la anidación de una madre o futura madre, y finalmente estaban los grandes ataques contra el hogar y la familia, que a veces hasta terminaban por provocar una sofocación o extinción del flujo natural de la maternidad en ese espacio o "nido". Si estresas a una hembra, no se puede reproducir, pero es que también se le hace muy complicado criar bien a quien ya ha nacido.

Otras ideas/creencias diferentes giraban en torno a juicios (ajenos) sobre la mujer que se disponía a convertirse en madre, o que ya lo era, haciendo una valoración sesgada y negativa acerca de su "idoneidad" como madre: "No deberías ser madre, tu energía no está limpia, seguro que estás cuidando mal a tu hijo o le llegan negatividades por tu causa", "Sólo deberían ser madres las mujeres más perfectas, es decir las que piensan correctamente acerca de cómo criar a los niños, como yo..."...

Otras trabas proyectadas hacia la maternidad ajena procedían de conflictos mentales y emocionales acerca de la pareja que una mujer-madre tiene: "Este hombre no te pega, no te corresponde, no deberías unirte a él"... "Vuestra relación no os puede salir bien porque no sabes cuidar a un hombre como él. No eres lo suficientemente buena (o adecuada) para alguien como él. Yo lo haría mejor, porque yo le entiendo mejor que tú"... "Tú no entiendes nada que no gire entorno a ti misma, utilizas a todo el mundo, inclusive a tu pareja. Es mejor que no tengas más hijos. Y me da pena el hijo que ya tienes...", o "Qué manipuladora has debido ser para conseguir a este hombre, que es mucho más (x, rellenar con opciones) que tú. Seguro que lo tienes sometido o esclavizado", "Creo que soy más compatible con tu pareja que tú", o " El y yo tendremos siempre una complicidad que tú jamás tendrás, porque soy su madre", (o por lo que sea). Cosas así.

Pero comprendí que el asunto, el trasfondo, no consistía en observar cada pensamiento/juicio/proyección negativa, sino en comprender la existencia de la energía Anti Maternal en el fondo más hondo de todo, generando aversión y conflicto no solo frente a la propia maternidad (pues por lo que vi, las mujeres que resonaban mucho con la Anti Madre, la mayoría no querían ser madres, o lo habían sido pero vivían con mucha conflictividad soterrada su propia maternidad, casi lamentándola) sino hacia la de las demás. Los argumentos eran cualesquiera, casi secundarios. No había que prestarles atención porque si uno se posiciona en la Anti Maternidad, cualquier excusa o realidad en el mundo o en los demás servirá para crear la idea de que es mejor que tal persona no tenga hijos. En el fondo, la Anti Madre no desea NINGÚN hijo de NADIE, pues es una energía Anti-Existencia Humana. Pero es una energía sombría, no reconocida ni observada por lo general, y entonces pasa desapercibida. Es desconocida.

Estuve escuchando a mi cuerpo mientras le permitía sacar sus dolores a la luz y me asombré del poder que las proyecciones y actitudes de terceras mujeres habían tenido no sólo en mi cuerpo (generando ciertos malestares en el pasado, que no voy a detallar) sino también en el entramado de mis relaciones. Porque, obviamente, una mujer cuyo ánimo hacia ti se "tuerce" porque no ve con buenos ojos la maternidad (y especialmente "tu" maternidad, tanto la ya existente, como tu deseo de volver a ser madre, si es que lo tienes) no va a ayudar a la fluidez de tu entramado relacional. Será como un hilo de la red que te rodea por el cual no fluyen las cosas adecuadamente, e incluso ese hilo se puede enredar o anudar y crearte obstáculos que a lo mejor ni percibes. Un asunto complicado, la verdad.

Luego me quedé sin ideas. ¿Cómo se arreglaba eso? Porque además hablábamos de algo muy subconsciente, muy pero que muy en la "sombra". Entonces intervinieron mis Guías. Me explicaron que tomar consciencia ya bastaba para que se iniciara una reordenación de energía y una limpieza de relaciones. Yo debería entender aspectos de cada una de esas relaciones, para sanarlos en lo posible (en mi parte) pero también debía entender que la energía Anti Madre se suele esconder muy profundamente, y generalmente quienes la "llevan" asociada no son conscientes de ello. Incluso a mi me podría pasar, podría ser utilizada puntualmente como un  "punto de agarre" para la acción de esa energía en el mundo, si por ejemplo viviera un conflicto con la maternidad de otra mujer del que no fuera consciente, y eso se enquistara en mi interior. A través de ese nudo sombrío o tenebroso enquistado podría filtrarse "lo otro".

Lo más importante era poner consciencia sobre las propias sombras y conflictos, para limpiar los posibles puntos de "agarre" de la energía Anti Madre. Y me señalaron uno de estos puntos más importantes: el resentimiento y la negación a pasar página de viejos conflictos. Por ejemplo, abundan las niñas interiores heridas que no quieren dejar de recordar heridas o daños sufridos en la infancia que su madre u otras figuras cuidadoras (como hermanas mayores, tías, abuelas) les infligieron, y que secretamente esperan vengarse de un modo u otro. O memorias de traumas antiguos, de otras vidas, o ancestrales, en los que existe un dolor que no se quiere abandonar porque una ya se siente demasiado identificada con el rol de víctima y no desea, además, pasar página, y ve en otras personas (en este caso, mujeres) la representación simbólica de los verdugos, o sus familiares.

La negación del "pasar página" es comprensible hasta cierto punto, cuando uno se encuentra con personas que tampoco quieren dejar de agredir. Lo que toca, en ese caso, es alejarse de ellas y pasar página "después", porque si vas pasando página mientras te sigues sometiendo a los mismos abusos o incomprensiones, es un círculo vicioso destructivo. Sin embargo, en algunos casos la persona que ha hecho daño pide perdón, y elige cambiar, y da muestras verídicas y palpables de ello. Y puede suceder entonces que, a pesar de ello, existae en el otro una negación a pasar página o a perdonarle, porque el resentimiento es muy grande y además uno se siente más fuerte siendo una víctima rabiosa que como persona que deja de tener "derecho" al uso de armas (castigadoras) que le da esa rabia. La pérdida de la rabia, algunas personas la viven como la pérdida de fuerza, y eso les da miedo. Temen volver a ser víctimas.

Todo es comprensible, como cualquier proceso interno puede serlo si te lo explican y lo "ves" gráficamente inserto en su contexto, como en un esquema. Pero hay rabias sanas y rabias enfermizas, y ayer los Guías me hablaron de cómo la rabia ENFERMIZA elegía NO pasar página, NO dejar de desear venganza salvo con la boca pequeña, y así elegía, sin darse cuenta, ser parasitada o habitada por "demonios" o energías de enfermedad del alma, anti Vida. En este caso se trataba de La Anti Madre. Eran mujeres con la niña interior muy herida y que no perdonaban a otras mujeres por lo que éstas les habían hecho, o simplemente por lo que simbólicamente "representaban" para ellas; mujeres que no querían pasar página de su pasado infantil o de adolescencia, o de cuando fuera, y veían con rabia la maternidad en general o la maternidad específica de otra, porque les recordaba cosas que no querían recordar.

Esto en casos extremos generaba a veces un panorama de ESTERILIDAD en su vida, afectando también con esa tendencia a otras mujeres con las que se relacionaban. En otros casos, no existía esterilidad en su vida, pero se iba generando como un ostracismo de "la madre rechazada", una mujer rechazada por las demás, que iba siendo juzgada, aislada, sacada de los espacios comunes o forzada/presionada a "ser otra" si quería ser aceptada en ellos. Lo cual impedía a esta mujer o estas mujeres "otras" y "rechazadas" sentirse amadas, tener su propio espacio en paz, asentarse con fluidez y confianza. 


Siempre ha habido mujeres "marcadas" o mal señaladas por la sociedad. Y siempre ha habido mujeres rechazadas por algún colectivo femenino, mujeres "mal vistas" por esto o por aquello, mujeres de las que se ha dicho: "Mejor que no sean madres". Por esto, por aquello o por lo demás allá. Por brujas o por monjiles, por putas o por puritanas, por guapas "que dan rabia" o por feas "que no debieran reproducirse" o "cómo es posible que encuentren novio". Por no tener la ideología que una considera adecuada, por demasiado gordas o demasiado flacas, por considerarlas demasiado incultas o vulgares, o porque son tan ricas "que dan rabia", etcétera.

La Anti Madre es una energía profundamente rabiosa. Tan, tan rabiosa, que su nido es de pinchos, y por eso nunca pone un huevo. Los destruye en su interior antes de que salgan, porque en su interior también hay pinchas o incluso ácido. Y si pone un huevo, es destruido. O la cría sufre muchísimo porque no hay paz ni sosiego en esa no-madre, sino sólo pinchos. Aunque estén, a veces, escondidos.

Y ¡ojo!, porque no hay que creer que esto es algo fijo o estático: la Anti Madre, como las nubes de tormenta, puede ir y venir de una persona a otra, de una sociedad a otra, y manifestar su energía en diferentes momentos, puntos y situaciones. Nunca se puede decir: "Esta persona "es" Anti Madre". Siempre se trata de que una persona, en un momento de su vida, "permite" a la Anti Madre actuar "a su través". Y generalmente esta persona NO se da cuenta de ello, porque hablamos de sombras, o de personas dormidas, y de energías maliciosas enquistadas en un resentimiento manipulador. Así que no hay cruzada o lucha posible contra personas Anti Madre y además sería contraproducente, porque la mayor parte de personas son "mitad y mitad", y canalizan cosas buenas y cosas no tan buenas. No hay modo de separar el mundo en "personas totalmente buenas y personas totalmente malas", o "personas que sólo canalizan lo bueno y personas que sólo canalizan lo malo".

Lo sensato y aconsejado por los Guias es observar la energía que se mueve en el fondo de un conflicto y cómo nos relacionamos con ella (para limpiar nuestros posibles puntos débiles o de agarre, y evitar actuar como agentes AntiMaternales) , y también la relación que tenemos con esa persona, para evitar ser dañados por ella, si está canalizando a la Anti-Madre. Algunas relaciones se pueden sanar, otras no. Es todo un tema...


Me quedé dormida tras la "sesión". Veía imágenes de una vieja horrible, en plan la bruja mala de los cuentos, riéndose con malicia mientras manipulaba la energía, con unos ojos desorbitados por el placer de destruir, escupiendo rabia hacia las mujeres fértiles, como la bruja de Blancanieves. Luego, veía imágenes de La Madre, bajo una forma humana simbólica muy parecida a la de María-Madre, abrazando a un bebé y mostrando una extensión de su ser que era como un manto de energía/luz amparadora, protectora. Y luego ví imágenes otra vez demoníacas, pero no al modo tradicional, sino como salidas de películas entre lo gore y la ciencia ficción. Daban miedo por la locura que irradiaban esas energías, locura y desquicie, el terror de la absurdidad de lo maligno llevado a un grado extremo. Y oí una frase (de mis Guías) que me decía: "A veces hasta los sacerdotes exorcistas han detectado de verdad a estos demonios (!!????), pero todos los religiosos del mundo, no importa de qué tradición, creencias, culto o religión sean, no pueden nada contra la Anti Madre. Sólo puede La Madre".

La Madre. La Madre rondaba mi espacio, ayer, y por eso suscitaba esta limpieza. La gente se equivoca al pensar que rodearse de buenas energías va a hacer que uno siempre se sienta bien. A veces sucede lo contrario. Las purgas y limpiezas pueden doler o resultar muy desagradables mientras ocurren.



P.D: Nota del año 2023: Años después de escribir este post, escribí el libro "Demonología" y lo publiqué en Amazon. Y en el mismo, incluí un extenso capítulo dedicado a la Anti Madre, a la que ví asociada con la mítica Lilith. Para más detalles, el libro.

jueves, 4 de agosto de 2016

Tierra, campos electromagnéticos y lluvia.


Estos días, no sé por qué, me viene a la mente el recuerdo de la única vez en que intenté, muy en serio y unida a dos personas más, rezar para que lloviera. En la zona en la que vivíamos había una sequía horrorosa, y sentíamos muy intensamente la necesidad del mundo vivo de recibir agua, así que decidimos salir de la actitud pasiva (de aceptar sin más de lo que sucedía) y entrar en una acción intentando cambiar las cosas. 

A fin de cuentas, ¿no habían hecho eso los chamanes de medio mundo? Si era posible hablar con los elementos (y yo creía que si, porque había tenido experiencias puntuales de ello), ¿por qué no intentar "convencer" a los elementos para que lloviera de una vez...?

Pero me sucedió algo muy distinto a lo que esperaba. Sí, conecté "con los elementos", pero no del modo que pensaba que sucedería. Porque empecé a escuchar a la Tierra, y ésta se desahogó conmigo de su agobio, ya que resulta que era la primera interesada en que lloviera, pero ¡ni Ella lo estaba consiguiendo...!

Ay...yo debiera haber imaginado que, siendo como soy lo más parecido a una ventanilla de reclamaciones, quejas y desahogos, aquello de conectar con la energía para simplemente "decretar" no iba a funcionar ni de chiste conmigo. ¿Conectar? Oh, sí, pero espera un segundito, que te vamos a contar una cosita que debes saber. Te vamos a explicar porqué no llueve justo en esta zona donde vives, y así ya te dejas de sentir culpable, si a pesar de tus ruegos, la lluvia no cae. O dejas de culpar "a Dios" de la sequía.

Yo estaba sentada sobre la tierra, en medio de un paraje natural bastante salvaje, entre bosques, en un alto con bastante perspectiva sobre el horizonte. La Tierra, entonces, me hizo mirar hacia lo lejos y me dijo: "¿Ves todo eso de ahí? ¡Esas cosas son las que están haciendo que no llueva!" 

Y ¿sabéis a qué cosas se refería? Pues a las decenas de torres eólicas, a los dichosos aerogeneradores que, como púas metálicas gigantes, están empezando a aparecer, clavaditos en todos nuestros paisajes.

Pero yo no entendía porqué la Tierra achacaba a esas torres la sequía, hasta que Ella se me empezó a quejar de los tendidos eléctricos, de la exagerada instalación de postes y torres metálicas, y de cómo entre todo junto, (y sobretodo desde la instalación de centenares de generadores eólicos) se estaba alterando el flujo de intercambio electromagnético entre la tierra y el cielo o atmósfera. 

 "Antes aquí había más tormentas, en verano -me dijo la Tierra- Ahora son rarísimas y excepcionales, y es por todo esto. Los rayos ya no caen como debieran, las corrientes magnéticas están alteradas. ¡Y yo estoy harta! Todo esto me daña y me agobia muchísimo. ¡En mala hora la electricidad artificial se inventó y se ha extendido por todas partes, para mí es un sufrimiento!

Me quedé ko. Pero ko. Porque sentía su agobio, y era una desazón tremenda, como si me faltara el aire o el cuerpo estuviera constreñido con algo. Pero también porque... ay, ¿cómo íbamos a renunciar a la electricidad artificial, a los cables, a la luz eléctrica? ¡Dependíamos casi al 100 por 100 de ella!

"Pues me gustaría que se preservaran espacios de Tierra sin ser invadidos de cables. Y me gustaría que, algún día, aunque sea dentro de mucho tiempo, "al menos tú" renunciaras temporalmente a la electricidad artificial por amor a mí. Porque hija mía, si no lo haces tú, que me oyes y me escuchas desde hace tanto tiempo, ¿qué esperanza me queda de que se racionalice esto? Si el amor no puede hacer que alguien evite usar algo que daña al ser amado, ¿entonces qué puede evitarlo?"

Me quedé re-doblemente ko, conmovida porque sentía su dolor, y realmente yo amo a la Tierra, o eso digo. Así que sus palabras me ponían el dedo en la llaga. "Si me amas, "al menos tú", algún día podrías vivir sobre mí sin usar nada de lo que me daña". Uf.

Me oí decir a mí misma que sí. Que lo haría. Mi parte racional pensaba "Tía, tú estás loca", pero mi corazón pensó de otra manera. De acuerdo, ahora me era imposible, porque uno no puede "desconectarse" de la red eléctrica de la noche a la mañana, y menos criando a un niño en mi país, pero me imaginé siendo una vieja y viviendo en una casa de ésas tan, pero tan eco-bio-de-todo, que ni cables tuviera. Hum. Por imaginar que no quede.

Y la Tierra sonrió con resignación y cierta triste espera, pero con cariño, porque es Madre y me conoce y entiende mi situación. 

Luego le pregunté qué podíamos hacer los 3 que estábamos sentados allí en silencio (porque yo no estaba sola, pero este diálogo era interior) para ayudar a que lloviera, y sólo me dijo que "Era muy difícil", porque todo estaba muy desequilibrado. Pero que rezar por ello y enfrentarnos a este tema nos vendría bien para aprender, y luego  ¿quién sabía...?

Y con esto mi diálogo terminó, y no hubo nada más que yo pudiera hacer. Otro de los allí presentes sintió una conexión con los seres de las tormentas, y presintió que llovería al poco. Al cabo de dos dias llovió un poco, pero sólo en una parte de esa zona, y no fue  mucho. La sequía, en general, duró aún un tiempo más. Un tiempo en el que el cielo tenía un color terroso y el bosque crujía al caminar por él,  como si estuviera hecho de patatas chips.

Realmente nos hacía falta aprender aún mucho, no sólo sobre la lluvia, sino acerca de cómo todo está inter relacionado, y las acciones del ser humano sobre la superficie terrestre pueden tener efectos secundarios muy desagradables, incluso aunque se revistan de un aspecto benéfico y ecológico como los aerogeneradores, a los que desde entonces miro con manía. 

Sé que mi postura será anti popular, y sé que contar una anécdota así puede resultar desesperanzador, pero esta es mi vida y lo cuento tal como lo he vivido. Además, tal vez sea mejor confrontar la realidad. La Tierra sufre con la energía eléctrica "artificial" porque genera tendidos de cables, instalación de postes y torres metálicas, etc, actualmente en una cantidad tremenda. Y los aerogeneradores en concreto son como agujas en su espalda, un horror y un obstáculo para que caigan los rayos "donde deberían" y con la frecuencia adecuada, y ya está.

Hay otras causas, sin duda, para sequías y disfunciones climáticas, pero en aquella zona, y en aquellos meses, ésa fue la causa que se me mostró. Una más para la lista que explica cómo estamos jugando a magos con la materia, pero si no la escuchamos podemos cagarla, pero a base de bien, y no darnos cuenta ni siquiera de ello.

El llanto de la Tierra a través de los cuerpos de "los que La sienten"



(Del 20 de junio del 2012, rescatado en la limpieza de mi muro de facebook)



Hoy sentía un mareo, unas náuseas, y me acongojaba un no sé qué. En un ratito de soledad he podido observarlo, enfocarlo en forma de diálogo interno, dejando hablar a mi cuerpo. Y salieron lágrimas por tantas cosas que se mueren, ahora mismo, y ya nunca más serán. Lágrimas que no parecían mías, lágrimas como de diosa, por la belleza perdida, por tantos hijos que ya no vivirán, tantas realidades naturales que se abortan, que se asfixian...

Es difícil escuchar sin intervenir, sin adoctrinar, sin intentar negar su derecho de ser a las lágrimas. Sin decir: "No llores, Naturaleza, porque otro mundo vendrá, que seguro que será igual o mejor que éste" Qué pifia decir algo así a la fértil divinidad. Negarle su dolor, todo porque pensamos que, total, seguramente tendrá otros hijos. Es como tapar la boca a la madre que sufrió un aborto, o una muerte perinatal, diciéndole que ya se quedará embarazada otra vez. O como decirle a la madre de siete hijos, que no llore si tres de ellos mueren, porque total, le quedan cuatro. Tremendo.

"Déjame llorar, hija mía, porque éstos, los de ahora, son únicos, y nunca más serán. Hay tanto por despedir, hay tanto por enterrar, hay tanto por lo que hacer duelo...Déjame llorar a través de ti "- me decía la Tierra en mi cuerpo.

Y este es el mayor misterio, dejar que el dolor de cosas mucho más grandes que uno mismo salga por el vientre, por los ojos, por la boca. Desgarrarse por momentos y dejar que eso aflore, como un volcán de agua salada desde dentro, hasta que llega la paz. Retorcerse, asumiendo un fin. Tal vez no sea "EL" fin, pero desde luego sí es "un" Fin, y como todo final, duele. Máximo cuando sientes a todos los seres vivos como tus pequeñas criaturas, ésas que hasta ahora corrían abundantemente por tu vientre, tus pechos (¡tus cientos de pechos!), tus cabellos, tu espalda...Haciéndote cosquillas, regocijándote con su bullicio...

Hay tanta vida que se va... ¡Tanta! Tanta belleza perdida, tantísima. Y no hay vuelta atrás para muchas cosas. No se puede ayudar a La Madre negando sus motivos para llorar. Tan sólo se la puede...acompañar.



miércoles, 3 de agosto de 2016

Sobre la leyenda de José, el Soñador, y la salud del corazón.




(Post del 15 junio 2012, rescatado tras la limpieza de mi muro de facebook)


Cada vez que oigo que vienen "vacas flacas", me viene a la mente la Historia de José (el de la Biblia), porque precisamente es ahí donde nació esa expresión, vacas gordas y vacas flacas.
José era un gran soñador, pero este don no le puso las cosas fáciles. De hecho, los sueños que tenía (y que contaba) fueron una de las razones que detonaron la envidia de sus hermanos, hasta el punto de que decidieron matarle. Finalmente se lo pensaron mejor y lo vendieron como esclavo a una caravana de mercaderes, yendo a parar a Egipto.

El faraón tuvo un sueño que le obsesionaba, según el cual 7 vacas flacas devoraban a 7 vacas gordas. Luego, el mensaje se repetía en forma de 7 espigas delgadas que devoraban a 7 espigas gruesas. Sólo José, que en aquel entonces estaba (injustamente) confinado en la cárcel, supo descifrar el sueño: después de unos años buenos, vendrían siete años de sequía y hambruna terribles que acabarían con todo. Y le dio un consejo al faraón: "Es necesario prepararse, hacer acopio de provisiones". El faraón sintió que José daba en el clavo, y le confió a él la administración de los graneros de Egipto, para que organizara la reserva de alimentos, previendo la carestía.

Todo sucedió como los sueños habían dicho. Fue así que, cuando llegaron las "vacas flacas", los hermanos de José, los mismos que habían querido matarle y le habían vendido como esclavo, tuvieron que ir a Egipto, empujados por el hambre, para comprar grano, porque en sus tierras casi no había qué comer. 

José tenía entonces la oportunidad de vengarse. Castigar a sus hermanos con una negativa a proveerles de grano o con cosas peores, hubiera sido el camino más fácil para un humano vulgar, pero aunque estuvo acariciando qué se sentía al tener poder sobre ellos, no siguió en esa dirección. En lugar de eso, comprendió que, en aquel momento, se cumplían los sueños que tuvo de niño, y que existía una sabiduría oculta como por detrás de la trama de su turbulenta vida, ya que, de no haber sido vendido como esclavo, viviendo luego toda la concatenación de hechos adversos que finalmente lo condujeron a ocupar un cargo de importancia (gracias a su capacidad para interpretar sueños) ahora no tendría la oportunidad de ayudar a su gente (ni a tantas otras personas) La historia termina con José reconciliándose con sus hermanos y salvando a su anciano padre y al resto de su familia y tribu, de la miseria y el hambre.

La moraleja que mis guías me muestran con su interpretación de esta historia, es que existen dos caminos para los soñadores: 

- Uno, el que consiste en intentar emplear los dones únicamente para salvarse y hacer acopio de energía para uno mismo, sin más. Y a los demás, esos que no han entendido lo que era "soñar", esos que se han burlado de tantas cosas, o que han envidiado o dado la espalda al soñador, que les den. Tienen su merecido por ser envidiosos y mezquinos, que espabilen.

- Otro camino consiste en utilizar el propio conocimiento y dones para el bien del mayor número posible de personas (inclusive para uno mismo, pero no “sólo” eso) No amedrentarse por las adversidades, ni dejarse envenenar por el odio o la rabia que las injusticias que uno pueda vivir puedan despertarle en el interior. Apostar una y otra vez por la vida, por el amor. Y seguir el camino que marcan los grandes sueños, ya que a veces, lo que hacen en indicar las sendas para esquivar los desastres, porque a la vida le gusta preservarse, continuar.

La segunda opción, aplicada a estos tiempos de crisis en aumento, plantea la posibilidad de soñar lo venidero y saber prepararse para sobrevivir a las adversidades. Pero también habla de que los grandes sueños, así como "la mano invisible del Poder Sagrado", están siempre con aquellos que tienen el corazón abierto a los demás seres humanos. Aunque los otros se hayan portado “mal” en algunos puntos, o aunque previamente hayan querido prescindir del soñador o soñadores, por soñar cosas que no eran de su agrado. Y es que la trama de la vida no puede soñar a lo grande sin incluir a muchas personas, es imposible.

Por mucho que Dios estuviera "con José" moviendo la trama de su vida para evitar que sus hermanos le mataran y luego, para rectificar su caída en desgracia y aprovecharla, llevándolo hasta lo más alto, si José hubiera optado, en esa última encrucijada vital, por vengarse de sus hermanos o dejarlos morir de hambre, todo hubiera sido infructuoso. Los sueños de José hubieran sido como semillas dadas por la Consciencia Creadora (y que fueron entregadas al mundo a través de un soñador) pero que nunca llegaron a florecer, porque la tierra donde fueron sembradas (José) se saturó de resentimiento, y éste las asfixió. 

¿Qué significa esto? Que creer en los sueños e intentar realizarlos implica mucho más que abrirse a los mundos sutiles: significa preservar y cuidar, cada día de tu vida, la salud de tu corazón.