miércoles, 28 de febrero de 2018

Que viene el coco (ego) y te comerá.

(Arriba, pintura de Rubinov Jacobson)

Estoy de la inflación del ego hasta el moño. Es de esas expresiones que se han vuelto omnipresentes. De tanto hablar del ego al final parece que exista y todo. Y ni que estuvieran hablando de la inflamación del hígado, oye. Inflación del ego por aquí, ego inflado por allá. Yo cuando leo esto pienso en arroz inflado, de ese que se come tipo cereales para el desayuno.

El ego, el ego, el ego... El nuevo demonio, el nuevo monstruo, el nuevo dogma para meter miedo. Cuidado, no te sientas satisfecho de nada, no sea que se trate del ego. Cuidado, que si estás aprendiendo algo y brillas de satisfacción placentera por haber superado un desafío, o haber cruzado un curso con matrícula, es cosa del puñetero ego. O sea: no celebres nada, échate ceniza por la cabeza y disimula. Y machaca tu alegría, so egoica, pero qué te has creído, mira que estar contenta por haber crecido, o cruzado un mar, o haber resuelto algo. Y encima LO DICES. Vas y lo compartes. Pero bueno, ¡habráse visto osadía, desfachatez y atraso mental, digo espiritual!

Esto del ego es como lo de la antigua humildad, mal predicada. Había que ser humilde, y eso se explicaba (mal) como humillarse públicamente, o forzarse internamente para no sentir ninguna alegría ni satisfacción por los propios logros, dones, regalos, virtudes. Había que estar siempre cabizbajo y encogido. Había que reprimur constantemente la expresión, y decir de uno mismo solo lo malo, o callarse lo bueno, porque si no...¡tachán, Satanás te estaba dominando, te estaba haciendo soberbio!

Yo pienso que la verdadera humildad es otra cosa: se trata de ser realista y no añadirse cosas, ni creerse superior a otros. Pero en lugar de entender ese realismo, se enseñaba a auto humillarse y a esconder la propia valía, o incluso a negarla, aprendiendo a no verla. Todo por miedo a la soberbia.

Pues bien, han pasado siglos y aunque aquel discurso religioso pasó (bastante) a la historia (excepto para la gente que sigue ciertos caminos religiosos), ahora tenemos aquí, en sustitución de eso, al peligro del demonio-ego, por obra y gracia de las nuevas prédicas psicológico/espirituales o lo que sean, porque mezclan muchas cosas y al final es un lío.

Y hoy, como ayer, se te amenaza con el infierno al que vas a ir, si se te infla el ego (te reencarnarás en sapo o en piedra, por lo menos, o caerás en los mundos astrales más "bajos" y  pantanosos) O, en casos peores, si osas "tener ego" (pues para algunos discursos tenerlo ya es de por sí el problema, aunque no se te haya inflado como un hígado con cirrosis), se te adoctrina para que no te alegres de nada que logres, realices, o aprendas, o comprendas. Y si te alegras, por lo menos escóndelo. No lo demuestres. No lo digas, que entonces el ego se infla con las muestras de empatía ajenas y los parabienes. Que encima, si te felicitan o te dicen "qué bien", eso ya es el colmo del mal. Es una recompensa asquerosa que buscas de tapadillo y que no debieras disfrutar, so egoica. Tu espiritualidad está al nivel del líquen o de la suela de zapato, y ni lo sabes.
                                                                                        

Y tampoco ejerzas una crítica pública de las ideas de alguien, ni señales lo que te parecen errores de otro, aludiendo a lo que has aprendido o leido, aunque sea por contribuir al debate público y al esclarecimiento compartido de cuestiones. Porque eso también es cosa del ego inflado y ya se sabe: en el infierno estás, en el limbo de los poco evolucionados seres que todavía no sonríen a todo con las pupilas diltadas mientras dicen: "Siiii, está bien, está bien. Todo es correcto. Todo vale. Nada importa". (Ese nirvana de relativismo y de prohibición del debate, no sea que el ego se infle)

El ego, el ego...que viene el ego y te comerá. He leído también por ahí que una manera de discernir si alguien es sabio o no, es ver si tiene ego. Si se lo encuentras, ¡zape!, ya cazaste a un impostor. Ya no escuches nada de lo que diga, que seguro que lo dice su ego, el monstruo ése al que nadie ha visto, ni sabe qué color tiene, ni cuánto ocupa, pero que tantos juran que existe y que es malo, muy malo.

Yo paso del ego, en serio. Me da la impresión (hasta donde sé) que es una traducción psicológica moderna del "yo", pero es que también hasta donde sé, el "yo" no es malo. Sólo puede suceder que sufra patologías varias o desajustes. 

En todo caso, meter miedo al "yo" viene a ser como meter miedo al cuerpo, o a la personalidad. Pues el "yo" es ese aspecto del ser que es distinto y único para cada uno, lo mismo que el cuerpo y la "personalidad". De manera que si te convencen de que el "yo" es malo ... ¿Qué se te está comunicando en el fondo? Que debieras ser indiferenciado. Que no debieras tener límites, ni marcarlos. Que debieras ser todo y aceptarlo todo. Todo lo cual tiene sentido en la dimensión indiferenciada de La Unidad, pero no en el mundo de la tierra con sus cuerpos y elementos.

En resumen, meter miedo al ego y a la satisfacción ante los logros del "yo" es doctrina anti encarnación material. Y un estupendo modo de castrar la natural alegría de los niños cuando crecen y alcanzan metas, y lo dicen en voz alta, y de los adultos cuando hacen lo propio.

                                            
                                                         (Pintura de Bo Bartlett)

martes, 27 de febrero de 2018

¿Profesionalizar el chamanismo...?


(El meme de arriba, con el diálogo construido sobre una ilustración de Boris Groh, lo publiqué en mi muro 2 años después de escribir este post)

Se da cíclicamente un conflicto en algunas de mis relaciones cuando digo que no quiero cobrar dinero por según qué, o que por algunas ayudas espirituales (rezar, canalizar bendición o ayuda de Guías espirituales, etc) no debería cobrarse. Me ha sucedido desde que empecé a moverme en estos ambientes, y ya llevo 13 años en esto, o sea que es suficiente tiempo como para observar y ver un patrón recurrente.

De hecho, ya antes de dedicarme a estas cuestiones "de la energía", cuando participaba en un foro de chamanismo, se desataban debates cíclicamente sobre el mismo tema: ¿Está bien o está mal convertir el chamanismo en profesión comercial y pasar a cobrar por ello? Y las opiniones eran para todos los gustos.
 

Para mí, el problema no es el dinero. Si digo, por ejemplo, que me niego a poner un precio a mis "sesiones de ayuda" y a trabajar con ellas situándome en el "mercado" como chamana, no es porque piense que el dinero me va a contaminar, que vaya a estropear lo que hago, o que no se pueda mezclar con ayudar a los demás. No. De hecho, es necesario el dinero para muchas cosas y yo nunca lo he rechazado. ¡Ya me gustaría a mí que mis libros publicados en la editorial Sirio o Amatista, por ejemplo, se hubieran vendido a tope, y recibiera regularmente un dinero semestral por ello! Sería fantástico, y me permitiría dedicar más y mejores medios a la escritura, por ejemplo contratar traductores, promoverme en editoriales extranjeras, etc.

No, el problema para mí no es el dinero, que me gusta como a cualquiera y hasta tengo un "pasado" urbano en el que éste no me faltaba y vivía con bastantes más caprichos que hoy. El problema es querer convertir en un trabajo profesional, al modo de cualquier otro trabajo pagado, cuestiones tan escurridizas y elusivas como "estar inspirada", "tener conexión" en ese momento con determinada fuente de "energía sagrada", o estar en contacto lúcido y controlado con x "energía", etc. Es decir: el problema radica en querer transferir el modo de VIDA chamánico tradicional y profundo, al modo de funcionar que se requiere en un trabajo moderno "normal", con el que quieres obtener el dinero para subsistir.

Cuando trabajas desde lo que has aprendido en la vida o estudiado, es fácil. La gente necesita ciertas cosas, acude a tí, y tú respondes desde tu "yo". Sabes que puedes ofrecer eso. Sabes de dónde sacas los conocimientos, y puedes hacerlos objetivables, incluso demostrables. También sabes calcular más o menos cuánto tiempo te llevará atender a alguien, o solucionar un problema. En muchos trabajos,  incluso se trabaja con algo material, físico, y puedes presentar facturas, puedes calcular y puedes medir lo que necesitas ganar y lo que es justo cobrar. Puedes mostrarlo a tus clientes y puedes negociar con ello.

Ahora bien, imaginemos que alguien que haya leído por ejemplo "Ángeles de Lo Uno" o "Diálogos con Anubis" venga a verme porque yo ofreciera "sesiones de canalización espiritual" a tal precio, y esa persona esperara que yo le "canalizara" la voz o respuesta de un ángel, o de Anubis o de quien fuera. Imaginemos entonces eso. ¿Qué pasa entonces? Pues que esos escritos son vivencias, o las reflejan, y yo no controlo cuándo y cómo se producen, o de qué manera. Pretenderlo es como querer canalizar la energía de virtudes, estados de ánimo, o dimensiones del ser. ¿Cómo sabes que cuando una persona venga a verte vas a poder estar en ese estado interior, y transmitir esas cosas?

Pues NO lo sabes. 
Honestamente, y al menos en mi caso, no tengo ni la más remota idea de qué sucederá en mi vida interior mañana, ni mucho menos qué puede suceder y moverse en una sesión de "ayuda" que cualquier persona pueda pedirme. Sé, por experiencia (y porque me esforzaré en mantenerme en el mejor estado posible) que "algo" llegará o emergerá en la sesión. Pero ¿qué será, con qué intensidad y duración, y con qué nivel de claridad? ¡Esa es la cuestión!

Por lo tanto, en mi caso al menos, estaría siendo una mujer deshonesta si ofreciera "contacto con x energías" en sesiones que se puedan acordar previamente. Y más, pagando. Porque cobrar implica asumir que das lo que ofreces en tu publicidad. En caso contrario, estás defraudando a quien te paga, o incluso estafando con engaños o fingimientos.

Pero imaginemos que yo quisiera forzar mi vocación para ayudar a los demás, y que cuando vinieran, yo no me sintiera muy segura, pero hiciera "el esfuerzo" de tratar de complacerles. ¿Resultado? Una de dos: o me auto sugestionaría e interpretaría erróneamente las sensaciones que me surgieran, hasta convertirlas en algo que no son; o tendría que decirle a esa persona: "Mira, lo siento, pero no puedo hacer lo que te prometí, será mejor que vuelvas otro día, o lo dejemos para otro momento". 

Y para esto último, no hace falta ni anunciarse, o no de esa manera, en plan profesional con resultados garantizados. Ni mucho menos poner precio a las visitas. Salvo que asumas la estafa o te auto engañes diciendo "Bueno, pero es que yo cobro por mi tiempo". Bien, pues si cobras por tu tiempo, entonces no digas que "canalizas tal o cual" ni ofrezcas "resultados", sino dí: "Te puedo echar un vistazo, y pagarás por mi atención, pero no te garantizo nada". Que es muy distinto. Y entonces, veríamos quién te pedía cita, y si podías sacar un sueldo con eso. 

Ahora pongamos por caso lo que, además de lo dicho, me sucede a mi: Que mis propios "guías" (ángeles, Anubis, Tierra, etc) me han prohibido que cobre por hacer sesiones o transmitir sus mensajes. ¿Alguien se imagina lo que sucedería si yo pasara olímpicamente de su querer, y a pesar de todo lo hiciera?

Bueno, yo ya digo lo que sucedería: la primera vez me llevaría una buena bronca y los guías se negarían a intervenir. (Eso, de hecho, me sucedió la primera y última vez que quise que Miguel respondiera a las preguntas de una amiga, en plan médium profesional que responde preguntas ajenas. Él se "plantó", severo, y me dejó claro que ni hablar, que no venía para eso) Pero a la segunda vez que lo intentara, posiblemente acudiría presurosa alguna otra "energía" que se ofrecería a actuar y dar mensajes en mis sesiones, porque para ella, eso no supondría un problema.

Y en este punto, yo estaría en un serio riesgo de caer en manos de vete a saber qué entidad o energía, y de transmitir mensajes no benéficos a las personas. En primer lugar porque los guías no son apéndices de quita y pon, ni aliados que uno se gana con mercadeos y pactos (aunque sé que hay "chamanismos" que manejan ese concepto, y trabajan con pactos y hasta obligando a los espíritus a actuar) Los guías son seres y/o extensiones de la energía sagrada afines con uno mismo. De manera que yo estaría traicionando a una parte de mi naturaleza y eso es un error espiritual de graves consecuencias a largo plazo.

En segundo lugar, porque las entidades que acuden en coyunturas como ésta, para ofrecer respuestas a la gente, a veces son oportunistas y no siempre tan altruistas. No tienen porqué ser entidades malvadas directamente, pero la confusión, el enredo y la poca claridad o trascendencia de los mensajes, pueden ser un lastre y a largo plazo dañarían. Si no puedes mejorar el estado de alguien, si no puedes ver más allá del conflicto que trae, mejor cállate y reza, en lugar de hablar para rellenar ese hueco, y así poder cobrar un dinero, y que la persona se vaya tranquilita a casa sintiendo que la han ayudado, pero sin saber que "vete a saber tú" la energía que ha intervenido ahí.

Cuando el chamanismo es VIVENCIAL y lo que transmites se hace a través de tus propios cambios de conciencia o de "estado de ser", es difícil ponerle precio a algunas actuaciones. Es difícil también asegurar nada, ni prometer resultados, ni el tipo de acción o no acción que puede necesitarse para algo. Es distinto si manejas un chamanismo que trabaja con herramientas físicas "medibles" y "enseñables" (relativamente) como quienes hacen talleres de sonido, de danza, de cabañas para sudar, o toma de plantas alucinógenas. Y aún en estos casos, es muy difícil "medir" lo que sucede, pero apurando mucho, se podría medir un poco más lo que se ofrece, que cuando trabajas como yo lo hago.

Y es que cuando se trata de algo como lo que yo practico, que no depende de nada físico salvo mi cuerpo y mi conciencia, y de la voluntad Divina, por así decirlo, todo es escurridizo y elusivo como los rayos del sol, la lluvia o el arco iris. ¿Puedes prometerle a alguien que se obtendrán esos fenómenos el dia que vengan a verte? No, no puedes. A lo peor hay hasta niebla, pero no contabas con ella. 

Así que como mucho puedes ofrecer "el intento" de entregar a La Divinidad Una el problema de alguien, y ver si a través de tí, alguna de las energías sagradas diversas se quiere expresar. Y a lo mejor habla la niebla y cuenta algo que se asocia con el conflicto de esa persona. Pero lo dicho: todo es taaan escurridizo...

Existe otro problema asociado a ayudar "vivenciando" una misma las cosas, y es que tus propios cambios de conciencia afectan al cuerpo, a la mente y a las emociones. Las tuyas. Y a poco que seas sensible y empático, y actúes precisamente aceptando sentir con el otro, y sentir con las energías sagradas, y sentir el conflicto, NO PODRÁS ofrecer una sesión tras otra, o varias al día, como a quien le visitan pacientes. Porque cada inmersión en eso requiere su tiempo hasta que vuelves a la "normalidad", y no hay modo de medir eso y anticiparlo. 

Algunas sesiones te afectan poco y sales enseguida de ese estado. Pero otras te dejan ko. Algunas te remueven algo personal y te pasas tres días necesitando silencio o reordenar. ¿Cómo vas a convertir entonces esas "sesiones" en un trabajo como cualquier otro? Como mucho, puedes ofrecer "alguna" a la semana y sobre la marcha. O una cada ciertas horas. Y aún y así, te arriesgas a no poder cumplir con la agenda, y tener que estar cancelando citas (me sucedió en el pasado muchas veces, hasta que comprendí que lo que no podía ser, no podía ser salvo siendo deshonesta y "trabajando" en mal estado)

Luego está el factor problemático de "echar cuentas". Si lo que quieres es subsistir con ese trabajo, ¿cuántas sesiones tienes que hacer al mes para sobrevivir de ello? Vamos a imaginar que trabajas con mi modo, el vivencial, y que asumes todas las dificultades expuestas, no quieres forzar la máquina y te dices: "De acuerdo, pues haré solo dos o tres sesiones por semana, o una al día como mucho". Entonces echas cuentas y, obviamente, te sale que debes cobrar un precio bastante considerable a cada persona que te venga a ver. Y si vives mentalmente cómoda en el mundo de las élites, pues no problem. Cobras 150 euros por sesión y arreando, que es gerundio. Que lo pague quien pueda, y quien no, pues que se aguante.

Pero ¿qué pasa si eres de las de mi tipo, que como han vivido lo que es no llegar a fin de mes y necesitar ayuda "espiritual" y emocional desesperadamente, se siente mal pensando en que hacer eso es como traicionar a la persona que fuiste, y seguir fomentando el esquema de un desigual reparto de ayudas y privilegios en el mundo?

Es que mi historia personal tiene TELA marinera y me marca mucho, lo admito. No sé si he contado alguna vez que mi terapeuta me hizo sesiones gratis durante meses, porque yo en aquel entonces no tenía un duro, y salía de una situación personal complicada y penosa, así que o la terapia era así, o no era. De hecho, yo ni siquiera la busqué, porque ni me planteaba hacer terapia. Me convenció la terapeuta. Pero ¿Cómo voy a olvidar que gracias a la generosidad de aquella mujer yo me liberé de tanto y me sané de infinidad de dolores? 
¿Cómo voy a ahora a desentenderme de quienes "no podrían pagar 100 euros por sesión o ni 40? Así que por esa razón, las veces que he ofrecido sesiones de ayuda y ha salido el tema de que algunas personas me quieren dar algo a cambio, acepto "donaciones" que son "según esa persona quiera". Porque así queda el margen abierto a todas las posibilidades.

Pero si no hay donación, no pasa nada porque no hago eso para sobrevivir, ni tengo un problema si no cobro ese día. Y porque SIEMPRE recibo mucho (en la energía) en cada sesión que "doy". Pues todo lo que pasa de bueno a través de mi, actúa también en mi interior. Al final, soy como una fuente que, gracias a que da sin medida, se mantiene con un curso de agua corriente, que moja su propio ser. Y eso es Vida para mí. 

Cuando he intentando ponerle un medidor de agua a la fuente, y un grifo, me he hecho daño a mi misma. Esto es como lo de la oxitocina: si empiezas a pensar con los cálculos, no fluyes en el estado amoroso, y el "parto espiritual" no se produce. Si realmente quieres estar calculando dineros y precios y mirando el reloj, haz otro tipo de sesiones que no impliquen fluir a un estado de conciencia distinto, receptivo, íntimo, profundo, con movilización de amor en, al menos, algún momento de la sesión (a veces se empieza enfocando un infierno y griterío, o angustia, y una vez eso se alivia gracias a la escucha, surge la revelación)

Hay otro factor a considerar y es que el chamanismo esencial, vivencial, y ajeno a herramientas y ritos "medibles" (más o menos), surgió y se VIVÍA en tribus o comunidades rurales que pertenecen a otra cosmovisión y perspectiva de la existencia. No en el mundo capitalista moderno. Así que cuando la gente defiende que todo chamán debe cobrar por su trabajo, porque siempre se les dio algo a cambio en las tribus indígenas, el asunto requiere de muchos matices. 

¿Qué quiere decir que los chamanes recibieran bienes o cosas a cambio? ¿Siempre era un precio estipulado de antemano? No. En contextos tribales, lo que sucedía es que cada uno daba de lo que tenía y de lo que sabía que el chamán o chamana podía necesitar. Se hacía así, de hecho, con todos los "trabajos", era más un modo de vida regido por la ayuda mutua y el intercambio de favores y bienes, que convertir todo en un listado de precios, trabajar con horario, y cobrar "al momento" o incluso por anticipado.

De hecho, en algunos contextos tribales, no es que se tuviera que "pagar" al chamán, sino que entre todos se aseguraban de que estuviera bien, que no le faltara de nada, y le llevaban regalos o compartían con él algunas cosas. Como se hacía (insisto) con otras personas especializadas en otras acciones beneficiosas para la comunidad. Pero incluso así, nunca se vio un chamán que se pasara el rato haciendo solo "chamanerías" y esperando que los demás le pagaran y solucionaran la vida. El chamán trabajaba para sobrevivir COMO TODOS. O cazando, o recolectando, o elaborando objetos, o haciendo lo que fuera necesario. Solo que, además, su especialidad luego era entrar y salir de estados de conciencia modificada para ayudar a los demás.

Nuestra cosmovisión es tan, tan distinta, y nuestro modo de vida tan diferente, que es inevitable que surjan problemas y chirríe la cosa cuando se quiere extrapolar la vivencia chamánica a "un trabajo para ganarse la vida". Porque para profesionalizarlo se requiere ya modifcar y acotar una serie de experiencias y situaciones, y eso es complicado de hacer sin desvirtuar algunas cuestiones (se puede, pero es difícil) Y luego, si se quiere además ganar un sueldo con ello que te permita pagar todos los gastos de nuestra vida común en las ciudades o incluso en los pueblos, ya es más complicado aún.

No niego que excepcionalmente haya personas que logren vivir de ello, pero sin duda será a copia de tiempo, experiencia y de haber encontrado una fórmula acotada para realizar x cosas, y dejando fuera del campo otras (más ajenas al control de la mente consciente) Y en ese caso es bueno ser consciente de todo lo que se deja por el camino, y de que se ha hecho una "traducción" de un modo de vida y una cosmovisión muy especial (la chamánica/espiritual/esencial) a una realidad, la capitalista moderna, que no encaja con la anterior en muchos puntos.

Conozco personas honestas que intentan desarrollar su ayuda "chamánica" o "espiritual" a pesar de todo, ofreciendo sesiones, talleres, etc. Me parece respetable y estupendo, siempre que sigan siendo honestas y no traicionen a los principios sagrados, todo para redondear sus beneficios. (Suele suceder, si se quiere ser honesto, que estas actividades al final se quedan como "extras" y aparte se busca un trabajo "normal" que dé de comer, lo cual es lo más chamánico del mundo, como ya he dicho. Porque una cosa es recibir compensación o regalos por tu ayuda, y otra muy distinta esperar vivir sólo de ello y profesionalizarlo)
***

Hay una faceta del chamanismo que es impagable, se mire como se mire, y es la alusiva a las vivencias con el Espíritu, en mundos donde la ayuda se da a entidades no humanas, o no visibles. ¿Quién paga a la chamana siberiana que acude a las fuentes para bendecirlas, y limpiarlas de basura? ¿Quién paga a los que ayudan a los muertos a transitar? 
¿Quién paga a los que deshacen maleficios realizados sobre lugares, o tierras, o paisajes, sin que nadie les haya contratado o llamado para hacerlo, salvo la misma Tierra o los muertos? 
¿Quién paga a los que rezan por los animales que murieron en sufrimientos inenarrables? 
¿Quién paga por el que danza bajo la luz de las estrellas pidiendo defensa para su pueblo? 
 ¿Quién paga al que viaja en sueños para ayudar, guiado por el Gran Espíritu, a personas de otro continente mientras duermen?

Por favor, ¡si ni siquiera se puede expresar algo así! Estas personas, chamanes/as de todo el mundo, han hecho y HACEN estas cosas, y eso hipoteca y compromete toda su vida diaria, sus pensamienos, sus emociones, pero no hay modo de englobarlo en el sistema monetario, ni mucho menos en un marco de "profesión". En algunas culturas sí se ha sostenido entre muchos, económicamente, a gente que hace esto, pero ha sido por pura fé y cariño hacia esos seres humanos que se mueven en lo "innombrable" e "inasible". Como los monjes que iban a las cuevas del Tíbet a luchar contra demonios; o como los que rezan por esto o por aquello, y que vivían de la comida o el dinero que les daban personas devotas y que creían en esas cosas... Pero eso, nuestro mundo lo desconoce porque ni siquiera cree en ello.

En cambio, la presión que se ejerce en nuestro mundo sobre las personas con estas vocaciones, empuja para que se profesionalicen. Que saquen un beneficio de su vocación y de su don. ¿Qué le hubieran dicho hoy al difunto padre Basili de Montserrat? Que se hiciera coach espiritual o creara talleres de fin de semana "para aproximar la gente al silencio", y cobrara por ello. ¿Qué le hubieran dicho a la difunta chamana María Sabina? Que cobrara por sus sesiones con los "niños" y así podría vivir en una casa mejor, etcétera. ¿Qué le hubieran dicho al médium  Chico Xavier? Que hiciera talleres de fin de semana de mediumnidad, cobrando, y que pusiera precio a sus consultas para, así, vivir mejor.

El problema es la profesionalización de todo, esa es la tendencia que rige nuestro mundo. Todo ha de ser convertido en trabajo pagable. Ya hasta hay iniciativas para pagar a "amigos por horas". Se paga por consejos, por sexo, por recibir abrazos, por todo.

Algunas personas, como es mi caso, no queremos fomentar esta tendencia. Y además somos del tipo místico, de esas personas que escuchan a lo invisible y pueden emplear horas en prestar atención a seres y energías que nunca pagarán... al menos, no con dinero...

Algunas personas nos cansamos a veces de tanta modernez y nos sentimos cada vez más antiguas. Hacemos un esfuerzo por adaptarnos a esta época, y logramos hasta entusiasmarnos con cosas hiper modernas como internet, porque nos facilita COMPARTIR lo que aprendemos y recibirmos y seguir dándolo a los demás. Pero no queremos expresar con nuestros actos que se pueda profesionalizar absolutamente todo, hasta los rayos de Sol del mundo espiritual, su lluvia o su arco iris, la negrura bondadosa de la Noche o el susurro de Madre Árbol. Ni queremos dar a entender que para recibir ciertas ayudas espirituales, siempre debas pagar porque el comercio es una especie de ley, o algo. No. Al contrario.

No descarto volver a organizarme en el futuro para ofrecer sesiones "de oración y ayuda" (sin garantía de resultados pre establecidos, sino al amparo de la voluntad Divina) a las personas que lo deseen. Pero si lo hiciera, no lo "profesionalizaría" al modo que se espera, por todo lo que he dicho antes.

En lo demás, pues haré y hago como hicieron todas las chamanas desde que el mundo es mundo: intentar salir adelante como la gente de mi entorno, salir adelante como pueda, siendo una más entre los demás, y punto pelota. 

Siento que por ahora, así me quiere la Tierra y así me quieren los guías, al menos de momento, y doy gracias cada dia por poder estar aquí y tener casa, calor y comida y poder criar a mi hijo con cierto sosiego, lo cual, tal y como está el mundo, es algo de infinito valor.

Me puedo morir esta noche y si sucediera, sólo lamentaría dejar a mi hijo solo y no haber escrito más libros por falta de tiempo. Pero bueno, estaría en paz con mi espíritu, que no es poco, porque no he cesado de dar y compartir todo lo que me "llega", por ejemplo por este medio, sin ponerle tasa, sin ponerme freno, sin condicionarlo con "precios", mientras he hecho lo posible por salir adelante como cualquiera de mis vecinas. 

Y eso es todo...




Creerse bruja y no tener suerte.


Más sobre las brujas (Y las mujeres muertas)

La gente de Europa ¿De dónde venimos? No todo ha sido conocimiento, luz, bondad y justicia. Los discursos modernos que miran hacia la brujería y hacia la persecución a las brujas y sólo quieren ver en ellos una única realidad de sabiduría y heroicidad, están equivocados en un sentido: son incompletos.

No se puede mirar hacia atrás proyectando en esas gentes lo que pensamos hoy en las ciudades, en los círculos selectos de intelectuales. No se puede definir desde despachos y bibliotecas lo que ha sido la brujería rural en Europa. Para eso, aparte de leer legajos inquisitoriales, o libros teóricos, hay que ir al campo, vivir en el campo y escuchar a los viejos. Para que nos cuenten las cosas que recuerdan o las cosas que a su vez, les contaron sus abuelos.

Empecé esta "Semana Bruja" no tanto para filosofar o elucubrar sobre la brujería en sí, pues existen ya libros sobre ello, sino para remover las cenizas del sufrimiento de muchas muertes de personas enredadas con este tema. Porque sin contemplar el sufrimiento de los "sin voz" a éstos les cuesta transitar y a todos nos cuesta procesar el pasado colectivo que tenemos. Y porque uno de mis dones es poner palabras a sentimientos y pensamientos enredados y no hechos conscientes, de manera que ayuden a otros...

Pobres, pobres brujas sin suerte. Pobres brujas sin saber. Pobres mujeres que sólo querían un poco de poder en su entorno, un poco de amor, y se perdieron a si mismas, enzarzadas en sus deseos primales, en sus ilusiones, en sus miedos y terrores, en su esfuerzo por importar y dejar de ser abusadas o negadas. También hubo hombres así, pero las mujeres, en sociedades tan cerradas, machistas y supersticiosas como algunas que nos precedieron, han llevado a menudo la peor parte y este post gira sobre ellas.

Puedo sentir el dolor de las "brujas" que creyeron que lo eran, o que incluso lo fueron, pero no tuvieron ni conocimiento, ni sabiduría, ni poder, ni suerte, ni reconocimiento social, ni amor, ni aceptación. Nada salvo sentirse malditas.

Puedo sentir desde hace años su enfado, tristeza y desesperación cada vez que se equipara la palabra bruja a algo grande y magnífico que las mujeres modernas quieren ser. Porque se sienten entonces aún más solas, aún más marginadas, aún más rechazadas. Ya ni la brujería les pertenece a ellas, sino a un tipo de mujer del que se sienten muy lejanas, muy distantes. Un tipo de mujer de otro mundo, de otra época y de otro tipo, definitivamente.

La apropiación de la palabra bruja debiera hacerse con cuidado...con más reflexión y amplitud de sentimiento. Queremos reivindicar a las mujeres muertas, pero siempre nos olvidamos de las mismas. De las erradas, de las errantes, de las pobres, de las ignorantes. Seguimos buscando en nuestro argumentario razones para explicar que no estuvo bien perseguirlas o incluso matarlas, porque claro, eran sabias todas, eran todas sanadoras, eran científicas, eran humanistas, eran rebeldes revolucionarias.

Y sin embargo... tantas no eran nada. Nada, en sus contextos. Nada que tampoco hoy ninguna mujer quiera reivindicar en serio, para si misma, ni para ningún colectivo, salvo que por fin se diga que no hacen falta razones para dejar vivas a las mujeres. Aunque se equivoquen. Aunque estén locas, o sean envidiosas, o incluso malas. Ya basta.

Hay investigadores muy bueno que han escrito sobre brujería europea. Hoy cito a Ernesto de Martino, antropólogo italiano, uno de los países europeos más marcados por las brujerías varias, las "fettucheras" (hechiceras), la stregonería (brujería) femenina y masculina, y mil cosas más. En Italia se cumple el esquema que he mencionado en anteriores posts: en el Norte, gente rica haciendo Alta Magia ritual, en sus lujosos salones de Turín o Milán. (Turín, uno de los sitios que aún hoy está más lleno de magia negra elitista) En el Sur, en cambio, la brujería rural, las supersticiones atávicas sincretizadas con el catolicismo. La mezcla. El curanderismo a menudo ciego, otras veces acertado. El caos de la vida saliendo adelante como puede y cuando puede.

Basándose en los libros y en el material recopilado por Ernesto de Martino, se rodó esta película que enlazo, a caballo entre ficción y documental, que narra la vida de una bruja rural del Sur. Si tenéis paciencia para subtítulos y lenguaje cinematográfico de los años 60, vedla. Y entenderéis qué clase de cosas pudo ser la persecución de brujas de hace siglos, cuando estaba permitido y alentado por el poder, matarlas. Entenderéis cuando se dice que, a veces, los inquisidores tenían más tolerancia que la gente del pueblo llano, o la "masa" ciega, que muchas veces ajustició a brujas, brujos, judíos, "raros" o lo que se le pusiera por delante, sin control alguno del poder de "arriba".

                                 
 Pero hay muchas cosas por reflexionar viendo esta película. Quitando el dramatismo visual (exageración expresiva típicamente italiana de esa época) hay mucho por sentir, pensar y comprender en qué es una bruja socialmente llamada como tal, cómo se gesta desde la SOMBRA de su contexto familiar y desde sus relaciones vecinales, de tribu y clan. No estoy hablando de dones, de visiones, de conocimiento (aunque estén presentes algunos fenómenos paranormales, los considero secundarios aquí) Estoy hablando de cómo llegaba la gente a llamarle bruja a una mujer, tanto si lo era como si no.

Ved, ved si tenéis ganas de saber... Y si deseáis abrazar en el sentimiento a tantas mujeres muertas, que aun hoy siguen sin ser nombradas, porque se está queriendo convertir a la brujería en algo que no tiene que ver con ellas. En un mundo paralelo de mujeres sabias, cultas, poderosas y empoderadas, del que ellas se quedan afuera. En las puertas de la población más afortunada. Como antes. O como siempre.

Y si os parece exagerada la película en algunos momentos, pensad que aún hoy, en Italia, aunque estas cosas no sucedan tan intensamente o tan habitualmente como en la época de la película, existen miles de personas que, cada año, piden exorcismos a la Iglesia. Miles. Que se dice pronto. Así que este sustrato de creencias sigue estando vivo, y es razón de más para intuir y comprender que no surge de la nada, sino de generaciones y generaciones creyendo en la brujería y practicando cosas como las que se ven en la película. Y más, muchas más cosas. Hechicería sucia, ciega, sorda, perdida. 


(Todas las fotografías de este post pertenecen a la película "Il Demonio" de  Brunello Rondi, basada en las investigaciones deErnesto di Martino, que se puede ver aquí, subtitulada en español: https://ok.ru/video/81315170882


lunes, 26 de febrero de 2018

Brujas reales.

(Arriba, Madalena Rocca, fotografiada por Ernesto di Martino)

(Continuación de los posts sobre brujería)


Bruja era la señora vieja y "rara" que vivía sola en el pueblo de mi madre, a la cual iba la gente a pedir remedio para cosas sin cura. Para que mi madre se deshiciera de unas feas verrugas en la mano, le recetó que recogiera hojas de sauce con verrugas rojas, las pusiera bajo unas piedras en el cauce del río y allí las dejara, en medio de la corriente del agua, para que ésta "se llevara el mal" con el tiempo. (Mi madre dice que funcionó y se le "cayeron" las verrugas con el tiempo, solas)

Bruja era mi amiga marroquí de azarosa vida, superviviente de maltrato de pareja feroz, que vino huyendo a este país de su ex. violento, y que usaba tarros de miel en los que metía papelitos con el nombre de relaciones amorosas complicadas, para endulzarlas; cortaba mechones de vello púbico a sus amantes para que "la recordaran bien", tener control de la relación y además echaba las cartas.



Bruja era mi amiga brasileña, que encendía sus velas a su entidad tutelar, cuyo nombre celosamente evitaba decir; que llevaba los collares con los colores de la misma; que creía firmemente en los sueños, y que realizaba ritos secretos en su casa buscando prosperidad o, en definitiva, sobrevivir en un mundo durísimo como emigrante pobre, sola y sin estudios superiores.

Brujo era el señor que vino a la casa de una amiga, para "observarla", porque de noche se abrían puertas solas, se oían pasos bajando las escaleras, y hasta una cisterna del WC se vaciaba sola. Y para "arreglarlo", el señor colocó bolitas de barro en las esquinas que absorberían las malas energías, se fumó un puro, y rezó unas cosas que vete a saber qué eran. Pero mi amiga dijo que las cosas raras dejaron de pasar.

Brujo era el señor del pueblo que chupaba con su boca los males de los miembros doloridos, para escupirlos en otra dirección, mientras masajeaba los músculos y ponía emplastos. Sin estudios académicos, conocimiento aprendido en silencio, siendo pastor. La gente decía que funcionaba.

Brujas...la inmensa mayoría no fueron, ni son, mujeres de ciencia, ni de muchas letras, ni siquiera bondadosas mujeres o mujeres exentas de "malas" intenciones o "emociones negativas" como se dice hoy. Eran meras supervivientes intentando salir adelante como podían en lugares y circunstancias difíciles, a base de intentar usar el sexto sentido (pues ya no tenían o tienen otras armas a mano) o a base de intentar imaginar que tenían o tienen fuerza para controlar las adversidades de una vida muy dura.

La impotencia, el sentirte atrapado en una situación adversa, hacen que te intentes evadir por "la energía", por los sueños o por el alma. Ahí nace una parte de la brujería, pero sobretodo mucha de la hechicería, que no es exactamente lo mismo. Cuando sientes que hablar es peligroso, los conjuros secretos para protegerse o defenderse se fantasean y desean. Cuando sientes que no puedes ir de frente y todo está en tu contra, pero no quieres morir, ni ser otra víctima más, piensas que puede haber otra manera de salir del paso o salvarse. Es la tortuosa vía que muchas personas han elegido y eligen... Pactan con fuerzas invisibles (y no siempre limpias) a cambio de sobrevivir, o de un poco de prosperidad. Es una encrucijada (y una tentación) que toda persona que anda el camino chamánico o brujo, experimenta en algún momento.

 

 La rama de la brujería que es la hechicería está muy ligada al miedo ante lo desconocido, al terror ante los golpes duros de la vida, el sufrimiento silenciado, el rencor que surje de sentirse injustamente tratado e impotente para cambiar las cosas; y la búsqueda de poder personal para no ser aplastado por el poder de otros, en sistemas sociales donde existe pobreza, marginación, exclusión y además, mucha superstición. (Aunque también puede asociarse a un puro deseo de adquirir más y más poder sobre otros, pero ésa es otra deriva, y la raíz sigue siendo el miedo)

Brujas...Brujas eran mujeres como la de este artículo, cuyo caso está perfectamente documentado porque se conservan todos los papeles de su juicio. (Coincidí con el investigador que los estudiaba mientras hice el Camino Primitivo por Asturias, hace muchos años, y hablamos de ello) Salvo en la suposición del autor (que imagina una posible enfermedad mental, y yo no lo veo "necesario") concuerdo en todo lo demás que dice.

Pero a estas mujeres, a estas "nada ni nadie" que viven en los márgenes del sistema ¿quién las reivindica? Parece que hay que transformarlas en otra cosa para aceptarlas o "salvarlas" en nuestro imaginario. Hay que convertirlas en heroínas, en mujeres de grandes ideas o ideales, en sabias, en feministas (ver el anterior post, sobre el enfado de brujas muertas por esta razón). Y no, no siempre lo fueron. Entre las brujas perseguidas hubo de todo y, siento decirlo, muchas, eran (y aún SON) como éstas mujeres de las que habla el artículo.

Pero si reivindicamos sólo a las sabias, entonces es como volver a condenar a las pobres, las analfabetas y las erradas y errantes. Como yo misma podría ser vista desde afuera pues ¿qué estudios superiores tengo, para presumir de ellos? ¿En qué círculos académicos puedo alzar mi voz? ¿En qué medios trabajo que se me reconozca nada? ¿No es acaso bruja quien dice ser chamana?

No seré yo quien vuelva a condenar a las brujas de a pie, ni aunque se equivoquen, ni aunque no puedan demostrar nada, ni aunque nada de nada. Ya basta.

Las brujas muertas y enfadadas.

(Primero de una serie de posts escritos a primeros de noviembre del 2017, sobre la brujería, por ser la "semana de los muertos")

La cosa son las brujas muertas, pero las brujas de verdad. No las múltiples mujeres "acusadas de brujería" (que es un tema muy amplio y ramificado) sino las brujas-brujas, es decir, las que se dedicaban a "la energía", la videncia, la mediumnidad (hoy lo llaman canalizar), a la sanación fuera de los estamentos médicos oficiales (imposición de manos, hierbas, ensalmos, bendiciones, limpiezas de energía, etc) Las mujeres que no era científicas incomprendidas, ni parteras, ni doctoras, ni herejes, ni pobres mujeres solas acosadas por envidias o recelos, o por lo que fuera, sino por ser brujas de veras. Porque aunque hubo mujeres de las otras acusadas de brujas sin serlo, también hubo las brujas de veras.

Y sin tanto folklore, sin tanta novela, mujeres como incluso podría ser catalogada hasta yo, si existiera la Inquisición, o algunas de mis amistades, simplemente porque "oyen" o "ven" cosas que los demás no perciben, y hablan de cuestiones que el poder del momento no tolera o no acepta bien, y entonces todo eso lo ridiculiza o incluso lo demoniza.

Tantas hubo en Europa, y a tantas persiguieron, y a muchas las mataron. Y yo con eso de oir a los muertos, pues ya las oí quejarse el año pasado por estas fechas. Pero regresan otra vez como fantasmas porque aún no he dado voz a sus quejas. Porque a muchas les toca las narices de manera suprema que se las use sólo como instrumento comercial, como reclamo, como motivo de folklore, y ya últimamente hasta como objeto político. Porque es una apropiación que hace este sistema de poder, la apropiación de las brujas y de la brujería en si, hasta transformarlo en algo distinto.

-¿Ahora todo quisqui, si es mujer, puede ser bruja? ¿Ahora ser bruja es sólo una "actitud" femenina?- me dicen, enfadadas.
Y yo no sé qué decirles...

- ¿Y desde cuándo se suprime la memoria de los brujos? ¿También quieren matar otra vez a nuestros compañeros?- me dicen otras.
Y tampoco sé qué responder.

La rabia diría que hace que salgan chispas de sus ojos. No descansan, estas muertas, porque quieren justicia. Justicia para su nombre, justicia para su realidad, que es la brujería en sus múltiples ramas
(Yo distingo chamanismo original de brujería, para no dar lugar a malentendidos modernos entre personas que creen, erradamente y por culpa de la literatura anglosajona, que la brujería es solo una cuestión de hechizos y encantamientos, cuando en realidad la hechicería es una rama del árbol, y no siempre compartida por el resto)

Pero en fin, las brujas muertas están enfadadas y noto su rabia en mis entrañas, resonando, porque me acompañan y quiere que diga que... Veamos: ¿Cuál es el discurso dominante hoy? El científico. Así que hoy no se trata de la Inquisición ni la religión, ni la Iglesia o las iglesias, sino de la Ciencia "oficial". Así que hoy casi siempre es la ciencia quien las persigue, aunque de manera indirecta. No encausando en un tribunal, sino escribiendo en contra de todo lo que sustenta gran parte de la brujería: intuición, sueños, imaginación, sensaciones no racionales...todo lo no "demostrable".



Y finalmente el recuerdo de las brujas muertas se ha convertido en reivindicaciones de género, políticas, feministas o folklóricas/comerciales, porque éstas son los únicos discursos que el poder dominante tolera respecto a la brujería en Europa. No toleraría otra cosa. No toleraría a las brujas de verdad. Se reiría de ellas, las convertiría de nuevo en motivo de escarnio público.


Puedes usar el típico disfraz de bruja con sombrero de cucurucho (que, por cierto, no era un atuendo de bruja ni nada por el estilo, y no les gusta nada) y salir a reivindicar algo, siempre y cuando no actues como una bruja verdadera en tu vida cotidiana, o si lo haces, no lo digas y lo mantengas aparte, medio en secreto. Puedes movilizar lo que quieras con la palabra "bruja" , puedes escribir libros sobre mujeres con "actitudes de bruja" o crear asociaciones de "brujas al poder", siempre y cuando luego no digas que echas las cartas, lees los posos del té o masticas laurel en una cueva para "inspirarte", siguiendo las huellas de las sibilas de Delfos. Puedes hacer lo que te dé la gana...siempre que sea comercial y encaje en el sistema de consumo, o siempre que parezca un carnaval "simbólico", y no se note o no se declare, que tienes por ejemplo amigas brujas, o que tu madre o tu hermana lo son. O que tú lo eres.

Porque sabes que si lo haces, el poder no aceptará tus reivindicaciones. Ni escuchará tu discurso. Perderás puntos si hablas de brujería "de energías", de videncia, de leer las manos o interpretar sueños. Al poder dominante solo le gustan las brujas como adorno, como símbolo y como instrumento. No como realidad. Por eso, las sigue matando por la vía de la ridiculización y la represión de su discurso.

Las brujas muertas me dicen en sueños:
"¿No os dais cuenta? No se trata de las personas brujas en sí, sino de la represión y negación de una parte del modo de funcionar de la mente humana, y de su espíritu. Siempre que se persiga un lado de las expresiones humanas, caerán en esa persecución las personas que son especialistas o más aficionadas a esas expresiones. Si persigues el arte, caen los artistas. Si persigues la ciencia, caen los científicos (como pasó con la Inquisición, también) Si persigues la religión x, caen sus seguidores. Si persigues lo que proceda de lo no racional, cae todo lo que no se pueda demostrar con razonamientos lógicos, ni con demostración científica al uso, y con ello caen las personas que lo usan, que lo expresan, que lo integran en su vida diaria.

"¿Convertir la brujería en un símbolo feminista? Bueno... No nos gusta, salvo que se enfoque la raíz del asunto, que es la persecución del discurso y expresión del ser que no cuadra con el poder de turno (hoy, y aquí, el científico) y que reivindica los sueños, la intuición, la videncia, las energías... Y siempre y cuando no se convierta todo en algo cerrado que deja afuera a los compañeros brujos. Pues muchos también fueron perseguidos, no siempre con ese nombre (sino que los llamaron magos, hechiceros, astrólogos), y muchos también murieron o fueron desterrados, castigados o torturados. Y están con nosotras, porque morimos por la misma causa. Es más: muchas acusaciones giraron en torno a prácticas sexuales "lujuriosas"... ¿Y ahora se quiere hacer ver que no había hombres por medio? ¿Con quién si no se hacían los ritos de fertilidad? De acuerdo, no era así en todos los casos, pero ¡no se puede borrar a los compañeros brujos del escenario así como así!

                   
"Sea como sea, el poder dominante, el científico, no tolera el discurso "brujo". De manera que las feministas que quieran conseguir cuota de poder o logros del estado, saben que no pueden en serio reivindicar la brujería salvo como símbolo o instrumento mediático. Porque si la reivindicaran de verdad, perderían credibilidad. Y lo saben muy bien. Por eso, aunque se disfrazan de brujas, todas esgrimen sus títulos académicos y ninguna los sueños que tuvo de noche (si es que los recuerda) Por eso a las brujas de verdad las siguen relegando a un lado, incluso muchas de las que dicen reivindicarlas. A las brujas de verdad no se las invita a las cosas "serias". No, porque hacen quedar mal a las demás, "desmerecen" el colectivo feminista y restan valor (frente al poder) al discurso y reivindicaciones de las demás"

"Así que las brujas de verdad seguimos al margen, salvo en círculos pequeños que suelen ser sistemáticamente devastados por el mismo desorden interno que surge debido a la no integración, en la sociedad, del lenguaje del hemisferio derecho.

"No se puede integrar lo que no se trabaja, lo que no se visibiliza, lo que no se ensaya. A la expresión no racional se le exige que demuestre su corrección, su veracidad fuera de dudas. Se te permite hablar de intuición o videncia sólo si demuestras ¡y a la primera! que eres como un robot que acierta siempre y no por probabilidad. En caso contrario quedas desacreditada, se te llama farsante o fantasiosa o loca. ¡Pero eso es como permitir que un niño escriba sus primeras letras, sólo si las hace perfectas y logra escribir con ellas un discurso coherente, adulto y razonado! No hay modo de elaborar el discurso intuitivo y mágico e integrarlo con el resto, sin asumir un ensayo y error.

"De modo que... ¿Quieres ayudar a las brujas y evitar que vuelvan a morir, sea física o socialmente, en el margen de los márgenes, en lo oculto y relegado a un rincón del que todos se avergüenzan? ¿De verdad? Entonces trabaja para que se conozca el lenguaje no racional y se pueda integrar sin chirridos dentro del todo. Trabaja para que se puedan expresar contenidos no racionales que todavía son tabú, sin riesgo de persecución mediática o institucional, pero tampoco supersticiosa. Pues se olvida que al día de hoy, parte de la persecución que se realiza en el mundo hacia las personas llamadas "brujas", también surge de quien cree demasiado en su poder o le otorga cualidades terribles y desenfocadas. En definitiva, todo parte del desconocimento, de la escisión de lenguajes y expresiones del ser, y del miedo o rechazo ante lo que no se conoce bien"

"Los religiosos asocian "maldad" a brujería (típico, se asocia brujas y demonio). Los científicos asocian brujería a locura (=las brujas son locas) o incluso a una supuesta locura femenina (=histéricas) Ni unos ni otros saben nada. Pero nos faltaba por ver a las políticas y los ideólogas: ahora las brujas resulta que eran feministas luchadoras por los avances sociales, que no eran brujas "en realidad". No te fastidia. Tampoco estas mujeres saben gran cosa de la verdad y reinciden en el discurso repetido, que consiste en hablar de la brujería a condición de no hablar de la brujería de verdad. Se la convierte una y otra vez en un símbolo, en un instrumento discursivo, en un elemento más del imaginario o el folklore que cada cual usa como le da la gana, con tal de poder reforzar su discurso personal"


Las brujas de verdad eran y son mujeres ensayando un modo de percibir la realidad y de expresar realidades que no se suelen manejar en la esfera de lo racional. Querer convertirlas en heroínas al gusto de cada nueva ideología emergente solo las vuelve a matar, porque no interesan las mujeres verdaderas ensayando brujería, o expresándose de un modo atípico, sólo las perfectas para la ideología de turno. Las buenas. Las que no merecían aquella persecución y aquella muerte, porque en realidad, fíjate, eran otra cosa muy distinta, algo de lo que hoy podemos enorgullecernos.  Erab de todo, menos brujas-brujas"




Y yo me quedo pensando.

 (Continuará)

Chamanismo del Fuego y el Silencio.



Chamanismo esencial es encontrar la vía que personalmente se avenga más con tu ser, para aprender a entrar y salir del trance a voluntad y con eficacia. Hay tradiciones que enseñan a hacerlo con sonidos (tambores, maracas, cantos) Otras, a través de acciones en movimiento (danzar) Otras, con sustancias alucinógenas (plantas y hongos sagrados) Otras, con retiros en la naturaleza (búsqueda de visión)...

Yo soy de la tradición del silencio y la eliminación de estímulos. Cuando más callada, quieta y sin fijarme en el exterior, mejor. Cuanta más penumbra, mejor. Porque aprendí a sentir la energía en quietud, silencio y privación de estímulos sensoriales. Soy como un sismógrafo: cuanto más quiero sentir, más quieta y en paz tengo que estar. Aunque voy aprendiendo a percibir a través del ruido y el movimiento, para mí es siempre más difícil.

Ahora -y después de las fuertes experiencias que tuve ayer encendiendo un fueguito sanador en casa ajena, que se han prolongado esta noche, en sueños- puedo decir que sigo la vía del silencio y el fuego. El fuego del hogar, muy especialmente.

No tengo referencias de tribus vivas que estén a la luz pública enseñando esto. No conozco a nadie (libros, charlas, talleres, etc) que enseñe esta vía. Pero según me cuenta la Tierra, fue la vía de mis ancestros de este lugar. La vía de las mujeres-madre de la Tierra del Teleno y más (porque era muchas zonas de estas latitudes donde se daba esto)


Estoy levantando desde la voz de la Tierra enseñanzas antiguas que se habían perdido, pero que pueden servir -adaptadas- en el mundo de hoy. No sé hasta dónde voy a llegar en este descubrimiento. Me siento como una arqueóloga fascinada por lo que encuentra al adentrarse en la Tierra, que se pregunta si podrá rescatarlo "todo" y mostrarlo al mundo adecuadamente, una vez restaurados y ordenados los hallazgos.

Junto con la voz de la Tierra, asciende la de mis ancestros de esta latitud. Su rumor es impresionante, como el de un río que no cesa de crecer mientras se acerca a mí. No son uno, ni dos, son cientos o acaso miles, que se concentran en la distancia y se acercan, se acercan, se acercan clamando al unísono su valor y su fuerza y el deseo de darla a mi generación y las siguientes, porque es una sagrada herencia, y es necesaria, y es sabia y también savia de árbol.

¡Hay tanto por dar voz! ¡No se conoce su historia, no se conoce su final, no se conoce cómo veían el mundo ellos, aquellos, los que fueron reyes y reinas sagrados...! Los austeros de los pies descalzos. Pues así es la vía del Teleno: sobriedad, austeridad y pies desnudos, lo cual es también un símbolo para hoy. Ellos no enseñan a vestirse y adornarse sino a despojarse.

Tanto por contar...

(A la izda. pintura de Virginie  Demont Breton)

Pero sí, soy una chamana que aprende en la vía del silencio...y del fuego. Silencio y Fuego. Y no, no es el camino de Hestia, como algunas dirían, aunque tiene puntos en común. Es otra cosa. Otra perspectiva del hogar y de sus fundamentos, otra perspectiva más tribal, que integra a la pareja sagrada como fundamento, o cimiento, ya que la pareja sagrada es la que "hace" el acto "de concepción", de "gestación" y de posterior protección de la vida. Tanto la particular (hijos) como la colectiva (tribu). (Hestia era célibe)

Poseída por el amor de aquellos ancestros, no puedo sino amar con ellos lo que ellos amaban. Pues soy un brote de sus ramas en el tiempo, una garganta que se abre para cantar lo que ellos no pudieron, porque los estrangularon. ¿Puede elegir la rama no florecer con la savia que las raíces le dan? No tengo libertad para ser otra cosa, soy brote de "eso antiguo" queriendo abrirse en el presente.

Útero-vientre, corazón y cabeza.

Para rescatar al útero del olvido y ensalzar su bondad, no es preciso desdeñar al corazón e iniciar su represión.

Pedimos que los hombres no piensen con el vientre (lo llamamos vulgarmente "pensar con la polla") y que tengan corazón, así que ...no vayamos nosotras ahora a imitarles y a olvidarnos del tam tam del corazón y su ardiente fuego, todo por restaurar el poder de las entrañas y su latido y su sentir.

Toda entronización de un solo aspecto del ser, con el olvido o represión del resto, es desequilibrado y a largo plazo trae sufrimiento y daño.

Existe un centro de poder, latido y sentir, en el vientre o las entrañas. Que piense el vientre y que sienta el vientre, y aprendamos a integrar eso.

Existe otro centro de poder, latido y sentir en el pecho, la zona del corazón. Que piense el corazón y que sienta el corazón, y aprendamos a pensar y sentir con el mismo.

Finalmente, existe un centro de poder, latido y sentimiento en la cabeza, zona del cerebro. Que piense la cabeza, y que sienta la cabeza, y aprendamos a pensar y sentir con ella. (Sí, la cabeza también SIENTE...¿lo has sentido alguna vez? ¿No? Pues ya sabes que es posible)

El ser humano auténtico, el que nos falta por descubrir y vivir, aúna los 3 centros sin recortar, amputar, amordazar o entronizar a ninguno por encima de los demás. En ocasiones el vientre tira del resto; en otras, es el corazón; en otras, el cerebro... pero sólo es porque se turnan y ejercen su sabiduría específica en cada circunstancia, y hay acciones y vivencias humanas que requieren a uno de los 3 centros actuando en especial, mientras los otros dos "esperan". Pero esto es muy distinto de haber matado, sometido u olvidado a uno de los 3, o a una de sus dos capacidades: pensar y sentir.

El auténtico ser humano es trinitario, triple, una triple espiral desplegándose en el tiempo y el espacio. Corta una de las 3 espirales y todo será guerra, porque será dualidad.

No se puede salir de la tensión del dos matando a uno, eso es tiranía. Se sale del dos entrando en el tres.

La Tierra, la Paciencia y los efectos de internet en nuestra mente.

(De mi diario, de febrero del 2017)

La tierra lleva meses pidiéndome o aconsejándome que sea paciente respecto a un tema de mi vida personal, pero no se me ha dado muy bien seguir su consejo, y a ratos me he hasta enfadado, y mucho, por cómo iban las cosas. Hasta estuve a punto de terminar con una relación incipiente porque las cosas no salían como yo esperaba, y estaba empezando a pensar que eso "significaba" (interpretando "señales" a mi manera) que esa relación no merecía la pena.

Hace tres días, en uno de mis momentos de rabia y agobio por otras dificultades, me fui de paseo lejos, y me senté en la Tierra, y me desahogué allí. Luego pedí ayuda para mi ansiedad y agobio. Al poco, la Tierra me dijo que me fijara en las plantas, las matas que crecían por ahí. Y me dijo: "Mira, así es la vida. Va creciendo, va buscando caminos despacito. Hoy las ramas se tuercen un poco hacia allí, mañana hacia allá...las ra´ces buscan a tientas su espacio, y así van haciendo".

Y luego me dijo, así de sopetón: "Internet os está dañando la mente a todos. Os estais acostumbrando tanto a la rapidez, a la velocidad en la obtención de lo que deseais (comprar, hablar, comunicar, buscar información, etc) que habéis perdido por completo la costumbre de esperar. Fíjate en ti misma: La mayor parte de la ansiedad que sientes ahora mismo se debe al contagio que la velocidad de internet (a la que te has acostumbrado) produce en tu perspectiva de "lo esperable". No eres consciente de ello, pero quieres resultados, y los quieres ya. No concibes esperar un año entero para que una planta germine y crezca un poco. No concibes esperar un año entero a que una relación se empiece a esbozar. Quieres frutos, y los quieres ya. Como mucho, puedes tolerar esperar unas semanas, un mes, o dos...no más. Ni siquiera sabes esperar hasta el verano"

Me quedé KO.
La Tierra guardó silencio. A mi alrededor no se veía ni un rastro de civilización, porque estaba en un pequeño valle donde no llegan los tendidos eléctricos, ni los cultivos, y mi mirada enfocaba el monte salvaje (no veía el camino de tierra, a mis espaldas) La naturaleza crecía con su lentitud. Se movía con su lentitud. A mi alrededor, "perezosas" matas de brezo se tomaban años en crecer un metro, creando raíces nudosas y duras, que se adentraban en la tierra con "terrible" parsimonia. A lo lejos, una pareja de corzos me observaban con curiosidad. El macho se tomó su tiempo para lanzar alguno de sus gritos de advertencia, y luego siguieron por ahí (porque yo permanecía inmovil, en el suelo) ¿Qué prisa tenían? Ninguna. ¿Qué planes tenían? Solo vivir tal cual eran.

Tuve por instantes la sensación vívida de que la humanidad estaba a punto de dejar de ser la humanidad que había sido durante milenios. Porque en pocs años estábamos perdiendo la acostumbrada manera de sentir la vida. Empezábamos a vivir la dichosa "aceleración", y nuestra percepción empezaba a filtrar todo según su rapidez y "eficacia". Nuestras expectativas de vida ya buscaban resultados rápidos para todo.

Por ejemplo, multitud de relaciones humanas se rompen porque no se obtienen satisfacciones a corto plazo, o porque no se concibe esperar años para afianzar una relación, o para solucionar desavenencias en según qué temas. Una cosa es abandonar a quien te trata mal, o a quien no tiene interés por tí; otra muy distinta, y que va a más, es el abandono por impaciencia, porque total "con la de oportunidades que hay..." para qué esforzarse en cultivar una relación en concreto. Nos hemos convencido unos a otros que "tenemos derecho" a obtener frutos importantes en las relaciones, a corto plazo. Y porque ese "corto plazo", que hace un par de milenios o siglos se concebía como años, ahora se concibe como semanas. Si en unas semanas (o como mucho, un mes o dos) algo no da fruto, se desecha.

Se traslada esto a la agricultura, a la ganadería, al "estudio", a las terapias, a todo. Los animales se hacen engordar "rápidamente" para optimizar inversión, las plantas igual. Se promueven y se exigen terapias "rápidas" para poder "funcionar" cuanto antes con normalidad. Estudios que antes se consideraban cosa de TODA LA VIDA (como el chamanismo, o como seguir caminos espirituales por senderos de grandes tradiciones, y otros) se resumen y sistematizan para ser enseñados en comodos fines de semana, dando la impresión de que se puede destilar tanto la esencia de estos conocimientos, que los antiguos debían ser uns inútiles, unos atrasados. Claro, es que hemos "evolucionado" y ahora somos capaces de comprender internamente, con coherencia y profundidad, lo que a ellos les llevaba cuarenta años de su vida. La crianza no se escapa a esto. Ya existe "estimulación temprana", ya hay artefactos y consejos para que los bebés empiecen intra-útero a reconocer sonidos, melodías, idiomas. Se considera que un bebé de cinco meses, o de un año, ya es mayor para tomar teta, cuando antes los niños se destetaban con 3 y 4 años... Y así con todo.

El cómputo del tiempo que somos capaces de tolerar para vivir procesos parece haber cambiado y ya no está armonizado con la lentitud de la naturaleza. Porque nos frustra esperar lo que hace siglos, cualquer ser humano esperaba sin plantearse que estuviera "mal" hacerlo. Es nuestra ideología moderna la que nos reconcome por dentro, diciendo "esto va muy lento, estás perdiendo tiempo y energía. Seguro que hay mejores maneras de enfocarlo, o tal vez este camino no es para tí". Nos trazamos un plan ideal, trabajamos por objetivos que queremos alcanzar a corto plazo. Nos hacemos proyectos que ni de coña plantean sembrar para los bisnietos, porque si no obtenemos beneficios rápidos, creemos que hemos hecho una mala inversión de tiempo, energías o incluso dinero. Y cuando algo no sale en un plazo de tiempo tolerable según esta costumbre veloz, lo llamamos fracaso.

Percibí nuestro mundo contagiada por la mirada de la Tierra y ví que era como si hubiéramos construido sobre la tierra una red superficial y tecnológica de velocidades crecientes y fuéramos a toda prisa por sus canales. Con tanta rapidez, cada vez nos cuesta más percibir los detalles del paisaje o tener relaciones profundas, porque rara vez les dedicamos suficiente tiempo ni atención.

La velocidad se ha convertido en un valor en si mismo. Recordé a los Maestros Arbóreos, las "primeras voces" que empecé a oir al trasladarme al campo, y su enojo y crítica hacia la prédica Nueva Era sobre las bondades de la "aceleración planetaria". Ellos la rehusaban, y me decían que era una ideología y prédica tramposa, y que la tal "aceleración" solo haría una cosa: que la humanidad descarrilara, y con su "accidente" el desastre se extendiera a otros seres inocentes. La receta de los Maestros Arbóreos era la lentitud, y ahora veía la total coherencia con lo que me mostraba la Tierra.

De repente mi impaciencia me resultó penosa. Realmente la ví como un fruto de la costumbre de usar internet y otros "adelantos". Porque me recordé siendo de niña... y no tenía esta ansiedad por conseguir resultados. Siempre fui entusiasta y lanzada, y en este sentido siempre fui bastante rápida para según qué. Pero no me enfadaba vivir relaciones humanas que "no daban fruto", que no "producían" "a corto plazo". Simplemente vivía. Simplemente disfrutaba de la amistad. Hoy parezco haberle puesto un calendario a todo, y marco con x los tiempos que me parecen excesivos. Pero excesivos ¿respecto a qué?

-¿Qué prisa tienes?- Me decía la Tierra.
-Cualquier día puedo morirme- le respondí- Y me gustaría haber vivido algunas cosas antes...
- No las vivirás nunca si vas tan deprisa, porque todo resultado rápido que consigas con esa velocidad, será falso, sin raíces. Entonces ¿qué más te da morirte mañana con esos falsos frutos a cuestas, o sucedáneos, que hacerlo simplemente habiendo VIVIDO de manera auténtica y consciente lo que había, aunque eso sçolo fuera una brizna de hierba?

Más ko me quedé aún. Se me rompió un esquema por ahí. Ya no pude discutir más. La Tierra me dijo, para terminar, que su consejo y el camino y práctica espiritual que me recetaba, era ir más al campo, a sentarme simplemente en la tierra, uniéndome a las cosas que crecen y a la naturaleza salvaje, simple y...lenta, comparado con el mundo que estamos creando. Y que no me preocupara si, con ello, sentía que me iba quedando como fuera de la órbita de muchas personas que vivían sumergidas en su velocidad y en ese multi-estimulado mundo.

"Un dia todo esto descarrilará, y alguien tiene que quedar al pie de las vías para señalar a los aturdidos que no han caído en un horroroso vacío sin vida, sino en la vida plena de la naturaleza que, hace mucho, dejaron de percibir, porque su tren iba tan deprisa que veían tan solo la décima parte de lo que estaba en el paisaje. O ni siquiera eso"

FIN

domingo, 25 de febrero de 2018

Más diferencias entre chamanismo y Religión (organizada)


El chamanismo no es una religión, sino un modo "práctico" de enfocar las cuestiones llamadas "espirituales". Donde las religiones dicen, a través de sus sacerdotes o sacerdotisas: "La Divinidad es esto o aquello y hay que actuar así y asá", el chamanismo dice: "Debido a mis experiencias con las energías sagradas, llego a estas conclusiones y voy a actuar así o asá".

Una religión, sobretodo si está organizada, implica creencias aprendidas, memorizadas y retransmitidas a otros. A veces las creencias surgen de vivencias íntimas (por ejemplo cuando alguien se "convierte" a una religión debido a experiencias personales de encuentro con lo divino) pero otras veces no.

El chamanismo es, básicamente, vivenciar de manera más o menos controlada estados alterados de conciencia, sabiendo extraer de ellos aprendizaje, conocimiento, y orientación sobre los conflictos y los problemas vitales con lo que nos enfrentamos. El chamanismo no es un conjunto de creencias transmitidas por sacerdotes, libros o líderes, sino un modo de experimentar la vida que, por lo menos tradicionalmente (y hasta que los medios de comunicación lo han puesto de moda y lo han convertido en un nuevo producto de mercado) se producía, muy a menudo, de manera espontánea y no buscada por parte de los implicados.

La religión implica -generalmente- seguir un cuerpo doctrinal fijo que otros enseñan o transmiten, mientras que la iniciación en el chamanismo se parece más a: "Vamos a ver qué hago con lo que acabo de vivir. Oh, por favor no quiero volverme loco. Dioses ¿no podríais buscaros a otro/a? Ok, si os empeñáis..."

Algunas religiones implican la vivencia de la obediencia a una jerarquia sacerdotal; otras no, pero en general difunden una mitología estructurada y organizada, que la gente toma como verdad, y un conjunto de normas vitales más o menos dichas o establecidas que hay que seguir para pertenecer a ese colectivo y hacerlo en términos crrectos.

El chamanismo, en cambio, al menos hasta hace poco no tenía sacerdotes ni libros ni cuerpos estructurados doctrinales, pues procedía de culturas indígenas que no practicaban la escritura sino la tradición por transmisión oral. Lo esencial del chamanismo es el aprendizaje personal y a través de la experiencia cotidiana, de entrar y salir "con lucidez y voluntad, deliberadamente" (y sin que se desintegre la conciencia) de los estados de conciencia alterados, en los cuales las propias energías sagradas han dado información al chamán (a traves de sueños, visiones, comunicaciones, símbolos, etc) para ayudar a resolver algún problema, o para ayudar a una comunidad, etc.

Lo estoy explicando muy al modo grosero y simplista, de a pie. Habría mucho que matizar sobre todo esto. Lo que quiero ahora sólo es señalar acentos distintos. Aunque muchos chamanes también pertenecen (antes o después de su iniciación) a religiones; y aunque algunas religiones hayan sido fundadas por chamanes que devinieron en sacerdotes que estructuraron un cuerpo de creencias y normas éticas; en general y resumiendo mucho, el chamanismo y la religión organizada son vías muy distintas de comunicación con lo sagrado, y de vivencia de Lo Divino. 

Un chamán puede rezar oraciones, pero si lo hace, generalmente serán las que sus "espíritus guías" le han enseñado o recomendado (aunque coincidan con las de una religión) Para el común de los creyentes religiosos, en cambio, basta con recibir enseñanzas de las autoridades, sacerdotes o similar, para aprenderse esas oraciones y recitarlas.

No entro en juicios de valor. Mi post no trata de eso. No desprecio a las religiones porque están hechas de gente, la experiencia de cada persona es única, y las hay de todos los colores y profundidades. Tampoco voy a subir a los altares al chamanismo, todo por presuponer que mira, ellos sí que parten de la experiencia y por lo tanto seguro que saben más que nadie la verdad. Pues una cosa es tener experiencias chamánicas, y otra muy distinta saberlas interpretar e integrar. Y hay personas que se inician en chamanismo pero están "colgadas", no pueden ofrecer sabiduría ni ayuda porque navegan errantes en vivencias que nunca entienden. Y otras flirtean con energías destructivas y carecen de discernimiento.

Pero en fin, creo que es bueno tener claras ciertas diferencias. Visibilizarlas. Decir que algunas personas ESTUDIAN las religiones y los mitos leyendo libros y reflexionando sobre lo escrito; otras los VIVEN y, en caso de estudiar, lo hacen después para ver si así integran y entienden mejor algunas cosas que viven. Hay quien aprende sobre La Divinidad entrando por la puerta del estudio intelectual, y sólo a largo plazo vive experiencias internas. Hay quien vive experiencias espontáneas y sólo tal vez a largo plazo es capaz de elaborar un discurso coherente desde lo vivido. Son dos inicios muy distintos, dos caminos que pueden confluir...o no. Depende.

Además, resumiendo mucho, en el chamanismo hay dos modos de iniciarse: 
- Buscando adrede las experiencias iniciáticas de trance a través de prácticas; 
- De manera espontánea, porque "te llaman los espíritus" y te inducen ellos mismos las experiencias. 

El segundo camino ha sido muy documentado por estudiosos sobre la religiosidad en tribus indígenas (como Mircea Eliade, Piers Vitevsky o Michael Harner) pero resulta tremendamente enigmático y descolocante cuando acontece en sociedades no tribales y no "indígenas", sino "civilizadas" y urbanitas, con mentalidad moderna y occidental.

Ese segundo camino es el mío. Aunque hoy me encuentre estudiando cuestiones mitológicas de diversas religiones, no dejo de ser una chamana que fue iniciada y "zarandeada" por las energías sagradas, y que finalmente toma sus decisiones concernientes a la espiritualidad, no por lo que dicen los libros, sino por las vivencias con lo sagrado le "dicen". Cuando practicas el chamanismo, hasta leer sobre religiones es distinto, ya que las propias energías sagradas pueden darte su opinión sobre lo que dicen sobre ellas los textos, las escuelas, los clanes sacerdotales o los colectivos que los veneran. Y pueden hasta disentir de afirmaciones escritas sobre si mismas.

Por eso un chamán encaja tan difícilmente en ningún sector, salvo el suyo propio: ser puente entre realidades. Llevar comunicación entre mundos, conciencias y seres. Somos como traductores entre "entidades" de energía, energías y gente, puentes entre mundos literalmente. Siempre entre mundos. Con un pie en cada lado. Y siempre viviendo el cuestionamiento interno, el desafío, lo rompedor cada cierto tiempo. Morir, transitar, renacer...rehaces tu esquemas de las cosas, reescribes en tu cuaderno algo, pero te sirve solo por un tiempo, hasta que las vivencias te vuelven a romper los esquemas y te toca matizar, reordenar, reescribir...

El chamán auténtico realmente no puede andar su camino basándose en lo que otro dijo, sino en lo que aprende en su interior. Es que aunque intente seguir normas ajenas, sus propios "espíritus guías" podrían llegar a impedírselo (generando bloqueos, avisos e impedimentos) en casos extremos, si tal seguimiento atenta contra el camino y desarrollo mejor del chamán. Cada chamán tiene o ha de tener su "cuaderno de campo" si no quiere derrapar, perderse y desatinar. A veces los cuadernos de los chamanes coinciden en muchas cosas, otras, no. 


Contrastar entre cuadernos chamánicos de distintas personas es un lujo, un placer, y muy útil e instructivo, pero incluso aunque a veces se coincida en mucho, las conclusiones finales nada tienen que ver con lo que se suele vivir en las religiones, donde se tiende a descartar como sospechoso o confuso, todo lo que no se ajuste al cuerpo doctrinal establecido. 

Las conclusiones finales las dirime cada chamán única y exclusivamente en su interior. 
En el centro de los centros de su interior.



Quieren volver a la naturaleza, dicen.

(Arriba, pintura de Gaetano Chiericci)

Una frase atribuida a Petra Kelly decía "Todo el mundo quiere volver a la naturaleza, solo que no a pie". Ayer recordaba esa frase y se me ocurría otra: "Todo el mundo quiere volver a la naturaleza, solo que no al ritmo de la naturaleza, sino a golpe de click". (El tema de la aceleración del mundo civilizado, versus la lentitud natural de las cosas)

Y hoy se me ocurría otra: "Todo el mundo quiere volver a la naturaleza, solo que sin bichos".

Con bichos me refiero a cosas como insectos que pican y tal. Que ya sabemos que todo el mundo adora a los animales que pueden poner caritas monas, o parecer peluches, pero lo de cucarachas, escarabajos, arañas, mosquitos, garrapatas, pulgas, víboras, etc...Como que no mola tanto. Los bichos que no son aptos como mascota (es decir, que nunca van a comportarse de manera que nos guste) no molan ¿a que no?

Todo esto viene a cuento de que "habemus pulga". Bueno, es algo que sucede cada cierto tiempo. De repente amaneces cosida de picadas, tú o tu hijo, y te das cuenta de que alguna pulga se coló en casa, adherida a zapatillas, calcetines o el bajo de los pantalones. Las mantengo muy a raya pero es imposible controlar todo el patio. No es culpa de los gatos en sí (y además, da igual cuántas pipetas se les eche, si hay muchas pulgas las pillan igual) sino de las zonas de maleza , los rincones con hojas secas y restos de leña podrida... Las pulgas van a las "alfombras" naturales y se quedan allí viviendo en ese hábitat calentito. Luego pasas tú por ahí, recogiendo tablones de madera o de camino al gallinero, y zasca. Te llevas pulga pa´casa.

Habemus pulga significa que tienes que entretenerte buscándola escondida en la parte baja de las sábanas de la cama, y si no eres capaz de dar con ella (a veces se ha escapado antes) entonces toca poner a lavar toda la ropa: la de cama (por si acaso está escondido el bicho en un frunce o un pliegue de las sábanas) y la que llevabas puesta (pijama, etc) En caso contrario, la pulga o laS pulgaS (porque podría ser más de una) te seguirá picando y es molesto. Aparte de que podría criar, horror.

Habemus pulga significa, por lo tanto, que necesitas gastar tiempo en esa tarea, y emplear trabajo en hacer coladas con las que no contabas. Además, si metes mucha ropa junta en la lavadora, a la pulga le da igual, sólo se da un baño y no es arrastrada por el agua (hay tanta ropa que se agarra a ella) de manera que sacas lo mojado y puede seguir allí (lo he visto, pulgas saltando de una toalla recién sacada de la lavadora) Con lo cual el truco está en llenar la lavadora un poco más de la mitad, dejando todo muy holgado, para que agua arrastre al bicho.

Esto me lleva a señalar de nuevo que vivir en campo-campo implica gasto de tiempo en actividades que en la ciudad no suelen darse. Salvo que...elijas vivir como la gente de antes "de verdad", que si tenían pulgas se rascaban, sacudían la ropa y amén. Lo de hacer la colada no era como lo de ahora, que a fin de cuentas tenemos lavadora, con lo cual se asumía que era normal ir cosido de picadas de vez en cuando, o durante meses, y no pasaba nada.

De hecho, yo viví en una casa en cuyo patio trasero había un pulguerío tal, que de mayo o actubre SIEMPRE llevaba los tobillos picados. La única solución hubiera sido cementar el patio y erradicar gatos, gallinas y conejos (que no eran mios, tampoco el patio) O salir andando con zancos. Asumí las picadas y ya está.

Dirán los no enterados: bueno, no pasa nada, solo son pulgas. Y yo añado: sí, de acuerdo, excepto que las pulgas hayan picado antes a roedores (ratas por ejemplo) infectadas con algún bacilo chungo. Como la peste. La gente de antes no se alarmaba mucho por las pulgas, pero éstas fueron las transmisoras de las plagas de peste, llevando el bacilo entre ratas y humanos, o escondidas en las mercancías (telas, ropas, etc) que viajaban de ciudad en ciudad. Y así murieron millones y millones de europeos, como moscas. Por las pulgas.


Todo el mundo quiere volver a la naturaleza, pero NO SABEN LO QUE DICEN. No lo sabemos (me incluyo) en realidad. Queremos solo lo bonito de la naturaleza, lo cuchi-cuchi, lo domesticable o lo cariñoso. Ahora los que nos creemos más guays rezamos a la Madre Tierra para que "haga algo" para mejorar las cosas, pero los insectos tipo plaga forman parte de sus sistemas de auto regulación, y si surge una peste, o similar, que barre con todo, eso ya no nos gusta.

¿Queremos volver a la naturaleza...? ¿O sólo pensamos que queremos eso? Llevo casi dos años escuchando en esta Tierra del Teleno a su voz, y a la voz de los primeros pobladores (prehistóricos) de este lugar. Y os puedo asegurar que no tenemos ni repajolera idea de lo que significa "volver a la naturaleza". La Tierrita me consuela, porque dice que en mis "condiciones" y viniendo del mundo que vengo, hago ya bastante, pero yo me siento estúpida, ridícula y mutante. La Tierrita me trata como a una niñita lisiada. No me exige más pero no porque yo esté actuando bien hacia ella, sino porque salí tarada de una sociedad tarada, y las taras no se curan en dos dias, ni en dos años, y algunas ni en toda una vida.

En resumen: he puesto dos lavadoras para erradicar las pulgas, pero no tengo claro de si he hecho bien o mal. Depende de cómo lo enfoque...He priorizado que mi hijo no vaya al cole cosido de picadas, y mi propia comodidad, y eliminar riesgos (poco probables, a decir verdad) de infecciones raras, pero he gastado mucha agua potable, y electricidad, en algo... evitable.

Mi conclusión es: aquí (casi) nadie quiere volver a la naturaleza de verdad. Sólo soñar con ella y visitarla de fin de semana, o irse a los pueblos pero para vivir como en la ciudad, o casi. Es exactamente como lo de la comunidad y crear tribu. De veras que en realidad es muy raro encontrar a alguien que lo quiera. Lo confunden con reunión de fin de semana y ayudarse de vez en cuando, cuando viene bien. Lo que es una tribu o comunidad indígena ancestral, con sus acuerdos constantes, su co-responsabilidad de lo que le sucede al otro, etc, no tenemos ni idea de lo que es, y ni lo queremos, porque a la hora de la verdad es muy limitante de las libertades individuales. Estar tan vinculado es lo que tiene... Querer ir juntos en la misma dirección también.


 Se idealiza todo lo antiguo, creamos nuestra idea de "bien/comunidad/naturaleza", pero no solemos conocer lo que implica de verdad...

Resiliencia y esperanza

                                 (Arriba y en el resto del post, pinturas de Luke Hillestad)

La incansable tozudez con la que los medios repiten (en artículos, entrevistas, etc) que la superación de los traumas depende de la RESILIENCIA que cada uno tenga, demuestra, aparte de ignorancia, la también incansable tozudez o incapacidad para afrontar la responsabilidad de LOS OTROS en la reparación de traumas y, en último término, de la supervivencia personal.

Porque la resiliencia NO ES algo así como una cosa que se trae de serie congénita, como el color del pelo o la tendencia a engordar o adelgazar, sino que la resiliencia surge del apoyo y del afecto que puedas encontrar a tu alrededor. No me lo invento yo, lo dicen los que acuñaron el término. (Recomiendo leer a Boris Cyrulnik, neurocientífico. Y para historias de resiliencia, la biografía de Tim Guénard, "Más fuerte que el odio")
              
                                      
 
Es decir: sales adelante mejor o peor tras una crisis fuerte, no porque mira, tienes más resilencia que otro, ole por tí, sino por la cantidad o calidad de afecto y apoyo que alguien de tu entorno (siquiera UNA SOLA persona) te haya proporcionado en los peores momentos. Salimos adelante por el amor, y no por otra cosa, es así de simple.

Pero nuestra sociedad tiene un sistema de creencias muy individualista, así que esa verdad atenta contra sus principios, según los cuales hay que ser independientes, no esperar nada de nadie, y salir de los agujeros por uno mismo (siempre, y a poder ser, independientemente de lo que hayas vivido, tu edad o tu situación) El lema es "Cuanto más independiente seas, mejor. Cuanto menos necesites a nadie, mejor. Y cuanto antes logres no necesitar a nadie, mejor". (Ya si puede ser a los meses de recién nacido, pues perfecto)

Entonces, los científicos describen la resiliencia, acuñan el término, y ¿qué pasa? Que enseguida vienen las fuerzas del orden a secuestrar esa verdad y a reconvertirla en la que conviene al sistema, y así transforman el concepto de resiliencia en algo que "se TIENE más o menos, de manera personal". La tendencia (que ya está aquí) finalmente es decir: ¡Pero vamos hombre, ¡sé resiliente! ¡Espabila!

Ya hay cursillos para aprender a ser resiliente, estoy segura, y también estoy segura de que en ellos te responsabilizan exclusivamente a ti mismo de todo lo que puedas vivir en una crisis fuerte o situación traumática y adversa. Tus reacciones han de estar siempre controladas y ser las de "tu elección". Si te golpean no puedes sentir ira o tristeza salvo que "lo decidas", y así con todo. Para ejercitar, entonces, músculo resiliente, hacen esos talleres o cursos que no son más que programación mental para auto convencerse de verdades que no existen, pero que interesan al sistema. Creencias en las cuales NO HAY responsabilidad mutua por cómo nos tratamos unos a otros, sino solo responsabilidad hacia uno mismo, y lo que uno mismo vive.

El nuevo catecismo doctrinal establece como pecado "No ser" resiliente, o no serlo de manera "suficiente", pues para eso también hay medidores y hay que alcanzar la "Excelencia" (palabro de moda) Y si no alcanzas el listón de resiliencia, se te riñe y se te juzga, porque la resiliencia ya es como tener buena figura o estar en forma: se te supone, y si no la tienes se espera que te la "trabajes". Es tu deber ser resiliente y punto pelota.

El segundo pecado asociado a este, consiste en "tener expectativas" respecto a recibir ayuda, calor, afecto o apoyo ajeno. Las expectativas de vivir relaciones afectivas, comprensión y humanidad, SIEMPRE son un problema para la nueva doctrina, porque ponen de relieve que necesitamos ESFORZARNOS para ser responsables los unos de los otros, al menos EN PARTE. Y es incómodo pensar, por ejemplo, que si alguien de tu entorno entra en depresión, no es solo "por cómo funciona su mente" o "porque es débil" sino porque tal vez el contexto falló en general, no sabiendo apoyar suficientemente la crisis... Es más tranquilizador y productivo culpar a cada uno por sus crisis o por sus depresiones o hasta por suicidarse.

Vamos, el siguiente paso será animar a la gente a suicidarse con entereza, "Si así lo deciden", porque en eso consiste el libre albedrío y hay que ser maduros y responsables. La nueva doctrina no se pregunta porqué alguien quiere morirse: es asunto suyo. Y como la nueva doctrina está impregnada de "respeto" (nótese tono irónico), entonces si alguien quiere tirarse por un balcón, le ayudan poniéndole la silla sin hacer preguntas. Que eso es ser tolerante.

La resiliencia existe, como digo, pero no es toda esta mierda (terra dixit), sino el RESULTADO de recibir siquiera UN (de una sola persona) apoyo consistente afectivo, sólido, continuado, que haga que, en el peor momento de la encrucijada -crisis-trauma, tu interior tenga ESPERANZA y se decante hacia la vida y la restauración de la misma, o por el contrario PIERDA TODA ESPERANZA y se decante hacia el deterioro, el auto abandono, la auto destrucción, etc.

                  

Por lo tanto RESILIENCIA Y ESPERANZA son dos caras de una misma moneda y a su vez son UNA de las MUCHAS caras de LA VIDA.

La vida detesta a los que predican que no hay esperanza,
a los que predican que no debemos tener esperanza,
a los que predican que no debemos tener expectativas,
a los que predican que no hay que necesitar a nadie,
y en resumen a los que predican que no es necesario dar vida,
porque total ¿para qué...si no hay esperanza, no hay necesidad de nadie más en el mundo y además esperar o necesitar son actitudes incorrectas?

La vida se llena de ira cuando no la dejan ser, aparecer o moverse con libertad. Nuestra sociedad no será juzgada - en la dimensión psíquica y espiritual del ser y la conciencia- solamente por las muertes que produce de manera directa, sino también por la vida que no está permitiendo ser, ni aparecer. Por el no apoyo a la Ley de la Vida, cuyo pilar fundamental es la Esperanza, y luego, la co-responsabilidad.
 

Pinturas de Luke Hillestad. Esperanza y apoyo mutuo en un mundo "sombrío".