miércoles, 16 de octubre de 2013
Doña Experta en Finales
(Arriba, "No hope", pintura de Adler Mor Terje)
Siguiendo el consejo de Anubis, seguí observando la pregunta ¿Quién soy? y al final me encontré en un terreno abstracto, de simple sensación o sentimiento observante. Tal vez sólo fuera, "yo", una consciencia observante que viviera cambios y, de vez en cuando, se detuviera a examinarlos, a observarlos con detenimiento para darse cuenta de algo. Pero ¿dónde empezaba esta consciencia, y dónde terminaba? Imposible responder a esa pregunta.
Mi parte racional, por su lado, utilizó todas las memorias de vidas pasadas en plan matemático, buscando un "común denominador" o elemento esencial que, oculto tras las apariencias de tantas historias distintas, se estuviera repitiendo. Porque aunque fuera cierto que "yo" no había sido esas personas, por diversas razones (ancestrales y /o ambientales) sí era verdad que sus memorias me habían afectado en gran medida, contribuyendo a mi actual modo de ser o pensar. Algunasme habían influído durante mucho tiempo, otras por una breve temporada, pero todas lo habían hecho. Con lo cual en parte sí era acertado decir que yo era "un poco" parecida a esas otras personas. Y por eso resultaba crucial averiguar qué tenían en común todas esas vidas, si es que existía un elemento común, porque eso me daría aún más pistas acerca de lo que existía dentro de mí, en mi esencia, más allá de las apariencias.
Anubis se encargó de confirmar que las cosas no eran tan aleatorias o casuales en el acto de "recordar" otras vidas, ya que, según él, existe un mecanismo de resonancia o afinidad en la energía que explica por qué alguien recuerda ciertas memorias, y no otras; o por qué se recuerda una vida en un momento dado, y otro tipo de memorias emergen en otra etapa vital, etc. Por poner un ejemplo cutre: muchas personas pueden conectar con la memoria de Nefertiti. Eso no quiere decir que ninguna de ellas lo haya sido, o que alguien sea "la verdadera Nefertiti reencarnada" y otras personas unas usurpadoras o fantasiosas. Lo que quiere decir es, lisa y llanamente, que en determinado momento de una vida, y por x razones, alguien puede conectarse con un "pack" de energía relacionado con Nefertiti (y ni siquiera con todo el pack) y empezar a revivir episodios de sus vivencias, todo porque eso resuena con algún elemento de su vida presente. Lo que sucede es que, como es habitual con las cuestiones del alma, el cómo resuenan qué elementos con otros, y sobretodo el porqué, no suele ser siempre bien entendido... No estamos acostumbrados a lidiar con el lenguaje del alma y generalmente lo malinterpretamos.
Así que hice mi lista de "vidas" basándome en las generalidades argumentales, y me salieron tres grupos temáticos, agrupados de mayor a menor repetición según este esquema:
- Vidas relacionadas con la maternidad, la figura de la madre, de la partera, de la cuidadora o protectora, de la "traedora de niños", etc., tanto a nivel individual (haber sido madre) como trabajando para un colectivo (haber ayudado a otras a ser madres).
- Vidas relacionadas con ejercer algún tipo de trabajo/poder espiritual/energético (sacerdotisa, sanadora, muertera, chamana, bruja, maga, etc)
- Vidas no humanas asociadas al cuidado de la tierra o la naturaleza y sus seres, algunas de ellas con un rol maternal, pero no todas.
- Vidas asociadas con vivencias guerreras y destrucciones varias.
- Infancias truncadas.
- Vidas relacionadas con la manipulación o utilización, por parte de otros seres poderosos, de la energía vital humana, (la energía sexual, la energía mental, la energía física, etc)
- Vidas con recuerdos fugaces o poco relevantes, variadas pero sin un común denominador argumental. (Las considero "vidas anecdóticas" sin más)
No parecía haber un común denominador en esta lista, salvo uno: casi todas las vidas recordadas terminaban en tragedia. Casi todas esas historias revividas (exceptuando el grupo de memorias "anecdóticas" y de escasa influencia en mi vida) tenían que ver con algo que terminaba: desde una era, hasta una familia, una tribu o simplemente una vida. ¿Es que no sabía recordar otra cosa salvo finales? Además, si me ponía a observarlo con más detenimiento, me daba cuenta de que predominaba, tanto en intensidad como en repetición, el asunto de los "finales de era", o de época histórica, seguidos de los finales de tribus, sociedades o grupos, y sólo un muy pequeño número de memorias se correspondían con una muerte de personas individuales en momentos "no decisivos". Era realmente curioso. ¿Se debería a que solemos recordar sólo lo traumático, y es más doloroso morirse viendo y sabiendo que también se acaba tu mundo, que morirse sin más? ¿O esas memorias apocalípticas venían a mí porque estábamos en el umbral de un gigantesco cambio de era?
Las dos respuestas son verdaderas. Por razones obvias, es más fácil ir, en regresión, a lo traumático, ya que El Ser (con mayúsculas) pugna por sanar lo que sigue herido, y por comprender e integrar lo que sigue incomprendido y en estado sombrío. De ahí que, en un proceso terapéutico, sea típica la emergencia de grandes dramas sin resolver. Pero...pero además es cierto que estamos ante un gigantesco cambio de era, y que, como algo en mí ha sabido o notado esto desde hace mucho tiempo, de algún modo me he convertido en "portadora" o heredera de ciertas memorias asociadas con finales históricos.
La única acción posible que, por consiguiente, se me ocurría realizar con esta "carga" de memorias, era sacarle el mejor partido posible: sanar el trauma (en las sesiones de terapia esto ya se había empezado a realizar) y...tomar nota de las moralejas, si es que las había, para no repetir antiguos y fatales errores.
(A la derecha, ángeles destructores...Otros "habituales" en algunas de mis comunicaciones)
-Tu esencia es Doña Experta en Finales - me dijo Anubis un día, bromeando- por eso será mejor que te vayas haciendo a la idea de que no has venido a alargar vidas contra todo pronóstico, sino a ayudar a morir lo que va a morir. ¿O te creías que mi presencia a tu lado es para hacer bonito?
- Pero a veces, dialogando con la muerte, se puede lograr un alargamiento vital interesante y útil -repliqué yo- A lo mejor puedo utilizar mi amistad contigo en ese sentido, je je.
- Muy aguda, pero ni yo soy "La" Muerte, ni aunque lograras eso podrías alargar indefinidamente la vida. Yo ayudo en los tránsitos. Tampoco Miguel se caracteriza por ser un prolongador de vidas. Es otro implicado en Tránsitos y Juicios del alma, y eso, querida, es un tipo de muerte sí o sí.
- Ok, de acuerdo. Supongo que es así, pero entonces ¿qué hay de todas esas vidas asociadas al parterismo, los nacimientos, la maternidad...?
- El nacer y el morir son dos caras de lo mismo, algo indivisible. A "la" muerte le encanta que nazca gente, adivina por qué.
- Ahora te pones sarcástico.
- Noooo (tono de broma) Pero fíjate, es imposible morir sin nacer, y es imposible nacer sin morir. ¿Cómo va a estar separada la maternidad de la muerte?
- Pues no sé, pero si hubiera una manera de no morir físicamente, no tendría porqué relacionarse ser madre con la muerte.
- Qué ilusa. ¿No ves que cada niño que nace está muriendo, en el mismo momento de ser parido, a la vida previa que estaba experimentando, por ejemplo la intrauterina? ¿No ves que cada nacimiento vital implica un final? No se nace sin haber acabado algo, previamente.
- Visto así...
En fin, esta clase de conversaciones me han ido rompiendo muchos esquemas. La verdad es que me gustaría decir que también soy experta en Inicios, o en Nacimientos, pero para ser honesta, lo que he recordado han sido siempre los finales dramáticos. Los apocalipsis. No he recordado ni una sola memoria de "vida pasada" en la que haya visto cómo empezó algo después del desastre, no hay ni un solo "The End" en mi pack de regresiones en el que hubiera alusiones a esa "vida nueva que se abre paso tras la catástrofe". Me he quedado siempre en la tragedia, en el fin, en la debacle, supongo que porque hablo de traumas sin sanar (Seguramente, otras personas murieron en esas mismas circunstancias, pero lo hicieron en paz y sintiendo que la vida "seguía") Obviamente, el mundo siguió rodando después de "mis" muertes y surgieron nuevos inicios, pero puede que eso sea un "pack" de energía con el que "yo" conecte posteriormente. ¡Eso espero...!
Por ponerme híper extrema, pondré un ejemplo: en una ocasión conecté con el trauma de animales prehistóricos extintos. Por supuesto, de la Tierra brotó vida nueva tras su desaparición masiva, pero estamos hablando de un nuevo inicio que tuvo lugar tan lentamente, y se necesitaron tantos milenios para la "recuperación" del medio, que lógicamente era difícil morirse en esas circunstancias sintiendo algo así como "no pasa nada, brotan flores nuevas mientras estiro la pata". Porque eso no era lo que esos seres estaban viendo, no sé si me explico. Hoy puedo pensar en estos términos porque he adquirido mucho conocimiento acerca de los ciclos, y puedo incluso aludir a los rostros destructivos y creadores de la divinidad o la vida sagrada (que danza destruyéndolo todo en plan Shiva, creándolo todo en plan Brahma, o preservándolo en plan Visnú; y sus homólogas femeninas) Pero vamos, no todo el mundo puede pensar así. Fácilmente caemos en la incertidumbre y el miedo e, incluso aunque "sepamos" de memoria aprendida los ciclos de muerte/nacimiento, siempre cuesta mucho ver morir aquello a lo que amas: tu mundo, tu gente, tus hijos, lo que sea que forme parte de tí.
Doña Experta en Finales se pregunta a veces si está aquí por alguna razón, o mi presencia sólo es casual. Obviamente es tentador pensar que existe una intencionalidad oculta en mi nacimiento, pero si lo viera como una especie de vocación o destino especial y único, individual, caería en una ilusión de mi "yo". En la naturaleza surgen toda clase de seres con diversas funciones y especialidades, pero éstas se agrupan por ecosistemas, colectivos, especies...¿Cómo iba a ser "yo" "LA" Experta en Finales? Sería como si un buitre pensara de sí mismo que es "el" carroñero que salvará al mundo de la peste de lo podrido, porque se lo come (Perdón por la alusión carroñera y anubísica, un chiste que no he podido evitar) O como si una flor pensara que ella es "la que florece" y ayuda al mundo a ser feliz.
En realidad...en realidad somos más "genéricos" de lo que creemos, esa es la cuestión. Y si se avecina un enorme final, entonces sucederá como en la naturaleza: proliferarán los "finiquitadores" como las setas cuando llueve. Porque es lo que toca, ni más ni menos.
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