sábado, 27 de octubre de 2018

Experiencias tras la muerte, y por qué es necesario narrar las vivencias espirituales.



Estoy releyendo fragmentos de "Consciencia después de la Vida" del cardiólogo Pin Van Lommel , un librazo de la editorial Siruela, que es el mejor libro escrito acerca de las ECM (experiencias cercanas a la muerte, o de muerte clínica, con vivencias espirituales incorporadas), estudiadas desde un punto de vista científico.

Me llaman la atención los resultados del estudio que realizó sobre pacientes, en los que hizo un seguimiento de ocho años tras su experiencia de ecm. Porque este señor subrraya que, tras la experiencia de la ecm en sí, las personas que la experimentaron generalmente tardaban una media de 7 años (!) en integrar lo que habían "sentido/visto/oido" en ese estado de visiones tras la muerte. Y a veces más. 

Y explica algo crucial: la lentitud en integrar algo así se corresponde, según su estudio, con la dificultad con la que se encuentren esas personas a posteriori, para narrar su vivencia o compartirla en su entorno, con sus relaciones.

Llega a decir que la experiencia en si misma, por "positiva" que fuera en su contenido, así como sus posibles beneficios en los pacientes, solo se integra cuando éstos lo verbalizan y encuentran un medio "favorable" a su confesión o acto de contar lo que sintieron. Las personas que se lo guardan para si mismas, ya sea porque están en un entorno adverso a esta clase de "historias" (pues son juzgadas como chifladuras o alucinaciones y fantasías) o porque no se atreven ni a intentar ponerle voz a eso (algunas declararon grandes dificultades para ponerle palabras a su vivencia) pueden llegar a no integrar la vivencia y a experimentar incluso efectos adversos debidos a la ruptura de esquemas vivida en soledad, la sensación de que ya no encajan con el resto, etc.

Es decir, a pesar de lo sobrevaloradas que están estas vivencias hoy en dia, al menos en ciertos círculos (como si fueran un pasaporte inmediato a la iluminación personal o algo similar) lo que Pin Van Lommel sugiere en su libro, es que existen efectos adversos (depresión, aislamiento, sensación de no entender, etc) que pueden suceder, mezclados con los otros posibles efectos beneficiosos (la pérdida de miedo a la muerte es uno de los más comunes) 

Con todo, establece con bastante firmeza que la integración de la experiencia, así como el hecho de empezar a vivir sus BENEFICIOS, depende de 3 factores:
- Tiempo (el parámetro es de un promedio de unos siete años)
- Poder compartir con otras personas lo que se ha vivido, verbalizándolo.
- Recibir un feedback positivo tras este acto de compartir la vivencia.

En las estadísticas que maneja este señor, el beneficio de estas vivencias, plasmado en efectos positivos en la vida interna de esas personas (más paz con la vida, relativizar preocupaciones que antes angustiaban, valorar más las cosas esenciales, elegir dedicar el tiempo a lo que uno realmente valora, elegir coherencia, perder miedos, etc) aumentaba conforme pasaban los años desde que fue experimentada, pero solo si se pudo integrar y compartir de alguna manera con alguien. (En el otro extremo, llega a contar que conoció a una persona que llevaba 50 años guardando ese secreto para si misma, como si fuera una losa)

En otras palabras, y extrapolando el asunto a otras vivencias interiores (aunque no sean ecm´) las conclusiones que se desprenden son que no importa tanto la experiencia que hayas tenido y lo poderosa o revolucionaria que pudo sentirse y ser en el momento, como la integración de la misma (y eso no es ninguna novedad, yo ya lo sabía). Pero es que resulta que la integración depende en gran medida de poder compartirlo con alguien o con más personas, y además de su respuesta. Si no hay respuesta (si no un silencio embarazoso, o que te hagan el vacío), o si la respuesta es negativa, mal asunto. 

Es decir, se te puede aparecer "san dios", pero si a raiz de ello te quedas aislado de tu entorno por miedo, o por no encontrar con quién hablar de ello; o si te atreves a hacerlo pero no te responden nada, o te marginan como a un loco, o te juzgan como si fueras algo malo (te acusan de soberbia o de blasfemia) tu vida no ha mejorado precisamente com la ecm, al revés, pues va a ser difícil integrarlo en paz. 

Y esto es verdad al margen de que la visión sea verdad literal o símbolo, de buena tinta o una siniestra fantasía por un mal viaje, pues este proceso de discernimiento (asociado a la integración consciente) es precisamente perturbado por las fuerzas adversas desplegadas por reacciones hostiles, que impiden el sosiego y la verbalización con calma de los pensamientos y las emociones implicadas en la visión.

¿Adónde quiero ir a parar? Por supuesto, barro para casa, que es lo que se me da mejor, llevar las cosas al terreno de lo que puedo utilizar en mi vida y la vida de las personas que conozco (es que soy muy práctica) Y lo que quiero decir es que esto me "explica" la "insistencia" que siempre he experimentado (por parte de mis guías) para que comparta todo cuanto experimento. Siempre me han dicho que ha de ser compartido, no solo porque escribirlo de manera ordenada me ayuda, sino también para sentar un precedente para los demás, visibilizando temas y sentires muy poco visibilizados "en la calle", en el lenguaje y conversaciones de la gente de a pie.

Y comprendo mucho mejor, ahora, que mis guías hayan insistido porque, fíjate, debían saber que la integración que yo viviera de esas experiencias con la "energía" y con "ellos", dependería en parte de ser capaz de compartirlo con alguien y ponerle palabras. También deben saber que muchísima gente siente cosas similares o vive otras parecidas pero lo guardan casi en secreto, por miedo o vergüenza, no se ven reflejadas  en ninguna parte, no encuentran relatos que muestren algo similar a lo que sienten, y por lo tanto se sienten más bichos raros de lo que son. Pero eso es algo que se podría cambiar si estas cuestiones se visibilizaran más y "mejor".

Contar tu propia historia con ciertos detalles, no es solo una cuestión personal cuando se trata de dar voz a temas tabú o reprimidos por el colectivo. Cuanta más gente se anima a dar expresión a ciertas vivencias que, hasta el momento, han callado por miedo, pudor o vergüenza, más nos ayudaremos mutuamente a reflexionar sobre las mismas, ventilar emociones encerradas y permitir la futura integración (incluso colectiva) del asunto, ya con el discernimiento hecho y los procesos completados.

Hay ciertos sectores puristas donde se juzgan muy mal las narraciones en primera persona de toda vivencia visionaria, mística, espiritual... salvo que se trate de la narración de personas bien MUERTAS Y ENTERRADAS, cuanto más siglos atrás, mejor. Se tolera que el célebre fulanito o menganita escribiera libros visionarios en la Edad Media, o hace 50 años (si ya han muerto) pero no te atrevas tú, mujer viva, a explicar tus visiones ahora. Que ni estás muerta, ni eres "nadie", ni eres lo suficientemente vieja, ni han realizado aún su veredicto sobre tu caso las autoridades de las viejas religiones o tradiciones al uso.

Vivencias muy similares pueden ser leidas en libros antiguos y aceptadas como "referentes" mientras otras son desechadas, juzgándolas como las ganas de llamar la atención de alguien con mucho ego espiritual. La única diferencia la marca la cantidad de años que lleva muerto alguien (si está vivo, ya ni hablamos, es rarísimo que se acepte su narrativa, aunque existen excepciones) Y en el caso de estar muerto, el quid radica en si su narración se puede englobar en una tradición religiosa formal, o es demasiado fuera de la norma como para saberla etiquetar.

En el otro extremo, hay círculos de credulidad total y sin ningún criterio, donde cualquiera puede ir con su arrebato del último minuto, contar cualquier cosa que haya sentido, y ser aplaudido sin más, y hasta crear secta. Espacios donde la precipitación es malsana, y donde se confunde amar al prójimo con creerse al pie de la letra cualquier cosa que diga, o aplaudir sus ideas aunque nadie las entienda. Son ambientes sin fundamento, sin criterio, sin equilibrio tampoco.

Sinceramente, y tras lo que leo en el libro de Pin Van Lommel, creo que ambos extremos son insanos y reflejan de manera sintomática la mucha falta que hace liberar estas expresiones en nuestra cultura, y vivir, no solo como individuos sino como colectivo, un proceso de reflexión e integración de esa faceta del ser humano (la faceta que "a veces tiene experiencias espirituales medio inconfesables") 
Sin hacer eso, no podremos procesar, ni madurar las cosas como sociedad.

Antes de juzgar al que no ha sabido integrar algo místico que vivió, deberíamos preguntarnos qué entorno le rodea y si ha encontrado una acogida humana y empática en alguna parte para compartir eso que experimentó. Como sucede con la tan manida resiliencia, lo de "integrar" no es una virtud que se pueda cultivar a solas sin más. Depende en parte de cómo nos tratamos mutuamente. De cómo nos acogemos. De si somos capaces de no juzgar al otro. De si sabemos, en definitiva, escuchar y acompañar.

Así que agradezco a todos y todas los que me leéis en el facebook mis peroratas, porque he compartido muchas vivencias "raras", y sin duda me habéis ayudado en el transcurso del proceso integrador de las mismas (que aún sigue) Ya no me parece absurdo no haber logrado integrar todavía algunas cosas vividas hace años... ya sé que es normal tardar mucho tiempo. Pero también sé que quien comparte y recibe buen feedback, avanza, y en ese sentido, os doy las gracias. Tengo esperanzas conmigo misma, ja ja. También entenderé mejor, tras haber leido este libro, a los que vengan a contarme sus vivencias.

Por último, creo que esto es algo positivo que han traido las redes sociales a muchas personas sumergidas en temas frikis. ¿Qué hubiera sido de mí y de tantos de mis amigos, sin poder compartir temas de minorías, como son los sueños o el chamanismo? ¿Dónde hubiéramos podido encontrar a otras personas afines? Nuestro destino hace siglos hubiera sido, seguramente, la soledad... Morir como esa persona que llevaba 50 años callando su ecm´, su visión del más allá, por vivir en un contexto social adverso a ello.

Cuánta conciencia desperdiciada. Cuánto dolor humano inútil. Cuánta soledad innecesaria. Qué diferencia con la tribu sentada en círculo, donde cada quien cuenta lo que vivió, y se escuchan las historias más increíbles alrededor del fuego. Y estamos hechos para esto último, sin duda... No fuimos creados para tanta soledad interior.

***

Quería poner una imagen arriba del todo que representara "narración acogida por un grupito guay" pero no tengo ninguna. Cuelgo una pintura antigua de Nicolai Kasatskin que me sugiere confidencias a pesar de un "entorno frío". 

En contraste, abajo, una pintura de Nick Alm, que la veo muy de ahora, y que ilustra la clase de sensación de hastío, soledad y desengaño que puede surgir si se intenta compartir algo en un entorno no propicio... Y lo que es peor, que la gente no se atreva a confiar sus intimidades sin depender de alcohol o drogas. 

Lo dicho, son dos imágenes extremas...nada más que por sugerir reflexión e imaginaciones sobre entornos, relaciones y el hablar íntimo.

                               
 

sábado, 4 de agosto de 2018

El corazón.



Percibo que hay un orden en el ser humano que sólo se alcanza cuando éste tiene el corazón limpio, en activo, abierto y despierto, y cuando todas las cosas se ordenan y se integran alrededor del corazón.

La lucha entre sexos sólo puede desaparecer cuando el corazón es el que ordena el mundo, la percepción, los sentidos y las respuestas o reacciones que tenemos ante los hechos. Porque el corazón es el perfecto órgano (y centro de energía) adonde la sangre de todo el cuerpo llega, pero también parte desde él sangre hacia todas partes. Entonces, si un corazón está abierto, sano y despierto, va a ser conocedor e integrador perfecto de todo el ser, de todo el cuerpo, sin dejarse a nadie. El corazón recibe información de todas las células, y les da su respuesta. Las atiende a todas con igual devoción y servicio incansable.

El corazón NO tiene sexo y es idéntico para hombres y mujeres. Por eso se me dice que es lo único que nos puede unir. Ni siquiera está claro que el cerebro de hombres y mujeres funcione exactamente igual, debido a las diferentes descargas hormonales procedentes de zonas biológicas distintas.

En cuanto a las zonas sexuales, eso nunca nos puede unir "del todo", por más que pensemos que sí. Porque aunque con el sexo nos unamos físicamente, será por fuerza una unión puntual, pasajera, tanto biológicamente como de las otras maneras. Ninguna cópula es eterna, ningún deseo es sostenible de manera indefinida.

La zona sexual femenina piensa y siente de una manera, y la masculina de otra. Y cuando ambas no están de acuerdo, surgen las naturales desavenencias. Cuando una persona vive con su sentir y pensar más centrado en el sentir/pensar de su zona sexual, permitiendo que sea el sexo quien "ordene" su vida (o que su vida gire entorno a una zona sexual entronizada) se hace muy difícil en entendimiento con las personas del otro sexo. Una procesión de mujeres entronizando y venerando al coño, por un lado, y una de hombres entronizando y venerando al falo, por otro, difícilmente podrán entenderse salvo a ratos, y si surge un deseo mutuo de fusión sexual.

¿Alrededor de qué quieres que gire tu ser y tu cuerpo? ¿Quién pretendes que se encargue de todo? ¿La cabeza? Bueno, la cabeza no es capaz de integrar a todo el ser de igual manera que el corazón. Porque el cerebro, aunque piensa mucho, no "da", no impulsa la vida como el corazón lo hace. La zona sexual, o el vientre, es desde luego algo importantísimo, pero tampoco puede integrar a todo el ser, porque nuestros úteros, aunque gestan y dan vida, no nutren con sangre ni dan el impulso al resto del cuerpo (aunque lo influyan y repercutan en él, por supuesto) Ni nuestros coños. Ni nuestras pollas. Ni nuestros ovarios, ni nuestros cojones.

Hay que reconocer en cada zona corporal su maestría. El cuerpo es como es. Y el ser refleja la verdad del cuerpo, y viceversa: el cuerpo refleja la verdad del ser. Y esta verdad parece ser que dice que el corazón es el centro sin el cual todo se desencaja, el equilibrio de rompe, la integración se hace complicada y las cosas entran en disociaciones, bandos, grupos, falta de entendimiento...

Hoy se me recordaba que sólo en el corazón el hombre y la mujer pueden entenderse "como seres humanos al margen de su sexo y de sus deseos viscerales, y de sus ideologías mentales". Y que mientras la gente no viva un despertar de su corazón, o una verdadera iniciación en sus funciones espirituales "del corazón", carecerá de entendimiento profundo, y será incapaz de integrar, pero del todo, a los opuestos en si mismo.

Es más: cuando el ser humano vive más centrado en zonas corporales que no son el corazón, que en el corazón mismo, entra fácilmente en la competitividad incluso con los de su propio sexo. Se empieza a competir por ver quién dice la idea más brillante; quién acumula más conocimientos o datos, o es más ingenioso; o se compite por ver (entre machos) quién la tiene más larga, o quién tiene más cojones; y entre mujeres también se compite, cuando el centro es más la zona sexual que otras (envidia de otras mujeres que han podido criar más hijos, o que son más deseadas o tienen más éxito en su vida sexual, etc)

Pero el corazón...el corazón no compite con otros corazones, porque son todos exactamente iguales y hacen todos lo mismo. El pensamiento competitivo es la antítesis del modo de ser del corazón DEL SER. Por lo tanto, ponerlo en el centro equilibra y compensa el natural afán de competencia y "demostración" de habilidades de otras zonas corporales cuya naturaleza es así, porque así se requiere para la vida.

El reconocimiento de la importancia de zonas corporales como el cerebro o las zonas generadoras de sexualidad y nueva vida, no debiera confundirse con convertir a estas zonas con el centro al que reverenciar POR ENCIMA de lo demás. Reconocer y sanar, sí. Ponerlos como centro máximo y rector de todo el resto del ser, eso es otra cuestión.

La insistencia que siento es grande: "Sólo en un corazón abierto y despierto el ser de integra y ordena, y el ser humano puede vivir la unidad y el entendimiento, independientemente de su sexualidad". Así que me hago eco de ello porque le veo un poso de verdad. ¿Hay algo más universal que un corazón? ¿Es posible saber, mirando sólo a un corazón, si pertenece a hombre o mujer...?

El corazón es de lo primero que se forma en un embrión, y lo último que define nuestra vida física. Su detenimiento marca nuestro final como cuerpos. Tal vez sea cierto, pues, que sólo el diálogo entre corazones abiertos y despiertos puede sanar y salvar tantas distancias y locuras como crecen en el mundo. Tantas.

viernes, 30 de marzo de 2018

Vírgenes Abrideras y Matriarcado.


(Post de mi muro del face, en respuesta a una controversia en otro muro)

Imaginemos que debido a cataclismos y al paso de las eras, se destruye mucho todo, todo, excepto algunos restos que quedan preservados casi por casualidad, en un rincón privilegiado que no ha vivido tanta devastación. Imaginemos que entonces algún arqueólogo del futuro encuentra, escondidas y fuera de su contexto, estas imágenes que comparto. Son "Vírgenes Abrideras", un tipo de escultura medieval que representa a María como "Madre de Dios", y reina y madre de todos.


En base a estas tallas, bien podrían interpretar los arqueólogos del futuro hipotético (si no tuvieran muchos otros datos sobre la sociedad medieval) que, en Europa, se vivió un matriarcado, porque mira, ¿ves?, se adoraba a una especie de Diosa Suprema. 


Solo si los estudiosos del futuro consiguieran unir estas imágenes con otras, y si además pudieran obtener muchas otras informaciones sobre el modo de vida de los europeos medievales (textos escritos, etc), podrían entender que la cuestión no es tan simple. Que, efectivamente, hubo un culto a la Madre (a través del culto a María, llamada Nuestra Señora), pero que, en realidad, esto coexistía con la idea de un dios creador que era "imaginado" por los cristianos (religión dominante) como algo más masculino que otra cosa. 

Además, las sociedades medievales de este continente eran muy variadas y, aunque en algunas de ellas la mujer tenía cierto poder, en general los hombres dominaban mucho más la esfera de lo público. Así que en muchos lugares donde se veneraba a estas mismas imágenes, las mujeres estaban sometidas en muchos aspectos.

Así que si esto sucedería con imágenes tan recientes en la historia como las medievales, ¿cómo podemos afirmar sin ninguna duda, y de manera tajante, que las figurillas de mujeres prehistóricas significan que hubo un matriarcado, o culturas "solo matrísticas"? 

Peor aún: ¿Cómo asegurar cosas tan pilladas de los pelos y arriesgadas como decir que los hombres "aun no conocían su papel (como elemento masculino y fecundador) en la reproducción"? Porque si hasta los primates SABEN distinguir entre su prole y la de otros machos, y atacan a veces a los hijos de otros machos (es decir, instintivamente saben que fecundan a las hembras) no se puede asegurar de manera tan tajante que el hombre humano pudo pasar por una etapa de no saber ver las consecuencias de tener sexo con una hembra.

Se ha repetido mucho que la existencia de estas figuritas femeninas prehistóricas es signo de matriarcado porque, además de lo que representan ellas mismas, algunos textos dicen que "no hay  representaciones de escenas sexuales, ni de sexo masculino". 

Pero esta afirmación va quedando desmentida a medida que se encuentran nuevos restos arqueológicos. Puede que "antes" pareciera que esa afirmación era cierta, porque todavía no se habían descubierto suficientes restos prehistóricos, pero todo va quedando cuestionado conforme se avanza en el hallazgo de nuevas piezas y vestigios. (Ver foto)


Así que ya tenemos falos de piedra (y bastantes). Ya tenemos escenas sexuales apareciendo en cuevas prehistóricas. Ya tenemos imágenes rupestres (grabados) de hombres en estado de erección. Con lo cual...en lugar de afirmar de manera rotunda cosas que no sabemos ¿no sería mejor plantearlo solo como hipótesis, mientras se continua excavando y reuniendo piezas?

(Abajo, escena sexual de figuras antropomorfas con cabeza animal, que ha sido llamada "la Venus y el Hechicero", en la cueva de Chauvet, Francia)

(Abajo, otra imagen prehistórica de temática heterosexual, esta procedente de Serra da Capivara, Brasil)


Y en todo caso ¿tanto "nos" importaría si hubo o no matriarcado, o si no hubo ni una cosa ni otra? Es decir: a efectos de luchar para mejorar lo presente, no nos debiera afectar tanto lo que vivían los humanos de la prehistoria. Porque no somos "ellos". Y además, somos seres creativos y razonantes y se supone que, si nos lo proponemos, podemos introducir cambios en la historia y nuestra realidad, si vemos que algo nos está haciendo daño.

En fin, ahí queda eso. Observad las imágenes de Vírgenes Abrideras. ¿No "parecen" imágenes de "La Diosa" conteniendo a todo, y dando lugar al "Dios masculino" (que sería, según esa interpretación VISUAL, posterior a Sí Misma) y al resto de "almas" y seres? Pero SABEMOS con datos, que en la época en que estas imágenes se hacían y que además se VENERABAN, la situación de las mujeres en general, NO era la de las imágenes veneradas. 

Lo comparto sólo para reflexionar (extrapolándolo a lo prehistórico) sobre lo difícil que es pensar, desde nuestro ahora, culturas de no solo hace siglos, sino incluso milenios. Decenas de miles de años.

 

martes, 6 de marzo de 2018

Sobre el nebuloso origen de la "represión" de la mujer.

 


6 marzo 2018

(de mi muro de facebook)

Se dice, se repite, se insiste en que las mujeres perdieron derechos por primera vez con al advenimiento de la agricultura, la ganadería y la propiedad de la tierra, porque los hombres quisieron ser propietarios y estar seguros de su propiedad y su transmisión genética, y de repente destruyeron el matriarcado original y cosas así.

Siempre me chirrió esta teoría porque recordaba que en algunas tribus no agrícolas sino seminómadas (como los nativos de Norteamérica), que eran completamente ajenos al asunto de la propiedad de bienes, objetos y tierras, las mujeres ya estaban ligeramente por debajo en las jerarquías de autoridad o, al menos, recluidas en el ámbito de la autoridad doméstica (no pública) por lo general, y también penalizadas por infidelidad, y sometidas a posibles "raptos" por parte de indios de otros clanes, para convertirlas en sus "esposas".

Pero últimamente he encontrado más ejemplos de que en tribus indígenas completamente ajenas a la cultura que llamamos imperial, y con cosmovisión y conceptos muy distintos a los nuestros, también las mujeres estaban en condiciones de inferioridad. Uno de esos casos es el caso de los selk´nam de la Tierra de Fuego, con una mitología que "explica" porqué los hombres deben ostentar mayor poder social que las mujeres. 

Y otra, es la leyenda o mito del héroe Yuruparí (vídeo que resume el mito, arriba), presente en diversas tribus indígenas del Amazonas (guaranís, tupís, tucanos...), que viene a explicar también porqué se hizo necesario cambiar desde un estado de "caos" debido al poder predominantemente femenino, a uno más "ordenado" ejercido por hombres.

Los Selk´nam eran nómadas, cazadores y recolectores.
En cuanto a los indígenas amazónicos donde se conocía el mito de Yuruparí, como los guaranís, en cambio, sí practicaban la agricultura y eran más sedentarios, pero igualmente no podemos decir de su cultura que fuera como la nuestra, ni que estuviera sustentada en los mismos principios y cosmovisión, ya que su relación con la tierra no era de "posesión", sino profundamente espiritual. 

Cito texto de Survival Internacional:
"Hasta donde les alcanza la memoria, los guaraníes llevan buscando el lugar que les fue revelado por sus antepasados, donde la gente vive libre de dolor y sufrimiento, al que denominan ‘la tierra sin mal’.
Durante cientos de años, los guaraníes han recorrido grandes distancias en busca de la tierra sin mal.

"Un cronista del siglo XVI hizo mención de su “constante deseo de buscar nuevas tierras, en las cuales imaginan que hallarán la inmortalidad y la paz eterna”.
Esta búsqueda constante es indicativa del carácter único de los guaraníes, esa “diferencia” que les caracteriza y que ha sido a menudo citada por los no indígenas.

"En la actualidad, esta particularidad se manifiesta de una forma más trágica: profundamente afectados por la pérdida de casi toda su tierra a lo largo del último siglo, los guaraní están sufriendo una oleada de suicidios sin precedentes en América del Sur."

Es decir, su relación con la tierra no se basa en un sentimiento de codicia y explotación de una "cosa" sino que se trata de otro asunto, de una relación con la tierra distinta, sagrada y amorosa.

Al margen de lo difícil que es comprender desde afuera la cosmovisión y maneras de pensar y sentir de pueblos tan distintos a la cultura occidental "civilizada/imperial" en la que hemos sido criados la mayoría, lo que quiero resaltar es que, desde luego, la premisa de que la "opresión" de las mujeres empezó por el deseo masculino de "tener tierras y explotar recursos/mujeres" no se sostiene. Puede Puede que eso haya sido la realidad para algunas culturas, pero no es "LA" gran explicación para todas.

Porque las piezas no encajan conesa teoría, en lo antropológico. Y cuando no encajan, es inútil darles martillazos para que lo hagan, fingiendo que lo redondo es cuadrado, o al revés, quitando aristas a las esquinas del puzzle humano. Si se quiere encontrar la verdad y la respuesta, hay que saber darse por vencido y rendirse a la evidencia: es decir, hay que respetar las piezas del puzzle tal cual llegan. Y si no encajan, pues toca dejarlas sobre la mesa, colocadas "más o menos" cerca de donde intuimos que pueden ir, pero sin forzar conclusiones.

La explicación del origen de la opresión femenina, entonces ¿dónde está? Si nómadas-cazadores ya "podían" tener, al menos en algunos casos, actitudes de dominación hacia la mujer, ¿qué nos queda?

Yo siempre siento que hay que ir más atrás. Menos buscar respuestas en la mitología, que a fin de cuentas está creada por humanos (y muchas veces no es inocente, pues de manera sesgada y deliberada, se ha usado en ocasiones para justificar conductas y crear ciertas creencias) y más ir al mundo del que venimos. Los primates.

Y ¿qué encontramos? 
Leo hoy esto y me digo: Voilà, otra pieza de puzzle:

"La etóloga Sarah Blaffer Hrdy, a partir de sus estudios con primates, destaca una serie de datos que, considera, INVALIDAN todas las teorías explicativas del matriarcado que buscan su causa en fenómenos EXCLUSIVAMENTE humanos. 

"Según el tipo de adaptación ecológica (sedentarismo y nutrición a partir de frutas estacionales o nomadismo), las hembras primates manifiestan tolerancia o intolerancia entre ellas. Las especies arborícolas suelen ser monogámicas, y tanto machos como hembras muestran agresividad hacia individuos de su mismo sexo que intentan entrar en su territorio. 

"Las demás especies de primates, más numerosas, son políginas y, consecuentemente, dimórficas. Este dimorfismo consiste en un mayor tamaño de los machos con respecto a las hembras. Su origen reside en la competencia entre machos por el acceso a las hembras. A diferencia de las especies monogámicas, en las políginas existe la dominación de los machos. La dominación se reduce a lo que en etología se define como tal: capacidad de un animal de apartar a otro de un recurso deseado (de una charca de agua o de una fruta). 

"Es decir, estaríamos ante el patriarcado reducido a su mínima expresión. El hecho de que nuestra especie sea dimórfica indica que en sus orígenes fue polígina, de hecho, en la actualidad, muchos pueblos siguen practicando la poliginia."

(Rosa Rodríguez y Lucía Serrano, dep. de prehistoria de la UCM)

Y me parece de lo más natural.
Con lo cual no habría ninguna conspiración de hombres codiciosos que, para crear civilizaciones y poseer tierras, decidieran domesticar a las mujeres como al ganado, etcétera. Porque el ser humano ya nació "así", probablemente, con el impulso de machos de dominar o poseer hembras.

Pero es que esta hipótesis (que de momento solo es eso) desmontaría también el mito (porque me temo que lo es) de que en todo el planeta hubo una época primitiva en la que dominó el matriarcado. Pues, si ni siquiera tal cosa se ve en los primates (o no tal y como se pinta el matriarcado, pues hasta entre los idealizados bonobos las hembras golpean a los machos que quieren violar, es decir la violación se intenta y se corrige esto a base de violencia defensiva ejercida ACTIVAMENTE por las HEMBRAS, nada de un matriarcado pacífico donde no vuelan tortas como panes) ¿qué nos hace pensar que lo hubo en los seres humanos?

¿Las figurillas de diosas o de mujeres? Y...¿no hubo también en la Edad Media mil figurillas de María-Reina_Madre, sentada en su trono con hijito en brazos, y sin embargo la mujer (y madre) no reinaba sobre los demás y tenía que defenderse de mil agresiones? Y en la India; ¿no se ha venerado a la Diosa Madre bajo mil formas, pero en cambio tenemos una sociedad terriblemente misógina?

¿Cómo estamos TAN seguros de que esas figurillas prehistóricas significaban (seguro y sin fisuras) que la mujer reinaba como una diosa...y que, en cambio, no significan que era UN BIEN, el más deseado y preciado de todos (por ejemplo)? 

Venerar algo, adorarlo, no es excluyente de quererlo poseer, controlar y dominar. De hecho, así hacemos con la Vida: es lo que más amamos y sin embargo ¿cómo la tratamos y qué actitudes tenemos hacia ella? No, no creo en el mito del matriarcado, no al menos tal y como se explica, como algo generalizado, planetario y "sin mota de violencia". 

Caben más preguntas aquí: hubo varias especies humanas coexistiendo en el planeta, ¿cómo sabemos que el matriarcado hipotético estuvo en todas, si ni siquiera entre primates los comportamientos son homogéneos y cambian en matices según la especie? ¿Y si hubo matriarcados locales y luego otras formas de sociedad que no imaginamos, coexistiendo con el llamado patriarcado o dominación de machos? ¿Y si lo que somos hoy es fruto de esa mezcla? ¿Y si...?

Mis piezas de puzzle van indicando que la cosa no es tan simple, y me da pena ver tantos escritos que no son más que piezas de puzzle martilleadas para que encajen unas con otras. Y lo que se repiten y cómo la gente se lo acaba creyendo todo tal cual. 

Ahora me dirán algunos: eres una "biologicista", justificas el patriarcado.
Y yo diré: No, lo que quiero decir es que, si es cierto que la raíz de la dominación de los hombres hacia las mujeres, al menos en algunos aspectos de la vida (no creo que en todos), se debe a la raíz animal de nuestro ser primates, entonces significa que no ganamos nada negando la animalidad, ni los instintos primarios, sino por el contrario, debemos estudiarlos y conocerlos para ser conscientes de esos impulsos y superarlos en el caso de que no nos beneficien. Se trataría de superarlo tal y como superamos la envidia o el deseo de darle una os. a quien nos cae mal, o de apartar a empujones a otros, o matar al molesto.

¿Y cómo se supera eso? Pues la salida me parece obvia: hay que subir escalones en el ser, pasando por el corazón (desarrollo de la compasión) y por el neocórtex. A fin de cuentas, me digo, los hombres que he conocido que son esos maravillosos "notallmen" que ni violan, ni maltratan, y cuidan, y se enternecen, han tenido un corazón grande, hondo y cultivado en la compasión, y una mente además, muy bien amueblada. Mucha sensatez y capacidad de sentarse, razonar y reflexionar.

Por eso desconfío de las tendencias de pensamiento que malhablan del neocórtex como si fuera la causa de todos los males, o que quieren recuperar el pensamiento del vientre como si fuera "LA" salida. No, no es "La" salida, solo sirve para sanar y recuperar algunas cuestiones necesarias, pero luego, además, hay que cultivar el corazón y ...la cabeza. También la cabeza.

Somos seres creativos, más que ninguna otra especie del planeta. Es lo que nos distingue. El arte, la creación. Más incluso que el lenguaje (pues hay animales que dialogan, lo vamos sabiendo ver) El arte. La creación (repito) Y podemos razonar e inventar además de sentir. ¿No vamos a poder crear sociedades "sentidas, y razonadas" donde las mujeres y los hombres compartan poder, sin dominación mutua?

Oh, venga, seguro que podemos. Somos capaces de eso y más. Pero no podremos hacerlo si negamos las verdaderas causas de algo. Como en la medicina, si no encuentras la raíz de un daño, no puedes subsanarlo, solo poner parches, y a veces es peor el remedio que propones, que la enfermedad. 

Así que tal vez contenemos en nuestro ser humano global el impulso animal del macho que somete a la hembra, pero TAMBIÉN tenemos un corazón con inmenso potencial y un cerebro poderoso y capaz de combinar ideas, datos, y buscar soluciones. Podemos hablar, podemos crear soluciones. Podemos pactar, negociar, llegar a acuerdos.

Y ¿quién dice que no podemos evolucionar a una conducta humana distinta? ¿No ha sido así ya otras veces? Ahora bien, si ésta se sustenta en mitos que justifiquen la opresión de un sexo por otro, produce sufrimiento. También si creamos nuevos mitos que acusen de manipulación deliberada y retorcida a la mitad masculina de la humanidad, generando la percepción de que son "los enemigos" o, al menos, "el problema que tenemos, o parte del problema".

Sigo buscando piezas, de todos modos, porque esta investigación no ha terminado para mí...

miércoles, 28 de febrero de 2018

Que viene el coco (ego) y te comerá.

(Arriba, pintura de Rubinov Jacobson)

Estoy de la inflación del ego hasta el moño. Es de esas expresiones que se han vuelto omnipresentes. De tanto hablar del ego al final parece que exista y todo. Y ni que estuvieran hablando de la inflamación del hígado, oye. Inflación del ego por aquí, ego inflado por allá. Yo cuando leo esto pienso en arroz inflado, de ese que se come tipo cereales para el desayuno.

El ego, el ego, el ego... El nuevo demonio, el nuevo monstruo, el nuevo dogma para meter miedo. Cuidado, no te sientas satisfecho de nada, no sea que se trate del ego. Cuidado, que si estás aprendiendo algo y brillas de satisfacción placentera por haber superado un desafío, o haber cruzado un curso con matrícula, es cosa del puñetero ego. O sea: no celebres nada, échate ceniza por la cabeza y disimula. Y machaca tu alegría, so egoica, pero qué te has creído, mira que estar contenta por haber crecido, o cruzado un mar, o haber resuelto algo. Y encima LO DICES. Vas y lo compartes. Pero bueno, ¡habráse visto osadía, desfachatez y atraso mental, digo espiritual!

Esto del ego es como lo de la antigua humildad, mal predicada. Había que ser humilde, y eso se explicaba (mal) como humillarse públicamente, o forzarse internamente para no sentir ninguna alegría ni satisfacción por los propios logros, dones, regalos, virtudes. Había que estar siempre cabizbajo y encogido. Había que reprimur constantemente la expresión, y decir de uno mismo solo lo malo, o callarse lo bueno, porque si no...¡tachán, Satanás te estaba dominando, te estaba haciendo soberbio!

Yo pienso que la verdadera humildad es otra cosa: se trata de ser realista y no añadirse cosas, ni creerse superior a otros. Pero en lugar de entender ese realismo, se enseñaba a auto humillarse y a esconder la propia valía, o incluso a negarla, aprendiendo a no verla. Todo por miedo a la soberbia.

Pues bien, han pasado siglos y aunque aquel discurso religioso pasó (bastante) a la historia (excepto para la gente que sigue ciertos caminos religiosos), ahora tenemos aquí, en sustitución de eso, al peligro del demonio-ego, por obra y gracia de las nuevas prédicas psicológico/espirituales o lo que sean, porque mezclan muchas cosas y al final es un lío.

Y hoy, como ayer, se te amenaza con el infierno al que vas a ir, si se te infla el ego (te reencarnarás en sapo o en piedra, por lo menos, o caerás en los mundos astrales más "bajos" y  pantanosos) O, en casos peores, si osas "tener ego" (pues para algunos discursos tenerlo ya es de por sí el problema, aunque no se te haya inflado como un hígado con cirrosis), se te adoctrina para que no te alegres de nada que logres, realices, o aprendas, o comprendas. Y si te alegras, por lo menos escóndelo. No lo demuestres. No lo digas, que entonces el ego se infla con las muestras de empatía ajenas y los parabienes. Que encima, si te felicitan o te dicen "qué bien", eso ya es el colmo del mal. Es una recompensa asquerosa que buscas de tapadillo y que no debieras disfrutar, so egoica. Tu espiritualidad está al nivel del líquen o de la suela de zapato, y ni lo sabes.
                                                                                        

Y tampoco ejerzas una crítica pública de las ideas de alguien, ni señales lo que te parecen errores de otro, aludiendo a lo que has aprendido o leido, aunque sea por contribuir al debate público y al esclarecimiento compartido de cuestiones. Porque eso también es cosa del ego inflado y ya se sabe: en el infierno estás, en el limbo de los poco evolucionados seres que todavía no sonríen a todo con las pupilas diltadas mientras dicen: "Siiii, está bien, está bien. Todo es correcto. Todo vale. Nada importa". (Ese nirvana de relativismo y de prohibición del debate, no sea que el ego se infle)

El ego, el ego...que viene el ego y te comerá. He leído también por ahí que una manera de discernir si alguien es sabio o no, es ver si tiene ego. Si se lo encuentras, ¡zape!, ya cazaste a un impostor. Ya no escuches nada de lo que diga, que seguro que lo dice su ego, el monstruo ése al que nadie ha visto, ni sabe qué color tiene, ni cuánto ocupa, pero que tantos juran que existe y que es malo, muy malo.

Yo paso del ego, en serio. Me da la impresión (hasta donde sé) que es una traducción psicológica moderna del "yo", pero es que también hasta donde sé, el "yo" no es malo. Sólo puede suceder que sufra patologías varias o desajustes. 

En todo caso, meter miedo al "yo" viene a ser como meter miedo al cuerpo, o a la personalidad. Pues el "yo" es ese aspecto del ser que es distinto y único para cada uno, lo mismo que el cuerpo y la "personalidad". De manera que si te convencen de que el "yo" es malo ... ¿Qué se te está comunicando en el fondo? Que debieras ser indiferenciado. Que no debieras tener límites, ni marcarlos. Que debieras ser todo y aceptarlo todo. Todo lo cual tiene sentido en la dimensión indiferenciada de La Unidad, pero no en el mundo de la tierra con sus cuerpos y elementos.

En resumen, meter miedo al ego y a la satisfacción ante los logros del "yo" es doctrina anti encarnación material. Y un estupendo modo de castrar la natural alegría de los niños cuando crecen y alcanzan metas, y lo dicen en voz alta, y de los adultos cuando hacen lo propio.

                                            
                                                         (Pintura de Bo Bartlett)

martes, 27 de febrero de 2018

¿Profesionalizar el chamanismo...?


(El meme de arriba, con el diálogo construido sobre una ilustración de Boris Groh, lo publiqué en mi muro 2 años después de escribir este post)

Se da cíclicamente un conflicto en algunas de mis relaciones cuando digo que no quiero cobrar dinero por según qué, o que por algunas ayudas espirituales (rezar, canalizar bendición o ayuda de Guías espirituales, etc) no debería cobrarse. Me ha sucedido desde que empecé a moverme en estos ambientes, y ya llevo 13 años en esto, o sea que es suficiente tiempo como para observar y ver un patrón recurrente.

De hecho, ya antes de dedicarme a estas cuestiones "de la energía", cuando participaba en un foro de chamanismo, se desataban debates cíclicamente sobre el mismo tema: ¿Está bien o está mal convertir el chamanismo en profesión comercial y pasar a cobrar por ello? Y las opiniones eran para todos los gustos.
 

Para mí, el problema no es el dinero. Si digo, por ejemplo, que me niego a poner un precio a mis "sesiones de ayuda" y a trabajar con ellas situándome en el "mercado" como chamana, no es porque piense que el dinero me va a contaminar, que vaya a estropear lo que hago, o que no se pueda mezclar con ayudar a los demás. No. De hecho, es necesario el dinero para muchas cosas y yo nunca lo he rechazado. ¡Ya me gustaría a mí que mis libros publicados en la editorial Sirio o Amatista, por ejemplo, se hubieran vendido a tope, y recibiera regularmente un dinero semestral por ello! Sería fantástico, y me permitiría dedicar más y mejores medios a la escritura, por ejemplo contratar traductores, promoverme en editoriales extranjeras, etc.

No, el problema para mí no es el dinero, que me gusta como a cualquiera y hasta tengo un "pasado" urbano en el que éste no me faltaba y vivía con bastantes más caprichos que hoy. El problema es querer convertir en un trabajo profesional, al modo de cualquier otro trabajo pagado, cuestiones tan escurridizas y elusivas como "estar inspirada", "tener conexión" en ese momento con determinada fuente de "energía sagrada", o estar en contacto lúcido y controlado con x "energía", etc. Es decir: el problema radica en querer transferir el modo de VIDA chamánico tradicional y profundo, al modo de funcionar que se requiere en un trabajo moderno "normal", con el que quieres obtener el dinero para subsistir.

Cuando trabajas desde lo que has aprendido en la vida o estudiado, es fácil. La gente necesita ciertas cosas, acude a tí, y tú respondes desde tu "yo". Sabes que puedes ofrecer eso. Sabes de dónde sacas los conocimientos, y puedes hacerlos objetivables, incluso demostrables. También sabes calcular más o menos cuánto tiempo te llevará atender a alguien, o solucionar un problema. En muchos trabajos,  incluso se trabaja con algo material, físico, y puedes presentar facturas, puedes calcular y puedes medir lo que necesitas ganar y lo que es justo cobrar. Puedes mostrarlo a tus clientes y puedes negociar con ello.

Ahora bien, imaginemos que alguien que haya leído por ejemplo "Ángeles de Lo Uno" o "Diálogos con Anubis" venga a verme porque yo ofreciera "sesiones de canalización espiritual" a tal precio, y esa persona esperara que yo le "canalizara" la voz o respuesta de un ángel, o de Anubis o de quien fuera. Imaginemos entonces eso. ¿Qué pasa entonces? Pues que esos escritos son vivencias, o las reflejan, y yo no controlo cuándo y cómo se producen, o de qué manera. Pretenderlo es como querer canalizar la energía de virtudes, estados de ánimo, o dimensiones del ser. ¿Cómo sabes que cuando una persona venga a verte vas a poder estar en ese estado interior, y transmitir esas cosas?

Pues NO lo sabes. 
Honestamente, y al menos en mi caso, no tengo ni la más remota idea de qué sucederá en mi vida interior mañana, ni mucho menos qué puede suceder y moverse en una sesión de "ayuda" que cualquier persona pueda pedirme. Sé, por experiencia (y porque me esforzaré en mantenerme en el mejor estado posible) que "algo" llegará o emergerá en la sesión. Pero ¿qué será, con qué intensidad y duración, y con qué nivel de claridad? ¡Esa es la cuestión!

Por lo tanto, en mi caso al menos, estaría siendo una mujer deshonesta si ofreciera "contacto con x energías" en sesiones que se puedan acordar previamente. Y más, pagando. Porque cobrar implica asumir que das lo que ofreces en tu publicidad. En caso contrario, estás defraudando a quien te paga, o incluso estafando con engaños o fingimientos.

Pero imaginemos que yo quisiera forzar mi vocación para ayudar a los demás, y que cuando vinieran, yo no me sintiera muy segura, pero hiciera "el esfuerzo" de tratar de complacerles. ¿Resultado? Una de dos: o me auto sugestionaría e interpretaría erróneamente las sensaciones que me surgieran, hasta convertirlas en algo que no son; o tendría que decirle a esa persona: "Mira, lo siento, pero no puedo hacer lo que te prometí, será mejor que vuelvas otro día, o lo dejemos para otro momento". 

Y para esto último, no hace falta ni anunciarse, o no de esa manera, en plan profesional con resultados garantizados. Ni mucho menos poner precio a las visitas. Salvo que asumas la estafa o te auto engañes diciendo "Bueno, pero es que yo cobro por mi tiempo". Bien, pues si cobras por tu tiempo, entonces no digas que "canalizas tal o cual" ni ofrezcas "resultados", sino dí: "Te puedo echar un vistazo, y pagarás por mi atención, pero no te garantizo nada". Que es muy distinto. Y entonces, veríamos quién te pedía cita, y si podías sacar un sueldo con eso. 

Ahora pongamos por caso lo que, además de lo dicho, me sucede a mi: Que mis propios "guías" (ángeles, Anubis, Tierra, etc) me han prohibido que cobre por hacer sesiones o transmitir sus mensajes. ¿Alguien se imagina lo que sucedería si yo pasara olímpicamente de su querer, y a pesar de todo lo hiciera?

Bueno, yo ya digo lo que sucedería: la primera vez me llevaría una buena bronca y los guías se negarían a intervenir. (Eso, de hecho, me sucedió la primera y última vez que quise que Miguel respondiera a las preguntas de una amiga, en plan médium profesional que responde preguntas ajenas. Él se "plantó", severo, y me dejó claro que ni hablar, que no venía para eso) Pero a la segunda vez que lo intentara, posiblemente acudiría presurosa alguna otra "energía" que se ofrecería a actuar y dar mensajes en mis sesiones, porque para ella, eso no supondría un problema.

Y en este punto, yo estaría en un serio riesgo de caer en manos de vete a saber qué entidad o energía, y de transmitir mensajes no benéficos a las personas. En primer lugar porque los guías no son apéndices de quita y pon, ni aliados que uno se gana con mercadeos y pactos (aunque sé que hay "chamanismos" que manejan ese concepto, y trabajan con pactos y hasta obligando a los espíritus a actuar) Los guías son seres y/o extensiones de la energía sagrada afines con uno mismo. De manera que yo estaría traicionando a una parte de mi naturaleza y eso es un error espiritual de graves consecuencias a largo plazo.

En segundo lugar, porque las entidades que acuden en coyunturas como ésta, para ofrecer respuestas a la gente, a veces son oportunistas y no siempre tan altruistas. No tienen porqué ser entidades malvadas directamente, pero la confusión, el enredo y la poca claridad o trascendencia de los mensajes, pueden ser un lastre y a largo plazo dañarían. Si no puedes mejorar el estado de alguien, si no puedes ver más allá del conflicto que trae, mejor cállate y reza, en lugar de hablar para rellenar ese hueco, y así poder cobrar un dinero, y que la persona se vaya tranquilita a casa sintiendo que la han ayudado, pero sin saber que "vete a saber tú" la energía que ha intervenido ahí.

Cuando el chamanismo es VIVENCIAL y lo que transmites se hace a través de tus propios cambios de conciencia o de "estado de ser", es difícil ponerle precio a algunas actuaciones. Es difícil también asegurar nada, ni prometer resultados, ni el tipo de acción o no acción que puede necesitarse para algo. Es distinto si manejas un chamanismo que trabaja con herramientas físicas "medibles" y "enseñables" (relativamente) como quienes hacen talleres de sonido, de danza, de cabañas para sudar, o toma de plantas alucinógenas. Y aún en estos casos, es muy difícil "medir" lo que sucede, pero apurando mucho, se podría medir un poco más lo que se ofrece, que cuando trabajas como yo lo hago.

Y es que cuando se trata de algo como lo que yo practico, que no depende de nada físico salvo mi cuerpo y mi conciencia, y de la voluntad Divina, por así decirlo, todo es escurridizo y elusivo como los rayos del sol, la lluvia o el arco iris. ¿Puedes prometerle a alguien que se obtendrán esos fenómenos el dia que vengan a verte? No, no puedes. A lo peor hay hasta niebla, pero no contabas con ella. 

Así que como mucho puedes ofrecer "el intento" de entregar a La Divinidad Una el problema de alguien, y ver si a través de tí, alguna de las energías sagradas diversas se quiere expresar. Y a lo mejor habla la niebla y cuenta algo que se asocia con el conflicto de esa persona. Pero lo dicho: todo es taaan escurridizo...

Existe otro problema asociado a ayudar "vivenciando" una misma las cosas, y es que tus propios cambios de conciencia afectan al cuerpo, a la mente y a las emociones. Las tuyas. Y a poco que seas sensible y empático, y actúes precisamente aceptando sentir con el otro, y sentir con las energías sagradas, y sentir el conflicto, NO PODRÁS ofrecer una sesión tras otra, o varias al día, como a quien le visitan pacientes. Porque cada inmersión en eso requiere su tiempo hasta que vuelves a la "normalidad", y no hay modo de medir eso y anticiparlo. 

Algunas sesiones te afectan poco y sales enseguida de ese estado. Pero otras te dejan ko. Algunas te remueven algo personal y te pasas tres días necesitando silencio o reordenar. ¿Cómo vas a convertir entonces esas "sesiones" en un trabajo como cualquier otro? Como mucho, puedes ofrecer "alguna" a la semana y sobre la marcha. O una cada ciertas horas. Y aún y así, te arriesgas a no poder cumplir con la agenda, y tener que estar cancelando citas (me sucedió en el pasado muchas veces, hasta que comprendí que lo que no podía ser, no podía ser salvo siendo deshonesta y "trabajando" en mal estado)

Luego está el factor problemático de "echar cuentas". Si lo que quieres es subsistir con ese trabajo, ¿cuántas sesiones tienes que hacer al mes para sobrevivir de ello? Vamos a imaginar que trabajas con mi modo, el vivencial, y que asumes todas las dificultades expuestas, no quieres forzar la máquina y te dices: "De acuerdo, pues haré solo dos o tres sesiones por semana, o una al día como mucho". Entonces echas cuentas y, obviamente, te sale que debes cobrar un precio bastante considerable a cada persona que te venga a ver. Y si vives mentalmente cómoda en el mundo de las élites, pues no problem. Cobras 150 euros por sesión y arreando, que es gerundio. Que lo pague quien pueda, y quien no, pues que se aguante.

Pero ¿qué pasa si eres de las de mi tipo, que como han vivido lo que es no llegar a fin de mes y necesitar ayuda "espiritual" y emocional desesperadamente, se siente mal pensando en que hacer eso es como traicionar a la persona que fuiste, y seguir fomentando el esquema de un desigual reparto de ayudas y privilegios en el mundo?

Es que mi historia personal tiene TELA marinera y me marca mucho, lo admito. No sé si he contado alguna vez que mi terapeuta me hizo sesiones gratis durante meses, porque yo en aquel entonces no tenía un duro, y salía de una situación personal complicada y penosa, así que o la terapia era así, o no era. De hecho, yo ni siquiera la busqué, porque ni me planteaba hacer terapia. Me convenció la terapeuta. Pero ¿Cómo voy a olvidar que gracias a la generosidad de aquella mujer yo me liberé de tanto y me sané de infinidad de dolores? 
¿Cómo voy a ahora a desentenderme de quienes "no podrían pagar 100 euros por sesión o ni 40? Así que por esa razón, las veces que he ofrecido sesiones de ayuda y ha salido el tema de que algunas personas me quieren dar algo a cambio, acepto "donaciones" que son "según esa persona quiera". Porque así queda el margen abierto a todas las posibilidades.

Pero si no hay donación, no pasa nada porque no hago eso para sobrevivir, ni tengo un problema si no cobro ese día. Y porque SIEMPRE recibo mucho (en la energía) en cada sesión que "doy". Pues todo lo que pasa de bueno a través de mi, actúa también en mi interior. Al final, soy como una fuente que, gracias a que da sin medida, se mantiene con un curso de agua corriente, que moja su propio ser. Y eso es Vida para mí. 

Cuando he intentando ponerle un medidor de agua a la fuente, y un grifo, me he hecho daño a mi misma. Esto es como lo de la oxitocina: si empiezas a pensar con los cálculos, no fluyes en el estado amoroso, y el "parto espiritual" no se produce. Si realmente quieres estar calculando dineros y precios y mirando el reloj, haz otro tipo de sesiones que no impliquen fluir a un estado de conciencia distinto, receptivo, íntimo, profundo, con movilización de amor en, al menos, algún momento de la sesión (a veces se empieza enfocando un infierno y griterío, o angustia, y una vez eso se alivia gracias a la escucha, surge la revelación)

Hay otro factor a considerar y es que el chamanismo esencial, vivencial, y ajeno a herramientas y ritos "medibles" (más o menos), surgió y se VIVÍA en tribus o comunidades rurales que pertenecen a otra cosmovisión y perspectiva de la existencia. No en el mundo capitalista moderno. Así que cuando la gente defiende que todo chamán debe cobrar por su trabajo, porque siempre se les dio algo a cambio en las tribus indígenas, el asunto requiere de muchos matices. 

¿Qué quiere decir que los chamanes recibieran bienes o cosas a cambio? ¿Siempre era un precio estipulado de antemano? No. En contextos tribales, lo que sucedía es que cada uno daba de lo que tenía y de lo que sabía que el chamán o chamana podía necesitar. Se hacía así, de hecho, con todos los "trabajos", era más un modo de vida regido por la ayuda mutua y el intercambio de favores y bienes, que convertir todo en un listado de precios, trabajar con horario, y cobrar "al momento" o incluso por anticipado.

De hecho, en algunos contextos tribales, no es que se tuviera que "pagar" al chamán, sino que entre todos se aseguraban de que estuviera bien, que no le faltara de nada, y le llevaban regalos o compartían con él algunas cosas. Como se hacía (insisto) con otras personas especializadas en otras acciones beneficiosas para la comunidad. Pero incluso así, nunca se vio un chamán que se pasara el rato haciendo solo "chamanerías" y esperando que los demás le pagaran y solucionaran la vida. El chamán trabajaba para sobrevivir COMO TODOS. O cazando, o recolectando, o elaborando objetos, o haciendo lo que fuera necesario. Solo que, además, su especialidad luego era entrar y salir de estados de conciencia modificada para ayudar a los demás.

Nuestra cosmovisión es tan, tan distinta, y nuestro modo de vida tan diferente, que es inevitable que surjan problemas y chirríe la cosa cuando se quiere extrapolar la vivencia chamánica a "un trabajo para ganarse la vida". Porque para profesionalizarlo se requiere ya modifcar y acotar una serie de experiencias y situaciones, y eso es complicado de hacer sin desvirtuar algunas cuestiones (se puede, pero es difícil) Y luego, si se quiere además ganar un sueldo con ello que te permita pagar todos los gastos de nuestra vida común en las ciudades o incluso en los pueblos, ya es más complicado aún.

No niego que excepcionalmente haya personas que logren vivir de ello, pero sin duda será a copia de tiempo, experiencia y de haber encontrado una fórmula acotada para realizar x cosas, y dejando fuera del campo otras (más ajenas al control de la mente consciente) Y en ese caso es bueno ser consciente de todo lo que se deja por el camino, y de que se ha hecho una "traducción" de un modo de vida y una cosmovisión muy especial (la chamánica/espiritual/esencial) a una realidad, la capitalista moderna, que no encaja con la anterior en muchos puntos.

Conozco personas honestas que intentan desarrollar su ayuda "chamánica" o "espiritual" a pesar de todo, ofreciendo sesiones, talleres, etc. Me parece respetable y estupendo, siempre que sigan siendo honestas y no traicionen a los principios sagrados, todo para redondear sus beneficios. (Suele suceder, si se quiere ser honesto, que estas actividades al final se quedan como "extras" y aparte se busca un trabajo "normal" que dé de comer, lo cual es lo más chamánico del mundo, como ya he dicho. Porque una cosa es recibir compensación o regalos por tu ayuda, y otra muy distinta esperar vivir sólo de ello y profesionalizarlo)
***

Hay una faceta del chamanismo que es impagable, se mire como se mire, y es la alusiva a las vivencias con el Espíritu, en mundos donde la ayuda se da a entidades no humanas, o no visibles. ¿Quién paga a la chamana siberiana que acude a las fuentes para bendecirlas, y limpiarlas de basura? ¿Quién paga a los que ayudan a los muertos a transitar? 
¿Quién paga a los que deshacen maleficios realizados sobre lugares, o tierras, o paisajes, sin que nadie les haya contratado o llamado para hacerlo, salvo la misma Tierra o los muertos? 
¿Quién paga a los que rezan por los animales que murieron en sufrimientos inenarrables? 
¿Quién paga por el que danza bajo la luz de las estrellas pidiendo defensa para su pueblo? 
 ¿Quién paga al que viaja en sueños para ayudar, guiado por el Gran Espíritu, a personas de otro continente mientras duermen?

Por favor, ¡si ni siquiera se puede expresar algo así! Estas personas, chamanes/as de todo el mundo, han hecho y HACEN estas cosas, y eso hipoteca y compromete toda su vida diaria, sus pensamienos, sus emociones, pero no hay modo de englobarlo en el sistema monetario, ni mucho menos en un marco de "profesión". En algunas culturas sí se ha sostenido entre muchos, económicamente, a gente que hace esto, pero ha sido por pura fé y cariño hacia esos seres humanos que se mueven en lo "innombrable" e "inasible". Como los monjes que iban a las cuevas del Tíbet a luchar contra demonios; o como los que rezan por esto o por aquello, y que vivían de la comida o el dinero que les daban personas devotas y que creían en esas cosas... Pero eso, nuestro mundo lo desconoce porque ni siquiera cree en ello.

En cambio, la presión que se ejerce en nuestro mundo sobre las personas con estas vocaciones, empuja para que se profesionalicen. Que saquen un beneficio de su vocación y de su don. ¿Qué le hubieran dicho hoy al difunto padre Basili de Montserrat? Que se hiciera coach espiritual o creara talleres de fin de semana "para aproximar la gente al silencio", y cobrara por ello. ¿Qué le hubieran dicho a la difunta chamana María Sabina? Que cobrara por sus sesiones con los "niños" y así podría vivir en una casa mejor, etcétera. ¿Qué le hubieran dicho al médium  Chico Xavier? Que hiciera talleres de fin de semana de mediumnidad, cobrando, y que pusiera precio a sus consultas para, así, vivir mejor.

El problema es la profesionalización de todo, esa es la tendencia que rige nuestro mundo. Todo ha de ser convertido en trabajo pagable. Ya hasta hay iniciativas para pagar a "amigos por horas". Se paga por consejos, por sexo, por recibir abrazos, por todo.

Algunas personas, como es mi caso, no queremos fomentar esta tendencia. Y además somos del tipo místico, de esas personas que escuchan a lo invisible y pueden emplear horas en prestar atención a seres y energías que nunca pagarán... al menos, no con dinero...

Algunas personas nos cansamos a veces de tanta modernez y nos sentimos cada vez más antiguas. Hacemos un esfuerzo por adaptarnos a esta época, y logramos hasta entusiasmarnos con cosas hiper modernas como internet, porque nos facilita COMPARTIR lo que aprendemos y recibirmos y seguir dándolo a los demás. Pero no queremos expresar con nuestros actos que se pueda profesionalizar absolutamente todo, hasta los rayos de Sol del mundo espiritual, su lluvia o su arco iris, la negrura bondadosa de la Noche o el susurro de Madre Árbol. Ni queremos dar a entender que para recibir ciertas ayudas espirituales, siempre debas pagar porque el comercio es una especie de ley, o algo. No. Al contrario.

No descarto volver a organizarme en el futuro para ofrecer sesiones "de oración y ayuda" (sin garantía de resultados pre establecidos, sino al amparo de la voluntad Divina) a las personas que lo deseen. Pero si lo hiciera, no lo "profesionalizaría" al modo que se espera, por todo lo que he dicho antes.

En lo demás, pues haré y hago como hicieron todas las chamanas desde que el mundo es mundo: intentar salir adelante como la gente de mi entorno, salir adelante como pueda, siendo una más entre los demás, y punto pelota. 

Siento que por ahora, así me quiere la Tierra y así me quieren los guías, al menos de momento, y doy gracias cada dia por poder estar aquí y tener casa, calor y comida y poder criar a mi hijo con cierto sosiego, lo cual, tal y como está el mundo, es algo de infinito valor.

Me puedo morir esta noche y si sucediera, sólo lamentaría dejar a mi hijo solo y no haber escrito más libros por falta de tiempo. Pero bueno, estaría en paz con mi espíritu, que no es poco, porque no he cesado de dar y compartir todo lo que me "llega", por ejemplo por este medio, sin ponerle tasa, sin ponerme freno, sin condicionarlo con "precios", mientras he hecho lo posible por salir adelante como cualquiera de mis vecinas. 

Y eso es todo...




Creerse bruja y no tener suerte.


Más sobre las brujas (Y las mujeres muertas)

La gente de Europa ¿De dónde venimos? No todo ha sido conocimiento, luz, bondad y justicia. Los discursos modernos que miran hacia la brujería y hacia la persecución a las brujas y sólo quieren ver en ellos una única realidad de sabiduría y heroicidad, están equivocados en un sentido: son incompletos.

No se puede mirar hacia atrás proyectando en esas gentes lo que pensamos hoy en las ciudades, en los círculos selectos de intelectuales. No se puede definir desde despachos y bibliotecas lo que ha sido la brujería rural en Europa. Para eso, aparte de leer legajos inquisitoriales, o libros teóricos, hay que ir al campo, vivir en el campo y escuchar a los viejos. Para que nos cuenten las cosas que recuerdan o las cosas que a su vez, les contaron sus abuelos.

Empecé esta "Semana Bruja" no tanto para filosofar o elucubrar sobre la brujería en sí, pues existen ya libros sobre ello, sino para remover las cenizas del sufrimiento de muchas muertes de personas enredadas con este tema. Porque sin contemplar el sufrimiento de los "sin voz" a éstos les cuesta transitar y a todos nos cuesta procesar el pasado colectivo que tenemos. Y porque uno de mis dones es poner palabras a sentimientos y pensamientos enredados y no hechos conscientes, de manera que ayuden a otros...

Pobres, pobres brujas sin suerte. Pobres brujas sin saber. Pobres mujeres que sólo querían un poco de poder en su entorno, un poco de amor, y se perdieron a si mismas, enzarzadas en sus deseos primales, en sus ilusiones, en sus miedos y terrores, en su esfuerzo por importar y dejar de ser abusadas o negadas. También hubo hombres así, pero las mujeres, en sociedades tan cerradas, machistas y supersticiosas como algunas que nos precedieron, han llevado a menudo la peor parte y este post gira sobre ellas.

Puedo sentir el dolor de las "brujas" que creyeron que lo eran, o que incluso lo fueron, pero no tuvieron ni conocimiento, ni sabiduría, ni poder, ni suerte, ni reconocimiento social, ni amor, ni aceptación. Nada salvo sentirse malditas.

Puedo sentir desde hace años su enfado, tristeza y desesperación cada vez que se equipara la palabra bruja a algo grande y magnífico que las mujeres modernas quieren ser. Porque se sienten entonces aún más solas, aún más marginadas, aún más rechazadas. Ya ni la brujería les pertenece a ellas, sino a un tipo de mujer del que se sienten muy lejanas, muy distantes. Un tipo de mujer de otro mundo, de otra época y de otro tipo, definitivamente.

La apropiación de la palabra bruja debiera hacerse con cuidado...con más reflexión y amplitud de sentimiento. Queremos reivindicar a las mujeres muertas, pero siempre nos olvidamos de las mismas. De las erradas, de las errantes, de las pobres, de las ignorantes. Seguimos buscando en nuestro argumentario razones para explicar que no estuvo bien perseguirlas o incluso matarlas, porque claro, eran sabias todas, eran todas sanadoras, eran científicas, eran humanistas, eran rebeldes revolucionarias.

Y sin embargo... tantas no eran nada. Nada, en sus contextos. Nada que tampoco hoy ninguna mujer quiera reivindicar en serio, para si misma, ni para ningún colectivo, salvo que por fin se diga que no hacen falta razones para dejar vivas a las mujeres. Aunque se equivoquen. Aunque estén locas, o sean envidiosas, o incluso malas. Ya basta.

Hay investigadores muy bueno que han escrito sobre brujería europea. Hoy cito a Ernesto de Martino, antropólogo italiano, uno de los países europeos más marcados por las brujerías varias, las "fettucheras" (hechiceras), la stregonería (brujería) femenina y masculina, y mil cosas más. En Italia se cumple el esquema que he mencionado en anteriores posts: en el Norte, gente rica haciendo Alta Magia ritual, en sus lujosos salones de Turín o Milán. (Turín, uno de los sitios que aún hoy está más lleno de magia negra elitista) En el Sur, en cambio, la brujería rural, las supersticiones atávicas sincretizadas con el catolicismo. La mezcla. El curanderismo a menudo ciego, otras veces acertado. El caos de la vida saliendo adelante como puede y cuando puede.

Basándose en los libros y en el material recopilado por Ernesto de Martino, se rodó esta película que enlazo, a caballo entre ficción y documental, que narra la vida de una bruja rural del Sur. Si tenéis paciencia para subtítulos y lenguaje cinematográfico de los años 60, vedla. Y entenderéis qué clase de cosas pudo ser la persecución de brujas de hace siglos, cuando estaba permitido y alentado por el poder, matarlas. Entenderéis cuando se dice que, a veces, los inquisidores tenían más tolerancia que la gente del pueblo llano, o la "masa" ciega, que muchas veces ajustició a brujas, brujos, judíos, "raros" o lo que se le pusiera por delante, sin control alguno del poder de "arriba".

                                 
 Pero hay muchas cosas por reflexionar viendo esta película. Quitando el dramatismo visual (exageración expresiva típicamente italiana de esa época) hay mucho por sentir, pensar y comprender en qué es una bruja socialmente llamada como tal, cómo se gesta desde la SOMBRA de su contexto familiar y desde sus relaciones vecinales, de tribu y clan. No estoy hablando de dones, de visiones, de conocimiento (aunque estén presentes algunos fenómenos paranormales, los considero secundarios aquí) Estoy hablando de cómo llegaba la gente a llamarle bruja a una mujer, tanto si lo era como si no.

Ved, ved si tenéis ganas de saber... Y si deseáis abrazar en el sentimiento a tantas mujeres muertas, que aun hoy siguen sin ser nombradas, porque se está queriendo convertir a la brujería en algo que no tiene que ver con ellas. En un mundo paralelo de mujeres sabias, cultas, poderosas y empoderadas, del que ellas se quedan afuera. En las puertas de la población más afortunada. Como antes. O como siempre.

Y si os parece exagerada la película en algunos momentos, pensad que aún hoy, en Italia, aunque estas cosas no sucedan tan intensamente o tan habitualmente como en la época de la película, existen miles de personas que, cada año, piden exorcismos a la Iglesia. Miles. Que se dice pronto. Así que este sustrato de creencias sigue estando vivo, y es razón de más para intuir y comprender que no surge de la nada, sino de generaciones y generaciones creyendo en la brujería y practicando cosas como las que se ven en la película. Y más, muchas más cosas. Hechicería sucia, ciega, sorda, perdida. 


(Todas las fotografías de este post pertenecen a la película "Il Demonio" de  Brunello Rondi, basada en las investigaciones deErnesto di Martino, que se puede ver aquí, subtitulada en español: https://ok.ru/video/81315170882


lunes, 26 de febrero de 2018

Brujas reales.

(Arriba, Madalena Rocca, fotografiada por Ernesto di Martino)

(Continuación de los posts sobre brujería)


Bruja era la señora vieja y "rara" que vivía sola en el pueblo de mi madre, a la cual iba la gente a pedir remedio para cosas sin cura. Para que mi madre se deshiciera de unas feas verrugas en la mano, le recetó que recogiera hojas de sauce con verrugas rojas, las pusiera bajo unas piedras en el cauce del río y allí las dejara, en medio de la corriente del agua, para que ésta "se llevara el mal" con el tiempo. (Mi madre dice que funcionó y se le "cayeron" las verrugas con el tiempo, solas)

Bruja era mi amiga marroquí de azarosa vida, superviviente de maltrato de pareja feroz, que vino huyendo a este país de su ex. violento, y que usaba tarros de miel en los que metía papelitos con el nombre de relaciones amorosas complicadas, para endulzarlas; cortaba mechones de vello púbico a sus amantes para que "la recordaran bien", tener control de la relación y además echaba las cartas.



Bruja era mi amiga brasileña, que encendía sus velas a su entidad tutelar, cuyo nombre celosamente evitaba decir; que llevaba los collares con los colores de la misma; que creía firmemente en los sueños, y que realizaba ritos secretos en su casa buscando prosperidad o, en definitiva, sobrevivir en un mundo durísimo como emigrante pobre, sola y sin estudios superiores.

Brujo era el señor que vino a la casa de una amiga, para "observarla", porque de noche se abrían puertas solas, se oían pasos bajando las escaleras, y hasta una cisterna del WC se vaciaba sola. Y para "arreglarlo", el señor colocó bolitas de barro en las esquinas que absorberían las malas energías, se fumó un puro, y rezó unas cosas que vete a saber qué eran. Pero mi amiga dijo que las cosas raras dejaron de pasar.

Brujo era el señor del pueblo que chupaba con su boca los males de los miembros doloridos, para escupirlos en otra dirección, mientras masajeaba los músculos y ponía emplastos. Sin estudios académicos, conocimiento aprendido en silencio, siendo pastor. La gente decía que funcionaba.

Brujas...la inmensa mayoría no fueron, ni son, mujeres de ciencia, ni de muchas letras, ni siquiera bondadosas mujeres o mujeres exentas de "malas" intenciones o "emociones negativas" como se dice hoy. Eran meras supervivientes intentando salir adelante como podían en lugares y circunstancias difíciles, a base de intentar usar el sexto sentido (pues ya no tenían o tienen otras armas a mano) o a base de intentar imaginar que tenían o tienen fuerza para controlar las adversidades de una vida muy dura.

La impotencia, el sentirte atrapado en una situación adversa, hacen que te intentes evadir por "la energía", por los sueños o por el alma. Ahí nace una parte de la brujería, pero sobretodo mucha de la hechicería, que no es exactamente lo mismo. Cuando sientes que hablar es peligroso, los conjuros secretos para protegerse o defenderse se fantasean y desean. Cuando sientes que no puedes ir de frente y todo está en tu contra, pero no quieres morir, ni ser otra víctima más, piensas que puede haber otra manera de salir del paso o salvarse. Es la tortuosa vía que muchas personas han elegido y eligen... Pactan con fuerzas invisibles (y no siempre limpias) a cambio de sobrevivir, o de un poco de prosperidad. Es una encrucijada (y una tentación) que toda persona que anda el camino chamánico o brujo, experimenta en algún momento.

 

 La rama de la brujería que es la hechicería está muy ligada al miedo ante lo desconocido, al terror ante los golpes duros de la vida, el sufrimiento silenciado, el rencor que surje de sentirse injustamente tratado e impotente para cambiar las cosas; y la búsqueda de poder personal para no ser aplastado por el poder de otros, en sistemas sociales donde existe pobreza, marginación, exclusión y además, mucha superstición. (Aunque también puede asociarse a un puro deseo de adquirir más y más poder sobre otros, pero ésa es otra deriva, y la raíz sigue siendo el miedo)

Brujas...Brujas eran mujeres como la de este artículo, cuyo caso está perfectamente documentado porque se conservan todos los papeles de su juicio. (Coincidí con el investigador que los estudiaba mientras hice el Camino Primitivo por Asturias, hace muchos años, y hablamos de ello) Salvo en la suposición del autor (que imagina una posible enfermedad mental, y yo no lo veo "necesario") concuerdo en todo lo demás que dice.

Pero a estas mujeres, a estas "nada ni nadie" que viven en los márgenes del sistema ¿quién las reivindica? Parece que hay que transformarlas en otra cosa para aceptarlas o "salvarlas" en nuestro imaginario. Hay que convertirlas en heroínas, en mujeres de grandes ideas o ideales, en sabias, en feministas (ver el anterior post, sobre el enfado de brujas muertas por esta razón). Y no, no siempre lo fueron. Entre las brujas perseguidas hubo de todo y, siento decirlo, muchas, eran (y aún SON) como éstas mujeres de las que habla el artículo.

Pero si reivindicamos sólo a las sabias, entonces es como volver a condenar a las pobres, las analfabetas y las erradas y errantes. Como yo misma podría ser vista desde afuera pues ¿qué estudios superiores tengo, para presumir de ellos? ¿En qué círculos académicos puedo alzar mi voz? ¿En qué medios trabajo que se me reconozca nada? ¿No es acaso bruja quien dice ser chamana?

No seré yo quien vuelva a condenar a las brujas de a pie, ni aunque se equivoquen, ni aunque no puedan demostrar nada, ni aunque nada de nada. Ya basta.