jueves, 17 de diciembre de 2015

Expolio




Esta noche he soñado con la desolación de miles de personas sin hogar. Andaba por las calles de mi ciudad y lloraba viendo la miseria a la que nos abocaban las clases corruptas y la usurpación de recursos sin escrúpulos. Veía el futuro que teníamos por delante de miseria y esclavitud, y no lo veíamos, distraídos en luchas internas. En discutir los hombres y las mujeres, en dividirnos por bandos, sectas y partidos y clases e ideologías y religiones y ateísmos y...

Y mi cuerpo, mientras me despertaba, volvió a decirme: No gastes ni un minuto más en polemizar con nadie. La supervivencia futura es lo que está en entredicho, y para eso hay que aunar fuerzas y dosificarlas. Emplea tus energías en cuidar tus relaciones y vínculos, en fomentar relaciones mutuas verdaderas y amorosas, en sanarte y ayudar a otros a sanarse, y en luchar por preservar vuestro derecho de manejar recursos materiales

Para evitar que os roben la tierra, los bosques, el agua. Porque os los van a querer quitar todo. Os van a despojar hasta de la ropa interior, si pueden. Y entonces mirarás hacia atrás y te preguntarás cómo pudiste perder tanto tiempo y tan precioso en debates infinitos o en discusiones y conflictos, mientras ellos se estaban quedando con todos los recursos naturales, con las riquezas.

No tengo palabras.

jueves, 3 de diciembre de 2015

El "arquetipo" de la Abuela Fértil




Hace tiempo que las siento, cada vez más. Hace tiempo, incluso, que me siento más abuela que joven, y esto me ha desconcertado mucho. Me he peleado contra la sensación de estar volviéndome abuela, de sentir que la energía de mi cuerpo ya no es joven, que se me acaba cierta etapa. Me he sentido, incluso, cuidando a mi hijo más como abuela que como madre joven, y he juzgado estas sensaciones. Porque ¡madre mía!, si mi hijo solo tiene 5 años. ¿Cómo voy a ser abuela? Es imposible.

Pero ayer de repente lo entendí todo. En la energía, vino una Abuela Primera y me explicó que lo que yo sentía era lo natural: por mi edad (hoy cumplo 43) he entrado ya hace tiempo en la edad en la que, de manera natural, las mujeres se han convertido en abuelas. Durante miles y miles de años, la humanidad ha vivido de una manera DISTINTA a la actual, en la que las mujeres eran madres poco tiempo después de tener sus primeras menstruaciones.

Es decir, convertirse en madre era lo normal una vez cruzabas la adolescencia, o incluso en ella. De hecho, no existía nuestro concepto de adolescencia. Se pasaba de niña a mujer con la menstruación. ¿Adolescencia turbulenta? Eso no existía, y según se me dijo, lo que conocemos hoy es el resultado de "reprimir" las fuerzas vitales sagradas y sexuales, "esperando" una adultez muy postergada para "permitir" a las mujeres recién estrenadas y a los hombres "ya crecidos" que inicien otra clase de vida, que asuman responsabilidades y tomen iniciativas. (Hoy en día tenemos, además, el problema de la adolescencia cada vez más precoz por contaminación ambiental hormonal, pero ese es otro tema)

En definitiva, en cualquiera de los miles de años de la humanidad, excepto en este siglo, yo hubiera podido ser madre a mis 15 años, o incluso esperar "bastante", y ser madre a los 20. Y hoy, con 43, sería posiblemente abuela. Con lo cual tiene todo el sentido del mundo que, en la energía, me venga sintiendo unida desde hace un tiempo con las Abuelas, sintiendo que soy "casi" una de ellas. No del todo, porque físicamente hablando, mi hijo solo tiene 5 años y ni siquiera sé si será padre algún día. Pero en el espíritu, según me dijeron "ya estoy lista para "Empezar" a aprender a ser abuela". 

Y por eso "me sale" el ramalazo abuela. Por eso me noto como "ablandada" y al mismo tiempo más radical cada vez (como las abuelas verdaderas, cada vez menos dadas a perder el tiempo, más pragmáticas y al mismo tiempo más de vuelta de todo)

Pero además, es que mi cuerpo tiene toda la razón del mundo cuando me dice que "se le acaba el tiempo" para según qué. Ya no tengo 30 años de fertilidad carnal por delante, sino muy poquitos. Y yo, que oigo a mis células, que dialogo con mi carne, oigo perfectamente a mis ovarios, por ejemplo, diciéndome que llevan "la cuenta" de "lo que les queda" para vivir de determinada manera, y no es mucho tiempo. Así que se vuelven radicales y avaros de su energía, en el sentido de que ya no me van a permitir derroches o tonterías. Porque sólo tienen unos años para vivir ciertas cosas, para emplear la energía sagrada de la ovulación y las menstruaciones de cierta manera, y no quieren malversarla, usándola para proyectos o modos de vida que no les satisfagan.

Esto no significa necesariamente tener más hijos físicos, pero tal vez sí "hijos" de otra manera. Tal vez es momento de convertirse en madre de otro modo, madre de otras cosas. Tal vez tiene que ver con esa etapa de "ni joven ni anciana", de "abuela joven" o aprendiz de abuela. 

Nuestra sociedad ha pensado siempre en las abuelas como si fueran menopáusicas y ancianas, pero esta perspectiva es sesgada e irreal, ya que en la vida natural de la humanidad "sin civilizar" se EMPIEZA a ser abuela cuando aún se es fértil. Y la memoria genética y carnal de toda mujer está unida a ese clan de abuelas "reales" que, a veces, acunaban nietos e hijos al mismo tiempo. Es decir, mujeres que poseían un conocimiento acerca de cómo vivir del modo mejor y más sagrado posible los ÚLTIMOS años de fertilidad carnal.
                                   
No sé bien qué misterio albergan aún, en sueños, mis ovarios, pero desde luego no es "perder el tiempo con tonterías" ni "andarse con rodeos", ni seguir con "lo virtual y lo soñado". Quieren plasmar. Quieren materializar. Cuando crucen el tránsito hacia otra forma de vida, quién sabe si dentro de 5 años o de siete, mis ovarios seguirán participando de mi vida interior y carnal, pero de otra manera. No como ahora, sino distinto. El tiempo para vivir lo propio de ahora es, pues, ahora, y no dentro de diez años. Dicen: "Los hombres son distintos, ellos pueden esperar. Nosotros no"

Comprender todo esto me ha puesto en paz con mis sensaciones. Hasta ahora me resultaban paradójicas y absurdas, pero de repente entiendo que es lo normal, y que está muy bien así. Vivimos en una época en la que todo está al revés y se presiona a las mujeres para que "se sientan jóvenes" aunque ya no lo sean. Para que hagan a los 45 lo mismo que a los 25, y para que se VEAN igual: sin canas, sin arrugas, sin formas redondeadas por la edad. Como si no pudiera existir madurez. Como si fuera pecado o una falta de dejadez y pereza imperdonable "dejarse llevar" por lo que el cuerpo siente, y hubiera que luchar contra los impulsos de desacelerarse, descansar o pausar ciertas cosas porque una ya no se siente como cuando tenía 20 años. 

Y así, se emprenden toda una serie de actividades destinadas a negar la verdad del paso de los años: teñir canas, dietas para mantener un cuerpo como si tuviera 20 años, ropa "juvenil" para no parecer tan "señora", gastar gestos de adolescente, o incluso llevar vida de adolescente, extrapolando lo que es bueno a los 15 ó 20 a lo que es bueno para los 40.

Y he querido compartir esto porque me consta que, en el imaginario colectivo, no está presente el "arquetipo" (fea palabreja, pero para que me entiendan) de la Abuela Joven, de la Mujer Fértil que TAMBIÉN es Abuela. Que ya está bien de ver a las edades y a la energía de la mujer y su verdad con el filtro de la mentalidad occidental moderna, la del último siglo como mucho. Que ya está bien de recortes y sesgos y moldes artificiales. Mejor abrirse a la verdad del cuerpo y escucharla, aunque para ello haya que desoír y desobedecer los mandatos de nuestra cultura, y cuestionar lo que creíamos hasta el momento.