lunes, 6 de febrero de 2023

¿Quién te salva del Apocalipsis? Piensa, piensa.


(Post rescatado del 2022, y a su vez del 29 de setiembre del 2018) 

 Rebuscando en mis archivos he encontrado un post del 2018 que me ha parecido genial, digno de rescatarse. Incluye una pregunta de mis guías y una toma de consciencia. Me viene muy bien releerlo al día de hoy, 9 de agosto del 2022

29 setiembre 2018 

Estoy a vueltas con lo apocalíptico, porque hoy acabé de leerme online un libro de una señora del mundillo "contactado" con entidades espirituales "x". No digo nombres porque no quiero hacer cotilleo, sino hablar del fondo del asunto. (Yo es que me leo todos los libros autobiográficos que encuentro, de personas a las que les "pasan cosas raras". Aunque no soy fan de los sectores en los que se mueve esta señora, de todo relato vital aprendo) 

Resulta que la mujer cuenta que tuvo un sueño apocalíptico super intenso y terrible siendo adolescente (más o menos a finales de los años 70), en el que todo era arrasado con bombas nucleares, un panorama devastador. La angustia en el sueño desaparecía cuando, al cabo de un tiempo, vio unas luces en el cielo, pensó que serían helicópteros del ejército que venían al rescate (aunque era improbable, porque la devastación era casi continental) y resultó que no, que eran ovnis. De ellos salieron unas personas guapas y maravillosas que, en un clima de "paz, amor y bien", se dedicaron a cuidar a los heridos y a sanar a todo el mundo con "la energía" y sin necesidad de nada más. 

La joven fue tocada en el corazón por la energía de esos seres y eso cambió su vida... Aunque aparcó el sueño durante años, más tarde, a raíz de adentrarse en el yoga, desarrolló ciertas sensibilidades, y el resto de su biografía es un deambular por toda clase de vivencias, en las que el elemento sanador/extraterrestre aparece una y otra vez. 

La cuestión es que recibió mensajes reiterados, a través de diversos médiums, supuestamente de parte de esos "extraterrestres" de su sueño, según los cuales la tierra viviría una devastación similar a la del sueño, y eso sucedería en breve y por esa razón ella debía convertirse en sanadora, para poder ayudar cuando eso pasara. "En breve" significaba alrededor de los años 80, pero pasaron los 80, los 90, y nada. 

Ante las preguntas de qué pasaba con la catástrofe (porque la mujer sí hizo todo lo aconsejado para volverse sanadora y creó círculos de sanación, etc) los seres aquellos le decían que había sido aplazado, pero era "inminente". Y así hasta el 2012, con aquella retórica que hubo sobre la tan mentada "Ascensión" planetaria y final del mundo, y de nuevo todo se aplazaba... la catástrofe del Fin del Mundo no llegaba, aunque toda la vida de esta mujer, la de su marido y muchas más personas, había sido rehecha y reconstruida desde la base, supuestamente para prepararse para el final. Y así siguen... 

Todo junto me recuerda a cuando, en los primeros años 80, muchos vivimos con el terror de las bombas nucleares que hubo durante la Guerra Fría. Entre los 70 y los 80 muchas personas llegaron a construirse refugios anti atómicos, subterráneos, en sus terrenos particulares. Luego aquello pasó... 

Realmente, si hubiera habido una catástrofe de tal magnitud, no sé yo si es bueno o malo sobrevivir en un refugio, o morirse a la primera, porque la agonía sería más corta. Depende del tipo de apocalipsis que uno se imagine, sobrevivir es casi peor que palmarla rapidito. En fin... 

Pero traigo esto a colación porque, tras leerme este libro, he pensado en la recurrencia en todo el tema de alienígenas y extraterrestres, de los anuncios apocalípticos. Es que es un clásico. 

 Por ejemplo, en el libro "Abducciones" del psiquiatra John Mack que me leí hace meses, varios de sus pacientes relataron sueños similares al que vivió esa mujer, tras su shock post traumático: TODOS esos pacientes pensaban que había un Apocalipsis inminente, pero el libro narra acontecimientos de los años 60´-70´. 

Todos esos pacientes han ido haciéndose mayores sin ver el apocalipsis anunciado para "ya, enseguida". Cosa de la que me alegro mucho ¿eh?. En serio. Porque prefiero que no hayamos explotado en pedazos o muerto en masa. Pero el tema da qué pensar. 

Estaba pensando todo esto y he revisado de nuevo mis propios sueños apocalípticos. Los primeros fueron hace muchos años, y trataban sobre inundaciones, tsunamis y cosas así. Los segundos, eran  terremotos y tal. Los de ahora, son con fuego. En todos ellos, sobrevivo y nunca lo hago sola, sino que al final me veo buscando un nuevo lugar para vivir con un pequeño grupito. 

Entonces, revisando esto, mis guías, muy agudos ellos, me han preguntado con tono de maestrillos: "¿Y bien? ¿Quién te ha salvado en esos sueños?"

Ah, interesante pregunta. Porque claro, la gente que sueña con Apocalipsis y ovnis, son rescatados por naves espaciales o ayudados por seres de otros mundos que aterrizan para ayudar. Los cristianos mesiánicos creen que pronto vendrá el fin del Mundo y Jesús les salvará, etc. Pero ¿Y mis sueños...? ¿Quién me salvaba?

Pues nadie me salvaba. Me salvaba yo gracias a una especie de sexto sentido, siguiendo una sensación profunda que me iba alertando o inspirando. Y luego con esfuerzo, ya en un grupito de supervivientes que nos íbamos juntando, abriéndonos camino por un mundo en caos. Pero ni ovnis, ni Jesús, ni nada. A mí no me salvaba nadie. 

Bueno, espera, ¿he dicho nadie? Un momento, porque tal vez sí hubo alguien... De golpe me he acordado de un sueño que tuve hace muchos años en el que huía de Barcelona debido al anuncio o presentimiento de un terremoto o destrucción total e inminente, y me acababa encontrando con unas misteriosas "niñas" que no eran tales, porque entraban y salían de la tierra, en un barranco junto al camino. Y entendí que eran una especie de "hadas", aunque realmente no sabía cómo llamarlas. 

Esas "niñas" se burlaron de los zapatos de tacón que llevaba yo en aquel entonces: "Así no vas a poder ir muy lejos". Yo me enfadé y les dije, desafiante, que si fueran hadas de verdad me ayudarían en lugar de burlarse de mí. Entonces ellas me llevaron a un lugar al que se entraba por unas raíces de árbol y allí se convirtieron en ancianas milenarias y antiquíiiiisimas, que vivían en un mundo subterráneo, fusionadas con la tierra y las raíces. 

Las "ancianas/niñas" eran amor y sabiduría profundísimas, tanto que no se podía ni soportar aquello y mi mente colapsaba. Me regalaron un librito minúsculo, vivo, que cabía en la palma de mi mano. Se titulaba "El libro de las flores pequeñas" y parecía que trataba de las flores, pero en realidad trataba del florecer en lo pequeño y del poder de lo pequeño. Era un libro de tapas blancas del que brotaban diminutas flores blancas, porque estaban vivas. La energía que desprendía el librito con sus florecitas era de tal tipo, entre ardiente y sagrado, emotivo y viviente, que me costaba soportarla y yo nada más lloraba. 


De golpe me encontré de regreso en el camino, sin poder recordar cómo fue la entrada ni la salida, ni apenas nada de lo sucedido en ese mundo subterráneo sagrado y maravilloso (como si mi mente no fuera capaz de enfocarlo o abarcarlo) Pero el librito vivo sentí que estaba "dentro de mi" (como si hubiera entrado a mi interior atravesando la palma de mi mano) y con mis manos agarraba otro regalo de las "hadas" o ancianas-niñas de las raíces: un par de botas de cuero, para que me las pusiera y anduviera por los caminos del campo. 

Moraleja: lo primero son los pies. Y por favor, no lleves más esos tacones horrorosos y anti-tierra. Y deja el mundo fashion, hazte un favor, ponte unas buenas botas de montaña o de caminante y vete al monte. Fin.

Al recordar este sueño hoy, (gracias a la pregunta de mis guías) he entendido que, en realidad, sí recibí ayuda, pero no fue un acto de "salvarme" en plan "hacérmelo todo" sino que consistió en darme visión/inspiración y semillas para un futuro. Porque me desperté de aquel sueño cambiada y maravillada. Aun vivía en Barcelona, tenía mi vida de fashion victim-diseñadora, etc, pero aquel sueño no me dejó igual. Yo huía de una catástrofe devastadora y acabé en un mundo de raíces y seres sagrados con flores blancas diminutas brotando de un libro ... Uf. 

¡Aquello chocaba tanto con mi vida...! Y de algún modo, me encontré añorando la vida del sueño, y sintiendo lo estéril y condenada a la "destrucción" que era la otra. 

Hoy he comprendido que, así como en la vida de esa señora del libro que me acabo de leer, su sueño le mostró los extraterrestres salvándola y al final resultó que iban a ser recurrentes en su mundo interior, a mí los sueños me mostraron -ya hace muchos años-, que mi camino tendría que ver con la Tierra, con las ancianas ocultas (Las Abuelas Primeras, y Las Abuelas Tierras) y con las raíces de los árboles y de todas esas cosas arborescentes. 

Claro que en su dia no lo entendí, porque me faltaba mucho por vivir y aprender. Así que durante un tiempo me atasqué pensando en el concepto "hadas", tratando de entender qué hadas ví, y era una pérdida de tiempo, porque no se trataba de eso. La mente traduce como puede las realidades soñadas que la superan, y yo pensé en "hadas" solo porque ví "niñas mágicas" y, en mi cultura, ambas cosas tenían una conexión. Por lo demás, ni siquiera he entendido aun hoy el significado del librito aquel... Aunque puedo sentir su energía si lo evoco. Y me vuelvo a emocionar. 

 Pero hay más. Porque en los sueños que he tenido este año de devastación por fuego, si me fijo, ¡también he recibido ayuda! Ángeles... Solo que además de eso, era como si yo estuviera siendo llamada a formar parte de una especie de defensa de un lugar. 

Ahora he estado observando este lío de sueños últimos de destrucción por fuego, y al juntarlos con el de las ancianas-de las raíces y los de los extraterrestres que narra tanta gente, he visto un patrón. Tiene sentido que cuando huía de terremotos (elemento tierra) hace décadas, me ayudaran unas entidades subterráneas, es decir "de la Tierra". Ahora estoy en el elemento fuego, y es distinto porque además mi rol en los sueños es más activo y hay una encrucijada en la que se me ofrece implicarme en una especie de "defensa". 

Ha sido inquietante soñar a veces con ángeles destruyendo algunos espacios con fuego, pero ¿No tuve en el pasado varios sueños chamánicos en los que yo misma fui destruida por el fuego, todo para quemar lo viejo de mi ser, y renacer de otra manera? ¿No existe un fuego que transmuta y sana? ¿Y si estos sueños se refirieran a eso? ¿Y si reflejaran una posibilidad, que es participar en la "destrucción" de lo caduco, lo podrido, lo tóxico? 

Cada elemento funciona de una manera. Y para mí, los ángeles siempre han sido de fuego, de manera que es normal que, en mi mundo onírico, salgan asociados con el fuego. Y existen algunos ángeles destructores. Podrían verse entonces como "fuegos destructores". Serían como la fiebre. Incomodan, pero purifican. Así que me he dado cuenta de que los sueños en el fondo, se cumplen, porque expresan verdades que laten con nosotros, solo hay que saberlos interpretar. La destrucción del mundo suele reflejar la destrucción de nuestras vidas internas, de nuestros esquemas o, a veces, de familias o sociedades enteras debidos a grandes crisis. 

Por suerte, estos sueños rara vez responden a hechos materiales tipo guerra o catástrofe literal. No es que sea imposible que suceda (y a veces, pasa) pero vamos a decir que no es lo más común que los sueños apocalípticos se cumplan "material y literalmente". Y cuanto más fantásticos son los elementos del sueño, más visos hay de que estén simbolizando otra cosa y haya que interpretarlos en otro nivel. 

Extraterrestres, hadas, ángeles, viejas en las raíces... Los extraterrestres simbolizan sin duda un camino de manejo de energías 100% mentales, sin mucho contacto con la Tierra. De hecho, la señora del libro afirma que aquellos seres le dijeron una vez que nunca habían estado encarnados. Lógico. Me cuadra. Y por eso los grupos de personas que "siguen" a los et´s como guías, añoran las naves espaciales y tienen tanto déficit de tierra. Pero las viejas en las raíces son otra cosa. 

¿Y los ángeles? El fuego creador que late en cada cosa. Una energía difícil de describir, que quema y da vida a la vez. Amada y buscada en su faceta hermosa y vivificante, pero temida y aterradora cuando hace con tu vida una hoguera de la que no queda nada, salvo el huevo del ave fénix, y eso si lo incubaste dentro con cuidado alguna vez. 

                                       

En resumen: si ahora sueño tanto con destrucción por el fuego, será que mi vida interior actual se va a ir al traste again (qué le vamos a hacer), pero como en esos sueños también me ofrecen implicarme, será que hay "huevo" y bueno, habrá un renacer y una nueva etapa en alguna parte, esperándome. 

Puedo oir a mis guías haciendo guasa, Anubis el primero, aplaudiendo y diciendo: ¡Bieeen, lo has entendido por fin! (Plas, plas, plas)

Y la pregunta para quienes lean esto y también tengan sueños de catástrofes, es: ¿Y tu apocalipsis cómo es? ¿Te ayuda alguien? ¿Quién o qué te salva...? Porque lo que salga en tus sueños, tiene que ver con tu alma y con las energías y realidades que te van a acompañar en los años venideros.