jueves, 8 de agosto de 2019

La película "Phenomena", cuento chamánico de terror y supervivencia.




Vi la película hace unos 15 años, y en aquel entonces solo me resultó curiosa, pero recientemente sentí el impulso de volverla a ver. Solo recordaba vagamente el argumento y presentía que le sacaría más jugo ahora que entonces, y así fue. 

Descubro que la película no es distinta de esos cuentos tradicionales europeos que relatan, en el fondo, y ni más ni menos que una INICIACIÓN en la adolescencia, con la superación de desafíos y ordalías peligrosas, un encuentro con un depredador, etcétera. Es un cuento gore como el de Barbazul, pero con otro argumento y con elementos chamánicos :-)

La adolescencia con su crisis y tranformación vital es el tema de fondo de la película. Desde un punto de vista chamánico, la moraleja es profunda, verdadera y enorme: los dones cruciales para la vida futura de una persona, se detonan y "ofrecen" a cada uno en la adolescencia, al compás de la revolución hormonal, el cambio del cuerpo, y los nuevos desarrollos cerebrales de esa edad.  La protagonista es un claro ejemplo de joven que es "reclamada" por la Naturaleza para vivir un don de amistad con el mundo animal, conectado con lo que llamaríamos sus "animales de poder o del alma" (en este caso los insectos) y con una parte profunda de si misma, intuitiva y poderosa, que va emergiendo a la superficie, y que en principio la desconcierta, pero acabará siendo la parte que salva a la protagonista de males mayores y la convierte en heroína.

La irrupción en la adolescencia de los dones profundos del alma está asociada (y es la otra cara de la moneda) con el descubrimiento de la propia vocación, y esto es algo que sucede en el interior de cada adolescente, pero que debido a la cerrazón de nuestra sociedad ante lo intuitivo y mal llamado "mágico", se suele vivir reprimido y oculto, nada más que en la profundidad de los sueños. Sale a la superficie solo con mucha dificultad y atravesando tantos filtros culturales, educacionales y mentales, que no siempre se atina a ser consciente de cuál es la propia vocación, cuáles son los dones que están brotando en uno mismo durante ese tránsito de la infancia a la edad edulta.

En otra cultura, por ejemplo una tribu indígena con cultura chamánica viva o superviviente, en activo, la sensación que tiene la protagonista (la llamaré "OjosVerdes") de poderse comunicar con los insectos, sería recibida con naturalidad, y bienvenida como un don maravilloso que sería de utilidad a todos, a la tribu entera. Pero en un estrecho internado femenino de "niñas bien" en Suiza de los años 80, el diagnóstico es una crisis mental disociativa que hace aconsejable el internamiento forzoso en un centro psiquiátrico, un destino no tan imposible para algunas las personas que, ingenuamente, mostraron demasiado sus "sensaciones chamánicas" en ambientes de mentalidad cientifista o de fanatismo religioso.

La película también se podría enfocar desde el punto de vista psicológico, como un relato mítico sobre las "madrastras"(las directoras del internado), la ausencia del padre (siempre de viaje, demasiado ocupado...) y las "malas madres" (las que abandonan a sus hijos, y las que los maltratan) En general hay un relato sobre la "sombra" y perversión femenina, presente también en la hostilidad de las compañeras de internado, exceptuando a la protagonista y su amiga desaparecida, que se han unido en un pacto de amistad para hacer frente a las adversidades (aunque una de ellas, desaparece víctima de las fuerzas destructivas) Pero de fondo, tras esta perversión femenina, se atisba una herida y sufrimiento, pues todo tiene un porqué.

El sabio entomólogo juega un rol parecido al de los ancianos chamanes iniciadores de jóvenes, o los magos misteriosos que enseñan en los bosques, pues es el único que cree a OjosVerdes, cree en su don, y la alienta a hacer uso del mismo para el bien de la sociedad. Es un hombre sabio de veras, aúna conocimiento científico con intuición, curiosidad y espíritu de búsqueda, y por eso puede guiar a OjosVerdes para que se conecte con su "destino".

El policía juega un rol de guerrero heroico que intenta detener al asesino por la vía de la justicia y las armas, sin importar el sacrificio personal que esto pueda suponer.

Y la chimpancé completa la representación de la Madre Naturaleza, pues es el animal puente entre lo domesticado (y el sabio iniciador) y lo salvaje (los insectos), jugando un rol imprescindible en la resolución de los hechos, siempre con amistad y simpatía hacia la protagonista. Esta chimpancé hembra, como chamana que soy, la veo como una mensajera de la Madre Naturaleza, y también la veo asociada con el "animal guardián del alma" del sabio entomólogo.

Me sirvió ver la peli a pesar de lo desagradable de algunas escenas (no me gusta, en general, el género de terror, ni mucho menos lo "creepy" ni las escenas de casquería gratuita, pero aquí lo tolero como un mal menor que además solo está presente en momentos puntuales). 


                                     

Tengo más moralejas sobre la peli pero no puedo decirlas sin hacer spoiler. En resumen diré que mi voz interior me dijo que la película contaba una verdad cierta: de los infiernos sólo se sale bien librado con una gran integración del "animal del alma", de lo intuitivo y lo visceral. Sin esto, la cabeza nos puede engañar, y caemos en las redes de los depredadores. Esta verdad ya la conocía, pero solo parcialmente y la tenía medio olvidada. Además, la película me ha reconectado con mi adolescencia, con el sueño que tuve en el cual descubrí mi "don" y mi vocación, y con la certeza de que, sin la animalidad, estamos perdidos.

No se trata tan sólo de "querer" a los animales sino de reencontrarnos con nuestra animalidad profunda, y con esas sensaciones e intuiciones que sólo los animales poseen, y que solo nuestra parte instintiva animal puede poner en marcha y desarrollar, para nuestra supervivencia y también para el bien de los que nos rodean. Hay un momento para ser científicos y racionales, y otro para dejarnos llevar por las sensaciones de conexión interior con algo que nos sobrepasa y nos llama...

Finalmente, me encanta haber encontrado un relato chamánico en formato de cuento tradicional europeo "moderno", en la Suiza de los años 80´, en una película de terror-medio sobrenatural-medio psicológico. ¿No es increíble cómo funciona la mente humana? No sé si Darío Argento era consciente de todo lo que estaba contando al hacer esta película, que, por cierto, me parece que fue la primera de una bellísima y jovencísima Jennifer Connelly.