Mis guías me han hablado muchas
veces de la historia mítica del José del Antiguo Testamento. Es como una
historia que les sirve para hablarme de muchas cosas. He escrito aquí varias veces
sobre ello en el pasado, pero me repito como las viejas, así que voy a volver con el tema
porque hoy, mis guías
me volvían a hablar de José.
Resumen para los que no conozcan esa historia bíblica: José era el menor de muchos hermanos y tenía sueños m
Sucedió que, como
José era el jefe de los graneros de Egipto, se encontró cara a cara con
sus hermanos, que no le reconocieron debido a la cantidad de años pasada y a
que José era muy jovencito cuando lo abandonaron. Ahí José se retiró un
rato para echarse a llorar porque, en el fondo, les quería, aunque
también estaba dolido (no era para menos, porque cuando intentan matarte por contar sueños, es un grado de violencia enorme, desmedida, como para quedarse traumado) José quería que vivieran alguna dificultad por lo que
le hicieron. Pero al final la catarsis se produjo, lloró, la reconciliación llegó, no solo les dio el grano que necesitaban sino que José se pudo reunir de nuevo con su anciano padre,
quien se llenó de gozo y asombro porque a él le habían contado que un
animal del desierto había matado al chico, y no esperaba volverlo a ver nunca
más.
Es así como los sueños infantiles de José se cumplieron.
Mis guías me señalan hoy varios puntos a modo de detalle a observar:
- Los soñadores pueden ser muy ingenuos de entrada, porque el poder y fuerza
de los sueños que les son enviados por Dios o lo sagrado, es tal, que les produce una sensación de euforia o embriaguez, que les hace perder un poco de vista otros aspectos de la realidad del momento. Por eso muchas veces no perciben fácilmente las sombras
de los seres humanos que les rodean, ni calibran bien sus propios actos. Hablan abiertamente de sus sueños, a pecho descubierto, sin pensar en serio que puedan herir sentimientos ajenos. O que puedan llegar a resultar "tan" molestos. Les cuesta, por que viven arrastrados por la fuerza de los sueños de prosperidad o triunfo futuro enviados por lo sagrado.
-
Los sueños de José decían: "Asume que tendrás poder, tú puedes
llegar a mucho, y serás importante para la gente a tu alrededor", porque
estaba planeado por Dios que José llegaría a tener poder en Egipto para salvar a
su familia en la futura crisis (fueron 7 años seguidos de hambruna, ¡que no es poco!) Y es que José tenía esos sueños porque Dios quería preparar al niño y abrir su mente, y le iba haciendo llegar el mensaje. Pero los
hermanos lo interpretaron todo como una señal de deseo de competencia y peligro, como si José soñara eso porque quería imponerse sobre ellos (¡Como si fuera posible programar o pre diseñar lo que uno sueña de noche!)
- Los sueños de José llegaban
desde el futuro, desde un plan previsto para que esa familia
sobreviviera y muchos otros seres también, ya que el don de
interpretación de sueños de José, su sabiduría humana y visión estratégica posterior,
fueron los que le sirvieron para ocuparse de los graneros de Egipto. De manera que cuando la hambruna finalmente llegó, abastecieron a innumerables familias. Sin su don de interpretar
sueños, ni siquiera hubiera "sabido" que había que preparar un plan de almacenes
para siete años de miseria.
- Es decir: los sueños sagrados
siempre vienen desde el futuro (en parte) para preparar caminos buenos
para muchos seres y la vida. Pero cuando se interpretan desde el pasado
nada más, o desde la estrecha realidad de unas pocas personas y sus
cortos intereses, se pueden percibir como algo opuesto a lo que esos
sueños son, y pueden llegar ser vistos como amenazas, o como delirios del ego del soñador y cosas
así.
- Todo don potencial "sueña" en el interior de la semilla que
somos. Los sueños de los dones que tenemos no debieran ser juzgados. Tan
incorrecto es inclinarse ante un niño (o alguien adulto que empieza a
andar su camino interior onírico) que tiene sueños "especiales", creyendo que
ya ha desarrollado su don y posee maestría, como aplastar sus sueños por
verlos egoístas, delirantes o insensatos.
Hace años, mis Guías
me hicieron una pregunta acerca de esta historia bíblica, para que la meditara:
Teniendo en cuenta que el plan divino había previsto caminos para
ayudar a cierta gente en la futura crisis ecológica (7 años de sequía y
hambruna) y para ello se necesitaba que un Soñador con discernimiento
se encontrara con el faraón, y acumulara mucha riqueza y poder (que luego pudiera usar para ayudar a otros) ¿Hubiera sido posible "salvar" a la
familia de José y a otros seres humanos ayudados por él en esa crisis, si José no hubiera sido
envidiado, odiado, rechazado y abandonado por sus hermanos?
Esa preguntita me dejó
mosca, y ha permanecido de fondo en estos últimos años, hasta que esta mañana me he levantado con mi
propia respuesta, y es la siguiente:
- Sí, creo que hubiera
sido posible. Y no, me parece que no eran necesarios el abandono, las envidias, el
maltrato, el desear matar o echar afuera a un soñador molesto, ni ser
tomado por mercaderes como un esclavo. Porque si los hermanos de José hubieran entendido, amado y reconocido
al pequeño soñador, hubieran podido abrirse otros caminos y circunstancias
distintos, y más amorosos, para que de todos modos su fama de sabio
llegara al faraón, cuando tuvo sus enigmáticos sueños sobre las vacas
flacas y las vacas gordas. O incluso antes. Y tal vez hubiera podido llegar
igualmente hasta la corte de Egipto, aunque por caminos que NO
IMAGINAMOS, porque esa encrucijada de "odio y maltrato frente amor y
tolerancia" dominó todo y dejamos de ver e imaginar cuales
otros caminos hubieran podido darse...
"En realidad -les dije a mis guías- Creer que solo viviendo tanto odio de los hermanos, José pudo realizar su parte en el plan divino, es como esas doctrinas que aseguran que necesitamos sufrir
rechazo, odio y ser maltratados por los demás, para "evolucionar". No es necesario. En el amor podemos aprenderlo todo
igualmente y vivirlo todo igualmente. Puede haber accidentes,
enfermedades y privaciones surgidas de eventos naturales o cósmicos que
nos hagan sufrir, pero no es necesario vivir el rechazo y odio
de los demás. Y no es "lo ideal" tampoco".
Ante mi respuesta,
mis guías han reaccionado con algo parecido a una sonrisa gentil, silenciosa, sin decir ni "sí", ni "no". Luego se han quedado
mirándome con la misma sonrisa, y en silencio me han transmitido esto que trataré de expresar a continuación: Todo soñador que recibe un sueño desde lo sagrado es difícilmente
entendido en su entorno social, porque sus sueños vienen de una
dimensión donde no se piensa ni se planea nada desde lo pequeño, ni lo
personal.
Por eso, aunque en los sueños del Soñador aparezca él o ella como
figura relevante, ésta es solo la manera en que lo sagrado intenta que
esa persona se incluya en el esquema, integre el sueño, y acepte el don
que contiene y su parte personal en los hechos, su responsabilidad para materializar -junto con lo sagrado y otros seres- esos sueños, o no.
Pero desde la dimensión cotidiana, en una sociedad como la mía, donde
ni se entienden ni se valoran los sueños, o como mucho se interpretan
desde el "yo", es difícil que se sepa abarcar un sueño que procede de
una visión donde se integran los intereses y el bien de muchas personas, o
de un colectivo entero. Y se suele interpretar que esa clase de sueños
donde alguien salva a otros, o crea realidades nuevas y distintas, son
un delirio egoico, narcisismo o vete a saber qué.
También suele suceder que, por
otro lado, los que sí piensan o creen que existen sueños sagrados y que
algunas personas pueden tenerlos, también se equivocan a menudo,
pensando que solo alguien despojado de "yo", (sin ego, como hoy dirían) y
muy trascendido, puede tenerlos o ser "elegido" para que desarrolle un
don y un poder con el que sea capaz de ayudar a un colectivo, o crear
una nueva realidad.
De manera que escuchan el sueño sagrado del otro, u
otra, y luego miden con lupa la personalidad de
quien expresa el sueño, para ver si es alguien santo, o no. Y como siempre van a encontrar defectos,
limitaciones y a veces hasta problemas de personalidad "x" en el soñador, deducen que
entonces el sueño "no puede ser cierto", porque Dios no daría mensajes ciertos a personas "con ego" o con tales limitaciones y defectos.
La ecuación no les cuadra, porque estas personas tan puritanas y poco realistas, no entienden
lo que significa que los sueños sagrados se encarnen entre humanos del
montón, con defectos como cualquiera. No entienden que una semilla cae donde cae, y germina donde
germina, y solo el tiempo y su desarrollo producirán la materialización
del sueño. Esperan ver el árbol entero desde el principio, y además esperan que
sea perfecto, y que no le rodee nada que sea molesto o inconveniente.
No quieren malas hierbas, ni zarzas, ni piedras, allí donde crece el arbolito. No quieren que el arbolito tenga debilidades,
puntos flacos, vicios, sombras. Solo quieren la luz.
Esta clase de gente en realidad no ama
este mundo, ni a la materia, porque no aceptan los límites que tiene, ni
sus claroscuros. Todo lo quieren perfecto, impoluto, sin tacha y sin
incoherencias. Pero este mundo no contiene "esa" clase de perfección.
A pesar de todo, si un sueño procede de Dios, se cumplirá. La
historia de José demuestra que el sueño sagrado se cumplirá incluso y A
PESAR del odio, las envidias, el maltrato, el rechazo, las injurias, que
te vendan o te traicionen o que te abandonen en el desierto por sentir
que incomodas, o porque te tienen MIEDO. Pues a fin de cuentas todo esto
procede del miedo. El miedo a lo que el otro puede llegar a SER. El
miedo a sentirse "menos". El miedo...
El miedo oculto a los sueños sagrados de José hizo que aquellos a los que él
consideraba su familia, sus hermanos, le abandonaran en un pozo. José siguió su propia trayectoria, y dice mucho de su
grandeza interna el hecho de que, años después, al reencontrarse con sus
hermanos, llorara en lugar de atacarles o vengarse.
De
manera que no solo es que José supiera interpretar los sueños porque era
agudo, listo, o tuviera facilidad para lo simbólico. La verdad era que, literalmente (tal y como dice la Biblia varias veces, en el relato de su historia) Dios estaba con él y transformaba su visión, le enseñaba poco a poco, desde
adentro, confiriéndole comprensión y compasión
ante unos hermanos que habían querido asesinarle, y cuyas vidas tenía
ahora en sus manos. La encrucijada de José gobernando los graneros, con sus
hermanos llegando y suplicando comida, es enorme. ¿Te vengas... o no te vengas...?
Pero él... Se retiró para llorar a solas. Esto lo dice todo.
Todo.
Hay quien ha interpretado que "fue necesario" el odio y el abandono
para que todo se cumpliera. Me parece que es un error. Lo que sí es cierto es que la fuerza
sagrada puede buscar caminos insospechados para lograr su propósito y
proteger a alguien que, justo por estar señalado por Dios (y haberlo dicho o compartido con sus familiares) ha sido condenado por su entorno. Porque se trataba
de salvar a mucha gente "en ese futuro que solo Lo Divino conocía" y
para el cual intentaba preparar un contexto de supervivencia.
El
mensaje que recibo es:
Trata siempre con amor y tolerancia a los
soñadores y soñadoras que encuentres, y no juzgues de delirantes o desequilibrados sus sueños de ayudar a otros. Ni te andes
fijando en sus defectos personales o limitaciones, para medir, en base a
eso, la validez de sus sueños. Solo el tiempo y el desarrollo de las
semillas (que pueden tardar MUCHOS AÑOS en crecer) dirán si aquello era un sueño
con raíz en el mundo sagrado, o no.
Y finalmente, ya para mí
en mi faceta de soñadora, el mensaje es:
Ten confianza. Si lo que sueñas
viene La Divinidad, ¿puede no realizarse?
Nadie me garantiza que no
sufra por el camino, en parte debido a contar y compartir mis sueños y visiones a algunas personas inadecuadas en el pasado, pues vivo en una sociedad que no entiende estas
cosas, y la envidia es muy común. Ya he vivido rechazo, miedo, o deseos de otros de rectificar
mis sueños o incluso algunas personas han intentado dirigirme, sin darme cuenta de que yo ya estoy
dirigida.
Y alguien podría decirme: "Pero mujer ¡no cuentes esos sueños!" Y yo le diré: ¿Qué puedo hacer, cuando es desde el mundo sagrado que se me pide que los comparta?
Es más: sin contar algunos sueños ¿cómo van a saber mis relaciones íntimas, cuál es la razón o causa que motiva algunas de mis decisiones y actitudes...?
Pero si lo que sueño no viene de La Divinidad, entonces en el futuro será
liberador para mí (aunque sea duro) ver destruidos mis sueños. Y será liberador ver la verdad revelándose,
abriéndose camino en las ruinas de mi vida interior.
FIN