domingo, 15 de mayo de 2016

Las Espirales de La Madre


(Respuesta a una oración sobre cómo ayudar al cambio)

Esto sucedió en el bosque hace unos cuantos días. Voy a escribirlo para darlo a los demás y de paso, para que no se me olvide. Que luego todo lo que percibo en esos estados de medio trance, se me olvida, como si hubiera sido un sueño. Salvo que lo escriba.

Estuve llorando, sentada sobre la pinaza, preguntando cómo ayudar al cambio de algunas cuestiones colectivas, preguntándome si es que tengo algún poder o capacidad "real" (no imaginada o ilusoria) de afectar a la realidad para mejorarla, o rectificarla allá donde deriva en crueldad, sufrimiento, dominación mutua, depredación sin más...

Y entonces sentí en mi corazón el eco de la voz de La Madre, y me mostraba magníficas espirales de energía desplegándose por el cosmos, en modo redes de fractales... Y me mostraba luego la estructura de energía de los poderes que causan lo que me acongoja, y eran estructuras geométricas muy rígidas, cuadradas o triangulares, basadas en jerarquías piramidales que nunca se deshacían, sólo cambiaban los individuos insertos en ellas.

Estas estructuras artificiales estaban hechas entre varias mentes, y eran sostenidas gracias a la inculcación de doctrinas sobre obediencia que prohíben a la gente conectarse con su interior, sentir lo que de verdad sienten, y decir lo que de verdad experimentan. 

Cuando se te obliga a obedecer, cuando te convencen de que no tienes derecho a discrepar, ni a dudar, entonces la estructura artificial se conserva, porque los individuos la obedecen y se amoldan a ella. Terminan encajando en la estructura pre-hecha, que los absorbe y coloca en alguno de sus niveles: arriba (cúspide del poder), en el medio, o abajo, en la base.
                     

Las espirales de La Madre, en cambio, palpitaban como energía viva que eran. Se desplegaban como las hojas de los helechos, las conchas del caracol, el embrión de un ser vivo dentro del vientre materno, las nebulosas y galaxias del cosmos, las olas del mar, las marcas del viento en las dunas del desierto...

"¿Ves, mi niña? Esta es la realidad real. Esta es la manera de actuar del verdadero poder. Y tú tienes TODO el poder de vivir esta realidad. De formar parte de Mis espirales. Tú puedes, de hecho, iniciar una espiral viva de "vida en movimiento", y generar una corriente al modo real. A Mi modo. Una corriente en espiral que vaya creciendo, transformándose, desplegando una influencia viviente en el mundo, a Mi manera".

Y yo le pregunté:
- Pero ¿cómo puedo hacer algo así?

- La manera de iniciar o empezar a formar parte de una de mis espirales, se resume en dos requisitos: vida interior y vida exterior. 

"Todo se inicia en el movimiento que un ser humano hace hacia adentro. Profundizando en su vida interior. Allí, en lo profundo, puede conectarse conmigo, y con las corrientes de la Verdadera Vida. Y entonces esta persona es como si destapara un pozo o fuente interna de la que mana energía, agua, riqueza, que por su propia naturaleza no quiere (ni puede) permanecer quieta y estancada en ese adentro, sino salir, derramarse al mundo. 

"De manera que entonces se genera una espiral que va de adentro hacia afuera, y esos dos movimientos constantes en el ser humano (hacia adentro, o vida interior; y hacia afuera, o vida exterior) son los que fundamentan la vitalidad de las espirales de vida en alguien".

Me quedé impactada, porque entendí algo. La perspectiva que me llegaba tenía claridad, tenía sentido incluso desde la metáfora, aplicada a las leyes físicas. 
La Madre insistió:
- Si no se empieza por la vida interior, no se encuentra la fuente interna. Y entonces no fluye de ahí nada "consistente" ni hondo, ni verdaderamente vivo hacia afuera. 
"Una persona sin vida interior puede tener mucha vida exterior, pero no está exactamente unido a mis espirales, ni a La Verdadera Realidad. Esa persona desarrolla una vida sin capacidad de generar "espirales reales transformadoras" ni movimientos de cambio".

- Entiendo. Así que el primer movimiento en espiral es hacia adentro.

- Exacto. Vida interior, primer movimiento, que permite conectar con la fuente interna. Y desde la fuente, el segundo movimiento sólo es PERMITIR (sin reprimir, pero tampoco sin forzar) que lo de adentro salga hacia afuera, tal y como desea hacer. Una persona que encuentra la fuente interna, pero no la deja salir, tampoco termina de formar parte de las espirales de vida que transforman la realidad constantemente, o la recrean. Porque no permite que la vida encontrada adentro, fluya hacia afuera.

- Entonces, me confirmas que no es malo compartir con otras personas lo que uno encuentra adentro.

- No sólo no es malo, sino que es necesario. Pero a las estructuras artificiales que ya son rígidas y cristalizadas, no les interesa que esto suceda, porque cuanta más vida desde la fuente se derrame creando espirales por el mundo, más se irán erosionando las realidades artificiales "piramidales"... Más ilusorias se verán. Más postizas. Más dolorosas. Más aplastantes.

Y la visión interna de las Espirales de La Madre se fue diluyendo, mientras aún oía resonar en mi interior su afirmación: "Tienes el poder... de crear desde tu interior una espiral... de formar parte de mis espirales vivas".

Y finalmente, otra: "Y de hecho, ya lo estás haciendo. Y este es el único verdadero poder que hay. El poder que se vive unido a la vida interior. Todo lo demás es pasajero e ilusorio, y aunque parezca muy sólido o poderoso, tarde o temprano será disuelto por el movimiento de Mis espirales"