jueves, 2 de octubre de 2014

Los ángeles guerreros y los niños.




(Arriba, fragmento de pintura de Oleg Korolev)
 

Hay quien cree que nunca ha notado la energía de los ángeles, pero se me ocurre que tal vez no sea así. Podría ser que algunas personas hubieran sido visitadas por ángeles y no se hubieran dado ni cuenta. ¿Por qué? Pues porque nos han metido en la cabeza la idea de que los ángeles son criaturas de aspecto antropomorfo y sereno, bonito, casi divertido o en todo caso elegante, de colores pastel y ademanes...como de bailarinas con tutú. Casi. Ejem.

Ahí va una anécdota para romper esquemas en honor a los ángeles guardianes y sus muy variadas formas y estilos.

Diciembre del 2004, un día cualquiera por la tarde. Me encontraba sentada tranquilamente en mi cafetería favorita de mi barrio de aquel entonces, en Barcelona. Con mi té de jazmín, y mi diario de "movidas" relativas a mi proceso espiritual, sumergida en la escritura de las últimas cosas que había vivido. Era mi manera, en aquel entonces, de reflexionar y también tomar distancia mental de las experiencias internas que tenía, ya que era muy, muy novata, y estaba muy, muy sola en aquello. Así que, para no sentir que se me iba la pinza, me lo tomaba todo como un detective que anota pistas extrañas, enigmas. Y lo anotaba para investigar cada cosa, para reflexionarla. Eso tranquilizaba a mi parte racional.

Bien, pues estaba yo toda racional con mi escritura, cuando de repente noté lo irracional: un cambio en la energía. "Oh, oh, una presencia se acerca", me dije. Miré hacia la puerta de cristal de la cafetería y no ví nada con mis ojos físicos, pero con los ojos del alma sí, porque ví una figura de fuego, o mejor dicho hecha como de materiales incandescentes, color naranja, como las brasas del fuego o el metal fundido, o algo así. 

Ese "ser" atravesó la puerta, se plantó ante mí y, sin decir nada ni darme tiempo ni a saludar, ¡zas! metió una de sus, hum, extensiones (¿eso era un brazo?) en mi pecho y me agarró el corazon. ¡Ras, ras, zas...! Casi sentí el crujido de mis costillas y mi corazón que entraba en ignición espontánea, como si fuera estrujado, retorcido y recolocado por una especie de zarpa ígnea.

Luego, el "ser" sacó su, hum, extremidad-mano ardiente de mi cuerpo. Yo estaba sin palabras, tratando de procesar, no me atrevía ni a preguntar. Quería mirar al "rostro" de eso para saber cómo era, pero en realidad no me era posible. Era como si una fuerza enorme me dejara noqueada, con mis ojos mirando hacia la mesa y mi libreta de notas, y me impidiera, ese campo de energía, levantar la vista para buscarle los "ojos" a esa entidad. No era miedo lo que yo sentía, era vértigo interior. Intuía que incluso aunque hiciera un esfuerzo, mirarle hubiera sido...

- No puedes mirarme -dijo la entidad.- Soy un ángel guerrero y no estás preparada para afrontar lo que mis ojos podrían comunicarte.
- Ah -respondí, sin saber qué más decir.

(Recuérdese que yo estaba en una cafetería, por la tarde, es decir en un espacio público, y que eran mis primeros meses en ese camino de percepción y de escucha, ignorante total. Así que no estaba ni remotamente esperando una aparición así, ni tenía un referente para lo que estaba percibiendo)

El "ser" me dijo luego:
- He hecho algo en tu corazón porque necesitas más coraje. Coraje viene de corazón. Y te faltaba coraje para lo que te vamos a pedir que hagas.
- ¿Qué me vais a pedir? - pregunté casi con miedo.
- Que vayas al hospital "tal" a buscar unos niños que están atrapados ahí. Sufren.
- ¿Niños... muertos? -pregunté, aunque por la trayectoria que yo llevaba, intuía la respuesta afirmativa.
- Sí. Niños muertos con demasiado miedo, que han sido presa de monstruos que los mantienen aterrorizados.
- Pero...-protesté yo, que empezaba a recuperar mi "tono" y presencia- Un momento, creí que los niños estaban bien protegidos espiritualmente. Más protegidos que nadie, de hecho. Por ejemplo por ángeles.
- Si un niño muere a solas y con demasiado sufrimiento y miedo, "otros" seres se acercan y se los llevan a sus pesadillas. No podemos llegar a ellos sin ayuda humana, porque la vista y la atención de esos niños está más fija en los mundos humanos que acaban de dejar, que en el nuestro.
- Pero ¿y sus padres y madres? ¿No pueden ayudarles ellos? ¿No es su amor una protección?
- A veces los padres y madres también han sido pasto del miedo, la angustia y la desesperanza. Es un tema complejo. Otras veces ni siquiera están ahí para los niños porque los han abandonado. Si te ven a tí, irán contigo. 
- ¿Y porqué ángeles guerreros? -pregunté yo, que tenía un preconcepto muy marcado de cómo debía ser un "ángel de la guarda protector de niños", y no me ebcajaba con un ángel guerrero (es que yo aun estaba imbuída por las tonterías de la cultura flowerpower que imagina angelitos de algodón rosa o azul)

En ese instante, el ángel guerrero me miró intensamente. No lo ví, lo noté, porque me sentía casi atravesada por su consciencia, que me transmitía demasiadas cosas, realmente, para mi entendimiento del momento. (Téngase en cuenta que este diálogo es una reconstrucción posterior... la mayor parte del mismo fue sin palabras. Y han pasado muchos años)

El caso es que sentí un mareo, mucho calor (¡uf, uf!) pero la respuesta me llegó: "El sentido de ser de los ángeles guerreros es proteger a los inocentes. Sobretodo y principalmente a los niños. Ahora ya lo sabes. ¿Vas a ir al hospital?"

Procesé el dato: guerreros/niños. Ah. ¡Era muy distinto a la idea que tenía de los guerreros! Pero aquello tenía sentido. Un profundo sentido. Lo podía notar aunque todavía no lo entendiera. 
Acepté y dije:
- ¿Y qué tengo que hacer?
- Basta con que entres en el hospital tras haberte entregado a las "Fuerzas de Ayuda", y vayas a la sección tal. No tienes que hacer nada más. Los niños te notarán y te verán y serán atraídos por tu energía. Tú solo manten tu foco en el amor, y no pienses nada, ni visualices ni imagines nada, ni intentes "escuchar" nada. Porque no podrás ni oir. Y es que en cuanto entres por la puerta del hospital, serás asediada por los niños, pero también por sus perseguidores y otras "cosas" peores. Tú ni caso. Te das un paseo despacio, pero sin pausa, por ese lugar, y cuando termines el recorrido, sales sin detenerte. Nosotros haremos el resto.
- ¿Y cuál es vuestro papel, si es tan simple como que los niños vendrán a mí? - pregunté.

El ángel volvió a mirarme y me llegó algo así como una idea de "liquidar/ exterminar/ destruir". En una palabra: iban "a muerte". 

Y uf, me dio miedo. Yo era no-violenta en aquel entonces, tenía el cerebro lavado como tanta gente y creía que toda violencia era mala, siempre. 
El ángel me escuchó pensar y me respondió:
- Tú entras, y nosotros vamos contigo, porque al aceptar este encargo, y con lo que te he hecho en el corazón, vamos a estar unidos de manera irrompible. Y sacamos a los niños de allí, sí, o sí. No habrá negociación. Esos "monstruos" no querrán soltarlos, porque ¿has visto algún depredador que suelte deliberadamente a su presa? Sólo por obligación lo hacen. Así que no les vamos a dejar opción. Esto consiste en sacar a los niños de ahí y ya está.
- Pero ¿no podíais haber estado ahí antes, cuando esos niños murieron, para protegerles y evitarles el horror? (Yo no paraba de argumentar, porque mi cabeza estaba llena de ideas prefijadas)
- Es necesario el eslabón humano. Cuando alguien sufre demasiado, no tiene consciencia despierta, y muere solo, desamparado y sin consuelo, da igual si estamos ahí, porque no nos va a sentir. Estos niños murieron en completa soledad y desesperación. Ya lo entenderás.
- De acuerdo, iré.

En cuanto acepté el asunto, sin decir ni adiós, el ángel se marchó dejando un rastro de luz incandescente anaranjada. El corazón me dolía, y en el centro de mi pecho (allí por donde había sido "atravesado" por el brazo angélico) notaba tirones y tensiones, una movida intensa. Pero me sentía eufórica, como si me hubieran inyectado una energía espectacular, fuego, intensidad. Además, descubrí que a una parte de mí le gustaba ese "estilo" angélico, esa contundencia. ¿Acaso no merecían eso los niños...? 

Fui temporalmente contagiada de la contundencia y pasión que tienen los ángeles guerreros, entendí por primera vez lo que es el auténtico "ardor guerrero" y me quedé pensando en ello los días siguientes. 

Hoy pienso que tal vez muchas personas de mi mundo son visitadas e incluso acompañadas, impulsadas e inspiradas por ángeles, pero no lo saben. No saben que sus ataques de indignación, de contundencia, y su deseo de acción eficaz pueden proceder de un contagio angélico. No hace falta sentirse con alas en los pies y envuelto en color rosa o dorado para preguntarse si hay un ángel por ahí cerca. La vena justiciera, la voz que no puede reprimirse más y suelta una verdad como un templo que deja a todos ko, también puede ser reflejo de una inspiración angélica. 

Hay muchos tipos de ángeles y todos son necesarios. Viene bien un reposo con suavidad para dormirse (con los guerreros ¡imposible! ja ja), pero viene bien un guerrero letal para sacar a alguien de las garras de un infierno, caiga quien caiga en el camino. Porque, tal y como ellos me han dicho luego más veces, un alma humana no tiene precio y en ocasiones no hay opciones: se hace algo sí o sí, y pobre del que se meta por el medio a intentar impedir el paso de esos ángeles. Terminator es un aprendiz al lado de los guerreros, aunque se le parece un poco en el estilo, ja, ja. 

En nuestro cómputo de tiempo lineal, puede pasar mucho tiempo entre una caída en las garras de algo dañino, y una liberación, pero al final la libertad llega. La justicia se realiza. Faltan, eso sí, humanos que acepten ser eslabones entre el cielo y los infiernos. Humanos que se entreguen para canalizar los aspectos más feroces e inteligentes de lo angélico, porque para ir a ciertos infiernos y salir de allí con éxito, no se necesita menos.

***

Mi incursión al hospital fue muy sencilla, tal y como me habían dicho. No me enteré de nada, pero la movida vino después. Salí entumecida, densa, pesada, "espesa". Luego, ya sentada y a solas, empecé a sentir las energías que iban conmigo y empecé a entender mejor el asunto. Eran fantasmas de bebés... y cuando me pregunté de dónde salían tantos, escuché que muchos eran "abortos tardíos"...Uf. Otros no, pero igualmente eran demasiado pequeños, y demasiado abandonados como para saber nada, ni entender nada. 

Esas presencias lloraban agarradas a mi cuerpo y se veían como lapitas grises, aferradas desesperadamente a mis caderas y mis piernas, esperando y deseando que yo fuera su mamá, o hiciera de mamá para ellos, aunque solo lo sentía telepáticamente porque no hablaban. Y entendí entonces el asunto. ¡Por eso los guerreros me vinieron a buscar, se necesitaba una mujer! Ante una mujer amorosa, esos bebés le saltarían encima sin poderlo evitar, porque todo su instinto era buscar el refugio de mujer que pueda ser mamá. Y una mamá, si es amorosa, si está muy presente y está segura de sí, porque además va rodeada de bestias guerreras (como era mi caso) siempre puede más que los monstruos. 
¡Faltaría más...!

Luego, mis Guías me ayudaron a amar a los bebés, pero sin apegarme a ellos. Porque claro, no podían quedarse conmigo demasiado tiempo. Yo no podía ser su madre más que fugazmente. Hubo un proceso ahí, y jugué realmente un rol de "eslabón humano" porque luego los entregué suavemente en brazos de otras presencias espirituales más adecuadas, que se los llevarían a otra dimensión o mundo donde iban a poder, por fin, sanarse, reposar y encontrar la paz.

Nunca más he vuelto a vivir una cosa similar (un ser de fuego irrumpiendo en mi rato de lectura en una cafetería), ni me han vuelto a pedir nada así (ir a un hospital para rescatar almas), aunque es muy común que si hay algún espíritu infantil allá donde sea que voy, se venga corriendo hacia mí y me de cuenta después, o dias más tarde. En cuanto a los espíritus de abortados, ¡uf! No han cesado de llegar a mi espacio, pero eso es otro tema, enorme, que merecería un libro entero. 

Sea como sea, ha pasado mucho tiempo, y ya no tengo una barrera o un miedo hacia esa clase de cosas. Son procesos que ya funcionan "solos" en mi energía, por así decirlo, y solo soy informada de un evento cuando las particularidades de los muertos requieren que yo tome consciencia de algo, o escuche algo que ellos me quieren decir.

Algunas peticiones que acepté realizar, relativas a "rescates de almas", me están llevando años y no sé ni siquiera si podré culminarlas. En fin, se hace lo que se puede. Para todo esto se necesita más consciencia. Más perspectiva. Y llego hasta donde llego. 

Y eso es todo por hoy, que no es poco. Vaya historia os he contado. Parece un cuento, y sin embargo no lo es. ¡Nunca un té de jazmín dio para tanto...!

2 comentarios:

  1. Eufemia andrade yo lo creo es verdad nunca he visto un ángel pero he estado en apuros y me a llegado ayuda, me han robado 12 beses aunque me amenazaron se llevaron todo en mi propio carro no me hicieron daño gracias al arcángel miguel estaba sola en mi casa entraron los ladrones a las 2am y se fueron a las 5am clame a alcangel miguel

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  2. Como llegue aquí?no lo sé pero lo q si se esq un ángel me trajo a esta página.Bueno aquí estoy para servir.Saludos

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