(Arriba, pintura de Sandy Freckleton Gagon, que representa a la moabita Ruth caminando junto a su nuera judía, como ejemplo simbólico de verdadero amor a una religión "ajena", y una conversión espiritual que fue auténtica, no de wannabe)
(Post rescatado de mi muro de face, año 2019)
NO apoyo ni por activa ni por pasiva la apropiación espiritual/cultural asociada con la enseñanza y aprendizaje de cuestiones relativas a tradiciones espirituales nativas o de otras culturas y religiones de planeta. Y a partir de hoy, tampoco acepto cualquier mezcla.
El detonante ha sido una cosa que leí hace unos días, escrita en un libro sobre cábala que me compré hace poco. Yo inocentemente leía sin más, cuando empecé a notar indignación visceral de la Tierra pero, sobretodo, de los ángeles, que empezaron a decir: "Qué va, esto no es así. Este señor está mezclando cosas que no deben ser mezcladas y está creando más confusión que otra cosa".
Me quedé perpleja, porque daba por
sentado que el libro estaba repleto de conocimiento impartido por alguien "con autoridad", y también porque
estoy acostumbrada a pensar (por las propias enseñanzas espirituales
internas que recibo) que las mezclas, es decir el mestizaje, no es nada
malo sino lo deseable.
Pero a mi protesta siguió una explicación angélica sobre diferentes tipos de mezcla. Resumiendo mucho, mucho, entendí que existían mezclas beneficiosas y mezclas perjudiciales. Como en la física y la química, mezclando componentes y sustancias puedes cocinar algo exquisito, o un veneno infecto, y en el medio, puedes obtener mezclas vulgares y otras parecidas a la comida basura, por poner ejemplos extremos. Puedes mezclar agua y barro y hacer arcilla bondadosa y útil (buena mezcla), o puedes mezclar los componentes de algo que te explote en la cara y te deje ciego, o generar algo contaminante que arruine tu espacio.
La mayor parte de apropiaciones espirituales de otras culturas y tradiciones, se hacen, según me dice la Tierra, a causa de no haber conocido, integrado ni entendido tus propias herencias espirituales ancestrales. De haberlo hecho, no sentirías la necesidad de ir a la otra punta del planeta para tomar ciertos elementos exóticos y traértelos en la maleta como si fueran tu identidad. O conocerías tan bien tu legado, que sabrías cómo combinarlo y con qué elementos de otras culturas, sin que ello distorsionara su esencia, o estropeara su poder o energía de algún modo.
Es decir: para saber MEZCLAR (y que la mezcla sea beneficiosa y no un estropicio) hay que, primero, CONOCER muy bien lo que se tiene entre manos.
Si esa persona , ya con todo eso
integrado y consolidado, decidiera enseñar a otras personas cuestiones
de la espiritualidad nativa, o del budismo, o de ambas, no estaría
incurriendo en "apropiación", ni sería un impostor. Ni un "mal
mezclador" que solo añade ruido, confusión y más caos a un mundo ya muy turbio.
Ahora bien, ¿qué pasaría si yo, por ejemplo, decidiera que, puesto que sueño muchísimo con los indios de Norteamérica y resueno con sus enseñanzas, voy a empezar a realizar talleres chamánicos con algunos de sus ritos? Pues entonces muy mal, porque según me dice la Abuela Tierra (y menuda reprimenda me darían las Abuelas Primeras) estaría haciendo apropiación e intrusismo. Sería una IMPOSTORA y estaría faltando, además, al respeto a los indígenas vivos que mantienen activa la línea de enseñanza, los linajes. Indígenas a los que NO he ido a ver, ni a aprender de ellos, ni a recibir su PERMISO, sino que me he creido tanto mis enseñanzas oníricas, las he puesto en un pedestal tan grande, que he olvidado respetar el eslabón CARNAL, el puente de tierra, carne y personas que nadie debería saltarse.
Pero si yo, después de haber integrado bien mis propias herencias espirituales ancestrales, y ya con mi identidad terrenal y espiritual consolidada, ADEMÁS quisiera andar el camino nativo de los lakota, por ejemplo, o de los crow, el camino adecuado, según dice la Tierra, sería ir con ellos. Sentarme con ellos un tiempo. Y esperar. Y aprender de sus líderes espirituales, de su gente. Y respetar sus criterios.
La Tierra me dice que cuando alguien se pone a dar enseñanzas de tradiciones espirituales "ajenas" o lejanas, y no dice quién le ha enseñando o transferido los conocimientos, o iniciado en ciertos ritos, ni reconoce con agradecimiento a sus maestros, no sólo no actua tanto por ese amor que dice, sino que además está incurriendo en un error de consecuencias "kármicas" a largo plazo, es decir: esto tendrá un peso, dejará unas marcas, será algo por lo que habrá que responder en el futuro.
De nuevo, es
como el ejemplo de alguien que dice amar a los niños, y deja a los suyos
con una niñera 10 horas cada día mientras se monta una ong de ayuda a
la infancia. ¿Amas a los indios? ¿Sí? Vete con ellos, sé humilde,
siéntate a su lado y escucha lo que te digan. Y tómate el tiempo de
esperar. Y de aprender lo que ellos consideren oportuno enseñarte. No
seas un "wannabe" más, por usar la palabra (despectiva) que los nativos usan para esa
clase de personas.
Cualquier enseñanza que alguien transmita, debe ir acompañada de una
explicación CLARA y CONCRETA del origen de esa enseñanza. Si procede de
sueños y vivencias espirituales, hay que decirlo. Si procede de lecturas de libros,
también. Si procede de maestros, es imprescindible mencionarlos.
Y si desde tu encarnación vas conectando con las enseñanzas espirituales de ancestros sucesivos, y te abres entonces a esas variadas tradiciones, lo harás ya CON tierra. Con fundamentos. No serás un impostor ni un wannabé. Harás las cosas como deben ser hechas. En su orden, y contando siempre con el eslabón humano. Quien ama de veras a una tradición "lejana", desea acercarse a las personas que la viven desde su interior, heredada de sus ancestros, y abrazarlas.
"No te creas al que no ha hecho algo así- me dice la Tierra, y me dicen los ángeles-. Porque no les ama. Solo ama la idea que se ha hecho de sí mismo vestido con las ropas de ellos o usando esas palabras exóticas que le hacen sentirse especial.
Pero a mi protesta siguió una explicación angélica sobre diferentes tipos de mezcla. Resumiendo mucho, mucho, entendí que existían mezclas beneficiosas y mezclas perjudiciales. Como en la física y la química, mezclando componentes y sustancias puedes cocinar algo exquisito, o un veneno infecto, y en el medio, puedes obtener mezclas vulgares y otras parecidas a la comida basura, por poner ejemplos extremos. Puedes mezclar agua y barro y hacer arcilla bondadosa y útil (buena mezcla), o puedes mezclar los componentes de algo que te explote en la cara y te deje ciego, o generar algo contaminante que arruine tu espacio.
Aplicado a las relaciones humanas, aunque el mestizaje puede ser bueno, a la hora de la verdad no puedes juntar a un depredador carnívoro en el mismo
sitio que tienes a un herbívoro, si no quieres que uno se coma al otro.
Si quieres conservar a los dos, has de mantenerlos con cierto margen o distancia (territorio) para que puedan estar un poco separados. La mezcla
genética también tiene su lado maravilloso, y su lado inviable (si
fuerzas el cruce entre especies, o juegas con los genes a lo loco,
puedes dar lugar a aberraciones y a formas de vida inviables)
Entonces, los ángeles aplicaron esto a lo que yo estaba leyendo sobre Cábala y que, según ellos, era una mezcla "no buena" de elementos procedentes de un sistema espiritual distinto, con los de otro, el Cabalista, procedente de la tradición hebrea. Una tradición, según ellos, que no sólo no necesitaba para nada que le hicieran "añadidos" inventados, sino que además, en este caso, lo añadido eran cosas que, en el fondo, no tenían nada que ver.
Entonces, los ángeles aplicaron esto a lo que yo estaba leyendo sobre Cábala y que, según ellos, era una mezcla "no buena" de elementos procedentes de un sistema espiritual distinto, con los de otro, el Cabalista, procedente de la tradición hebrea. Una tradición, según ellos, que no sólo no necesitaba para nada que le hicieran "añadidos" inventados, sino que además, en este caso, lo añadido eran cosas que, en el fondo, no tenían nada que ver.
"Esto es una mezcla que genera
confusión, no enriquece, sino que nubla el entendimiento. Tú olvídate de
esto, este libro no te sirve"-me dijeron, radicales y zanjando el asunto. Y se me formó una visión en la que manos invisibles (las suyas) iban tachando partes del texto, y al final de todo aquel libro me quedaba sin tachar sólo un 20%
del texto (¡Ay...! ¡Tiré mi dinero, comprando un libro que enojó mucho a los ángeles!)
No voy a dar detalles sobre el tema, ni diré qué libro era, ni nombraré a nadie, porque pertenece a un sector muy específico cuyo lenguaje y conceptos la mayor parte de mis lectores no domina, y además está muy feo hablar de otros así. No es útil tampoco andar señalando a terceros de esta manera. Desviaría el foco esencial de este post, convirtiéndolo en un escrito "sobre una persona" en lugar de ser una reflexión sobre las mezclas.
No voy a dar detalles sobre el tema, ni diré qué libro era, ni nombraré a nadie, porque pertenece a un sector muy específico cuyo lenguaje y conceptos la mayor parte de mis lectores no domina, y además está muy feo hablar de otros así. No es útil tampoco andar señalando a terceros de esta manera. Desviaría el foco esencial de este post, convirtiéndolo en un escrito "sobre una persona" en lugar de ser una reflexión sobre las mezclas.
Pero al margen de mi anécdota y del posicionamiento que los ángeles me pedían (quedarme solo con lo que era
Cábala con "raíz espiritual hebrea", y separarla de
elementos o culturas que no tenían ni la misma raíz,
ni eran adecuados para mezclarse entre sí) su explicación sobre los
tipos de mezclas me llevó a reflexionar profundamente. Nunca me había detenido a pensar en el concepto de mezcla en sí mismo.
Y la Tierra,
entonces, aprovechó la ocasión y me dijo que esto tenía que ver con la
"apropiación" de elementos de otras culturas y religiones, realizada sin los debidos permisos, respeto ni discernimiento, y también con el "empastelamiento y confusión" de tradiciones,
enseñanzas sagradas y herencias y legados espirituales ancestrales propios de cada lugar, de cada linaje, de cada colectivo humano...
Por lo visto, para la Tierra es muy importante hablar del tema porque a Ella le interesa (y necesita) que cada colectivo humano se conecte, PREFERENTEMENTE, con las enseñanzas espirituales propias de cada lugar, o que han florecido en un espacio a lo largo de los siglos. Porque, según dice, existe una relación directa entre la conexión con la Tierra, con los ancestros y las enseñanzas o caminos espirituales que siguieron, y la efectividad y limpieza con la que podemos recibir dichos legados y enseñanzas, para finalmente ponerlos en PRÁCTICA. Y esto es lo que más le interesa a Ella. La práctica.
De manera que, aunque está muy bien interesarse por religiones, tradiciones y culturas alejadas de nuestra tierra local, si esto se hace pasando por alto las propias raíces y el propio legado, o desde su desconocimiento, actuaríamos como quien no conoce a sus antepasados y se busca a otros. O no conoce a su tierra y se va de viaje a las Antípodas con el pretexto de "conocer la Tierra". Son incoherencias, lagunas, evasiones de la realidad material, carnal y sanguínea. Como decir "amo a los niños" y abandonar a tu hijo para crear una ong infantil, diciendo que si no dejas a tu hijo no tienes tiempo para dedicárselo a esa gran causa infantil.
Es decir, no está mal abrirse "a más cosas" que las del propio espacio, pero es un error hacerlo SIN haber conocido y conectado con lo propio, y sin haber integrado en nosotros lo que sintamos útil y beneficioso de ese legado. (Intentando que lo exótico y lejano sustituya a lo propio y ancestral)
Cada Tierra Local alberga las memorias de todos los ancestros que vivieron allí. Y si vives en una tierra donde vivieron tus antepasados (o parte de ellos) Ella puede transferirte el legado, sí y solo sí lo aceptas.
Por lo visto, para la Tierra es muy importante hablar del tema porque a Ella le interesa (y necesita) que cada colectivo humano se conecte, PREFERENTEMENTE, con las enseñanzas espirituales propias de cada lugar, o que han florecido en un espacio a lo largo de los siglos. Porque, según dice, existe una relación directa entre la conexión con la Tierra, con los ancestros y las enseñanzas o caminos espirituales que siguieron, y la efectividad y limpieza con la que podemos recibir dichos legados y enseñanzas, para finalmente ponerlos en PRÁCTICA. Y esto es lo que más le interesa a Ella. La práctica.
De manera que, aunque está muy bien interesarse por religiones, tradiciones y culturas alejadas de nuestra tierra local, si esto se hace pasando por alto las propias raíces y el propio legado, o desde su desconocimiento, actuaríamos como quien no conoce a sus antepasados y se busca a otros. O no conoce a su tierra y se va de viaje a las Antípodas con el pretexto de "conocer la Tierra". Son incoherencias, lagunas, evasiones de la realidad material, carnal y sanguínea. Como decir "amo a los niños" y abandonar a tu hijo para crear una ong infantil, diciendo que si no dejas a tu hijo no tienes tiempo para dedicárselo a esa gran causa infantil.
Es decir, no está mal abrirse "a más cosas" que las del propio espacio, pero es un error hacerlo SIN haber conocido y conectado con lo propio, y sin haber integrado en nosotros lo que sintamos útil y beneficioso de ese legado. (Intentando que lo exótico y lejano sustituya a lo propio y ancestral)
Cada Tierra Local alberga las memorias de todos los ancestros que vivieron allí. Y si vives en una tierra donde vivieron tus antepasados (o parte de ellos) Ella puede transferirte el legado, sí y solo sí lo aceptas.
Y lo mismo sucede en
tu cuerpo. En tus huesos está toda la memoria que necesitas, todo tu
legado. Si lo aceptas, irás viendo desplegarse desde tu interior las
diferentes conexiones con culturas y herencias espirituales ancestrales
(que pueden ser varias) Luego, con todo eso, quedará pendiente realizar un
trabajo de discernimiento. Del mismo modo que cuando heredas una casa llena de
pertenencias antiguas, decides con qué te quedas y con qué no, o qué
haces con todo ello, con lo ancestral sucede igual. No es adecuado no
mirarlo siquiera, o huir eternamente de ello. Te has de hacer cargo de lo que heredas. De
algún modo, tarde o temprano te toca pensar y posicionarte respecto a tu
herencia, incluso si es para rechazarla formalmente.
La mayor parte de apropiaciones espirituales de otras culturas y tradiciones, se hacen, según me dice la Tierra, a causa de no haber conocido, integrado ni entendido tus propias herencias espirituales ancestrales. De haberlo hecho, no sentirías la necesidad de ir a la otra punta del planeta para tomar ciertos elementos exóticos y traértelos en la maleta como si fueran tu identidad. O conocerías tan bien tu legado, que sabrías cómo combinarlo y con qué elementos de otras culturas, sin que ello distorsionara su esencia, o estropeara su poder o energía de algún modo.
Es decir: para saber MEZCLAR (y que la mezcla sea beneficiosa y no un estropicio) hay que, primero, CONOCER muy bien lo que se tiene entre manos.
Si no te conoces a ti mismo un poquito, no podrás
tener relaciones armoniosas (mezclarte bien) con otros. Sucede lo mismo
con las tradiciones y enseñanzas espirituales: si no las conoces bien,
puedes intentar mezclar agua con aceite y crear un producto que nunca se
mezcla bien y en el cual ya no hay TRANSPARENCIA ni, por lo tanto,
fluida comunicación de luz espiritual. Por el contrario, todo se ve
borroso.
Hay algunas mezclas que son posibles y beneficiosas, pero muy difíciles, y solo se pueden realizar desde una integración interna y un conocimiento profundo de cada elemento. Por ejemplo, aplicado a las tradiciones espirituales, alguien que nace de una madre indígena de Norte América y de un padre , qué se yo, budista, tiene la posibilidad, difícil pero factible, de llegar a extraer la esencia en su interior de cada camino espiritual, y ver similitudes entre ambos, y diferencias. Y, conociendo bien cada camino (pero sólo si los conoce bien) podría llegar a extraer de si mismo una especie de conocimiento fruto de esa mezcla, que sería como un puente de ENTENDIMIENTO uniendo ambas formas de espiritualidad.
Hay algunas mezclas que son posibles y beneficiosas, pero muy difíciles, y solo se pueden realizar desde una integración interna y un conocimiento profundo de cada elemento. Por ejemplo, aplicado a las tradiciones espirituales, alguien que nace de una madre indígena de Norte América y de un padre , qué se yo, budista, tiene la posibilidad, difícil pero factible, de llegar a extraer la esencia en su interior de cada camino espiritual, y ver similitudes entre ambos, y diferencias. Y, conociendo bien cada camino (pero sólo si los conoce bien) podría llegar a extraer de si mismo una especie de conocimiento fruto de esa mezcla, que sería como un puente de ENTENDIMIENTO uniendo ambas formas de espiritualidad.
Ahora bien, ¿qué pasaría si yo, por ejemplo, decidiera que, puesto que sueño muchísimo con los indios de Norteamérica y resueno con sus enseñanzas, voy a empezar a realizar talleres chamánicos con algunos de sus ritos? Pues entonces muy mal, porque según me dice la Abuela Tierra (y menuda reprimenda me darían las Abuelas Primeras) estaría haciendo apropiación e intrusismo. Sería una IMPOSTORA y estaría faltando, además, al respeto a los indígenas vivos que mantienen activa la línea de enseñanza, los linajes. Indígenas a los que NO he ido a ver, ni a aprender de ellos, ni a recibir su PERMISO, sino que me he creido tanto mis enseñanzas oníricas, las he puesto en un pedestal tan grande, que he olvidado respetar el eslabón CARNAL, el puente de tierra, carne y personas que nadie debería saltarse.
Pero si yo, después de haber integrado bien mis propias herencias espirituales ancestrales, y ya con mi identidad terrenal y espiritual consolidada, ADEMÁS quisiera andar el camino nativo de los lakota, por ejemplo, o de los crow, el camino adecuado, según dice la Tierra, sería ir con ellos. Sentarme con ellos un tiempo. Y esperar. Y aprender de sus líderes espirituales, de su gente. Y respetar sus criterios.
Y solo si con el tiempo y mi debido aprendizaje A SU LADO, ellos decidieran que estoy preparada y
me autorizaran para difundir algunas de esas enseñanzas, entonces sí
podría hacerlo sin ser una intrusa o haberme "apropiado". Pero siempre
deberia hacerlo en el orden descrito, y siempre debería mencionar con
honestidad y con reconocimiento agradecido, quién o quiénes fueron mis
maestros, o los que me iniciaron.
La Tierra me dice que cuando alguien se pone a dar enseñanzas de tradiciones espirituales "ajenas" o lejanas, y no dice quién le ha enseñando o transferido los conocimientos, o iniciado en ciertos ritos, ni reconoce con agradecimiento a sus maestros, no sólo no actua tanto por ese amor que dice, sino que además está incurriendo en un error de consecuencias "kármicas" a largo plazo, es decir: esto tendrá un peso, dejará unas marcas, será algo por lo que habrá que responder en el futuro.
De hecho,
la Tierra me dice que un buen baremo para distinguir un maestro o
maestra auténtico de alguien que es un aprendiz que "quiere ser" maestro
pero no lo es, es su mención de sus FUENTES de aprendizaje. Ha de decir
las personas que le enseñaron y le iniciaron, en el caso de haber
aprendido de personas vivas.
El consejo de la Tierra para
aprender una tradición espiritual practicada por personas vivas, en la
cual hay linajes vivos, y maestros/as en activo, es buscar a alguno de
ellos y aprender sin saltarse el eslabón humano de la cadena. Porque la
transmisión de humano a humano es importante. Y porque si dices amar a
una tradición, a un colectivo o a una tribu, no es coherente que
prescindas de ellos y no tengas en cuenta ni sus enseñanzas vivas, ni su
opinión, ni su perspectiva, ni nada salvo tu fijación y la idea que
dentro de ti te has hecho acerca de su cultura espiritual.
Ser un "wannabe"es
pretender ser algo, sin serlo (ver foto a la izda). Creerse que por vestirse a lo indio (el colmo: ¡posar con tocados de plumas que solo usan los hombres en esa cultura!) y
hacer tipis o hablar de "cabañas de la luna", ya eres india o indio, y
ya estás autorizado para guiar a otros en esas enseñanzas.
También es wannabe quien se cree que por leer muchos libros sobre religiones, y practicar a tu p. bola en
casa, por aquello de "todos somos maestros y no necesitamos gurús" ya
puedes ser un maestro sufí, un starezt ortodoxo, un rabí, o un maestro
zen. O que por tontear en una fiesta santera o palera y tener alguna
experiencia en la energía, ya estás iniciado en eso y ya puedes decir
que eres "hijo" o "hija" de uno de los orishas o "santos".
Pero también eres un wannabe
si, por experiencias interiores de tipo regresivo, u otro, empiezas a
recibir mucha información sobre un conocimiento ancestral cuyo linaje se
truncó, o que se perdió, como por ejemplo el antiguo conocimiento
espiritual egipcio. Y, con toda esa "información" interna, en lugar de
integrarla y nombrarla como lo que es (aprendizaje onírico o a través de
transmisión espiritual) te montas una película en la cual eres el
último descendiente de no se qué faraón que hizo o dijo...y empiezas a
vender cursos o talleres en los que figuras como "sacerdotisa del templo
de..." (por ejemplo).
Es decir, según lo que oigo, y si es cierto y quitando la posible distorsión de subjetividad por mi parte, se impone la honestidad. La humildad. Empezar por los propios pies, por las raíces carnales inmediatas, por la Tierra que pisamos. Y luego, cuando te abras al resto, ya lo vivirás de otra manera...
Es decir, según lo que oigo, y si es cierto y quitando la posible distorsión de subjetividad por mi parte, se impone la honestidad. La humildad. Empezar por los propios pies, por las raíces carnales inmediatas, por la Tierra que pisamos. Y luego, cuando te abras al resto, ya lo vivirás de otra manera...
***
Finalmente, hay que recordar que si hablamos de tradiciones con linajes
de transmisión en activo, con personas vivas implicadas y transmitiendo
esos conocimientos, es imprescindible buscar al menos a uno con quien
aprender siquiera un tiempo. Puentear el eslabón humano, es una falta
contra los protocolos de transmisión, y además nos pone en riesgo de
incurrir en errores, en pajas mentales y en soberbia.
Claro que aquí entramos en el punto de ¿quién es buen maestro o maestra? ¿Cómo saberlo? Pues hay muchos factores, pero si esa persona no menciona a quien le enseñó, y encima pertenece a un colectivo o cultura ajena a la que dice enseñar, es sospechoso.
Claro que aquí entramos en el punto de ¿quién es buen maestro o maestra? ¿Cómo saberlo? Pues hay muchos factores, pero si esa persona no menciona a quien le enseñó, y encima pertenece a un colectivo o cultura ajena a la que dice enseñar, es sospechoso.
Volviendo al punto de inicio de este post: entre quienes se llaman a
si mismos cabalistas o maestros de "eso", los hay que no han tenido un solo maestro humano, pero han aprendido con éste y con aquel,y han nacido y crecido en la cultura religiosa judía, han
mamado su lenguaje, su cosmovisión desde niños, y luego han estudiado
con otros en grupos y escuelas, han debatido con varios expertos y
maestros, y aprendido de ellos (aunque no haya nadie "especial")... Eso
es fiable.
En cambio, alguien que no procede de esa cultura, que no ha integrado la cosmovisión y el lenguaje místico y espiritual de ese pueblo, y que encima no ha contactado (y permanecido) con ningun maestro carnal para aprender del mismo, o que ni siquiera vive una relación amorosa con esa tradición viva, ni tiene un vínculo abierto o vivo con ese colectivo, cuidado. Estos son los más propensos a mezclar lo que, según los ángeles "que oigo", no se debería mezclar. Porque viven en una esfera mental de su propia idea acerca de esa tradición espiritual. No la encarnan, no les sale de la médula ósea, ni de las entrañas, ni tampoco la han recibido bien EN EL CUERPO de manos de un sabio. De manera que toman esto de aquí y lo otro de allá, elucubran y deducen a su aire, y piensan que todo es lo mismo, el zen, el budismo, el tarot, etc (se van añadiendo cosas a la ensalada)
En cambio, alguien que no procede de esa cultura, que no ha integrado la cosmovisión y el lenguaje místico y espiritual de ese pueblo, y que encima no ha contactado (y permanecido) con ningun maestro carnal para aprender del mismo, o que ni siquiera vive una relación amorosa con esa tradición viva, ni tiene un vínculo abierto o vivo con ese colectivo, cuidado. Estos son los más propensos a mezclar lo que, según los ángeles "que oigo", no se debería mezclar. Porque viven en una esfera mental de su propia idea acerca de esa tradición espiritual. No la encarnan, no les sale de la médula ósea, ni de las entrañas, ni tampoco la han recibido bien EN EL CUERPO de manos de un sabio. De manera que toman esto de aquí y lo otro de allá, elucubran y deducen a su aire, y piensan que todo es lo mismo, el zen, el budismo, el tarot, etc (se van añadiendo cosas a la ensalada)
Pero no. No todo es lo mismo.
Si amas a la Tierra de veras, empezarás por el lugar físico donde estás. La Tierra que hay bajo tus pies. Y empezarás por tus huesos, tu carne y tu sangre. Y escucharás a tus linajes, tus herencias espirituales. Y todo eso te guiará y te enseñará con FUNDAMENTOS y RAIZ verdadera. Con el tiempo, hasta puedes convertirte en maestro o maestra de la enseñanza espiritual de tu tierra profunda, incluso aunque no exista un linaje vivo que te lo enseñe porque se perdió hace mucho. Pero es que entonces estarás bien encarnado y por lo tanto encarnarás sí o sí (aunque no lo intentes adrede) los principios espirituales propios de tu tierra.
Si amas a la Tierra de veras, empezarás por el lugar físico donde estás. La Tierra que hay bajo tus pies. Y empezarás por tus huesos, tu carne y tu sangre. Y escucharás a tus linajes, tus herencias espirituales. Y todo eso te guiará y te enseñará con FUNDAMENTOS y RAIZ verdadera. Con el tiempo, hasta puedes convertirte en maestro o maestra de la enseñanza espiritual de tu tierra profunda, incluso aunque no exista un linaje vivo que te lo enseñe porque se perdió hace mucho. Pero es que entonces estarás bien encarnado y por lo tanto encarnarás sí o sí (aunque no lo intentes adrede) los principios espirituales propios de tu tierra.
Y si desde tu encarnación vas conectando con las enseñanzas espirituales de ancestros sucesivos, y te abres entonces a esas variadas tradiciones, lo harás ya CON tierra. Con fundamentos. No serás un impostor ni un wannabé. Harás las cosas como deben ser hechas. En su orden, y contando siempre con el eslabón humano. Quien ama de veras a una tradición "lejana", desea acercarse a las personas que la viven desde su interior, heredada de sus ancestros, y abrazarlas.
"No te creas al que no ha hecho algo así- me dice la Tierra, y me dicen los ángeles-. Porque no les ama. Solo ama la idea que se ha hecho de sí mismo vestido con las ropas de ellos o usando esas palabras exóticas que le hacen sentirse especial.
"Pero ay de su destino espiritual, porque no
pasará mucho tiempo sin que tenga que rectificarlo todo"
(FIN del tocho/posicionamiento)
(FIN del tocho/posicionamiento)
Os dejo con enlace al trailer de un precioso film corto, que plasma con sensibilidad el inicio de la transmisión de una tradición espiritual, desde una abuela a su nieta, en el contexto de la umbanda brasileña. Un film que, con belleza y sencillez, casi con lenguaje para niños, expresa cómo pueden ser algunas transmisiones espirituales, cuando no hay ruptura transgeneracional, y ciertas cosas son como deben ser.
http://www.thesummerofgods.com/trailer-3
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