miércoles, 13 de mayo de 2020

Meditar para la sumisión.

27 noviembre 2018

Estoy llegando a la conclusión de que para la moderna espiritualidad batiburrillo, recetar yoga o meditación es como la vieja camisa de fuerza para el furioso, o los dardos tranquilizantes para el animal salvaje. Un tranquilizador, un calmante que, de manera perversa, se está empezando a enfocar en algunos ambientes como herramienta para domesticarnos más todavía, y quitarnos la indignación, y otras emociones incómodas.

Conste que no creo que los que inventaron el yoga tuvieran esa idea (espero que no, ejem) Ni creo que todo el que lo practica lo viva así. Me refiero a cierta tendencia que veo en nuestro tiempo.

Esto también es como lo de mandar rezar a la gente mientras les explotas. Si rezan estarán sosegaditos y aceptarán todo "en Dios". O se afiliarán tanto a la parte etérea del ser que se despegarán de los asuntos materiales y les importará poco lo que hagas con sus casas, sus tierras, su familia.

Salvo que hablemos de rezar como los esclavos haitianos y se monte una revolución contra los esclavistas, y empiecen a rodar cabezas. Pero me refería al rezar de la sufrida resignación y la "trascendencia".

No hay comentarios:

Publicar un comentario