martes, 11 de agosto de 2015

Para crear tribu, o comunidad...


Estoy leyendo un libro de Alejandro Corchs, hombre medicina del Camino Rojo, titulado "La Unión de la Familia" y me está produciendo un sinnúmero de reflexiones mentales y reacciones emocionales en cascada.

Algunas de éstas han surgido por el simple hecho de leer cómo se organizan ciertas comunidades afiliadas en torno al conocimiento espiritual indígena. Me ha emocionado y dado sana envidia ver que en otras partes del mundo es de lo más natural que algunas personas se reúnan para rezar o para hacer ritos curativos, organizándose de tal manera que siempre existe un grupo de apoyo cuya única función, en cada encuentro, es estar atento y disponible para ayudar a los que van a vivir el trance, el "movidón" catártico emocional, la ruptura de esquemas, el descoloque que sucede cuando se conecta con partes profundas y desconocidas del ser.

También me ha emocionado comprobar el afecto y apoyo incondicional que reciben los líderes espirituales que se encargan de movilizar y guiar cada uno de estos eventos. En suma, lo que estoy viendo en estas páginas es un ingente trabajo comunitario, sin el cual las famosas Búsquedas de Visión individuales no se podrían realizar, y por lo tanto no sólo no habría avance de la propia comunidad, sino tampoco de sus individuos en particular. En algunos encuentros, unas personas se ocupan de las demás, y en otros, las personas que antes estuvieron como apoyos, son los que se confían a la "medicina" y se disponen a vivir un capítulo más de su proceso sanador interior.

Todo esto me ha removido heridas sin curar del inicio de mi camino chamánico, pero también se me ha unido a comprensiones y vislumbres más recientes acerca de lo complicado que nos resulta generar tribus o comunidades de personas afines. Sea como sea, al final no puedo dejar de ver con claridad la gran falta de sentido comunitario que tenemos en Occidente, y como esto sucede en todos los campos, inclusive el de la terapia y las vivencias espirituales. Me he detenido varias veces tras leer algunos pasajes, preguntándome: ¿Cómo es que aquí desconocemos este sentido comunitario que tanto tienen los indígenas? ¿Por qué incluso en el movimiento de búsqueda espiritual, que actualmente tiene tanto auge, y donde se supone que deberían primar valores como la empatía y la compasión, hay tanta ausencia de lo comunitario y cuando surge termina a veces convertido en algo deforme, sectario? ¿Qué nos pasa, cuándo perdimos el conocimiento de saber organizarnos como los indios, en una comunidad igualitaria pero al mismo tiempo con líderes, con rotación de roles pero siempre en círculo?

Una respuesta se formó en mi interior: "Tenéis demasiado miedo a eso que llamáis ego, y cada vez que surge un líder, es decir alguien con carisma o un don especial para movilizar la energía colectiva, o con el conocimiento interno suficiente para emprender algo, invariablemente es atacado diciendo que cuidado, que tiene mucho ego y lo que pasa es que busca seguidores, acólitos. El germen de comunidad que se hubiera tejido en torno a ese líder nato (hombre o mujer) suele destejerse porque las personas tienen tanto miedo de servir a egos ajenos que terminan por no querer formar parte de ningún grupo. Especialmente si hay líderes en el mismo, es decir: personas con una personalidad especialmente magnética, carismática o destacada".

- Pero es que tenemos muy mala experiencia con líderes corruptos, sectarios y tiránicos - he replicado yo.
- Es cierto. Y es normal vuestra reacción como sociedad. Estáis "quemados" por siglos de iglesias autoritarias y sectas vampirizantes. Pero hay que superar todas esas memorias traumáticas, porque de otro modo sois como personas que huyen de todos los perros, todo porque uno les mordió. O como personas que no quieren tener más amigos, porque fueron traicionados en el pasado por el que consideraban su mejor amigo.

"Y es que la vivencia de lo comunitario es esencial e imprescindible para vivir la plenitud humana, pues sois seres gregarios. Sin embargo, aprendéis un modelo de desarrollo basado en el individuo como un ente separado, cuando esto es bastante ficticio y a largo plazo insostenible. Y hablando en este marco, los líderes también son imprescindibles. Un pueblo o un grupo sin líderes es como un montón de hilos que no llegan a formar ningún tejido, porque no se organizan. Tienen tanto miedo a plasmar un diseño concreto, luchan tanto por su libertad de ser "lo que cada uno quiera" que nunca se reúnen para nada ni llegar a hacer nada sólido, porque tienen miedo a adoptar una forma concreta. ¡Pero no existen comunidades ni tribus amorfas! Todas tienen un carácter, una forma concreta, unos límites y unas virtudes.
-Pero a la gente le cuesta la idea de seguir las ideas de un líder y abandonar el propio criterio -he dicho yo.
-Es que tenéis un concepto equivocado del liderazgo natural. Un líder no significa "el que manda", sino el que más sabe acerca de algo. En una comunidad natural no hay un sólo líder, sino varios: la persona que sabe más de cada tema es la líder en ese tema, por ejemplo. Pero además pueden surgir líderes temporales para acciones que sucedan en un momento puntual, por ejemplo durante una emergencia o un proyecto temporal. En una comunidad natural que tenga el liderazgo integrado de manera saludable, son las propias personas quienes señalan a los líderes. No existe un líder que "se imponga" , se autoproclame exigiendo obediencia o se haga "propaganda". Es impensable, absurdo. La propia sabiduría o conocimiento, el propio don de cada cual brilla por si mismo, pero entonces los demás simplemente lo ven, lo reconocen, honran y aprovechan, recurriendo a ese líder de cada campo del saber cuando lo necesitan.
- Entiendo...
-Es muy simple, ¿sabes? ¿Verdad que si falla la electricidad en tu casa, llamas a un electricista y no te pones tu a discutir con él, sintiéndote amenazada en tu liderazgo del hogar por su saber? No. Sencillamente reconoces la sabiduría, el liderazgo del electricista para la instalación de tu hogar, y lo dejas en sus manos. Lo mismo sucede con cualquier otro campo de la vida. Un historiador que lleve 50 de su vida leyendo libros de historia, reflexionando sobre los mismos y escribiendo sus reflexiones, es un líder en ese campo, por ejemplo, y sólo a un ignorante se le ocurriría acusar al historiador de "alguien muy preocupado por su ego", todo porque publica libros y cuando habla, se extiende y da muchos datos.

"El virtuoso de la música es un líder musical, el virtuoso de la cocina, o cualquier otro arte, también. Del mismo modo, en una comunidad de personas, el líder espiritual es quien más años, experiencias y sabiduría acumula en un camino. A ninguna comunidad nativa se le ocurriría acusar a sus ancianos líderes, con montones de Búsquedas de Visión a sus espaldas y un sin fin de experiencias vitales, de ser personas "con mucho ego", y de que cuando hablan les molesta que lo hagan "con autoridad". Porque la autoridad se tiene de manera natural cuando uno sabe mucho acerca de algo. (Uno se puede "convertir", de hecho, en una autoridad en un tema) A las comunidades nativas tampoco se les ocurriría la idea de dejar solos a esos líderes tribales naturales, alegando que escuchar sus consejos o tomarlos en cuenta es servir al ego de los mismos. Hay que estar muy perdido o ser muy ignorante para desdeñar a los expertos en cualquier tema y pretender que uno mismo sabe o puede saber tanto como ellos, así sin más.
-Pero ahora se dice que todos somos maestros.
-Potencialmente, sí. Pero "en hechos" palpables en este mismo instante histórico, no. La frase "todos somos maestros" esta siendo muy mal interpretada, y se utiliza para relativizarlo todo. Al lado de Einstein, tu no eres maestra en física, ni de chiste. Pero a lo mejor si eres maestra, a su lado, en maternidad. ¿Entiendes? Hay que reconocer el liderazgo y la maestría de cada cual y llamar a las cosas por su nombre. Y dejar de tener miedo a los líderes que asoman aquí y allá en vuestras comunidades y grupos. Ya es hora de dejar de pelearse por miedo al ego. ¡Dejad al ego en paz! Le tenéis más miedo que al demonio. Antes se acusaba a los herejes y las brujas de estar poseídos por el demonio y se les linchaba, ahora la acusación de moda es que uno tiene ego.

"Vivís en una paranoia de "que viene el ego, que viene el ego". Ya basta. No pasa nada con el ego. Sólo es un concepto. Todos tenéis ego y está muy bien tenerlo. Es sólo parte de vuestro carácter, no os va a comer si está en su lugar. Y no pasa nada por tener una personalidad fuerte. Tenéis tanto terror al ego que cuando hay alguien con rasgos de carácter fuerte a vuestro alrededor, intentáis difuminarlo, diluirlo, o lo rechazáis. Os gustaría ver a todos etéreos, diluidos como el humo o el aire o la luz. Todo sin sustancia, sin cuerpo, sin fuerza, no vaya a ser que sea el ego.

"Luego decís que os gustan los indios y llenáis vuestro muro de Facebook de "mensajes" de las tradiciones indígenas, pero ¡ellos nunca temieron al ego! Ni siquiera tenían ese concepto en sus mentes. Era un deber, incluso, cultivar los rasgos fuertes y característicos de cada persona, nombrarlos, compartirlos, bordarlos en la ropa, cantarlos y danzarlos. Si uno tenían un gran sueño de parte del Espíritu, iba y enseguida lo compartía, y la tribu lo celebraba. No le decían: "Cuidado con tu ego, quién te estarás creyendo". Y reflexionaban sobre el sueño importante que un miembro de su tribu había tenido.

"Entre vosotros, en cambio, sucede a menudo lo que pasaba entre los 11 hermanos de José, el del antiguo testamento de la Biblia. José tenía sueños "especiales" y los contaba a su clan, a su gente, pero los hermanos decían: "Qué arrogante, ¿quién se ha creído que es? Quiere dirigirnos a todos". Y llenos de envidia, decidieron matarlo. Dios había enviado a José como líder potencial para advertirlos y salvarlos a todos en la futura hambruna que se avecinaba, pero ellos intentaron acabar con él porque no comprendían el liderazgo (espiritual) natural y se sintieron amenazados por los sueños en los que José era mostrado como un líder natural. Pensaban que José les podía "robar" poder o amor paternal a ellos, así que igualaron el tema eliminando al que destacaba, al más capacitado de todos para recibir sueños proféticos e interpretarlos.

"Los indios nunca pensaron que tener un carácter fuerte y una personalidad intensa fuera un problema. Por eso no tenían tampoco un problema con el liderazgo. Agradecían que brotaran los líderes en sus comunidades y, de hecho, cuando faltaba un líder fuerte y sabio en algún campo, lo lamentaban y rezaban al Gran Espíritu pidiendo que solucionara eso. Que enviara líderes fuertes, buenos y sabios a su pueblo.

"Así, en tu sociedad hay dos grandes dolores soterrados y entremezclados en este momento, relativos a este tema: primero, un sufrimiento por carecer de tejido comunitario o tribal. Sentís su falta, os hiere y os limita y no sabéis solucionarla. Segundo, un sufrimiento debido a que vuestro liderazgo natural se ve sofocado y rechazado cuando emerge, y vivís con la represión del mismo, con la frustración de que no se os tenga en cuenta como líderes (siquiera potenciales) en el campo que mejor se os da. Esto genera incluso luchas sombrías por ser reconocidos, peleas de egos que jamás sucederían si, simplemente, os honrárais por vuestros dones, sin miedo, e hicierais lo mismo con los de los demás. Haced un círculo, sentáos, hablad de vuestras virtudes y conocimientos, mostrad vuestros dones, celebradlos mutuamente. Honraos los unos a los otros, reconocéos al fin.

"Pero vivís la tiranía de una falsa igualdad, en la que, cuando alguna cabeza sobresale por encima de una hilera de humanos, se pasa una raya para cortarla e igualar a todos por debajo. Se machaca al que más sabe, al que más destaca muchas veces ya desde la escuela, pero también en muchos grupos de adultos. Os acostumbráis a ser insultados por saber, por brillar, por destacar. O a que os hagan el vacío y no recurran a vuestros conocimientos, dejándoos solos. Sentís la frustración del libro abandonado, de la estrella que otros intentan apagar un poco, porque su brillo "molesta". Qué se ha creído esa arrogante que es, brillando así, vanidosa. O quien se ha creído fulanito que es, todo lo que busca son seguidores que le laman el trasero o le den palmaditas en la espalda.

"Fíjate que actualmente, uno de los insultos más comunes en determinados ámbitos de la llamada red virtual es "gurú", y se aplica a cualquier persona con capacidad de liderazgo ideológico. Todos vivís luego con el miedo de parecer gurús, o incluso con miedo de que vuestras palabras o intervenciones gusten demasiado a un sector y otros es "sigan". ¡Qué peligro para el ego!, ¿no? Pero no os dais cuenta del sufrimiento que esto os genera a todos, ni del inmenso desperdicio de energías que supone ir machacando cada brote de liderazgo natural cuando asoma o hace sus pinitos. Así nunca tendréis un bosque, ni un ecosistema, sino sólo un monocultivo de hierbecitas pequeñitas y constantemente aplanadas con el rodillo o segadas, para que todas sean iguales. Lo cual puede parecer muy bonito y muy justo, todos igualitos como una moqueta de hotel, pero no es la verdadera riqueza natural y, lo que es peor: es estéril e insostenible.

"Decís que queréis cambiar la sociedad pero os machacáis mutuamente el liderazgo. O lo desdeñáis. Para el líder natural, es doloroso crecer y desarrollarse y no ser tenido en cuenta, porque en el liderazgo natural va integrado el anhelo de servicio. De compartir. De dar. Y es triste verse a uno mismo lleno de dones o de conocimiento en un campo, y que el mundo parezca ignorarlo. No hay nada malo en ese anhelo de ser reconocidos. Solo en una sociedad desequilibrada y enferma como la vuestra este anhelo se convierte, a su vez, en enfermizo, debido a la intensidad del machaque y el ostracismo hacia los que saben más. Lo popular es parecer todos como niños que no saben nada. O decir siempre: "Soy un ignorante". Cuando en realidad no es así siempre, ni para todos, ni en todos los campos. Muchos sabéis muchas cosas, no pasa nada si otros lo reconocen. Ni que reconozcáis vosotros a otros líderes "en lo suyo".

"El quid del asunto es que sin vivir el liderazgo las comunidades no se sostienen, porque fallan en lo esencial. Mientras no permitáis a los líderes naturales "sobresalir" sin sentiros amenazados por su brillantez, y mientras no os sentéis a su lado diciendo: "enséñame", no avanzaréis. Dios, el Gran Espíritu, o como queráis llamarlo, siembra el mundo constantemente con "soluciones" para cada comunidad, tribu y nación. Y las siembra en el interior de los seres. Son semillas que potencialmente contienen el conocimiento de la sanación, de la transformación, de las respuestas, del cambio e incluso de la muerte de lo que debe morir, porque no se sostiene más. Pero esas semillas hay que dejarlas crecer a su aire y no atacarlas si empiezan a destacar. A sobresalir. A ser muy "características". A resultar "sospechosas de tener ego" todo porque son como flores increíbles, despatarrantes y de color rojo en un contexto de grises o verdes o azules más discretos. Se acusa a la flor roja y llamativa de querer llamar la atención, de ser soberbia, arrogante, una tirana que solo desea aplausos y admiración. Pero en realidad ella no ha elegido ser así, y además su color, su atractivo y su tamaño tienen un sentido, una función y un porqué dentro de un ecosistema.

"Queréis formar tribu, pero sin líderes reconocidos e integrados, no podréis. Porque toda tribu nace de líderes, aunque estos "sólo" sean los abuelos y abuelas de un clan. Y para integrar la realidad del liderazgo natural es necesario vivir un proceso en el cual habrá que ir abandonando el individualismo, el sálvese quien pueda, el "cada uno es su propio maestro" o el "todos sabemos lo mismo". Deberéis perder el miedo a permanecer un tiempo al lado de quien sabe más, si queréis aprender del mismo. Y el miedo a sacar a relucir lo que sabéis, y a enseñar a otros, y a desarrollar lo que os apasiona, lo que os hace brillar. El miedo al ostracismo, a la burla colectiva, al linchamiento por "empollón", por "gurú", "santurrón", "beata", "chiflado", "obsesivo", etc.

"Hasta que no superéis esos miedos a lo propio y lo ajeno, sentarse en círculo para hablar cada persona con el corazón en la mano, aportando lo mejor de cada uno, para debatir y consensuar y tomar decisiones, será una QUIMERA. Porque, sencillamente, no os atreveréis a ser y a mostraros tal y como sois ante los demás. Por muchos círculos físicos que hagáis, así paséis horas sentados hablando juntos en "asamblea", no estaréis siendo de verdad "vosotros mismos", ni sacando a relucir lo que realmente está ahí. Vuestras palabras no serán verdaderas. Ni veréis a los demás en su verdad. Y por lo tanto, no llegaréis a ninguna conclusión, o no llegaréis a las conclusiones verdaderas, y el proyecto hará aguas, o seguirá sin cuajar, o será flojo desde sus bases.

"Estáis siendo destruidos por un individualismo paradójico, construido por el miedo al ego. Por miedo a asumir un liderazgo propio, o por miedo a seguir a otro líder (lo cual pensáis que es como alimentar su ego), os cultiváis en soledad. Cada uno en vuestra cajita. Así no hay modo de tejer comunidad alguna, ni de que florezcáis como un ecosistema. Sois como plantitas en un semillero: todas soléis brotar con ilusión, pero llega un punto en que no podéis desarrollaros más si permanecéis en esa cajita separada. Necesitáis salir de la caja, ir a la tierra y estar con las demás plantitas, mezclaros e interactuar, intercambiar sustancias, energías, generando simbiosis, etcétera. El camino "siempre" solitario es quimérico y anti natural. La soledad en determinadas etapas es una cosa que incluso puede ser beneficiosa, pero no se sostiene en una vida entera porque es estéril"

...

Pues ahí queda eso. Lo voy a digerir :-)

                                                                        * * *

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