lunes, 20 de diciembre de 2021

Las religiones son como especies botánicas.

 
 
(De mi muro de face) Setiembre del 2019. 

Llevo un tiempo pensando en las diferencias/similitudes entre religiones. Un tiempo largo, desde que leí "Autobiografía de un yogui" de Yogananda y empecé a darme cuenta de cosas que me resultaban inaceptables "desde mi punto de vista espiritual" y que sin embargo eran maravillosas para miles de personas. 

Luego me leí "La experiencia prohibida" del monje cristiano José Maria Verlinde (en la foto), y entendí más cosas aun. Ahora, que estoy estudiando aspectos religiosos del judaísmo, pues aún veo más cuestiones religiosas que antes se me escapaban.
 
Como muchas personas de mi generación, adopté hace un tiempo, sin casi darme cuenta, la perspectiva de que al final todas las religiones son básicamente la misma cosa, pues conducen a experiencias de lo Divino. Me pareció que las discusiones religiosas eran tonterías del pasado, y llegué a desdeñar y ridiculizar a los cristianos que protestaban por las influencias de religiones extrañas, o a los judíos empeñados en lo suyo, o a otros diciendo "¡¡pero lo nuestro es diferente!!".
 
Es decir, no me refiero solo a que desdeñara las peleas religiosas tipo "mi religión es la mejor" porque conduce a luchas sin sentido. Lo que además rechacé fue la idea de las diferencias. Entré en un modo de mirar el mundo donde las diferencias se diluían y todo "era lo mismo". Donde lo importante era estar unidos y no hacer diferencias. Todos iguales.
 
De manera consecuente con esa idea, las religiones mismas perdieron valor a mis ojos, ya que una religión es, por definición, una serie de creencias y ritos diferenciados. Si no hay diferencias, o éstas no importan, deja de tener sentido de hablar de religiones. Es más: las religiones se empiezan a ver como un estorbo, un envoltorio secundario y tonto, y entonces lo que importa es "la espiritualidad, así, en abstracto. Porque la "espiritualidad" se concibe como algo UNIVERSAL. 
 
Las religiones, en cambio, no son universales, se mire como se mire, porque están entramadas con las matrices culturales y sociales de los pueblos donde se practican. Y como no queremos diferencias, porque no queremos luchas, pues pasamos el rodillo de amasar y pensamos: todo es igual. 
 
Pero todo esto se me fue cayendo. Es lo que tiene "oir". Desarrollas escucha interior y resulta que los Guías que me tocaron en suerte son unos tiquismiquis de cuidado, que se pasan la vida diciendo: "Esto no es como aquello. Esto es distinto. Esto en cambio sí es igual".

Cuando leí un libro autobiográfico de Yogananda me poseyeron las furias, ja, ja, al leer algunos pasajes en los que el maestro o gurú le enseñaba a Yogananda que no debía hacer caso del sufrimiento de las personas durante la Segunda Guerra mundial, o a no hacer caso del sufrimiento de muertos que veía en sus sueños. Claro, imagínate: uno de mis guias primeros es Anubis, caracterizado por justo lo contrario: ir a rescatar sufrientes y enfocar los dolores y las atrocidades. 
 
Que una aprendiza del rescate de muertos lea en un libro que si sueñas con gente ahogándose o siendo bombardeada, tienes que "dejarlo pasar" porque todo es maya, pues es como intentar que un judío practicante se arrodille ante un altar con la estatua de un dios. Mal asunto. Hay un choque ahí, no hay modo. No puedes comulgar con ruedas de molino. Descubres ahí TU DIFERENCIA. 
 
Por supuesto, mis emociones enojadas ante las enseñanzas que se destilaban del libro de Yogananda, serían vistas desde el punto de vista de esa religión como un síntoma de tener un alma poco despierta, poco evolucionada, y con mal diagnóstico espiritual: probablemente me quede apegada a este mundo, no logre desasirme de este teatro ficticio, y aquí seguiré en los infiernos, sufriendo con todo quisqui, mientras los gurús más sabios, inteligentes y elevados, hace mucho que han volado a otra parte, desde la cual continuan impartiendo a los inferiores mortales sus enseñanzas anti.encarnación. No sientas, que es malo. Total, nada es real. 
 
Leer a Verlinde (un libro duro y explosivo, cristiano y católico sin concesiones) me hizo ir un poco más allá en todo esto. Fue revelador y aprendí mucho, aunque al mismo tiempo, en una parte de sus reflexiones en las que se arraiga en la doctrina de la Iglesia para algunos temas, yo no concordaba. Así fue como empecé a pensar: nunca podré ser de esos "trascendidos", y con la compasión cristiana resueno, pero católica tampoco soy. Mejor dicho: no soy ni así, ni así. Porque al final la verdadera religión no es la que uno adopta, sino la que uno descubre que es por dentro. La que su alma "es" o decide ser. 
 
Le di más vueltas al tema comparándolo con cuestiones del chamanismo, que es un tema aparte y demasiado ramificado como para tratarlo aquí, pero ahora que estoy con el judaísmo, me paso horas leyendo "diferencias". Porque si algo tienen los judíos, es que son muy de los matices y las diferencias. No les vengas con que todo es igual, porque te mirarán pensando que no estás en este mundo, o que les quieres vender algo. Personas que estudian letra por letra y hasta otorgan significado espiritual a la forma de las letras, y creen que el simple cambio de orden de una letra, puede modificar completamente el resultado, no nacieron para pensar que "todo es igual". 
 
El judaísmo me recuerda a la física y la química, a veces. Algo como muy de enfocar las cuestiones moleculares, las diversas mezclas, y observar resultados. Tal vez por eso el pueblo judío ha dado tantos científicos, no lo sé. Aunque también tiene su lado musical y si ves un grupo de religiosos rezando, flipas de lo pasionales y exaltados que se ponen... Al mismo tiempo es una religión muy centrada en materializar, en vivir la vida cotidiana, en estar en el cuerpo y hacer cosas con el cuerpo. 
 
El gran ideal de la religión judía es que la materia exprese lo divino, es decir: vivir el Cielo en la Tierra. Dentro de este marco de creencias, por lo tanto, todo lo que hacen los cuerpos se considera que tiene un efecto en el mundo espiritual, y viceversa. No hay separación, o no debiera haberla, y el trabajo espiritual es precisamente ir desbrozando lo que impide la vivencia de lo sagrado en lo cotidiano. Por eso los judíos no conciben una vida monacal o separada de las vivencias "naturales" de la humanidad. 
 
Son 3 pinceladas nada más, las que hago, saltando de Yogananda a Verlinde y luego a los judíos. (Me dejo a los chamanes por imposibilidad de elegir uno que los represente a todos, tendría que pensarlo mucho) Podría hablar bastante más de cada libro leído, pero este post sería infinito. El tema es que últimamente voy perfilando más todo esto y he tenido una claridad gracias a mis Guías quienes, dicho sea de paso, a veces se definen como "Jardineros" de la humanidad. 
 
Y es desde su óptica jardinera que me han dicho que es todo muy simple: las religiones SON LO MISMO solo en un sentido: contienen algo parecido a la savia de las plantas, que sería algo asociado con la "energía" (Dios) que nos da vida. Hay otras cosas que son universales en todas las plantas, como la necesidad de elementos tipo agua, sol, tierra y aire. Eso sería, entonces, lo universal a todas las religiones. Cada una habla de eso a su manera (aludiendo a la "luz" espiritual, y a distintas prácticas para vivirla) 

Pero el resto ya no es exactamente igual, y por el contrario, existen montones de diferencias o matices a realizar entre las religiones.
 
Un jardinero ¿qué es, sino un experto en especies vegetales? ¿Cree un jardinero que todas las plantas son iguales y que todo es lo mismo? Bueno, si creyera eso, no las podría cuidar adecuadamente, porque cada especie vegetal necesita unos cuidados específicos. A lo mejor el jardinero plantaba en el mismo sitio al cactus y al nenúfar, y mataba a las dos o les causaba SUFRIMIENTO. Por eso existe la religión del nenúfar y existe la religión del cactus, y entonces es bueno SEPARAR. Que cada una siga sus buenas prácticas, y así cada alma florece en su sustrato ideal. 
 
Es así como mis Guías me han mostrado su perspectiva sobre las religiones: no solo son útiles como caminos DIFERENTES que pueden atender necesidades DIVERSAS de las personas, sino que nunca pueden ser sustituidas por una "espiritualidad sin formas" o "universal". Salvo que entendamos que es mejor no estar encarnado y dejar todo en "el aire de las ideas". 

Porque en cuanto practicas algo, ya lo conviertes en religioso. Incluso aunque tu religión sea la tuya propia y no se parezca a ninguna de las "organizadas". 
 
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Las religiones organizadas tienen sus pros y sus contras, sus virtudes y sus defectos, COMO TODO en esta vida de dimensiones limitadas, en el marco del espacio tiempo que conocemos. Quien busca la religión perfecta, es como quien busca la persona perfecta y si no la encuentra, entonces lo arregla diciendo que el amor es universal y ya está. Que mejor no apegarse a nadie concreto porque eso trae desengaños. 
 
Hay quien piensa: "Todas las religiones se equivocan en cosas, por lo tanto ninguna sirve de nada, mejor que desaparezcan". Bueno, este es un camino que no es jardinero. Las plantas tienen sed y sufren, pero miras a otro lado porque total, qué mas da. Que se adapten las plantas y vivan lo universal, y si se mueren qué importa, a fin de cuentas trascienden, ¿no?
 
Me doy cuenta de que mi visión y la enseñanza que mis Guías me dan, por lo tanto, es muy concreta y definida, y no es "universal". Porque Ellos tienen una opinión sobre las cosas que en lugar de relativizar, concreta. 
 
Tal vez no sea, por lo tanto, una visión objetiva. Porque tiene sesgo. Yo lo explico por compartir mi perspectiva y suscitar contrastes y reflexiones, no por nada más. Lejos de mí querer convencer a nadie. Soy muy poco objetiva, creo. 
 
Pero entiendo que tomando el ejemplo de la botánica, para algunas personas, lo mejor es creer otras cosas y "aferrarse al desapego", valga la paradoja. O entrar en caminos donde "todo es igual" porque tal vez esa es la parte de la existencia que necesitan enfocar o vivir.
A fin de cuentas, cada alma tiene su historia y sus momentos. 
 
Tal vez todo tiene que ver con el tiempo de cada alma y de cada cosa. En el marco de tiempo lineal de la existencia, importa mucho vivir cada cosa, en su orden. El embrión dentro del útero, el bebé que nacen, son deseo puro y su "bien" es vivir eso. Para eliminar su sufrimiento, cuando lo hay, el camino ideal es mejorar sus condiciones de vida con su madre. 
 
La sonrisa beatífica de un bebé dormido en el pecho de mamá, cuando todo va bien, se compara a veces con la sonrisa de un buda. Pero si nos fijamos, esa sonrisa de bebé se alcanza por la satisfacción profunda del deseo, por el bienestar físico, por la seguridad. Justo lo contrario que el camino del Buda.
 
Por lo tanto, el camino de ambos NO ES el mismo. Pero tal vez exista un momento adecuado para ser bebé y otro para decir: "Uf, bueno...voy a ver si trasciendo esto un poco". Edades distintas, etapas distintas. 

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En mi opinión, el estudio de las diferencias es importantísimo, si queremos cuidarnos mejor unos a otros. Y si queremos respetar al otro. Porque aunque un número de personas buscan la unión en lo esencial, muchas otras necesitan y desean que se les respete y cuide en lo que tienen de distinto.
 
Cuanto más afinamos en el estudio de las especies botánicas, mejor tratamos a las plantas que cuidamos. Pero si nos obcecamos demasiado con las diferencias, podemos perder de vista el conjunto. Mirar lo esencial también es necesario y tiene su lugar.
 
Si me preguntan entonces cómo "elegir" religión o camino, diré: 

No se elige, se ama o no se ama un camino. 
Se es, o no se es. 
Eres la planta que eres.

Y aún diré más: estás en la etapa que estás y deseas lo que deseas. 
Conócete a ti mismo y sabrás. 
El resto es elucubrar.

 

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