miércoles, 22 de diciembre de 2021

Dichoso poder. (El chamanismo del amor)

(Pintura de James Cameron Cutri)

(De febrero del 2018)

 Poder, poder, poder... La Tierra está saturada de personas que andan caminos chamánicos y se relacionan con Ella buscando "poder". Que si "lugares de poder", que si "plantas de poder", que si "piedras de poder" ...

Haz el amor con tu Tierra y tendrás Eternidad, un estado de amor que te acompañará día y noche, a las duras y las maduras, en la salud y la enfermedad, en la alegría y la tristeza, en el despertar y en el momento de morir.

Amor, qué pocos buscan el amor. El amor con la Tierra, el amor hacia la Tierra. Pero si lo encontraran, descubrirían que no hace falta nada más. Porque además, cualquier poder verdadero en esta Tierra está asociado al amor con Ella y el resto de elementos. Y no se le puede llamar entonces exactamente "poder", ni mucho menos "poder personal", sino "caminar de acuerdo con la Tierra". Vivir unido a Ella. No hay entonces "poder", sino "acuerdo en el amor".

Y quien dice Tierra, dice Dios, porque la Tierra es la parte densa de Dios.

¿Qué pasa, entonces? ¿También te relacionas con tus seres queridos en base a obtener poder, acumular poder, buscar poder...? ¿O quieres estar bien con la otra persona, caminar en armonía, vivir el amor y cuidarse? Pues haz igual con la Tierra.

Poder, ese es el punto por el que "cayó" en distorsión y tinieblas también parte del chamanismo. Es su punto flaco, su sombra. En origen nada más había asombro, enamoramiento, fusión amorosa. Luego el ser humano se fue alejando de esto y empezó a buscar nada más "poder". Y entonces surgió el chamanismo que se define como "un camino de poder".

Me importa un pito el poder. Me acuesto cada noche pensando que igual me muero, pero estoy en una fase que me empieza a dar igual morir que vivir. La balanza empieza a estar extrañamente igualada. Entonces, ¿qué queréis que os diga? Que no tiene precio irse a dormir sintiendo que a lo mejor te mueres durmiendo, pero estás siempre abrazada por la Madre en su aspecto Tierra. Que las piedras de tu casa te cuidan espiritualmente y te miran bien. Y que si por un suceso "x" la palmas de repente, pues allá se irá tu consciencia desparramada, al suelo y las piedras que amas, para seguir estando unida a esa materia amorosa.

Y es que la mejor manera de saber en qué situación espiritual estás, es pensar: ¿Qué pasa si me muero ahora, o esta noche? Contrastar con la Muerte es la prueba del algodón, eso no engaña.

Y no hay donde escaparse de la materia, de la Madre. Está por todas partes. No hay lugar donde no se pueda vivir ese amor. Para qué quiero entonces buscar un poder personal. ¿Qué haría yo con eso? Pero si ni siquiera sé si es mejor vivir o morir, o, a veces, no sé si es mejor dejar pasar las cosas o ponerse a hacer algo diferente, y se lo tengo que preguntar todo a la Tierra y su respuesta nunca es como yo pensaba. Si ni siquiera sé lo que es mejor para cada cual y dependo de que los Guías me lo digan todo, como una niña pequeña. Si me dieran poder "personal" ahora mismo no sabría ni qué hacer con él. Como si me dan un arma mágica, o un lingote de oro, o una nave espacial. Quita, quita, ¡qué problema sería eso! ¡Dónde lo meto, cómo lo cuido, qué hago!

Qué trabajo da el poder. Qué de preocupaciones. Que si lo pierdo, que si me lo quitan, que si me lo dan, que si me lo quieren robar. Que si lo acumulo y ahora tengo más, que si se me escapa y ahora tengo menos. Joder, qué estrés. Quita, quita, quédate tú con el poder personal, yo paso. Na´más me falta esa preocupación. Con lo bien que vivo con mis piedras de las paredes y mi hollín y mi cuerpo cansado que dice: Bué, si muero, morí, no pasa nada ya. Total, lo más importante está hecho ya, y de todos modos no lo hice por buscar poder sino porque me enamoré. Y sigo enamorada perdida.

Me preguntaba el otro dia alguien cómo puedo escribir tanto, cómo pude sacar todos los libros que he escrito (van por 19, y sigo escribiendo) La respuesta es que me enamoré del mundo sagrado. Y sigo enamorada. Y yastá.

Ahora también dibujo, pero es por lo mismo. Me hago la maestrita con pizarrita, pero es por estado amoroso, por jugar con nuestros niños interiores y hacer las cosas más simples, y de paso complacer a mis amantes energías sagradas, difundiendo un poco lo que dicen. Nada más. Si lo pensara desde el poder no haría nada. No me levantaría ni de la cama.

Yo no quiero poder. Yo nada más me conformo con estar (unida) con mi Verdadera Mamá y mi Verdadero Papá. Y hago el amor con la Tierra. Me deleito en la Sagrada Materia. Si aquí me quedo, aquí me recogerán los átomos divinos, que también son los míos, o lo que sea. Fin de la historia. Fin del "problema" con el "poder".

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