martes, 21 de diciembre de 2021

Honor a las Víctimas.

 

                      
 


(Post destroyer-tocapelotas)

Como nos han dicho o hemos leido que no es muy espiritual estar triste, y que deberíamos estar siempre alegres y eso es señal de estar cerca de Dios, los "espirituales" aprendemos a reprimir las muestras de tristeza profunda. Nos negamos a escuchar partes del ser que a lo mejor solo se quieren morir porque sienten que no pueden más. Y eso solo es alimentar el desastre.

Mi experiencia (sobretodo con la crisis de anemia que viví hace un año) me ha enseñado lo peligroso, letal y despiadado que puede ser el llamado pensamiento positivo, y de paso, toda esa espiritualidad que se predica en la que solo puedes estar alegre y no quejarte. Es tan poco real y tan forzado. ¿Quién realmente está en ese nivel, quiero decir de manera continua? La vida tiene subidas y bajadas, es onda y es latido. Cristianos: si hasta Jesús se sintió "abandonado" por su Padre, ¿os vais a creer más que Jesús? Venga, no me hagas reir.

Yo ya no me creo nada de todo eso. Pienso que se confunde el ideal, con lo real. El ideal es como un faro: su luz está ahi y te enseña el camino. Y el ideal es verdad, pero una verdad "en su nivel". Tú no eres el faro y estás abajo, en el mar, en otro nivel, bregando con olas, corrientes y nieblas. Saber ver las cosas en su nivel es lo sabio, confundirlo todo trae desastres.

Hasta el corazón late, llenándose y vaciándose. No existe una permanencia posible, para un ser humano promedio, en la "alegría perpetua de Dios". No es creíble. Generalmente esto se adopta como impostura inconsciente, a costa de reprimir los aspectos deprimidos o tristes del ser. Porque uno quiere ser bueno y no ingrato, y parece ingrato quejarse de la vida o de Dios.

Si Dios está en todo, decimos: entonces todo es bueno. Y luego tomamos ese ideal escrito, esa cosa mental, y la aplicamos a nuestras emociones, forzando a todo lo triste o incluso a lo desgraciado a mantener la boca cerrada. 

Otra variante es decir: "La Vida es perfecta, todo está bien como es", (cambiando Dios por Vida) Y eso, aunque sirve como estrategia para aguantar y no derrumbarte mientras no te queda otro remedio (como cuando no piensas en el dolor de algo para poder seguir adelante), no es bueno sostenerlo de manera permanente. En algún momento hay que detenerse, y "soltar" la verdad contenida adentro.

Hoy pienso que la alegría tiene su momento, y la tristeza otro. Y que hay también niveles y grados de cada una. El mundo más elevado, la Unidad, tal vez esté siempre feliz. Pero aquí, en la materia, hay días y hay etapas.

Escuchar a mi parte deprimida hace un año me ayudó más, al final, que no hacerlo. Había prestado más atención a mis enfados que a mi tristeza. Me he estado identificando con una mujer gruñona, y eso da libertad a mi enojo y así lo ventilo mejor. Pero no me identificaba con una mujer triste o deprimida. Eso está muy feo, no me gusta, no lo quiero----> Pues mira, igual ya está bien de hacer ascos a la tristeza, y toca llorar y lamentarse. Lamentarse, sí, palabra muy incorrecta hoy en día.

Hay también mucho discurso contra el "victimismo" y las "víctimas" pero de nuevo, se confunde el ideal mental superior, con la realidad. La realidad del dia a dia, es que eres víctima a veces. Lo puedes llamar de otra manera, pero cambiar las palabras con las que se llama algo, no anula su existencia. Las puñaladas por la espalda las hacen personas en rol de verdugo, y las reciben víctimas. Subvertir los términos es confundirlo todo y encima, revictimizar a las víctimas. Si una persona va con un hachazo en la espalda superando sangre y pus, y le dices: "Mira, te lo has hecho tu mismo, nadie te ha dañado", eso es dar un mal-trato al herido.

Si no llegas a decir "Me han apuñalado por la espalda, soy víctima", no lo vas a poder ni superar, porque no lo vas a procesar. Negar el estado de víctima es como negar que te han herido y estás perdiendo sangre. Estupendo: no hay dolor, nadie me ha hecho nada, estoy bien, yo puedo.
Sigue así y verás.

El victimismo sería no querer pasar página nunca de las heridas y sabotear el tratamiento hospitalario para no curarse y así, seguir siendo víctima. O atacar a quien te está ayudando, odiar a quien intenta ayudarte porque tiene torpezas o no es suficientemente bueno, como ese tipo de enfermo soberbio que agrede al médico o insulta a la enfermera, y busca seguir sintiéndose víctima de todo, aunque los demás hagan lo que pueden por ayudarle. Cosas así. 

Es casi imposible ayudar a alguien anclado en el victimismo, pues va asociado a la arrogancia, a un sentimiento de superioridad moral frente al otro. Tendrías que ser Dios (suficientemente eficaz y milagroso) para ayudar a alguien que desprecia las limitaciones de los que tratan de ayudarle. Se me ocurre que tal vez ese es el secreto anhelo de los victimistas: que Dios se les aparezca y les ayude en persona. Ojalá se cumpla su deseo y encuentren así la paz que necesitan.

Pero el victimismo es MUY distinto que reconocerse víctima, y no se puede reducir las dos cosas a lo mismo, tapando a las víctimas o negando su existencia, todo por miedo al victimismo. 

En cuanto al tiempo de recuperación, depende de cada caso y cada persona, y andar juzgando lo que tarda cada uno en sanar, es despiadado y casi siempre, errado. Desde afuera se ve muy fácil todo. Carga un rato con la cruz del otro, siéntela, y luego me lo cuentas. Antes de acusar a alguien de quejica, vive en su cuerpo, siente lo suyo. Si no, mejor te callas.

El quid que aprendí, es que no solo rechazamos sentir la cruz del otro (es decir, de la otra víctima) sino que en el rechazo al rol de víctima, tan desprestigiado hoy en el discurso "espiritual" moderno, y en el terapéutico, ni siquiera queremos cargar con nuestra "cruz". Es decir, nos disociamos de nuestros padecimientos particulares. Pero todos tenemos de eso. No me creo al que diga que la vida nunca le ha dolido, y que nunca nadie le ha hecho daño. Tal y como está la humanidad de extraviada y ciega, tal como nos crian, tal como crecemos...no me lo creo.

Así que si no puedes decirte a ti misma "He sido víctima" con todas las letras, y mirar tus heridas aún sangrantes, no te curas del todo. Salvo que alguien compasivo te vea todo eso y te ayude. Como el compañero africano del protagonista de la peli "Gladiator", que le cura heridas mientras el otro está en las últimas, agusanado y enfermo.

De hecho, voy a usar esa escena de la película para ilustrar mi reflexión, y distinguir entre víctima y "victimista". Máximo es una VÍCTIMA real, y que nadie me venda la moto de que "se lo hizo a si mismo" o que "no existen verdugos" y "la Vida es perfecta-todo es guay y perfecto". A tomar por culo ese discurso. Ahora va a ser que Roma fue una hermanita de la caridad. Anda ya. Victimista sería si Máximo maltratara, o atacara al africano que le está ayudando por bondad, por nobleza de alma. O si no quisiera ser curado. Esa es la diferencia entre victimista y víctima. 

También se dice que las víctimas son malas porque quieren que la gente se posicione a su favor. Hombre pues claro, no te jode. A ver si encima tus amigos se van a posicionar al lado del verdugo que te apuñaló por la espalda. O al lado de Roma, en este caso.

"Gladiator" gustó tanto, en parte porque el víctima de buen corazón, consiguió amigos buenos que, desde las bases más despreciadas de la sociedad, se posicionaron a su lado contra el tirano de Roma, con todo lo que simboliza la Roma corrupta. Porque en el fondo todos soñamos eso, lo deseamos: la lealtad, la amistad, y que quede claro lo que no queremos en nuestras vidas. Pero luego hay todo ese discurso progre-espiritual que incluso se infiltra en las terapias, de "no hay víctimas" y "no hay que posicionarse". Anda ya, por favor.

Cobardía es lo que veo en esto. Y mucha confusión. Querer contentar a todos y no perder relaciones. Pero si a tu amiga la maltrata su pareja y te viene con el ojo morado, y no te posicionas contra su verdugo, eres vil amiga, cobarde, o no te estás coscando de nada (que también puede ser) Si a tu amigo lo encarcelaran por sus ideas y lo torturaran en la cárcel, y no te posicionas contra los verdugos y el poder que lo hizo, vaya amigo que estás hecho. Y se aplica a cosas más pequeñas.

Yo me posiciono contra los traidores, y los tiranos, y me pongo al lado de los dos supervivientes del vídeo que os enlazo, y que los que hayais visto la película, reconocereis muy bien. Amistad entre perdedores digna de verse. Amo a ese hombre que aunque está esclavizado, me parece más noble y libre que muchos! 

Amor a la Sagrada Defensa y a sus almas guerreras honestas, hasta el fin.


 
 

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