lunes, 11 de marzo de 2013

Sobrevivir al Genocidio (actual)



(Pintura de Brian Bershisnik)

Pero bueno, a fin de cuentas estoy escribiendo con el nombre de Urbóreas. Es un nombre chamánico que, como en cualquier tradición de éstas, me fue dado "por los espíritus" para que recordara parte de mi identidad espiritual, de mi origen sagrado, y de mi vocación esencial. O sea que ahora voy a dejar de lado el lenguaje del hemisferio izquierdo y pasaré al del derecho, para que mis lectores no se aburran ni decepcionen. ¿Qué es lo que me han dicho mis Guías Espirituales acerca de todo lo dicho en la entrada anterior (El Buen Mal y su Plan de Salvación)?

Bueno, la cosa tiene su miga porque en mis estados de trance, lo que he oído y visto -ya hace años- señala en la dirección que he explicado en el anterior capítulo, pero como soy -en parte- hija de la civilización, mi parte racional se ha resistido a creer este mensaje hasta que no ha reunido la suficiente información "astronómica" o contrastada, por así decirlo. O sea que sí, de acuerdo, soy chamana pero ¿qué queréis?, vivo en una sociedad que no comparte las premisas indígenas y chamánicas, y por lo tanto nado a contracorriente.

Lo cual quiere decir que, ante cada visión que pudiéramos tildar de "profética", lo primero que vivo es un impacto en contra de ésta, producido por las ondas de energía/consciencia de la sociedad que me rodea, contrarias a creer el mensaje de los sueños y demás. Algunas personas de las que me leen viven en otras partes del mundo, en comunidades donde sí se aceptan las premisas chamánicas, así que no vivirán esta misma dificultad para integrar el conocimiento ofrecido por el hemisferio derecho. Pero yo, la verdad, si exceptuamos a mi pareja, en este camino estoy más sola que la una. Sólo rara vez y temporalmente he podido convivir con algunas personas que compartían mis puntos de vista sobre el mundo y su naturaleza, pero por lo general soy tan rara, tan extraña en mi medio, como un gran pájaro exótico en medio del Paseo de La Castellana, Madrid, o como una flor edelweïss apareciendo en el pico de un rascacielos, en Manhattan. Lo cual implica que mi "medio" no apoya e impulsa mi camino, al contrario. Tengo que luchar siempre por mantener mi energía en la dirección que quiero, por lo tanto es natural que, en estas circunstancias, me cueste integrar adecuadamente lo percibido desde otros estados de consciencia distintos al habitual.

Pero decía que ya hace tiempo que se me viene advirtiendo de que, en lugar de iniciar una era de paz, armonía y prosperidad planetaria, tal como muchos creen en el mundillo de buscadores espirituales, crecimiento personal, etc, vamos a entrar en una era de caos, oscuridad y debacle que sólo cuando termine, eso sí, podría dar paso a un renacer. Pero para eso falta mucho tiempo, -¡nada menos que generaciones!- y mientras tanto, ¿cuál es el plan de mis Guías?

Que sobreviva y logre retransmitir un legado espiritual a las siguientes generaciones para que no se pierda. Sí, que sobreviva. Nunca me han hablado en otros términos. Nunca me han dicho: "Oh, no te preocupes, pronto vas a nadar en la abundancia porque tu sociedad florecerá, la visión espiritual de la gente cambiará y los poderosos se iluminarán". 

Es más, cuando les he preguntado qué pasa con las famosas profecías sobre esa Nueva Era en la que supuestamente empezamos a entrar en el 2012, me han dicho -siempre- que de lo del 2012 mejor me olvido (de ahí que yo no celebrara nada especial este diciembre), que todo este asunto está muy mal interpretado, y que de todos modos, ningún cambio de consciencia, máximo cuando partimos de la situación global de la que partimos, contraria a este cambio, se puede producir sin lucha. Porque el poder que maneja el mundo se va a debatir, ya que no quiere el cambio. Entonces, dentro de generaciones sí será posible un florecimiento global, pero no ahora. Ahora lo que viene es un equivalente a un Apocalipsis o Final del Mundo, con toda su orquesta a bombo y platillo y efectos especiales a tutiplén. Tiempos oscuros. Dificultad. Guerra.

Esta perspectiva me resultó deprimente en un principio, porque yo esperaba otra cosa. Pero mis Guías me dijeron que no debía verlo como algo negativo en sí mismo. Si entendemos que cualquier cambio global implica luchas y movimientos oscilantes del péndulo de las tendencias (de un extremo a otro, buscando el equilibrio) es lógico y natural que se produzcan efectos de rebote, tensiones y conflictos. 

Actualmente, sólo se podrá vivir esta Nueva Era en comunidades locales y pequeñas, como un micro avance de lo que podría llegar a ser en un futuro, pero en términos globales no, y además es imposible. Sé que la palabra "imposible" rechina en los oídos de los "creyentes" de la Nueva Espiritualidad o Nueva Era, porque creen firmemente que lo que deseas, lo consigues (y ellos concentran visualizaciones positivas y esfuerzos para transformar el mundo y hacerlo ya) pero yo no creo en esa religión. Yo soy chamana, y una chamana siempre es independiente, no se cree las cosas porque las digan otros, sino que bucea en los mundos internos y externos buscando su propia visión. 

Bueno, como también me leen algunas personas no entendidas en estos asuntos, diré que la base del chamanismo es la capacidad (entrenada) de entrar de manera voluntaria y controlada en un estado de conciencia donde se activa otra forma de percibir la realidad (hemisferio derecho, etcétera), para recabar información distinta a la que los sentidos otorgan normalmente, y luego, "regresar" al estado normal e intentar integrar ambas percepciones o realidades. Eso es el chamanismo, en esencia. 

O sea que, para hablar con propiedad, yo sólo soy fiel a lo que percibo personalmente, a lo que logro integrar de un modo u otro, y por eso no desdeño ni la información del hemisferio izquierdo, ni la del derecho. Pero también, por esa misma razón, puedo tardar años en tener una completa claridad sobre algo. Integrar las dos maneras de percibir no es cosa sencilla. Es más fácil hacer lo que hace la mayoría: desdeñar una parte del cerebro u otra. Despreciar al hemisferio derecho, o al izquierdo, a lo científico o a lo místico/espiritual, etc.

En fin, que hace unos días, los Guías me pidieron que viera la película "la Lista de Schindler". Sí, parecerá mentira, pero aún no la había visto (llevo muchos años desconectada del cine). Me temí que su petición tuviera que ver con remover, una vez más, asuntos de muertos o tragedias judías, temas que surgen cíclicamente en mis trances. Pero no fue exactamente eso. En un momento dado de la película, empecé a empatizar con la debacle que veían mis ojos y me pregunté cómo sería vivir un genocidio así. Cómo intentaría salvarme, o salvar a mi hijo, cómo puede reaccionar un ser humano tan acorralado, qué opciones reales tiene, etc. 

Y, cada vez más angustiada, pregunté internamente a mis Guías si me habían pedido que viera la película porque iban a volver los nazis de un modo u otro, si habría algun grupo humano que persiguiera a otro como a conejos (no soy judía, pero me puedo imaginar perfectamente una persecución política o de otro tipo) La respuesta de mis Guías me dejó helada: "Ya está empezando un Genocidio. Ya hay un Genocidio en marcha en tu sociedad. Y tienes que sobrevivir."

Me quedé parpadeando, rebobinando la frase. ¿Perdón? ¿De qué genocidio me estaban hablando? Yo no veo ninguno.

La respuesta vino en forma de "pack" condensado de información y se resume en todo lo que he contado en la anterior entrada, sobre la reducción de la población mundial (Entrada titulada "El Buen Mal y su plan de Salvación") De repente até muchos cabos y tuve una sensación de verlo todo bastante claro, aunque me faltaban (y me faltan) aún muchas cosas por procesar. Entonces, aturdida, les pregunté:
- ¿Y cómo se puede luchar contra este genocidio?
- No desperdicies energía luchando contra esos nazis, porque no tienes la más mínima posibilidad. Es demasiado tarde para detener lo que está en marcha. Es como una ola que empieza a romper, y lo único que tú puedes hacer es dejar que pase y desgaste su fuerza por sí misma.
- Entonces ¿qué opciones tengo?
- Sobrevivir es la victoria. No esperan que sobrevivan determinadas ideas, ni determinados linajes de conocimiento y sabiduría espiritual. Lo que esperan es que toda esa gente, generalmente pacífica, desaparezca junto con su visión espiritual del mundo, porque esta visión resulta molesta para sus planes. Por lo tanto, la victoria es sobrevivir para retransmitir tu legado, de manera que todo lo que has llegado a comprender, a ver y a saber, más el legado ancestral que llevas en la energía sin aun ser consciente de ello, no se pierda. Esto es válido también para muchas otras personas, claro está. Sobrevivir es llevar la contraria a ese poder genocida. Si lo logras, ya habrás ganado, y contribuirás a las posibilidades futuras de renacer.
- Entiendo, pero ¿cómo puedo sobrevivir, si la situación en España ya está muy mal de por sí y me auguráis muchas veces que irá a peor? O mejor dicho: ¿Cómo puedo lograr que mi hijo y otros niños lleguen a adultos en condiciones dignas, sin traumas tales que se pierda toda posibilidad de un renacimiento futuro?
- No te desgastes en batallas. Escóndete.
- !!¿Esconderme...?!!

Ay, esto atenta contra mis más firmes prinpicios. Me parece feo, cobarde y vil. Sueño, he soñado con "salir a la luz" y brillar como un sol, pelear, guerrear de algún modo, y sin embargo me dicen que me esconda. ¡Hay que joderse! Pero añaden:
- Si piensas sólo en ti misma y en tu satisfacción personal, entonces lo de salir y brillar como un sol que mueva a miles de personas a su alrededor es una buena opción. Pero si piensas en las siguientes generaciones que -en parte- dependen de tí, entonces esconderte es la mejor opción. Deberás, en su día, volverte invisible, e incluso deberás esconder tu legado para que no sea profanado. Serás como esos sabios de otras tradiciones que, en una situación de invasión, expolio y destrozo, encriptaron en la energía de piedras, plantas o paisajes sus conocimientos y visiones, para que fueran recuperados por las futuras generaciones a su debido tiempo.
- Muy bonito, ¡pero no me gusta! ¿No hay otra opción?
- Siempre la hay: entregarse a lo que sea sin elegir, fluir con lo que venga sin tener preferencias por ningún camino. Volverte tan "zen" que no te importe lo que suceda, y que morir, vivir, o sobrevivir en cualquier manera te la traiga al pairo.
- Ya, pero esa opción tampoco me convence. Me gusta lo de transmitir un legado a nuevas generaciones, preservar la vida, sobrevivir y cuidar a mi hijo, etc.
- Lo sabemos, por eso te decimos que sobrevivir "en condiciones dignas" tendrá que ver con volverse una entre los demás, y no llamar la atención como "chamana" y tampoco como "persona demasiado rara o rebelde al sistema". Aún hay un margen de tiempo para moverse (unos años) pero más adelante la cosa se pondrá peor para la gente como tú. Tendrás que marcharte, en determinado momento, a algún lugar igualmente no llamativo, que no esté señalado en el mapa con trescientas flechas pintadas de rojo diciendo "Este es un lugar especial, nido de rebeldes anti sistema" o cosas así. ¿Queda claro?
- Más o menos, pero...Si toda la gente que sabe o vé ciertos asuntos se esconde, ¿como van a cambiar nunca las cosas?
- No todo el mundo hará lo que tú. Muchos tienen otra vocación y saldrán al campo de batalla, brillarán, liderarán acciones revolucionarias de mayor o menor envergadura e influirán en el resultado final. Pero tú tienes un legado precioso que debes cuidar. Tu "misión" es otra.

Por supuesto, mi hemisferio izquierdo se impone otra vez y lucha contra esto. No quiero creérmelo. Recabaré más información. Y seguiré buscando visión en nuevas ocasiones, de nuevas maneras, por si lo que he oído está distorsionado o es fruto de cualquier engaño mental. Pero no puedo evitar darme cuenta de que mi rechazo a creer esto puede ser un handicap para afrontar con entereza "lo que viene", si es que "viene". Veremos.

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