lunes, 1 de agosto de 2016

Para sanar a Europa.

(Arriba, pintura de Marlis Laduree)
 
Mi camino espiritual y chamánico siempre ha estado estrechamente vinculado a la escucha de la Tierra y la sanación de diferentes aspectos de la misma, como por ejemplo el vínculo del ser humano con Ella. Es una relación profunda, desde el corazó (centro del pecho) y siempre inspirada por energías que identifico como más sagradas. Así, he vivido sueños y visiones internas con la Tierra como ente global, pero mi sorpresa fue grande cuando las visiones y "voces" internas me fueron conduciendo hacia la contemplación de lo que podríamos llamar "Tierras Locales" que, como sucede con las partes de un cuerpo, a pesar de formar parte de un unico "todo", cada una tiene diferentes tonos, caracteres o acentos. Y cada una tiene su historia particular y sus historias.

Así, a lo largo de los años, fruto de las sensaciones internas surgidas en trances de oración y sueños, se me ha ido formando una perspectiva muy particular acerca de la esencia espiritual de la Tierra Local que es el contiente europeo. Y se ha ido despertando en mí un sentimiento de identidad profunda asociada a ser "hija de Europa" en una parte de mi ser, aunque también y por supuesto sea hija de la Tierra global y luego, de las diferentes Tierras Locales de España. Pero es que esto de las "tierras" , territorios o paisaes tiene su miga.

Como en otras partes, la tradición espiritual europea GENUINA u "originaria", enseñaba y sanaba a través de narraciones. Europa es tierra de miles de cuentos, de mitos y leyendas en profusión portentosa... Tal vez por eso, cuando en los trances se me han indicado caminos para sanar el sufrimiento que la Tierra continental Europea tiene enquistado, todo ha surgido en forma de historias y mitos. Y eso es lo que puedo compartir. Tomad este escrito como una narración alegórica destinada a hacer vibrar verdaderes profundas, nada más.

...

Los que crearon la bandera de Europa no supieron conscientemente que estaban reflejando la verdad de la esencia de este continente: la unión de las estrellas con la Tierra. Porque desde una perspectiva mítica (pero también energética) Europa, en su esencia, es como una mujer "amada de los dioses" del Cielo. Una mujer coronada de estrellas...

Algunos mitos reflejan esto, aunque si es cierta la perspectiva que yo he recibido, no han sido bien interpretados. Europa, en el mito griego, era una mujer "raptada" por Zeus, dios celeste, pero ésto no debe interpretarse como un rapto forzoso, en plan violación machista, sino como un "rapto" en el sentido ANTIGUO del término: trance de éxtasis, arrobo, elevación. ¡Es muy interesante rastrear el significado original de las palabras, y darse cuenta de que el cambio de un término puede cambiar por completo el sentido de una leyenda!


Europa sería, entonces, como una mujer o entidad terrestre femenina que recibe la visita del Cielo y entra en éxtasis espontáneamente. Se produce una unión orgásmica-espiritual de la Tierra (simbolizada como una mujer) con el poder fecundador del rayo del Cielo (simbolizado por Zeus y sus "rayos", nada que ver con el personaje vulgar en que se convirtió luego, en la mente humana) 

El hecho de que Europa cruce el mar Mediterráneo a lomos del toro, es otro poderoso símbolo de las aguas salvajes y repletas de vida, de la fertilidad de esa unión, que lejos de ser "seca" o árida implica un viaje fantástico y victorioso cruzando un mar maravilloso. Aquí el toro-Zeus simboliza la fuerza capaz de vencer obstáculos y de cruzar "mares" , pasando de un mundo a otro, de una dimensión a otra, de una etapa vital como "tierra/mujer" sola y sin frutos, a una etapa de mujer/reina que da vida en abundancia. Porque la leyenda cuenta que el "toro" dejó a Europa en Creta, donde tuvo 3 hijos fruto de esa unión, y donde terminó siendo reina.


El toro blanco tiene otro profundo sentido: el toro es también un símbolo de la Tierra, o lo terrestre, pero el color blanco se suele asociar al Cielo en nuestra cultura, de manera que con la imagen de un toro blanco se simboliza un acto: el Cielo "desciende" y se pone a la altura de la Tierra, para poder unirse a Ella y actuar en Ella para su beneficio. 

El poder del Cielo, humildemente, se "animaliza" para estar en una onda o materia compatible con la de la Tierra y poderla "tocar" y "fecundar" de algo nuevo (vida, en definitiva). Europa no podía salir en pos de las estrellas, pero las estrellas sí podían enviarle su luz. 

De manera que el Cielo se vuelve "terrestre" por amor. No exige, arrogantemente, que la Tierra ascienda hasta sus alturas, desciende Él aunque para ello tenga que cambiar de forma y hacer algo que, a ojos de los endiosados y soberbios, sería "rebajarse". Pero es que el verdadero poder del Cielo es un servidor de la Vida y es humilde... Hacerse pequeño y hacerse de tierra para ser accesible a su amada es algo que surge del amor y también de la atracción entre polaridades complementarias.

Los mitos... Ay, los mitos. Han sido tan reescritos y reinterpretados, que cuesta encontrar en ellos el rastro de las visiones primordiales que los originaron. Pero en su inicio, los mitos fueron soñados por visionarios, místicos, chamanes, gente "del espíritu" y por eso, muchas veces, en ellos, a pesar de los siglos y distorsiones, encontramos todavía un destello de verdad.


(pintura de Svetlin. Europa feliz sobre el toro, surcando las aguas del azulísimo Mediterráneo)
 
Y si lo que la propia Tierra me ha susurrado es cierto, la verdad es ésta: Europa en su esencia es una "Amada del Dios Celeste", y por lo tanto su naturaleza es ser una tierra fecunda en vida, ideas, prosperidad, fuerza, creatividad sin fin, arte...¡Como así ha sido en muchas etapas! 

Pero también por eso, si se distorsiona o se pierde su sentido, toda la fuerza y poder del Cielo pueden convertirse en algo sombrío, despiadado e implacable. La fuerza de un toro enfurecido puede pisotearlo todo. 

Y las estrellas, en lugar de ser la brillante consciencia que corona a la tierra/mujer, se pueden convertir en instrumentos de luz cruel, fría, implacable y desprovista de compasión. Estrellas de tortura, afiladas como cuchillos, cortando en pedazos el mundo y repartiéndoselo. Abuso de poder en todos los sentidos, y una corona de luces falsas y aviesas que, en lugar de amar a la Tierra y ayudarla a dar y cuidar vida, la han esclavizado y alienado mentalmente. Pues la propia Tierra de Europa está aplastada y encarcelada en muchas de sus partes y capas, debido al retorcimiento de ciertos poderes y a la pérdida de la visión extática original. Cuando Europa dejó de vivir el éxtasis de unión con lo divino, cayó en manos de los falsos dioses y perdió su fecundidad y exuberancia originales y verdaderas.

Así, el círculo de estrellas de la bandera europea puede simbolizar esas "consciencias brillantes" que en tiempos remotos surgieron de la unión del Cielo y de la Tierra...o acabar simbolizando el brillo de la codicia por el oro, la fría luz de quien no mide al mundo más que por el dinero y el despotismo. Hay que elegir entre el significado de un tipo de estrella, u otro. La sanación de Europa pasa por volvernos, cuantos más europeos mejor, "estrellas radiantes de consciencia/luz". Y unirnos en el sagrado círculo de relaciones armoniosas... Ha de ser un círculo, no un cuadrado ni un triángulo, porque no hay nada más integrador que un círculo.

Las "falsas estrellas" de la faz sombría de Europa no surgen del éxtasis del amor entre Cielo y Tierra sino que caen a Ella como Lucifer en el mito: luces maliciosas, engañosas, que tienen conocimiento pero lo emplean mal, de manera sesgada. Luces que son como semillas malditas, sembrando discordia, destruyendo armonía alrededor y, lo que es peor, engañando a muchos. Porque falta mucho discernimiento para distinguir la verdadera luz de otras luminosidades que no son más que propaganda seductora...


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