miércoles, 3 de agosto de 2016

Sobre la leyenda de José, el Soñador, y la salud del corazón.




(Post del 15 junio 2012, rescatado tras la limpieza de mi muro de facebook)


Cada vez que oigo que vienen "vacas flacas", me viene a la mente la Historia de José (el de la Biblia), porque precisamente es ahí donde nació esa expresión, vacas gordas y vacas flacas.
José era un gran soñador, pero este don no le puso las cosas fáciles. De hecho, los sueños que tenía (y que contaba) fueron una de las razones que detonaron la envidia de sus hermanos, hasta el punto de que decidieron matarle. Finalmente se lo pensaron mejor y lo vendieron como esclavo a una caravana de mercaderes, yendo a parar a Egipto.

El faraón tuvo un sueño que le obsesionaba, según el cual 7 vacas flacas devoraban a 7 vacas gordas. Luego, el mensaje se repetía en forma de 7 espigas delgadas que devoraban a 7 espigas gruesas. Sólo José, que en aquel entonces estaba (injustamente) confinado en la cárcel, supo descifrar el sueño: después de unos años buenos, vendrían siete años de sequía y hambruna terribles que acabarían con todo. Y le dio un consejo al faraón: "Es necesario prepararse, hacer acopio de provisiones". El faraón sintió que José daba en el clavo, y le confió a él la administración de los graneros de Egipto, para que organizara la reserva de alimentos, previendo la carestía.

Todo sucedió como los sueños habían dicho. Fue así que, cuando llegaron las "vacas flacas", los hermanos de José, los mismos que habían querido matarle y le habían vendido como esclavo, tuvieron que ir a Egipto, empujados por el hambre, para comprar grano, porque en sus tierras casi no había qué comer. 

José tenía entonces la oportunidad de vengarse. Castigar a sus hermanos con una negativa a proveerles de grano o con cosas peores, hubiera sido el camino más fácil para un humano vulgar, pero aunque estuvo acariciando qué se sentía al tener poder sobre ellos, no siguió en esa dirección. En lugar de eso, comprendió que, en aquel momento, se cumplían los sueños que tuvo de niño, y que existía una sabiduría oculta como por detrás de la trama de su turbulenta vida, ya que, de no haber sido vendido como esclavo, viviendo luego toda la concatenación de hechos adversos que finalmente lo condujeron a ocupar un cargo de importancia (gracias a su capacidad para interpretar sueños) ahora no tendría la oportunidad de ayudar a su gente (ni a tantas otras personas) La historia termina con José reconciliándose con sus hermanos y salvando a su anciano padre y al resto de su familia y tribu, de la miseria y el hambre.

La moraleja que mis guías me muestran con su interpretación de esta historia, es que existen dos caminos para los soñadores: 

- Uno, el que consiste en intentar emplear los dones únicamente para salvarse y hacer acopio de energía para uno mismo, sin más. Y a los demás, esos que no han entendido lo que era "soñar", esos que se han burlado de tantas cosas, o que han envidiado o dado la espalda al soñador, que les den. Tienen su merecido por ser envidiosos y mezquinos, que espabilen.

- Otro camino consiste en utilizar el propio conocimiento y dones para el bien del mayor número posible de personas (inclusive para uno mismo, pero no “sólo” eso) No amedrentarse por las adversidades, ni dejarse envenenar por el odio o la rabia que las injusticias que uno pueda vivir puedan despertarle en el interior. Apostar una y otra vez por la vida, por el amor. Y seguir el camino que marcan los grandes sueños, ya que a veces, lo que hacen en indicar las sendas para esquivar los desastres, porque a la vida le gusta preservarse, continuar.

La segunda opción, aplicada a estos tiempos de crisis en aumento, plantea la posibilidad de soñar lo venidero y saber prepararse para sobrevivir a las adversidades. Pero también habla de que los grandes sueños, así como "la mano invisible del Poder Sagrado", están siempre con aquellos que tienen el corazón abierto a los demás seres humanos. Aunque los otros se hayan portado “mal” en algunos puntos, o aunque previamente hayan querido prescindir del soñador o soñadores, por soñar cosas que no eran de su agrado. Y es que la trama de la vida no puede soñar a lo grande sin incluir a muchas personas, es imposible.

Por mucho que Dios estuviera "con José" moviendo la trama de su vida para evitar que sus hermanos le mataran y luego, para rectificar su caída en desgracia y aprovecharla, llevándolo hasta lo más alto, si José hubiera optado, en esa última encrucijada vital, por vengarse de sus hermanos o dejarlos morir de hambre, todo hubiera sido infructuoso. Los sueños de José hubieran sido como semillas dadas por la Consciencia Creadora (y que fueron entregadas al mundo a través de un soñador) pero que nunca llegaron a florecer, porque la tierra donde fueron sembradas (José) se saturó de resentimiento, y éste las asfixió. 

¿Qué significa esto? Que creer en los sueños e intentar realizarlos implica mucho más que abrirse a los mundos sutiles: significa preservar y cuidar, cada día de tu vida, la salud de tu corazón.


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