domingo, 25 de febrero de 2018

Más diferencias entre chamanismo y Religión (organizada)


El chamanismo no es una religión, sino un modo "práctico" de enfocar las cuestiones llamadas "espirituales". Donde las religiones dicen, a través de sus sacerdotes o sacerdotisas: "La Divinidad es esto o aquello y hay que actuar así y asá", el chamanismo dice: "Debido a mis experiencias con las energías sagradas, llego a estas conclusiones y voy a actuar así o asá".

Una religión, sobretodo si está organizada, implica creencias aprendidas, memorizadas y retransmitidas a otros. A veces las creencias surgen de vivencias íntimas (por ejemplo cuando alguien se "convierte" a una religión debido a experiencias personales de encuentro con lo divino) pero otras veces no.

El chamanismo es, básicamente, vivenciar de manera más o menos controlada estados alterados de conciencia, sabiendo extraer de ellos aprendizaje, conocimiento, y orientación sobre los conflictos y los problemas vitales con lo que nos enfrentamos. El chamanismo no es un conjunto de creencias transmitidas por sacerdotes, libros o líderes, sino un modo de experimentar la vida que, por lo menos tradicionalmente (y hasta que los medios de comunicación lo han puesto de moda y lo han convertido en un nuevo producto de mercado) se producía, muy a menudo, de manera espontánea y no buscada por parte de los implicados.

La religión implica -generalmente- seguir un cuerpo doctrinal fijo que otros enseñan o transmiten, mientras que la iniciación en el chamanismo se parece más a: "Vamos a ver qué hago con lo que acabo de vivir. Oh, por favor no quiero volverme loco. Dioses ¿no podríais buscaros a otro/a? Ok, si os empeñáis..."

Algunas religiones implican la vivencia de la obediencia a una jerarquia sacerdotal; otras no, pero en general difunden una mitología estructurada y organizada, que la gente toma como verdad, y un conjunto de normas vitales más o menos dichas o establecidas que hay que seguir para pertenecer a ese colectivo y hacerlo en términos crrectos.

El chamanismo, en cambio, al menos hasta hace poco no tenía sacerdotes ni libros ni cuerpos estructurados doctrinales, pues procedía de culturas indígenas que no practicaban la escritura sino la tradición por transmisión oral. Lo esencial del chamanismo es el aprendizaje personal y a través de la experiencia cotidiana, de entrar y salir "con lucidez y voluntad, deliberadamente" (y sin que se desintegre la conciencia) de los estados de conciencia alterados, en los cuales las propias energías sagradas han dado información al chamán (a traves de sueños, visiones, comunicaciones, símbolos, etc) para ayudar a resolver algún problema, o para ayudar a una comunidad, etc.

Lo estoy explicando muy al modo grosero y simplista, de a pie. Habría mucho que matizar sobre todo esto. Lo que quiero ahora sólo es señalar acentos distintos. Aunque muchos chamanes también pertenecen (antes o después de su iniciación) a religiones; y aunque algunas religiones hayan sido fundadas por chamanes que devinieron en sacerdotes que estructuraron un cuerpo de creencias y normas éticas; en general y resumiendo mucho, el chamanismo y la religión organizada son vías muy distintas de comunicación con lo sagrado, y de vivencia de Lo Divino. 

Un chamán puede rezar oraciones, pero si lo hace, generalmente serán las que sus "espíritus guías" le han enseñado o recomendado (aunque coincidan con las de una religión) Para el común de los creyentes religiosos, en cambio, basta con recibir enseñanzas de las autoridades, sacerdotes o similar, para aprenderse esas oraciones y recitarlas.

No entro en juicios de valor. Mi post no trata de eso. No desprecio a las religiones porque están hechas de gente, la experiencia de cada persona es única, y las hay de todos los colores y profundidades. Tampoco voy a subir a los altares al chamanismo, todo por presuponer que mira, ellos sí que parten de la experiencia y por lo tanto seguro que saben más que nadie la verdad. Pues una cosa es tener experiencias chamánicas, y otra muy distinta saberlas interpretar e integrar. Y hay personas que se inician en chamanismo pero están "colgadas", no pueden ofrecer sabiduría ni ayuda porque navegan errantes en vivencias que nunca entienden. Y otras flirtean con energías destructivas y carecen de discernimiento.

Pero en fin, creo que es bueno tener claras ciertas diferencias. Visibilizarlas. Decir que algunas personas ESTUDIAN las religiones y los mitos leyendo libros y reflexionando sobre lo escrito; otras los VIVEN y, en caso de estudiar, lo hacen después para ver si así integran y entienden mejor algunas cosas que viven. Hay quien aprende sobre La Divinidad entrando por la puerta del estudio intelectual, y sólo a largo plazo vive experiencias internas. Hay quien vive experiencias espontáneas y sólo tal vez a largo plazo es capaz de elaborar un discurso coherente desde lo vivido. Son dos inicios muy distintos, dos caminos que pueden confluir...o no. Depende.

Además, resumiendo mucho, en el chamanismo hay dos modos de iniciarse: 
- Buscando adrede las experiencias iniciáticas de trance a través de prácticas; 
- De manera espontánea, porque "te llaman los espíritus" y te inducen ellos mismos las experiencias. 

El segundo camino ha sido muy documentado por estudiosos sobre la religiosidad en tribus indígenas (como Mircea Eliade, Piers Vitevsky o Michael Harner) pero resulta tremendamente enigmático y descolocante cuando acontece en sociedades no tribales y no "indígenas", sino "civilizadas" y urbanitas, con mentalidad moderna y occidental.

Ese segundo camino es el mío. Aunque hoy me encuentre estudiando cuestiones mitológicas de diversas religiones, no dejo de ser una chamana que fue iniciada y "zarandeada" por las energías sagradas, y que finalmente toma sus decisiones concernientes a la espiritualidad, no por lo que dicen los libros, sino por las vivencias con lo sagrado le "dicen". Cuando practicas el chamanismo, hasta leer sobre religiones es distinto, ya que las propias energías sagradas pueden darte su opinión sobre lo que dicen sobre ellas los textos, las escuelas, los clanes sacerdotales o los colectivos que los veneran. Y pueden hasta disentir de afirmaciones escritas sobre si mismas.

Por eso un chamán encaja tan difícilmente en ningún sector, salvo el suyo propio: ser puente entre realidades. Llevar comunicación entre mundos, conciencias y seres. Somos como traductores entre "entidades" de energía, energías y gente, puentes entre mundos literalmente. Siempre entre mundos. Con un pie en cada lado. Y siempre viviendo el cuestionamiento interno, el desafío, lo rompedor cada cierto tiempo. Morir, transitar, renacer...rehaces tu esquemas de las cosas, reescribes en tu cuaderno algo, pero te sirve solo por un tiempo, hasta que las vivencias te vuelven a romper los esquemas y te toca matizar, reordenar, reescribir...

El chamán auténtico realmente no puede andar su camino basándose en lo que otro dijo, sino en lo que aprende en su interior. Es que aunque intente seguir normas ajenas, sus propios "espíritus guías" podrían llegar a impedírselo (generando bloqueos, avisos e impedimentos) en casos extremos, si tal seguimiento atenta contra el camino y desarrollo mejor del chamán. Cada chamán tiene o ha de tener su "cuaderno de campo" si no quiere derrapar, perderse y desatinar. A veces los cuadernos de los chamanes coinciden en muchas cosas, otras, no. 


Contrastar entre cuadernos chamánicos de distintas personas es un lujo, un placer, y muy útil e instructivo, pero incluso aunque a veces se coincida en mucho, las conclusiones finales nada tienen que ver con lo que se suele vivir en las religiones, donde se tiende a descartar como sospechoso o confuso, todo lo que no se ajuste al cuerpo doctrinal establecido. 

Las conclusiones finales las dirime cada chamán única y exclusivamente en su interior. 
En el centro de los centros de su interior.



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