viernes, 23 de febrero de 2018

El Imperio contra los bosques...y la mente selvática.


"Venga, pero ¿qué es todo este desorden, este caos? No puede ser, hay que ordenar, limpiar y desbrozar. Aquí no hay quien se aclare. Tienes que elegir a qué te dedicas y qué estudias, y tienes que hacer UNA sola cosa por vez"

Este ha sido el discurso más repetido en mi vida desde que era adolescente. Las podadoras han ido y venido, intentando encajarme en lo "limpio, ordenado y lineal". Una cosa por vez. Un libro por vez. Un estudio por vez. Un tipo de amistades por vez. No mezclar. No juntar unas cosas con otras. Si eres de ciencias no eres de letras, y viceversa. Si eres mujer, no pueden gustarte cosas de hombres. Si eres de izquierdas no puedes ser de derechas. Si te gusta el Norte no puedes tener amigos del Sur, ni entender a Africa. Si eres blanca no puedes tener el corazón también negro. Si eres...si quieres...si te gusta... entonces solo puede ser ESO, y no lo puedes mezclar.

"Escribes como la selva, esto es demasiado exuberante"- me dijo una editora. Y me podó un libro hasta dejarlo por la mitad. Así, sí era aceptable. Pero para mí era como si a mi bebé le cortaran deditos de los pies, manos, pelo...No sé. 

 (Arriba, imagen de redes neuronales)

 El Imperio dice que hay que hacer una cosa detrás de otra y además dice que muchas cosas son mutuamente excluyentes: Una idea sí, y otra no. Se impone la selección, el filtrado, pero de manera forzada, a golpe de hacha (no porque algo se muera y se caiga sola esa ramita del árbol). La lucha contra lo selvático, lo exuberante. 

Y lo mismo que se ha hecho con las mentes (educar en líneas cuadradas y construcciones "limpias", pulidas, desbrozadas y en forma de ladrillitos apilados uno encima de otro) se ha hecho con la naturaleza. Porque para la mente Imperial el desorden exuberante de la naturaleza era horrible. Feo. Sucio. Amenazador. Símbolo de todo lo que falta por conocer, del descontrol, y de la inmensa diversidad de la naturaleza.

Diversidad, arg, y peor si es diversidad mezclada, que es lo que sucede en un bosque: Plantas con herbívoros que se las comen, depredadores con víctimas, mamíferos gregarios con reptiles que van a su puta bola, plantas con hongos, parásitos con mamíferos, todo junto y revuelto, virus, bacterias, barro...humus, líquenes, cacas de jabalíes, sangre de animales cazados por lobos, hierbas verdes, insectos, todo junto...¡sucio! ¡Peligro!

Así que lo que se hizo con las neuronas, por decirlo de algún modo, se hizo con los bosques. En Europa, por ejemplo. Y donde hubo el saber de los bosques selváticos, profundos y exuberantes, que antes eran templos, se desbrozó, taló, y "limpió", y al lado se construyeron templos de piedras cuadradas y alineadas, convenientemente ordenadas y con interiores limpísimos, es decir: sin ser habitados por vida vegetal o animal de ningún tipo. Y también, de paso, han empezado a ir matando bichos incómodos en la naturaleza exterior, o el bosque... Y se sigue haciendo. Lucha contra insectos, contra depredadores, contra cosas que "molestan". Cazar para dominar, o para ostentar, ya no para comer, como cuando éramos parte del bosque.

Ya no somos parte del bosque, nuestra mente se ha separado y ahora vemos al bosque como un objeto aparte al se quiere domesticar y modificar a nuestro antojo.



Desde mi perspectiva /trance chamánico veo que la "MENTE" original que emanaba de la Tierra Continental Europea era el fruto del cruce entre la mente del bosque y la de las cuevas. Los seres humanos hijos de estas tierras una vez tuvieron una mente arborescente y salvaje, exuberante, creativa y profunda. Eran hijos del misterio y riqueza de bosques...y cuevas.

Luego llegó el Imperio bajo diferentes formas. Lo que yo llamo Imperio, quiero decir (afán de dominar y controlarlo todo, ansia de conquista, codicia, amor por el lujo y la ostentación, clases sociales, jerarquías piramidales, etc) Y la mente fue siendo podada, amaestrada, educada, castrada, reconvertida...a través de un proceso lento y sostenido... Y las mentes podadas y ajardinadas al estilo Imperio no soportan la visión de la selva, del bosque originario. Les recuerda lo que fueron y lo que no quieren volver a ser. Y les recuerda el Misterio.

El sagrado Misterio que El Imperio ha querido (ignorante de él) amaestrar, encerrar y controlar dentro de edificios de piedra, sin darse cuenta de que, total, generalmente son edificios MUERTOS que además acumulan capa sobre capa de memorias trágicas, el dolor de las mismísimas piedras (¡yo las he escuchado quejarse tantas veces!) Y que un dia, para esos templos, también llegará el fin.

Mientras tanto, el Misterio, el Sagrado Misterio, seguirá aleteando, libre, allí donde le parezca. Y se comunicará con las mentes humanas allí donde éstas recuerden más su esencia y naturaleza original. Allí donde más puedan "ser"...moverse...en libertad. Espacios salvajes, naturaleza, aire libre...

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