domingo, 25 de febrero de 2018

Santa Ana y la importancia de la abuela en la "gestación" de nietos y nietas.

Un post de una amiga recordando que el óvulo que dará lugar a una mujer se forma en el vientre de su madre MIENTRAS está siendo gestada por su madre (es decir, el óvulo que nos dio la vida se formó dentro de nuestra abuela materna embarazada, como en un juego de muñecas rusas), me hizo acordarme de las antiguas imágenes medievales de Santa Ana, María y el niño. Eran trinidades "de Abuela", tres generaciones unidas en una sola talla, generalmente de madera, en la cual la importancia mayor en tamaño correspondía a Santa Ana.


La Iglesia, en su deriva ideológica cambiante, ha tenido épocas en las que reconoció mucho más que hoy el papel femenino. Hay mucho que la gente de a pie desconoce, y que no se aprende sin un estudio de las raíces cristianas y los cambios sucesivos.


La cosa es que leí en alguna parte que aquellas tallas de Santa Ana, la Virgen y el Niño, dejaron de realizarse porque hubo un momento en que a las autoridades ecesiales les empezó a parecer mal que se diera tanta importancia a la Abuela, Santa Ana, y que se representara de manera visualmente "menor" a María en ese conjunto. Creo que lo leí en un libro de Jean Markale sobre la influencia de la cultura celta en el cristianismo medieval, pero no me acuerdo bien porque de eso hace años y por desgracia no tengo el libro conmigo. Pero si no recuerdo mal, Jean Markale asociaba el culto a Santa Ana con las reminiscencias de cultos celtas a las Diosas Triples, y los cultos que derivaron desde éste, como el romano a las "Matres".

Sea como sea, siempre me ha dado pena que aquellas imágenes de Santa Ana-María-Niño cayeran en el olvido y acabaran casi todas como piezas de museo. El culto a Santa Ana también perdió gas, como tantos otros cultos medievales o incluso anteriores, repletos de contenido simbólico (hoy no faltaría quien hablara de su significado "arquetípico", palabra de moda) y que la Iglesia dejó de sostener o apoyar por cambios en su ideología.


Pero fíjate: a la luz de lo que hoy se conoce desde la ciencia, Santa Ana demuestra tener una relevancia impresionante, puesto que el óvulo que daría lugar al niño Jesús estaría formándose dentro de su cuerpo, en el momento en el que Ana gestaba a María. ¿No es impresionante pensarlo? ¿Cómo no iban los artistas medievales, tan intuitivos y a veces hasta místicos, a representar "grande" a Ana, si pudo "contener" dentro de sí a la que sería María, y al que sería Jesús?

Las abuelas...la transmisión de abuela...es una realidad sobre la que es necesario volver nuestra mirada y nuestro corazón. Yo hoy honro y doy gracias a mi abuela materna, porque una parte de mí se formó dentro de ella mientras gestaba a mi madre. Y a mi abuela paterna, porque supongo que sucedió lo mismo con el espermatozoide que se necesitó para mi concepción. De manera que soy como un poquito hija suya (y en esto nunca había pensado, o no en estos términos) Y también pienso en mi madre, gestándome, mientras dentro de mí se formaba la mitad (el óvulo) de lo que sería mi hijo. Finalmente pienso en mí. No tengo hijas, pero...bueno, cuando gestaba a mi hijo, también dentro de él se formaron sus "semillas" en estado embrionario. De manera que si mi hijo tiene descendencia algún día, yo...yo la habré "gestado" también, en cierto modo, o en parte.

Os dejo con unas cuantas imágenes de Santa Ana, la Virgen y el Niño.






No hay comentarios:

Publicar un comentario