martes, 27 de febrero de 2018

¿Profesionalizar el chamanismo...?


(El meme de arriba, con el diálogo construido sobre una ilustración de Boris Groh, lo publiqué en mi muro 2 años después de escribir este post)

Se da cíclicamente un conflicto en algunas de mis relaciones cuando digo que no quiero cobrar dinero por según qué, o que por algunas ayudas espirituales (rezar, canalizar bendición o ayuda de Guías espirituales, etc) no debería cobrarse. Me ha sucedido desde que empecé a moverme en estos ambientes, y ya llevo 13 años en esto, o sea que es suficiente tiempo como para observar y ver un patrón recurrente.

De hecho, ya antes de dedicarme a estas cuestiones "de la energía", cuando participaba en un foro de chamanismo, se desataban debates cíclicamente sobre el mismo tema: ¿Está bien o está mal convertir el chamanismo en profesión comercial y pasar a cobrar por ello? Y las opiniones eran para todos los gustos.
 

Para mí, el problema no es el dinero. Si digo, por ejemplo, que me niego a poner un precio a mis "sesiones de ayuda" y a trabajar con ellas situándome en el "mercado" como chamana, no es porque piense que el dinero me va a contaminar, que vaya a estropear lo que hago, o que no se pueda mezclar con ayudar a los demás. No. De hecho, es necesario el dinero para muchas cosas y yo nunca lo he rechazado. ¡Ya me gustaría a mí que mis libros publicados en la editorial Sirio o Amatista, por ejemplo, se hubieran vendido a tope, y recibiera regularmente un dinero semestral por ello! Sería fantástico, y me permitiría dedicar más y mejores medios a la escritura, por ejemplo contratar traductores, promoverme en editoriales extranjeras, etc.

No, el problema para mí no es el dinero, que me gusta como a cualquiera y hasta tengo un "pasado" urbano en el que éste no me faltaba y vivía con bastantes más caprichos que hoy. El problema es querer convertir en un trabajo profesional, al modo de cualquier otro trabajo pagado, cuestiones tan escurridizas y elusivas como "estar inspirada", "tener conexión" en ese momento con determinada fuente de "energía sagrada", o estar en contacto lúcido y controlado con x "energía", etc. Es decir: el problema radica en querer transferir el modo de VIDA chamánico tradicional y profundo, al modo de funcionar que se requiere en un trabajo moderno "normal", con el que quieres obtener el dinero para subsistir.

Cuando trabajas desde lo que has aprendido en la vida o estudiado, es fácil. La gente necesita ciertas cosas, acude a tí, y tú respondes desde tu "yo". Sabes que puedes ofrecer eso. Sabes de dónde sacas los conocimientos, y puedes hacerlos objetivables, incluso demostrables. También sabes calcular más o menos cuánto tiempo te llevará atender a alguien, o solucionar un problema. En muchos trabajos,  incluso se trabaja con algo material, físico, y puedes presentar facturas, puedes calcular y puedes medir lo que necesitas ganar y lo que es justo cobrar. Puedes mostrarlo a tus clientes y puedes negociar con ello.

Ahora bien, imaginemos que alguien que haya leído por ejemplo "Ángeles de Lo Uno" o "Diálogos con Anubis" venga a verme porque yo ofreciera "sesiones de canalización espiritual" a tal precio, y esa persona esperara que yo le "canalizara" la voz o respuesta de un ángel, o de Anubis o de quien fuera. Imaginemos entonces eso. ¿Qué pasa entonces? Pues que esos escritos son vivencias, o las reflejan, y yo no controlo cuándo y cómo se producen, o de qué manera. Pretenderlo es como querer canalizar la energía de virtudes, estados de ánimo, o dimensiones del ser. ¿Cómo sabes que cuando una persona venga a verte vas a poder estar en ese estado interior, y transmitir esas cosas?

Pues NO lo sabes. 
Honestamente, y al menos en mi caso, no tengo ni la más remota idea de qué sucederá en mi vida interior mañana, ni mucho menos qué puede suceder y moverse en una sesión de "ayuda" que cualquier persona pueda pedirme. Sé, por experiencia (y porque me esforzaré en mantenerme en el mejor estado posible) que "algo" llegará o emergerá en la sesión. Pero ¿qué será, con qué intensidad y duración, y con qué nivel de claridad? ¡Esa es la cuestión!

Por lo tanto, en mi caso al menos, estaría siendo una mujer deshonesta si ofreciera "contacto con x energías" en sesiones que se puedan acordar previamente. Y más, pagando. Porque cobrar implica asumir que das lo que ofreces en tu publicidad. En caso contrario, estás defraudando a quien te paga, o incluso estafando con engaños o fingimientos.

Pero imaginemos que yo quisiera forzar mi vocación para ayudar a los demás, y que cuando vinieran, yo no me sintiera muy segura, pero hiciera "el esfuerzo" de tratar de complacerles. ¿Resultado? Una de dos: o me auto sugestionaría e interpretaría erróneamente las sensaciones que me surgieran, hasta convertirlas en algo que no son; o tendría que decirle a esa persona: "Mira, lo siento, pero no puedo hacer lo que te prometí, será mejor que vuelvas otro día, o lo dejemos para otro momento". 

Y para esto último, no hace falta ni anunciarse, o no de esa manera, en plan profesional con resultados garantizados. Ni mucho menos poner precio a las visitas. Salvo que asumas la estafa o te auto engañes diciendo "Bueno, pero es que yo cobro por mi tiempo". Bien, pues si cobras por tu tiempo, entonces no digas que "canalizas tal o cual" ni ofrezcas "resultados", sino dí: "Te puedo echar un vistazo, y pagarás por mi atención, pero no te garantizo nada". Que es muy distinto. Y entonces, veríamos quién te pedía cita, y si podías sacar un sueldo con eso. 

Ahora pongamos por caso lo que, además de lo dicho, me sucede a mi: Que mis propios "guías" (ángeles, Anubis, Tierra, etc) me han prohibido que cobre por hacer sesiones o transmitir sus mensajes. ¿Alguien se imagina lo que sucedería si yo pasara olímpicamente de su querer, y a pesar de todo lo hiciera?

Bueno, yo ya digo lo que sucedería: la primera vez me llevaría una buena bronca y los guías se negarían a intervenir. (Eso, de hecho, me sucedió la primera y última vez que quise que Miguel respondiera a las preguntas de una amiga, en plan médium profesional que responde preguntas ajenas. Él se "plantó", severo, y me dejó claro que ni hablar, que no venía para eso) Pero a la segunda vez que lo intentara, posiblemente acudiría presurosa alguna otra "energía" que se ofrecería a actuar y dar mensajes en mis sesiones, porque para ella, eso no supondría un problema.

Y en este punto, yo estaría en un serio riesgo de caer en manos de vete a saber qué entidad o energía, y de transmitir mensajes no benéficos a las personas. En primer lugar porque los guías no son apéndices de quita y pon, ni aliados que uno se gana con mercadeos y pactos (aunque sé que hay "chamanismos" que manejan ese concepto, y trabajan con pactos y hasta obligando a los espíritus a actuar) Los guías son seres y/o extensiones de la energía sagrada afines con uno mismo. De manera que yo estaría traicionando a una parte de mi naturaleza y eso es un error espiritual de graves consecuencias a largo plazo.

En segundo lugar, porque las entidades que acuden en coyunturas como ésta, para ofrecer respuestas a la gente, a veces son oportunistas y no siempre tan altruistas. No tienen porqué ser entidades malvadas directamente, pero la confusión, el enredo y la poca claridad o trascendencia de los mensajes, pueden ser un lastre y a largo plazo dañarían. Si no puedes mejorar el estado de alguien, si no puedes ver más allá del conflicto que trae, mejor cállate y reza, en lugar de hablar para rellenar ese hueco, y así poder cobrar un dinero, y que la persona se vaya tranquilita a casa sintiendo que la han ayudado, pero sin saber que "vete a saber tú" la energía que ha intervenido ahí.

Cuando el chamanismo es VIVENCIAL y lo que transmites se hace a través de tus propios cambios de conciencia o de "estado de ser", es difícil ponerle precio a algunas actuaciones. Es difícil también asegurar nada, ni prometer resultados, ni el tipo de acción o no acción que puede necesitarse para algo. Es distinto si manejas un chamanismo que trabaja con herramientas físicas "medibles" y "enseñables" (relativamente) como quienes hacen talleres de sonido, de danza, de cabañas para sudar, o toma de plantas alucinógenas. Y aún en estos casos, es muy difícil "medir" lo que sucede, pero apurando mucho, se podría medir un poco más lo que se ofrece, que cuando trabajas como yo lo hago.

Y es que cuando se trata de algo como lo que yo practico, que no depende de nada físico salvo mi cuerpo y mi conciencia, y de la voluntad Divina, por así decirlo, todo es escurridizo y elusivo como los rayos del sol, la lluvia o el arco iris. ¿Puedes prometerle a alguien que se obtendrán esos fenómenos el dia que vengan a verte? No, no puedes. A lo peor hay hasta niebla, pero no contabas con ella. 

Así que como mucho puedes ofrecer "el intento" de entregar a La Divinidad Una el problema de alguien, y ver si a través de tí, alguna de las energías sagradas diversas se quiere expresar. Y a lo mejor habla la niebla y cuenta algo que se asocia con el conflicto de esa persona. Pero lo dicho: todo es taaan escurridizo...

Existe otro problema asociado a ayudar "vivenciando" una misma las cosas, y es que tus propios cambios de conciencia afectan al cuerpo, a la mente y a las emociones. Las tuyas. Y a poco que seas sensible y empático, y actúes precisamente aceptando sentir con el otro, y sentir con las energías sagradas, y sentir el conflicto, NO PODRÁS ofrecer una sesión tras otra, o varias al día, como a quien le visitan pacientes. Porque cada inmersión en eso requiere su tiempo hasta que vuelves a la "normalidad", y no hay modo de medir eso y anticiparlo. 

Algunas sesiones te afectan poco y sales enseguida de ese estado. Pero otras te dejan ko. Algunas te remueven algo personal y te pasas tres días necesitando silencio o reordenar. ¿Cómo vas a convertir entonces esas "sesiones" en un trabajo como cualquier otro? Como mucho, puedes ofrecer "alguna" a la semana y sobre la marcha. O una cada ciertas horas. Y aún y así, te arriesgas a no poder cumplir con la agenda, y tener que estar cancelando citas (me sucedió en el pasado muchas veces, hasta que comprendí que lo que no podía ser, no podía ser salvo siendo deshonesta y "trabajando" en mal estado)

Luego está el factor problemático de "echar cuentas". Si lo que quieres es subsistir con ese trabajo, ¿cuántas sesiones tienes que hacer al mes para sobrevivir de ello? Vamos a imaginar que trabajas con mi modo, el vivencial, y que asumes todas las dificultades expuestas, no quieres forzar la máquina y te dices: "De acuerdo, pues haré solo dos o tres sesiones por semana, o una al día como mucho". Entonces echas cuentas y, obviamente, te sale que debes cobrar un precio bastante considerable a cada persona que te venga a ver. Y si vives mentalmente cómoda en el mundo de las élites, pues no problem. Cobras 150 euros por sesión y arreando, que es gerundio. Que lo pague quien pueda, y quien no, pues que se aguante.

Pero ¿qué pasa si eres de las de mi tipo, que como han vivido lo que es no llegar a fin de mes y necesitar ayuda "espiritual" y emocional desesperadamente, se siente mal pensando en que hacer eso es como traicionar a la persona que fuiste, y seguir fomentando el esquema de un desigual reparto de ayudas y privilegios en el mundo?

Es que mi historia personal tiene TELA marinera y me marca mucho, lo admito. No sé si he contado alguna vez que mi terapeuta me hizo sesiones gratis durante meses, porque yo en aquel entonces no tenía un duro, y salía de una situación personal complicada y penosa, así que o la terapia era así, o no era. De hecho, yo ni siquiera la busqué, porque ni me planteaba hacer terapia. Me convenció la terapeuta. Pero ¿Cómo voy a olvidar que gracias a la generosidad de aquella mujer yo me liberé de tanto y me sané de infinidad de dolores? 
¿Cómo voy a ahora a desentenderme de quienes "no podrían pagar 100 euros por sesión o ni 40? Así que por esa razón, las veces que he ofrecido sesiones de ayuda y ha salido el tema de que algunas personas me quieren dar algo a cambio, acepto "donaciones" que son "según esa persona quiera". Porque así queda el margen abierto a todas las posibilidades.

Pero si no hay donación, no pasa nada porque no hago eso para sobrevivir, ni tengo un problema si no cobro ese día. Y porque SIEMPRE recibo mucho (en la energía) en cada sesión que "doy". Pues todo lo que pasa de bueno a través de mi, actúa también en mi interior. Al final, soy como una fuente que, gracias a que da sin medida, se mantiene con un curso de agua corriente, que moja su propio ser. Y eso es Vida para mí. 

Cuando he intentando ponerle un medidor de agua a la fuente, y un grifo, me he hecho daño a mi misma. Esto es como lo de la oxitocina: si empiezas a pensar con los cálculos, no fluyes en el estado amoroso, y el "parto espiritual" no se produce. Si realmente quieres estar calculando dineros y precios y mirando el reloj, haz otro tipo de sesiones que no impliquen fluir a un estado de conciencia distinto, receptivo, íntimo, profundo, con movilización de amor en, al menos, algún momento de la sesión (a veces se empieza enfocando un infierno y griterío, o angustia, y una vez eso se alivia gracias a la escucha, surge la revelación)

Hay otro factor a considerar y es que el chamanismo esencial, vivencial, y ajeno a herramientas y ritos "medibles" (más o menos), surgió y se VIVÍA en tribus o comunidades rurales que pertenecen a otra cosmovisión y perspectiva de la existencia. No en el mundo capitalista moderno. Así que cuando la gente defiende que todo chamán debe cobrar por su trabajo, porque siempre se les dio algo a cambio en las tribus indígenas, el asunto requiere de muchos matices. 

¿Qué quiere decir que los chamanes recibieran bienes o cosas a cambio? ¿Siempre era un precio estipulado de antemano? No. En contextos tribales, lo que sucedía es que cada uno daba de lo que tenía y de lo que sabía que el chamán o chamana podía necesitar. Se hacía así, de hecho, con todos los "trabajos", era más un modo de vida regido por la ayuda mutua y el intercambio de favores y bienes, que convertir todo en un listado de precios, trabajar con horario, y cobrar "al momento" o incluso por anticipado.

De hecho, en algunos contextos tribales, no es que se tuviera que "pagar" al chamán, sino que entre todos se aseguraban de que estuviera bien, que no le faltara de nada, y le llevaban regalos o compartían con él algunas cosas. Como se hacía (insisto) con otras personas especializadas en otras acciones beneficiosas para la comunidad. Pero incluso así, nunca se vio un chamán que se pasara el rato haciendo solo "chamanerías" y esperando que los demás le pagaran y solucionaran la vida. El chamán trabajaba para sobrevivir COMO TODOS. O cazando, o recolectando, o elaborando objetos, o haciendo lo que fuera necesario. Solo que, además, su especialidad luego era entrar y salir de estados de conciencia modificada para ayudar a los demás.

Nuestra cosmovisión es tan, tan distinta, y nuestro modo de vida tan diferente, que es inevitable que surjan problemas y chirríe la cosa cuando se quiere extrapolar la vivencia chamánica a "un trabajo para ganarse la vida". Porque para profesionalizarlo se requiere ya modifcar y acotar una serie de experiencias y situaciones, y eso es complicado de hacer sin desvirtuar algunas cuestiones (se puede, pero es difícil) Y luego, si se quiere además ganar un sueldo con ello que te permita pagar todos los gastos de nuestra vida común en las ciudades o incluso en los pueblos, ya es más complicado aún.

No niego que excepcionalmente haya personas que logren vivir de ello, pero sin duda será a copia de tiempo, experiencia y de haber encontrado una fórmula acotada para realizar x cosas, y dejando fuera del campo otras (más ajenas al control de la mente consciente) Y en ese caso es bueno ser consciente de todo lo que se deja por el camino, y de que se ha hecho una "traducción" de un modo de vida y una cosmovisión muy especial (la chamánica/espiritual/esencial) a una realidad, la capitalista moderna, que no encaja con la anterior en muchos puntos.

Conozco personas honestas que intentan desarrollar su ayuda "chamánica" o "espiritual" a pesar de todo, ofreciendo sesiones, talleres, etc. Me parece respetable y estupendo, siempre que sigan siendo honestas y no traicionen a los principios sagrados, todo para redondear sus beneficios. (Suele suceder, si se quiere ser honesto, que estas actividades al final se quedan como "extras" y aparte se busca un trabajo "normal" que dé de comer, lo cual es lo más chamánico del mundo, como ya he dicho. Porque una cosa es recibir compensación o regalos por tu ayuda, y otra muy distinta esperar vivir sólo de ello y profesionalizarlo)
***

Hay una faceta del chamanismo que es impagable, se mire como se mire, y es la alusiva a las vivencias con el Espíritu, en mundos donde la ayuda se da a entidades no humanas, o no visibles. ¿Quién paga a la chamana siberiana que acude a las fuentes para bendecirlas, y limpiarlas de basura? ¿Quién paga a los que ayudan a los muertos a transitar? 
¿Quién paga a los que deshacen maleficios realizados sobre lugares, o tierras, o paisajes, sin que nadie les haya contratado o llamado para hacerlo, salvo la misma Tierra o los muertos? 
¿Quién paga a los que rezan por los animales que murieron en sufrimientos inenarrables? 
¿Quién paga por el que danza bajo la luz de las estrellas pidiendo defensa para su pueblo? 
 ¿Quién paga al que viaja en sueños para ayudar, guiado por el Gran Espíritu, a personas de otro continente mientras duermen?

Por favor, ¡si ni siquiera se puede expresar algo así! Estas personas, chamanes/as de todo el mundo, han hecho y HACEN estas cosas, y eso hipoteca y compromete toda su vida diaria, sus pensamienos, sus emociones, pero no hay modo de englobarlo en el sistema monetario, ni mucho menos en un marco de "profesión". En algunas culturas sí se ha sostenido entre muchos, económicamente, a gente que hace esto, pero ha sido por pura fé y cariño hacia esos seres humanos que se mueven en lo "innombrable" e "inasible". Como los monjes que iban a las cuevas del Tíbet a luchar contra demonios; o como los que rezan por esto o por aquello, y que vivían de la comida o el dinero que les daban personas devotas y que creían en esas cosas... Pero eso, nuestro mundo lo desconoce porque ni siquiera cree en ello.

En cambio, la presión que se ejerce en nuestro mundo sobre las personas con estas vocaciones, empuja para que se profesionalicen. Que saquen un beneficio de su vocación y de su don. ¿Qué le hubieran dicho hoy al difunto padre Basili de Montserrat? Que se hiciera coach espiritual o creara talleres de fin de semana "para aproximar la gente al silencio", y cobrara por ello. ¿Qué le hubieran dicho a la difunta chamana María Sabina? Que cobrara por sus sesiones con los "niños" y así podría vivir en una casa mejor, etcétera. ¿Qué le hubieran dicho al médium  Chico Xavier? Que hiciera talleres de fin de semana de mediumnidad, cobrando, y que pusiera precio a sus consultas para, así, vivir mejor.

El problema es la profesionalización de todo, esa es la tendencia que rige nuestro mundo. Todo ha de ser convertido en trabajo pagable. Ya hasta hay iniciativas para pagar a "amigos por horas". Se paga por consejos, por sexo, por recibir abrazos, por todo.

Algunas personas, como es mi caso, no queremos fomentar esta tendencia. Y además somos del tipo místico, de esas personas que escuchan a lo invisible y pueden emplear horas en prestar atención a seres y energías que nunca pagarán... al menos, no con dinero...

Algunas personas nos cansamos a veces de tanta modernez y nos sentimos cada vez más antiguas. Hacemos un esfuerzo por adaptarnos a esta época, y logramos hasta entusiasmarnos con cosas hiper modernas como internet, porque nos facilita COMPARTIR lo que aprendemos y recibirmos y seguir dándolo a los demás. Pero no queremos expresar con nuestros actos que se pueda profesionalizar absolutamente todo, hasta los rayos de Sol del mundo espiritual, su lluvia o su arco iris, la negrura bondadosa de la Noche o el susurro de Madre Árbol. Ni queremos dar a entender que para recibir ciertas ayudas espirituales, siempre debas pagar porque el comercio es una especie de ley, o algo. No. Al contrario.

No descarto volver a organizarme en el futuro para ofrecer sesiones "de oración y ayuda" (sin garantía de resultados pre establecidos, sino al amparo de la voluntad Divina) a las personas que lo deseen. Pero si lo hiciera, no lo "profesionalizaría" al modo que se espera, por todo lo que he dicho antes.

En lo demás, pues haré y hago como hicieron todas las chamanas desde que el mundo es mundo: intentar salir adelante como la gente de mi entorno, salir adelante como pueda, siendo una más entre los demás, y punto pelota. 

Siento que por ahora, así me quiere la Tierra y así me quieren los guías, al menos de momento, y doy gracias cada dia por poder estar aquí y tener casa, calor y comida y poder criar a mi hijo con cierto sosiego, lo cual, tal y como está el mundo, es algo de infinito valor.

Me puedo morir esta noche y si sucediera, sólo lamentaría dejar a mi hijo solo y no haber escrito más libros por falta de tiempo. Pero bueno, estaría en paz con mi espíritu, que no es poco, porque no he cesado de dar y compartir todo lo que me "llega", por ejemplo por este medio, sin ponerle tasa, sin ponerme freno, sin condicionarlo con "precios", mientras he hecho lo posible por salir adelante como cualquiera de mis vecinas. 

Y eso es todo...




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